EPILOGO

CUATRO AÑOS

SAN VALENTIN

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He pasado todo el día con mi pequeña, su madre y yo viajaremos hoy a las vegas como lo hemos hecho cada año los últimos años por nuestro aniversario.

Harper y yo decidimos hacer una ceremonia íntima en nuestro primer año de matrimonio, una donde estuvieran nuestros familiares y amigos, esa noche me dijo que nuestra hija venía en camino y me hizo el hombre más feliz del mundo.

Cuando nació mi pequeña Lea fui el hombre más feliz del mundo.

— Papá, sholo quero ir con mamá y ti —no puedo evitar reír mientras escucho hablar a mi hija.

Pase todo el día con ella porque no volveremos hasta dentro de tres días y tendrá que quedarse con mis padres, y me hará mucha falta no ver su pequeña carita al despertar.

— ¿Estás molestando a tu padre, Lea? —veo a mi mujer entrar a la sala.

Lleva un vestido rojo ceñido a su cuerpo el cual la hace ver más preciosa de lo que ya es.

— ¡Maami! —grita mi pequeña corriendo a los brazos de su padre—. Pedes llevarme a mí y no a papá.

— Cariño, cuando volvamos haremos el viaje familiar, así que disfruta estos tres días con la abuela y los tíos, ¿está bien?

— Pequeña, no será divertido allí, estarás sola todo el tiempo porque tu madre y yo vamos a trabajar —odio mentirle a mi hija, pero no puedo decirle que su madre y yo vamos allí para tener tres días para follar sin interrupciones.

— Regalo.

— Te traeré todos los que quieras.

— Ahora ve por los zapatos y el moño.

Mi pequeña corre hasta su habitación para recoger lo que su madre le ha pedido.

— Demasiado terca —murmuro atrayendo a mi mujer.

— Igualita al papá —asegura—. A veces creo que no es hija mía, pero recuerdo cuánto me dolió traerla al mundo.

Aunque yo me imaginaba a mi hija como Harper, salió como yo. Su cabello castaño tan liso como el mío, su piel canela y los ojos cafés. Es una copia mía solo que es mujer.

— Tiene tu sonrisa, tesoro.

— También mi inteligencia —asegura.

Escucho las pasitos de mi hija, cuando llega donde estamos, la cargo y camino hacia la salida donde se encuentra mi hermano junto a su novia esperando por mi niña.

— Tío, tío —mi hija se remueve en mis brazos y debo soltarla para que corra hasta donde está mi hermano.

— Por favor Henry, nada de chocolates —pide mi esposa mientras se acerca a mí—. Si le das chocolates haré que la cuides por dos meses enteros.

— No chocolates, ¿cierto princesa?

— No chocholates, tío.

Se que mi hermano hará todo lo contrario, él, los hermanos de Harper y mis padres son unos alcahuetes con mi hija.

— ¿Quieres ir con el tío al parque? —puedo comprarte algodón de azúcar.

— Eso tampoco, tal vez puedes darle uvas o manzanas.

— Acarameladas.

— ¡No! —gritamos mi mujer y yo al instante.

— ¿Ustedes no tienen un viaje? el avión los dejará si continúan aquí.

— Te amamos, pequeña, pórtate bien con los tíos y los abuelos.

Mi esposa le dice algo a mi hermano y luego regresa conmigo.

— Es hora de irnos o perderemos nuestro vuelo.

— No podemos perderlo —menciona—. Quiero asegurarme que aún pertenezco al club de las mil millas.

— Entonces voy a disfrutar esas cuatro horas de vuelo.

— Serán tres si no te apresuras a terminar de empacar.

— Tesoro, ya tengo todo listo.

Salimos de nuestra casa y nuestro chofer nos lleva hasta la pista de aterrizaje donde nuestro jet privado está listo para despegar.

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Estamos en el bar del hotel de donde me lleve a Harper para casarnos, cada año es la misma tradición. Viajamos hasta aquí, tenemos una tarde tranquila y en la noche salimos a embriagarnos para después pasar por la capilla donde nos casamos y terminar en nuestra habitación de hotel para follar toda la noche.

— Aunque no recuerdo mucho de nuestra boda, aprecio este momento por toda la eternidad.

— Insisto que fuiste la mujer más feliz ese día, le rogaste a Elvis que se saltara todos los pasos y nos declarara marido y mujer.

— Lo que hace el amor.

— Yo te lleve hasta allí, entonces estaba totalmente loco y enamorado.

— También fuiste arriesgado.

Mucho, sabía que Harper sentía algo por mí porque sus hermanos y mi madre lo aseguraban, pero tenía miedo de que ella me rechazara nuevamente.

— Agradezco de que me hayas llevado ese día, yo era muy cobarde para aceptar mis sentimientos.

— No eres cobarde, tenias miedo.

— Diría que ambas, no quería salir herida.

— Nunca saldrás herida.

Observamos a todas las personas que hay en el lugar mientras tomamos nuestras bebidas.

— ¿Por qué no pediste algo con alcohol?

— ¿Quieres tener a tu esposa ebria para follarla? —pregunta con una sonrisa en sus labios.

— No necesitas estar ebria para follarte. Es raro no verte tomar hoy.

— No tomaré nada con alcohol los próximos nueve meses.

Sonríe ante mi cara de confusión.

— Los hombres son realmente tontos. Vamos a ser papás por segunda vez.

— Mierda, ¿estás embarazada tesoro?

— Sí, por segunda vez.

— ¡Voy a ser papá por segunda vez! —grito lo más fuerte que puedo y algunas personas gritan felicitaciones y me desean suerte.

— Ojalá este pequeño sea como tú —acaricio su vientre imaginando lo que serán los próximos meses con mi hija y el abdomen de Harper creciendo.

No puedo estar más feliz, nos perdimos, pero nos reencontramos en el camino haciendo que lo nuestro fuera mucho más fuerte.

— Estoy tan feliz de formar la familia que siempre quise y más si es contigo —menciona.

— Te amo tesoro. Te amo a ti y a nuestros hijos.

FIN OTRA VEZ

Infinitas gracias por llegar hasta aquí y disfrutar es mis bebes.

Harper y Jackson nacieron una noche y desde ese entonces robaron mi corazón. Ellos son el claro ejemplo que cuando existe amor se debe luchar.

Lucha por eso que tanto quieres, eso que te hace feliz (no solo hablo de un novio), dice un dicho que el que persevera alcanza y creo que todos podemos alcanzar eso que nos proponemos.

Hoy nos despedimos de este par, pero tal vez en un futuro lleguemos a saber un poco mas sobre ellos, por el momento sigue disfrutando de mis otros libro.

No puedo irme sin agradecerle a mi queridísima Poisha_ quien fue la persona que nos realizo la hermosa portada que tiene nuestro libro. SOS UNA TESA