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8. Los celos de Mark

La enorme e imponente casa frente a él lo tenía aterrado. Ya era sábado y aún recordaba la charla con su profesor de literatura, sentía cada centímetro de su cuerpo lo que le esperaba. El señor Kim había Sido muy claro cuando, el viernes antes de retirarse, les dijo "Ahora me iré a cenar a la casa de la familia Lee, seguro les encantará saber sobre ustedes". Sus cavilaciones lo llevaban a arrepentirse de aquella salida con Jeno ¿Qué pensarían sus padres sobre una persona que invita a su único hijo a salir una noche? El tampoco dejaría que un acosador se acercara a sus seres amados. Porque eso era ¿No? Un acosador que había estado leyendo e investigando sobre ellos, no se fiaba de las palabras de sus amigas, el no creía que aquello era normal. Junto aire en sus pulmones, paso su mano por su cabello nuevamente aún no se acostumbraba al nuevo corte y color en el, porque si, su abuela había regresado esa mañana para cumplir con su tarea de todos los meses "Un cambio de imagen" ya no le alcanzaban los dedos para contar las veces que cambió su estilo de cabello o de vestimenta, simplemente se dejaba ser. Amaba ver feliz a su abuela.

Golpeó tres veces la puerta y espero a que esta se abriera. La imagen de HyukJae lo recibió, seguida de una sonrisa y una mano que revolvía su cabello. Se hizo a un lado y sin decir palabra, lo dejo entrar.

—¿Nuevo corte?— Esperaba un saludo, un regaño por su parte, cualquier cosa. Menos un comentario sobre su nuevo estilo. Asintió aún con sus nervios palpables -Me gusta. Iré a buscar a Jeno- Pero antes de poder darse la vuelta e ir en busca de su hijo, este y su esposo venían desde el corredor discutiendo en voz alta.

—¡No pienso hablar de este tema contigo!— Exclamó el menor sin percatarse de la presencia del otro chico.

—¡Es importante Jeno Lee!—El adulto era el menos indicado para decir que lo habían visto parado al lado de HyukJae.

—Aun así no necesito charlarlo, entiendo perfectamente—

Mark hace tiempo no veía sus padres y cuando tenía la edad de Jeno, tampoco los veía muy seguido, pero de algo estaba seguro. El nunca se atrevería a enfrentar a sus padres como lo estaba haciendo el chico de cabello negro. Era extraño, ninguno de los dos quería ceder ante el otro y ambos mantenían una postura sería. Hasta que se echaron a reír, por un segundo pensó que lo habían visto y solo jugaban con el, aún así Donghae siguió con su charla.

—Esta bien, pero nunca sabrás lo que le gusta a un pasivo—

—¡Cállate! ¿¡Qué te hace pensar que yo sea pasivo!?—Si nunca antes había conocido la vergüenza, ahora Mark la estaba experimentando a flor de piel y su cara podía quemarse de lo roja que se había puesto, el hombre a su lado solo se reía en voz baja.

—¡Dijiste que solo irían a un bar!—

—¡Tú estás diciendo esas cosas sin sentido!—

—¡Si lo tienen!—

—¡Te estás contradiciendo!—

—¡Chicos!—Grito por fin HyukJae al par que seguía gritando, el par se dió la vuelta para mirarlo. Padre e hijo se pusieron rápidamente nerviosos al notar su presencia en la casa. El labio inferior de Jeno temblaba y ninguno parecía atreverse a soltar palabra—Disculpa Mark, como verás, tengo a dos idiotas en la casa—

—Hola Señor Lee, Hola lindos ojos—

—Hola Mark ¿Nuevo corte?— Preguntó el mayor del par, seguramente para calmar la vergüenza y la tensión presente en aquella sala.

—¿Vamos? Se hace tarde—Era mentira, una vil y cruel mentira. Esperaba que valiera la pena y que su "chico" no se enoje con el o mucho menos, quiera escapar después de saber sobre la supuesta charla que quería darle el padre de este.

Jeno simplemente asintió y tomo la chaqueta que le extendía su padre parado cerca de la puerta, el estiró su brazo ayudándolo a colocar la chaqueta como es debido. Mark sentía que podía morir en esos momentos, el pelinegro no decía nada, se mantenía en un silencio sepulcral y su mirada perdida.

Salieron de aquella casa que minutos antes estaba llena de gritos y una ridícula discusión de un típico adolescente con su padre, el chico dió un paso fuera de la vivienda cuando una mano lo tomo del brazo y lo obligó a darse la vuelta. Unas manos firmes lo tomaron de la cintura, provocando que su cuerpo se volviera de gelatina y sus piernas fallaran, si no fuera por la forma en la que Jeno lo sostenía, sentía que caería al piso en ese momento. Miró expectante el semblante serio del chico frente a él, este solo lo observaba profundamente cortándole la respiración.

—Me encanta tu nuevo estilo—No lo dejo responder, poseyó sus labios como un lobo reclamando lo suyo. Llevo sus manos hasta las mejillas de Jeno para profundizar el roce de sus bocas y así empezar una danza de sus labios sincronizados.

—¿Va-vamos?—

Caminaron juntos, con un Mark tímido y aún en estado de shock por el repentino beso, no era tenía muchos besos que comparar con aquel tal vez en su lista tenía a un par de personas, aún así podía asegurar que aquel tacto había Sido único y uno de los mejores que le habían dado.

El camino en bus no era lo que tenía pensado para una cita romántica o mucho menos única, aún así el chico a su lado hacía que el trayecto hasta el centro de la ciudad fuera más divertido y peligroso para su corazón. Jeno tenía un juego, cuando el estaba distraído lo llamaba por su nombre, al darse la vuelta para preguntarle qué sucedía este le robaba un beso. Los primeros fueron tiernos y cortos, a penas un contacto con sus labios y a la vez fueron sorpresas. Después de un par de besos distraído y otros en los que simplemente se hacía el tonto para recibir el tacto en sus labios llegaron al lugar donde Mark quería traerlo.

Ese mismo día Yuta le había comentado que el show de había cancelado pero le daba pena decírselo a él, sabia que si se lo decía antes, sería capaz de suspender una de las pocas citas con el muchacho a la hora que sus padres le indicaban. Aunque eso tampoco debía preocuparle, cualquier excusa para poder verse era mil veces mejor que mandarse fotos por una red social. Decidido tomo la mano de su menor y lo condujo hasta un salón de videojuegos, hace mucho no entraba a uno y el chico a su lado sabía cómo convertir cualquier cosa en algo que los dos podían disfrutar.

Jugaron como dos niños, comieron ese intento de alimentos que venden en un lugar de comida rápida, se rieron de sus locuras y hablaron de todo y a la vez de nada. Las horas pasaron más rápido de lo normal, había olvidado lo que era reírse sin razón o por un chiste realmente malo, porque si, eso era lo que hacía Jeno en esos momentos. Estaban caminando por las nocturnas calles de Seúl, con sus manos entrelazadas y risas exageradas.

—Eres aún más lindo cuando te ríes—

—No intentes coquetear conmigo—El ahora castaño bajo su mirada avergonzado, su corazón latía muy rápido cada vez que leía aquello en la pantalla de su celular y escucharlo de frente no hacía más que dejarlo sin aire.

—Yo sé que te gusta— Bromeó con él.

—Ire a comprar unos refrescos y volvemos a tu casa— Camino hacia un pequeño negocio que había cerca, extendió su brazo sin terminar de soltar el agarre de sus manos cuando por fin se dió la vuelta.

Antes de aquella noche, Mark no conocía lo que las personas llamaban "Celos". Ese mounstro verde que se apoderó de él cuando cierta chica estaba hablando con el chico que había dejado para ir a comprar unas bebidas. Apretó fuerte la lata de gaseosa que llevaba en sus manos, con pasos lentos se acercó a ellos y escucho un poco de la conversación que tenía con la muchacha que se reía como una estúpida, se le notaba la desesperación en ella.

—¡Ya! No me mientas Lee—

—Te estoy diciendo la verdad Sana—
Claro, se acordaba de esa chica. ¿Acaso no se cansaba de buscarlo?

—Solo tienes que decir ¿Tienes novia o no?—

—No—

—¿Y por qué sigues rechazandome?—
Mark sabía el porque, por eso su entrada era perfecta en ese momento.

—Jeno aquí está tu bebida—Después de entregarle al pelinegro su gaseosa y que su rostro se relajara, eliminando esa expresión de molestia que tenía antes. Volvió a unir sus manos y disimuladamente se encargó de que la chica se diera cuenta.

—Hola ¿Eres el amigo de Jeno?—Mark negó. —¡Oh! ¿Eres el camarero de aquel lugar? ¿Te acuerdas de mí?—

—Mmh No—Acercó su cuerpo a Jeno, así estar más pegado a él y mostrar aún más su intimidad. Aunque la chica frente a ellos parecía no notarlo.

—Te pedí que me hicieras un favor, ya sabes—

—¡Ah! No, no me acuerdo—Claro que se acordaba, pero sentía celos y no sabía el porque solo entendía que era ese sentimiento y lo tenía asegurado.

—Bueno, yo también soy amiga de Jeno y—

—No me interesa—La interrumpió, el otro chico intentaba esconder la risa que quería salir de él.

—Jeno dile a tu amigo que me trate bien—

—No soy su amigo— Levantó sus manos mostrando más que obvio la forma en la que se entrelazaban. La chica los miró confusa y sin entender, estaba por abrir su boca cuando Mark la corto antes de decir algo —¿Eres así de tonta o prácticas frente al espejo?— Esa vez Jeno si soltó una carcajada que dejó congelada a la muchacha.

—No sé que eres de Jeno, pero no creo que sea correcto que me trates así—

—Sana— Hablo después de un rato el chico que se había mantenido en silencio. —¿No sabes entender las indirectas?—

—¿Qué?—

—Para mi que practica, le sale muy bien ser estúpida—

—Estamos en una cita— Señalo sus cuerpos, su mano se dirigía de su Mark a Jeno y de Jeno a Mark intentando explicarle a Sana.

—¿Es una broma?—Soltó una risa nerviosa. El mayor por otro lado todo sus ojos, cansado tomo a Jeno por el cuello y lo trajo a él.

Unió sus labios sin problema, los ajenos lo recibieron gustoso. No supo si la chica aún seguía ahí o esos pasos fuertes eran una forma de mostrar que les había creído y estaba furiosa. Aún así movió sus labios, disfruto de la calidad del otro que se pegaba a él con sus manos en su cintura, enredo sus dedos en el pelo negro de Jeno uniendo más sus bocas.
Ladeó la cabeza cuando un mordisco suave llegó a su labio inferior provocando que los abriera, una traviesa lengua no tardó en llegar y explorar su interior, experimento las sensaciones que provocaba aquel parte del chico que lo estaba volviendo loco. Se separaron agitados, dejando un hilo de saliva como único indicio de sus actos, que cayó sobre su barbilla.

—Te juro que si vuelves a besarme así luego de mostrar tus celos, voy a olvidar que eres mayor— Lo miró curioso sin entender del todo sus palabras. Bien, por lo menos Jeno sabía que estaba celoso y no le molestaba. Abrió su boca para preguntarle a qué se refería, cuando volvió a unir sus labios, más profundo y lleno de deseo.

Tal vez debió haber escuchado su conciencia cuando le dijo "Solo déjalo en la puerta de su casa y vete". Pero aún así había aceptado la invitación de Jeno a pasar a su hogar. Habían llegado y antes de comentar sobre la cómoda vivienda en la que estaba o halagar al que eligió compararla, cuando ya tenía al chico de ojos lindos devorándole la boca, atrapado entre su cuerpo y la pared. Sus manos inútilmente apoyadas en el pecho del muchacho que se encargaba de robarle el aire con cada movimiento y una tercera voz que los asustaba haciéndolos separar.

—Tienen suerte de que sea yo y no Donghae—

—¿No le dirás nada?—

—No. Pero lo sabrá. ¿Mark quieres quedarte?—

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