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— Lo odio, mierda, cada mañana quiero matarlo —le digo a mi amiga mientras caminamos hacia el salón donde nos arreglaremos para la gala de esta noche.

— No, tú no odias a tu esposo, odias que lo sigas amando más que hace siete años —pongo los ojos en blanco al escucharla.

— No.

— Sí.

Jackson y yo llevamos dos meses de matrimonio y ya no lo soporto. Se preocupa por todo y nada, la atención que me brinda es asfixiante y ni hablar de que cada mañana despierto en el lado de su cama abrazándolo como si estuviera a punto de subirme sobre él.

A quien le miento. Todo lo que Jackson está haciendo no es para nada agobiante, cada mañana que despierto con mi cuerpo casi sobre el suyo me arrepiento haber despertado porque quisiera pasar toda mi vida a su lado.

Cuando llega con rosas a nuestra casa o cuando me trae la tarta de durazno que tanto amo. Cuando me platica de su día y se interesa por el mío me hace querer olvidar lo que me dijeron hace siete años, empezar desde cero y darnos una verdadera oportunidad.

Pero luego recuerdo la manera en la que jugó conmigo para podernos casar y siento que lo odio y lo amo a la vez.

Mis sentimientos están en una montaña rusa y si no les pongo fin, siento que podría suceder algo que me niego a que pase.

— Mira, siempre te dije que no lo habías olvidado, que lo amas tanto como cuando iniciaron su relación. ¿Por qué no le das una oportunidad?

— Porque no se la merece.

Grace al igual que mis hermanos siempre han estado del lado de Jackson, siempre me insistieron en que hablara con él, le respondiera los correos o nos diera una oportunidad por todo el tiempo que estuvimos juntos.

Pero fui determinada, aunque lo amaba, elegí retirarme antes de que el rompiera mi corazón. Era más fácil si yo lo hacía.

— ¿Qué es lo que realmente impide que le des una oportunidad? —antes de que pueda responderle me interrumpe—. El hombre estuvo detrás de ti durante los últimos siete años, sólo se escuchó un rumor de que estaba con alguien, pero es falso. Tú estuviste con otro hombre y así él sigue insistiendo por ti.

Rachel una antigua secretaria de Jackson aseguraba haber tenido una relación no profesional y confieso que cuando supe de eso sentí un dolor inmenso en mi corazón sin importar que lleváramos tres años separados. Jackson desmintió ese rumor semanas después de que fuera publicado en Wisconsin Magazine Of History.

— Sus empresas son más importantes.

— Estos últimos dos meses te ha demostrado que no es así. Llega primero a casa que tú, te dedica los fines de semana, además le ha dado una gran responsabilidad a su hermano en la empresa familiar.

— No vas a rendirte, ¿verdad?

— Cuando seas sincera contigo misma. Todos sabemos lo que sientes por Jackson pero aún sigues negándote.

Las siguientes horas hablamos sobre la gala de la noche y lo entusiasmada que está, ya que este evento es para anunciar la compra de un banco por parte de su esposo.

Cuando llego a la casa no hay nadie, así que aprovecho a darme una ducha rápida. Mis intentos de intimidad desaparecieron cuando Jackson entró al baño con una toalla envuelta en su cadera y con el pecho descubierto.

Agradezco a Dios de que todo mi cuerpo está sumergido en la bañera, de lo contrario me hubiera visto desnuda.

— Tesoro, creí que no estabas en casa.

— Estoy aquí, así que puedes salir para poder terminar mi baño.

— ¿Puedo unirme? —pregunta con una sonrisa tirando de sus labios, sabe cuál será mi respuesta.

— Claro, puedes unirte cuando termine.

Ríe sonoramente y niega antes de caminar hacia la puerta.

— Espero pronto puedas darme el tiempo que necesito para que hablemos, hay muchas cosas que debemos solucionar —dice antes de salir.

Todo este tiempo ha insistido en que debemos hablar, pero he retrasado todo lo más que pueda. Sé perfectamente que necesitamos cerrar lo que dejé a medias hace siete años, debo escuchar la explicación que dice tener.

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Hace una hora llegamos a la fiesta y como lo hice en las dos últimas galas, me paseé con Jackson saludando a todos los presentes, sonriendo y agradeciendo sus felicitaciones por nuestra repentina boda.

— Bailemos —Jackson me extiende su mano y lo pienso por un momento—. No voy a hacerte nada, solo quiero bailar con mi mujer.

Agarro su mano y juntos caminamos hacia la pista de baile donde algunas parejas se mueven al ritmo de la melodiosa canción que suena.

Veo a los ojos de Jackson y me pierdo en el color avellana de ellos imaginando lo que pudo ser nuestra vida si yo no hubiese tomado esa decisión hace siete años.

Si mi conversación con Ethan no hubiese existido, si los audios donde su padre le decía que teníamos tiempo para estar juntos después de que él se hubiera hecho cargo de la empresa solo fueran producto de una mala pesadilla.

Seguramente hoy tendríamos tres hijos los cuales correrían hacia nosotros cuando entráramos a la casa tan hermosa que él escogió para nosotros.

Mis ojos empiezan a arder y siento como la humedad de ellos me hace ver borroso, aparto mi mirada de Jackson y luego me suelto de su agarre y camino hacia uno de los baños para encontrar un poco de privacidad.

Fue una mala decisión bailar esa canción que él siempre me cantaba, no importaba donde estuviéramos, siempre encontraba un momento para expresar cuánto me amaba, y And I Love Her, es el recordatorio de que seguramente cometí un error cuando le terminé.

— No puedo llorar ahora, no puedes estar dudando de tus decisiones —me hablo a través del espejo.

No puedo dudar de la decisión que tomé hace siete años, no puedo arrepentirme en este momento y mucho menos puedo imaginar lo que hubiese pasado si la comunicación en ese entonces fuera diferente.

Cuando salgo del baño me encuentro con el hombre que no esperaba ver. Hace mucho tiempo Ethan dejó de trabajar para mis hermanos y nuestra comunicación fue limitada desde ese entonces después de nuestra discusión.

— Muñeca —miró hacia arriba y es imposible no reconocer esos ojos verdes.

— Ethan —le sonrió.

— Cuando te vi caminar hacia aquí supe que ese idiota había hecho algo.

— ¿Qué?

— No sé cómo logró convencerte para que se casaran, realmente es ridículo que después de todo lo que te hizo volvieras con él.

— Ya ves, discutimos y arreglamos nuestras diferencias.

No voy por la calle diciendo que mi matrimonio con Jackson es falso, sería vergonzoso para ambos, así que las únicas personas que saben sobre esto son mis hermanos, mi secretaria y mi amiga.

— No creo que lo hayas perdonado tan fácil —afirma acercándose a mí—. ¿olvidaste que estaba prefiriendo sus empresas por encima de ti? Seguramente aún las prefiera.

Veo por encima del hombro de Ethan y maldigo al instante. Jackson viene caminando apresuradamente hacia nosotros y estoy segura que debe estar pensando cosas que no son.

— Jackson —menciono su nombre mientras me aparto de Ethan.

— ¿No te enseñaron a respetar a las mujeres ajenas? —pregunta Jackson con enojo.

— No cuando se trata de un matrimonio como el de ustedes.

El rostro de Jackson se contrae y la tristeza se refleja en sus ojos.

— Ya veo —menciona—. Creo que es hora de irnos, Harper.

Es la primera vez que menciona mi nombre desde que nos casamos y mi corazón se contrae, está enojado y jodidamente me siento culpable por eso.

Dejamos atrás a Ethan mientras salimos del lugar para subirnos al auto.

— No le dije nada sobre nuestro matrimonio —confieso rápidamente.

— ¿Cómo lo supo?

— No lo sé, pero te juro que no le he dicho a nadie que nos separaremos cuando cumplamos un año.

— No voy a separarme de ti hasta que me escuches y sepas la verdad de mi boca.

— Mis hermanos te dieron un año.

— No me importan tus hermanos, estoy dispuesto a dejarte ir definitivamente cuando me escuches.

¿Definitivamente? O sea que si esta misma noche lo escucho, todo esto terminara para siempre. Podré estar en el mismo lugar que él sin tener que esconderme o huir.

— Entonces hablemos —digo cuando salgo del auto.

— Entremos —señala la puerta de la casa.

Ambos caminamos hacia la sala y tomamos asiento lejos del otro dándonos el espacio que cada uno necesita. Los minutos pasan mientras espero que Jackson hable, pero al parecer no va a hablar. Me pongo de pie y camino hacia las escaleras que llevan a las habitaciones, pero antes de subir el primer escalón, el habla.

— ¿Aún crees que iba a elegir las empresas antes que a ti?

— Fue lo que escuche —camino de regreso y tomo asiento—. Fue lo que se escuchó en el audio.

— ¿Mencione que te dejaría?

— Tu padre te dijo que podías hacer espacio para todo.

— ¿Yo mencioné que iba a aceptar y dejar de lado nuestra relación?

Miro hacia otro lado, pudo no haber dicho eso, pero tenía intenciones de decirlo y hacerlo.

— Nunca en mi vida se me pasó por la mente dejarte ir, eras todo lo que quería en ese momento, podían ofrecerme el mundo por dejarte a ti, pero nunca aceptaría algo así.

— Continuaste con ambas empresas cuando nos separamos.

— Corrección, continúe con mi empresa y le ayude a mi padre por un tiempo —dice—. Al año de insistir en que hablaras conmigo y ver cómo me ignorabas, decidí ocupar mi tiempo en algo más o si no iba a morir.

— Llevas siete años manejando ambas empresas.

— No, llevo seis años, el primer año solo ayudé a mi padre.

No encuentro que decirle, evite este momento por muchos años, me aleje de él creyendo que tal vez en ese entonces había dado un fin a todo esto. Pero no era así, ambos debíamos encontrarnos en algún momento y tener esta conversación, pero yo no sé qué decir.

— Nunca se me pasó por la mente dejarte, le dije a mi padre que iba a pensarlo —dice llevándose las manos a la cabeza—. Iba a resolver después de pedirte matrimonio.

— No tendríamos tiempo de calidad, Jackson. Estabas iniciando con tu empresa y hacerte cargo de la de tu padre nos dejaría sin tiempo para nosotros.

— No me iba a hacer cargo de ambas empresas, solo ayudaría a mi padre a que HS ingresara nuevamente a la bolsa de valores, pero nunca hubiera tomado la presidencia.

— No nos digamos mentiras, sabes que tu padre quería que tomaras la empresa y nunca hubiera desistido de eso.

— Era lo suficientemente mayor para tomar mis propias decisiones.

— Pero tome una decisión en ese entonces.

— Por un mal entendido, por influencia de otra persona.

Seguramente mis hermanos fueron quienes le dijeron que Ethan me enseñó la conversación que tuvo con su padre, pero lo que él no sabe es que yo lo escuché hablar con su padre esa noche.

— Te escuché hablar con tu padre.

— ¿Qué escuchaste según tú?

— Que me pedirías tiempo.

— Nunca salió eso de mi boca.

— ¡Te escuche Jackson, nadie me lo contó, yo te escuché cuando fui a verte!

En ese entonces le decía a su padre que me iba a pedir tiempo y eso fue lo que me hizo tomar la decisión de terminar lo nuestro.

Tal vez mi miedo a salir herida fue mucho más grande que los sentimientos que tenía por él en ese entonces o quizás la ignorancia. No sé, hubo muchas cosas que me hicieron dudar en ese entonces.

Jackson era un joven guapo, venía de una familia mucho más poderosa que la mía y se estaba abriendo paso en el mundo de los negocios iniciando su propia empresa. Nuestro tiempo en ese entonces ya se había reducido y con la responsabilidad de HS no tendríamos tiempo para nosotros.

Crecí con dos hombres que nunca tuvieron una relación que durará más de un año porque siempre estaban más pendiente del trabajo que de sus mujeres y temí que algo así me pasara a mí.

— ¿Es todo?

— Me destrozaste el corazón en ese entonces, me destrozaste el corazón cuando iniciaste una relación con Noah —menciona, sus ojos se llenan de lágrimas y me mata ser la culpable de su tristeza—. Pero me destroza más saber que aún me amas y sigues empeñada en dejar morir lo nuestro.

No menciono ninguna palabra, sé que él espera una respuesta, pero no tengo nada para decirle en el momento. Mis sentimientos están revueltos, odio sentirme así. No tener control sobre mi o lo que pienso.

— Prometiste que si te escuchaba, terminaríamos las cosas —le recuerdo.

— Y cumpliré mi palabra.

Mi corazón palpita de manera desenfrenada cuando lo veo caminar hacia la puerta, no creí que fuera a marcharse de la casa. Se supone que él la compró, así que es a él que le pertenece.

— Te ame en ese entonces, te amo ahora y estoy seguro de que te amare toda mi vida, luche por ti, por este momento y no te puedo asegurar que voy a dejar de luchar.

Cuando la puerta se cierra la soledad empieza a consumirme. He pasado siete años viviendo sola y nunca me había sentido de esta manera. No puedo estar en este espacio sin él.