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🐺 EPÍLOGO 🐺

Mundo moderno:

Dicen que a veces una persona vivimos en varias épocas y vidas, unos viven al mismo tiempo juntos a otras personas de otro mundo y al morir nacen en un mundo normal.

Ese mundo normal es este mundo que todos conocemos, algunos olvidan la vida pasada y otros solo tienen bajos recuerdos como un sueño o tristeza por haber olvidado a alguien.

Aunque fueran felices a su día a día, había algo que les faltaba en sus vidas y de la nada les atacaba una gran nostalgia, y sentían un gran vacío en su interior.

Como era el caso de un hermoso chico de veintidós años.

En una cama muy amplia dormía un chico castaño de cabellos esponjosos, se removió ante los sueños raros que siempre tenía todas las mañanas antes de abrir los ojos.

“Mi chico de dos mundos” no podía ver el rostro de la persona, solo una voz bajita, pero sabía que esas palabras eran para él.

“Prometo esperarte” era su propia voz.

Podía ver un hermoso lugar, con claridad, unas tres joyas de rubíes, de diferentes tamaños, uno grande, uno mediano y un pequeño.

“Amor inolvidable” un susurro en su oreja, con la voz de siempre.

Vio unas manos colocar la pulsera mediana en su muñeca, vio su propia sonrisa, con una ropa distinta.

Pero ratos después se encontraba llorando, y mientras dormía igualmente lloraba sin darse cuenta.

Entre esos sueños repetidos de siempre esta vez hubo un cambio y vio un hombre acercarse, pero no podía ver su cara, estaba vestido con la ropa de un rey y se miró a él mismo y estaba igual que ese chico.

Ambos se miraron muy tristes y luego unieron sus labios, ahí fue interrumpido por el ruido de la puerta abrirse y la voz de una mujer.

—Te tardas como siempre en despertar cariño — la mujer se acercó sonriente, para quitar la colcha del cuerpo del chico — se te hace tarde — acarició sus mejillas.

—Mamá — se quejó abriendo los ojos lentamente — ya no soy un bebé para que entres a mi cuarto a despertarme cuando se te dé la gana — se sentó aún somnoliento y bostezó.

—Siempre serás mi bebé — dijo con dulzura.

Taehyung pasó sus manos por su cara, para alejar todo el sueño de su cuerpo y recordó su sueño y tocó su pecho, cuando sintió un latido extraño.

La mujer se percató de una joya en la muñeca de su hijo, ella siempre lo veía llevar con él a cualquier lugar, pero ya era demasiado que no se lo quitará para dormir.

—¿debe ser importante, alguien especial te la obsequió? — señaló la pulsera de rubí.

Taehyung estaba confundido, quiso saber de dónde tenía esa pulsera, desde que tuvo memoria tenía en su muñeca, y nunca quiso dejar de llevarlo con él, porque se sentía feliz.

—Pensé que me habías dado tú, pero no, supongo que debe tener algún significado, a veces tengo un sueño en el que una persona me coloca esto y sus manos me hacen sentir protegido y ganas de buscarlo aunque no se quién es y cómo es — se bajó de la cama para mirar la balcón.

—Debe ser un recuerdo de tu niñez que has olvidado y por eso lo ves en un sueño.

—No era niño en ese sueño, era un adulto, con una ropa extraña, a veces los sueños se vuelven raros, que parecen una realidad de muchos siglos — rió un poco.

La mujer también rió un poco — te dejo, para que te cambies, tenemos que ir donde tu hermano y luego en la noche a tu graduación querido doctor — sonrió por su hijo.

—Mamá, gracias por todo el apoyo, sé que papá quería que estudiará otra cosa, pero gracias a ti pude lograr mi sueño de ser un doctor — le dio un hermoso abrazo y beso en su mejilla.

—Las madres somos las que más sentimos el dolor de nuestros hijos, tal vez un día llegues a ser padre y no puedas sentir tanto entendimiento a tus hijos, y solo lo hará tu esposa.

Al escuchar la palabra “esposa” la cara del chico cambio al instante, su corazón simplemente se negaba a esa idea de tener una pareja, ni él sabía porque.

—¿y cuando me vas a presentar una chica? Ya quiero ser abuela y ninguno de mis hijos me traen una novia.

—No tengo ganas de tener pareja — dijo  con tristeza, no sabía el motivo del vacío en su pecho, que lo atacaba día a día — solo espero a esa persona.

—¿quién es esa persona? — se puso curiosa.

—Ni yo sé — se encogió de hombros — solo sé que lo reconoceré cuando lo vea por primera vez y diré que es a quién tanto lo esperé — un brillo se asomó en sus ojos.

—Taehyung… Eres un hijo muy extraño para mí, pero aún asi te entiendo — se alejó del castaño — te esperamos en la sala, no te tardes — después de decir esas palabras se fue.

Taehyung suspiró y tomó una toalla para entrar al baño, se quitó su ropa y entró a la ducha. Las aguas empezaron a resbalarse sensualmente, por su cuerpo curvilíneo.

El chico se mantenía con los ojos cerrados, echando su cabello hacia atrás, tenía algo en contra de los aguas y siempre sentía una terrible angustia y dolor cada vez que se bañaba y más en una piscina o mar.

En ese momento su mente le hacía una visión, podía ver los ojos oscuros y lagrimosos de un chico, Taehyung abrió los ojos al instante, pensando en que si se había quedado dormido.

—¿Quién eres y porqué tus ojos son de dolor por haber perdido a alguien?— sentía la opresión de su corazón que se hacía muy chiquito.

Desde que tenía la memoria tenía una cosa muy clara, eso era que alguien tan importante faltaba en su vida, para completar la poca felicidad que tenía.

Con la gente de su alrededor podía fingir estar bien, sonreír y reír, pero nadie se daba cuenta que sufría en silencio por una persona desconocida, sin saber si era un hombre o una mujer.

Terminó de bañarse y salió con rapidez para cambiarse, al estar listo, tomó sus cosas y corrió a la sala.

—¿no vas a desayunar? — preguntó su padre.

—En el restaurante de Hyung — sonrió para salir de la gran casa.

Subió al carro de su padre, que ya se encontraba estacionado, estaba muy feliz de al fin poder graduarse.

—Parece que lloverá esta noche — dijo el señor Kim ante el aire frío y el clima.

—Espero que no — dijo Taehyung — no me gustan las aguas es como si te ahogaras en ellos y luego te llevan a un lugar en el que sufres y nunca eres feliz.

Había dicho de acuerdo a sus sueños raros y estúpidos como lo consideraba, pero a veces se ponía a cuestionar ese sueño y parecía una realidad vivida, que su subconsciente le mostraba por partes y borrosas el rostro de personas de su alrededor.

—Pensé que no vendrías — se acercó un chico pelinegro.

—Jin, cómo crees que iba faltar a mis palabras — se adentró junto a su mayor y miró a sus lados al ver a gentes comer pero todos con trajes — ahora entiendo porque dices que tu restaurante es millonario.

—Deberías tener uno — dijo sonriendo.

—Yo soy un doctor, no soy vendedor de comidas.

—Siéntate — enseñó una mesa, un lugar apartado de toda la gente — ahorita traen tu desayuno.

Taehyung solo miró a sus lados, viendo a toda esa gente, pero por la puerta se aparecieron cinco hombres elegantes que llamaron su atención, pero él se centró solo en uno.

Se quedó reteniendo la respiración en sus pulmones al ver un azabache, que también buscaba ver algo con la mirada, hasta que su cabeza se giró a su dirección y se encontró con sus ojos curiosos.

Taehyung parpadeó ante esa profunda mirada y esos ojos llenos de dolor que había visto en su sueño — eres tú.. — dijo para el mismo — mi chico de otro mundo.

Una sombra impidió que se vieran más, era una empleada con su desayuno — aquí tiene joven — dijo con una sonrisa coqueta, al cual Taehyung no prestó atención — ¿quiere algo mas joven?

—No — sentía una felicidad en su cuerpo y sonrió inconcientemente.

La mujer se alejó de su vista.

Pero los chicos ya no estaban en la puerta, quiso saber en qué mesa estaban sentados, habían lugares ocultos por la pared.

Se levantó para intentar hallar verlo, se quedó en su lugar al ver a gentes mirarlo curioso por los movimientos que hacía tratando de buscar algo.

Regresó a sentarse y tomar su desayuno, pero quería sentir esa emoción de cuándo había visto al azabache, ese vacío que tenía por un momento se había llenado.

Taehyung ya estaba listo para su graduación, iba muy bien vestido.

Era una tarde de lluvias suaves y era luna llena, el taxi que lo llevaba se detuvo en medio de la carretera por algún percance en la carretera.

Miró a la ventana y su respiración se detuvo, ahí estaba el azabache mirando al carro en el cual se encontraba él, tenía un paraguas del cual se cubría con la lluvia, se fijó en su mano y se encontró con la pulsera idéntica al de él.

Volvió su vista a sus ojos, pero el hombre de traje negro se volteó para caminar elegantemente.

El chico parpadeó confundido y tomó su paraguas también, decidió seguir al hombre, salió del carro y el hombre ya llevaba una ventaja, Taehyung corrió un poco.

Pero cuando dio la vuelta a una esquina, perdió la vista de su paradero.

Solo caminaba sin rumbo, en busca del chico azabache que había visto irse por ese sitio.

—¿porqué lo buscas si es un desconocido? — se dijo a si mismo y se sentó en la banca de un parque sin personas, su mano se había adormecido de tanto agarrar el paraguas.

Lo votó al suelo y en ese momento se da cuenta de un niño que se acercaba muy sonriente, llevando una rosa blanca y roja en cada mano, ni siquiera tenía con que cubrirse de la lluvia que ya estaba dejando de llover.

—Hola — saludó confundido.

Miró a sus lados para ver si habían gentes, pero no encontró ningún familiar del pequeño, solo se encontraban ellos dos en ese lugar — ¿te perdiste?

El pequeño negó y finalmente logró estar al frente del chico — elige una rosa que más te guste, son especialmente cortadas por papá — sonrió extendiendo ambos brazos.

En ese instante la manga del abrigo del niño se bajó por sus brazos, ya que era suelto y Taehyung pudo ver que el niño tenía la pulsera igual al de él y se extrañó.

—¿tu papá te mandó esto? — señaló las rosas, el pequeño asintió con una sonrisa que deslumbró a Taehyung — yo no soy gay dile a tu papá que no intente nada conmigo.

—Papá no sabe que era para ti, él solo me dijo busca a tu mamá, pero yo no tengo mamá, solo papás y el otro eres tú — Taehyung miró a otro lugar con tanta confusión.

—¿esa pulsera quien te lo dio? ¿Cómo te llamas? ¿Cuántos años tienes? — quiso saber lo más importante, porque también había visto otra igual en las manos del azabache.

—Me dio papá, tú también tienes, soy Jeon Tae-hyun, tengo cinco años — sonrió con dulzura — y tú también eres mi papá.

—Voy a elegir las dos rosas — los tomó con tanta confusión, solo esperaba que el papá del pequeño llegará pronto.

—Nos vemos mañana papi — se acercó para abrazarlo y dejar un beso en su mejilla — ve al estanque, ahí podrás ver a quién tanto te hace falta, mi papá — corrió muy feliz en rumbo a lo desconocido.

El chico castaño con tanta confusión se quedó pensativo, y miró su muñeca y también recordó los sueños de siempre en la que siempre aparecían pulseras de diferentes tamaños.

—Yo tengo la mediana, el niño el pequeño y el grande el azabache con traje — solo quiso descubrir más cosas y se levantó para caminar en dirección al estanque.

Miró al cielo y sonrió a la hermosa luna.

“me reconocerás apenas me veas, no te detendrás a nada, sabrás que soy yo, los sentimientos inculcados en lo más profundo de tu alma aparecerán”

Llegó al puente del estanque y el viento golpeó con delicadeza su hermoso rostro confundido, al no encontrar a nadie en ese lugar.

—Inolvidable, quien eres, y porque mi corazón se siente muy emocionado, mi alma está lleno de ansias de verte como a un recuerdo olvidado.

Cerró los ojos, para sentir lágrimas salir de sus ojos “—amor inolvidable”

Abrió los ojos al escuchar la voz de un hombre a una muy poca distancia, y se volteó con lentitud, mientras secaba sus ojos.

Frente a sus ojos estaba un hombre con un traje, que tenía una mirada oscura y muy profunda con destellos de dolor, que se convertían en alegría con el pasar de los segundos.

Se miraron ambos, sintiendo una sensación muy especial por dentro.

—Te encontré — habló el azabache y Taehyung sonrió en grande — regresaste como en un recuerdo, no fuiste olvidado por mi alma y corazón, solo por mi mente, pero supongo que por algo es.

Taehyung levantó su brazo derecho y mostró la pulsera — te esperé sin saber quién eras, pero ahora puedo decir que eres el amor de mi vida, mi chico del mismo mundo, Jungkook.

—Mi chico del mismo mundo, la espera interminable se terminó, ahora es un nuevo verdadero comienzo y felicidad.

—Te busqué aún sin saber quién eras, en mis sueños escuchaba tu voz en susurros, pero ahora que te veo, no tengo dudas de que tú eres esa persona que tanto estuve buscando.

—Con solo verte puedo decir que esperaba este momento con muchas ganas, los sentimientos muy ocultos regresaron como un huracán, con solo verte mi corazón late desenfrenadamente.

Jungkook se acercó a Taehyung y sin dudar tomó su cara con ambas manos para acariciar con tanta dulzura y ternura, cerró los ojos para sentir su piel.

Taehyung también cerró los ojos, reconocía esa mano de sus sueños — me siento protegido cuando me tocas — confesó sonriendo y sobo su mejilla en esas manos tan firmes.

Ambos abrieron los ojos al mismo tiempo y se miraron con un gran brillo en ellos, al fin podían ser felices

—Sin miedo a nada, te tendré a mi lado para siempre — dijo Jungkook alejando sus manos, para poner en la cintura de Taehyung — esta vez te cuidaré, nunca más serás esa flor que alguna vez, yo descuidé y dejé que se marchitara.

—Y tú tampoco serás ese alguien con tanta culpa por los errores de al vida.

Jungkook con una sonrisa, apegó el cuerpo de Taehyung al suyo, y luego cerró los ojos, para unir sus labios en un hermoso beso de reencuentro.

Taehyung cerró los ojos, correspondiendo con torpeza, pasó sus manos por la nuca del contrario y dio un fuerte agarre intentando seguir el ritmo a Jungkook, que también era un poco torpe.

Alejaron un poquito sus labios y se sonrieron mirándose a los ojos con gran amor, para volver a besarse con tanto deseo de sentir esas emociones en sus cuerpos y sus estómagos sentir mariposas.

—El esperarme hasta ahora valió la pena — dijo Jungkook alejándose de su boca — y también esperarte, porque eres mi único amor.

—Y tú el mío, ya no eres tonto según sé, eres un Jungkook inteligente — se abrazó con fuerza de su cintura — tienes un toque de chocolate en tu cuerpo un olor natural — sin ninguna vergüenza dejó su cabeza en el hueco del cuello del azabache.

—Taehyung — dijo su nombre con tanto cariño — también tienes un olor a pastel — dejó su nariz en su cabello esponjoso.

—Ten una cosa clara en tu mente, no soy gay solo me gustas tú — dijo alejándose para mirar sus ojos profundos.

Jungkook sonrió — yo tampoco soy gay solo me gusta una persona llamada Taehyung, y nadie más — hincó la punta de su nariz con ternura.

—Entonces eso está bien entre nosotros, porque solo nos gustamos tú y yo — su hermosa sonrisa cuadrada deslumbraba a Jungkook, que nunca quisiera que su chico perdiera esa sonrisa.

—Te amo Taehyung — dijo con tanto sentir muy al fondo de su pecho y alma.

—Yo también te amo Jungkook — respondió con otro sentir especial y único para su chico azabache — eres un… — se alejó para mirar bien su ropa.

—Magnate — terminó de decir y también observó al chico — y tu estaba yendo a tu graduación.

—Si — dijo mordiendo un poco su labio al ver que su novio, era muy apuesto con ese traje, se imaginó unas cosas en su cabeza.

—Eres un futuro doctor — también lo estaba mirando de la misma forma que Taehyung, se mordió un poco su labio y pasó saliva, observando su cuerpo delgado.

—Si — miró sus manos tan fuertes, que eran muy bien marcados.

Jungkook volvió a tomar a Taehyung de su cintura, para inclinar su cabeza y llevar su boca a una de sus orejas — dime lo que sientes en este momento y te daré un hermoso regalo de tu graduación — susurró con una voz seductora.

Taehyung dio un fuerte agarre el los brazos de Jungkook — en mis ojos puedes ver lo que quiero — respondió también en susurro.

El azabache no dudó un segundo en volver a besarlo con tanta pasión y deseo con su respiración un poco pesada, se dedicó a acariciar el cuerpo pequeño en sus brazos.

Ya estaban aprendiendo a besarse muy bien y disfrutaban cada movimiento y ese momento sería inolvidable.

Se alejaron riendo un poco — sin dudar somos el uno el para el otro — dijo Taehyung.

—Tienes razón mi amor — no dejaba de reír.

—Mi amor — repitió Taehyung y dejó un beso pequeña en su labios.

Pero dejó de sonreír al ver el niño acercarse a ambos con una sonrisa, miró a Jungkook y solo recibió una sonrisa.

—Estamos juntos como un día lo prometimos — quedó al frente de los dos.

Jungkook se inclinó para cargar en sus brazos — estamos juntos pequeño — lo dejó en los brazos de Taehyung.

El niño se abrazó de su cuello — te quiero papi.

Taehyung sintió una gran emoción en su interior y solo se dedicó a abrazar al niño con una gran sonrisa y miró a Jungkook.

—Es nuestro, de nadie más — abrazó a ambos dejando un beso en la cabeza de cada uno — ustedes son mi familia.

—Te quiero hijo — dijo Taehyung muy feliz — los amo a los dos, mi hermosa familia.

Jungkook y Taehyung se miraron con una gran sonrisa y felicidad en sus rostros, ya nada les preocupaba, el niño también estaba mirando muy feliz a sus padres, quienes de besaron frente a sus ojos.

Ahora ya nada los afectaría y estaban felices con ese nuevo y verdadero comienzo.

Miraron a la luna, porque la noche los había alcanzado, la luna llena que siempre hacia milagros y esta vez no se equivocó en unir a las parejas en el mismo mundo.

—Mi chico del mismo mundo — dijo Jungkook — el más sumaq que haya visto en mi vida.

—Tú también eres sumaq en todos los sentidos al igual que esta ternura — besó la mejilla del niño sonriente.

—Vamos de viaje a Machu Picchu — dijo el azabache.

Bajaron al niño y luego se dieron un beso para tomar ambos de cada mano e ir a la casa de Jungkook.

La hermosa familia de tres que se fue muy feliz a su verdadera felicidad y comienzo, que sería toda una maravilla.

—Entonces vamos — respondió Taehyung.

El amor de dos personas que sin importar al género era muy próspero y que nunca se terminaría, porque ellos nacieron para estar juntos de por vida.

La historia de dos chicos de dos mundos que al final terminaron en el mismo mundo, para empezar una nueva vida sin prejuicios.

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