29. La respuesta de Jeno
Mark lo confundía, le decía que se quede, le rogaba que estuvieran juntos, pero luego le recordaba que era su decisión y debía cumplir sus sueños.
Aún así, Jeno no lo comprendía. Debería estar feliz, ansioso o eufórico por la situación, pero dolía. Dolía de verdad ver lo destrozado que estaba su novio esa noche, aunque sonreía y le susurraba una y otra vez cuánto lo amaba. Algo no estaba bien, su mente era un caos y le dolía la cabeza de tanto pensar, darles vueltas al asunto cada vez que cerraba los ojos.
Tomó aire en sus pulmones y volvió a correr por la cancha, esa que lo vio crecer, caerse, levantarse, gritar y llorar, reír y divertirse. Mientras sus pies recorrían el perímetro, su memoria recorría los recuerdos. Su primera medalla, el primer gol, el primer grito de victoria, su primera derrota, la frustración de la perdida, compañeros que se fueron y otros que llegaron, la lesión de Jaemin que lo dejó inmóvil todo un año. Hasta que llegó el primer día de la temporada actual, esa donde Mark ya estaba en su cabeza, el chico lindo tenía nombre y era más que una cara bonita, la persona más dulce y tierna que no merecía todo esto.
Estaba enamorado y como un idiota el hacía que sus pies se cansaran para no pensar en todo eso. Tal vez las cosas se solucionen estando en ese lugar, debía tomar una decisión.
DongHae y HyukJae le dieron la oportunidad de aplazar el tiempo de firmar el contrato, de todas formas necesitaba de sus permisos durante ese mes, luego sería toda su propia responsabilidad. Hablaron sobre la situación y le dieron cuarenta y ocho horas para decidir si irse a Japón o quedarse, ellos apoyarían sin preguntar.
Coloco las cinco pelotas en una línea y una a una fue pateando hacia el arco, la primera entró sin problemas, la otra quedó en el ángulo, la tercera pegó en el travesaño y la cuarta salió con tanta fuerza que fue más allá del arco. Con un grito golpeó la última y libero su frustración con ese movimiento, dejando que entre con fuerza y moviera la red por la velocidad.
Escuchó unos aplausos detrás de él y se dió la vuelta, ahí parado estaba el entrenador del grupo infantil. Junsu le sonreía mientras se acercaba.
—¿Es una costumbre de los Lee quitar sus preocupaciones con el arco?— Pregunto mientras señalaba dicho elemento.
—¿Por qué lo dices?— Su respiración fue recuperando un ritmo más calmado y sentía el sudor correr por su rostro.
—Hace muchos años vine un día a entrenar y DongHae estaba haciendo lo mismo— No pudo evitar reír, de hecho había sido él quien le había dado la idea la noche anterior. Asintió al hombre parado junto a él.
—¿Que le sucedía?— Se encogió de hombros y cruzó sus brazos. De esa forma lo hacía recordar cuando era su entrenador, el primer profesor que le enseñó como maniobrar la pelota a su gusto. El que le dió el impulso de amar algo y compartir una pasión con sus padres.
—No entendí bien, cuando le pregunté Hyuk apareció— Señaló la puerta a la izquierda —Le gritó que era un idiota por elegirlo a él antes que a su sueño y luego se besaron justo donde estas parado— su primera reacción fue hacer un gesto de desagrado. Después miró fijamente el suelo y trato de imaginarlo.
Conocía la historia, como DongHae se negaba a la propuesta por HyukJae, le había explicado que ese no era su verdadero sueño y que deseaba otra cosa, una vida junto a HyukJae y HyukJae deseaba hacerlo feliz sin importar como. Sabía la historia de porque lo habían adoptado y de todo el cariño que le habían dado sin pedir nada a cambio. Miró nuevamente a Junsu quien no dejaba de sonreír.
—¿Me permites darte un consejo?— Jeno asintió antes las palabras y escuchó al adulto con atención —El fútbol profesional no es la única forma de jugar fútbol—
—¿Que?—
—Hace tiempo dijiste que te gustaban los niños ¿No?— Lo recordaba, la última vez que había venido hasta el establecimiento. Los pequeños jugando y escuchando cada una de sus palabras, sentía que estaba haciendo algo bueno por ellos y que podía contagiar ese amor por el deporte que lo hizo ser quien es —Tengo una pequeña escuela de fútbol, no es muy grande. Pero intentamos hacer que los niños de bajos recursos tengan algo en que pensar que no sea la situación que viven día a día—
—¿Que tiene que ver con todo esto?—
—Quiero que lo pienses. Irte a Japón y ser el mejor jugador del mundo o— Abrió sus brazos como si le estuviera abriendo las puertas a una nueva oportunidad, una nueva forma de ver el futbol —Hacer algo por el mundo y enseñar a los más pequeños—
Junsu le explicó de qué se trataba su fundación. Era una forma de hacer lo que le gustaba, con el tipo de personas que el quería y a la vez estaría dando una ayuda social en estos momentos de crisis. Como plato principal del asunto, no debía irse y le darían una pequeña suma de dinero para que pague sus estudios, lo que el quisiera hacer y sin apuros. Podría hacerlo durante un año y pensarlo bien, o empezar una pequeña carrera y especializarse en la enseñanza como entrenador deportivo o empezar una carrera como director técnico y ser como una de las personas que más admira.
Jeno sonrió y le dijo que si a esa propuesta, se quedaría en el país y lo más importante, se quedaría junto a Mark hasta que esté se canse de él porque Jeno nunca se cansaría de Mark y haría lo que fuera por él.
Con el número de teléfono de su ex entrenador y la propuesta nueva aún saboreando en su boca, corrió hasta su casa listo para hablarlo con sus padres. Estaba seguro que si lo veían feliz, ellos también lo estarían y apoyarían al cien por ciento su decisión.
Tenía una respuesta
Entro a su casa y grito los nombres de sus padres, esperando a que cualquiera de los dos lo escuchara y que le ayude a compartir su buena noticia. HyukJae apareció rápidamente desde la cocina y le pregunto porque gritaba tanto.
—¡Tengo mi respuesta!— Su padre lo espero, sin saber si escuchar la respuesta en ese momento o esperar a DongHae
—¿Esperamos a tu padre?— Jeno negó.
—Puedes decírselo tu— Sin estar muy convencido, su padre accedió y escuchó lo que tenía para decir. Jeno le explicó su plática con Junsu, la propuesta y todo lo que le había dicho de que se trataba el asunto. Los ojos de HyukJae se llenaron de orgullo y felicidad, la felicidad que las palabras de su hijo estaban contenidas. —Asi que me quedaré aquí—
—Estoy tan feliz— Y dejando que la comida, seguramente se queme, lo abrazo con fuerzas. Le dijo lo mucho que lo amaba, lo feliz que se sentía de verlo tan decidido y que se alegraba de que su pequeño muchacho se convertía en un adulto con ideales.
—Debo ir con Mark—
Sus manos temblaban, su corazón martillando nervioso y su mente tratando de pensar en las diferentes formas de decirle al amor de su vida que se quedarían juntos. Imagino diferentes formas de sorprenderlo, pensó en besarlo hasta que sus labios dijeran basta. Quería que el taxi se moviera más rápido y llegara en ese momento a la casa de Mark, debía decirle su respuesta y la solución a cualquier inquietud existente entre ambos.
El vehículo freno frente a la casa del mayor, de la abuela de este, y Jeno contuvo la respiración unos segundos antes de soltar el aire y calmar sus nervios. No era tan difícil ¿No? Golpeó la puerta deseando que le atendiera la abuela de su novio para extender el momento de decirlo y estar más calmado para expresarse bien. No quería confundir las palabras y dar un mensaje equivocado. Mark había sufrido suficiente para hacerlo confundir aún más.
Para su suerte, la señora Lee lo atendió y Jeno llevo su dedo índice a sus labios para hacerla entender que no dijera nada. La mujer mayor lo entendió y dejó el paso libre para que entrara, señaló la habitación de su nieto y siguió con su labor de limpieza. Jeno camino hasta donde estaba su novio, escucho su voz y pudo identificar que estaba en una llamada con su padre. Tal vez era una videollamada o estaba en alta voz, pero podía escucharlo como si estuviera ahí.
—¿Y por qué no se lo dijiste?— Escucho la conversación mientras entraba de apoco a la habitación. Noto que su novio estaba desempacando sus cosas, seguramente había dejado su hogar de estudiante universitario.
—Deviste ver su cara de felicidad cuando el señor ese fue a verlo jugar. Era inexplicable—
—Y tú debes ver su rostro cuando te mira, eso es inefable— Jeno entro justo para dejarse ver por la cámara web y saludo al padre, repitiendo la seña que le había hecho a la abuela.
—Yuta dijo algo parecido—
—Yuta es un genio— Ambos rieron y Jeno hizo fuerza para no dejar escapar una carcajada.
—Dime Mark ¿Cuánto amas al chico?— Jeno aflojó su mirada y lo vio detenerse en lo que hacía. Podía sentir como sus facciones cambiaban para darle una respuesta a su padre
—No puedo ponerle número o palabras, es lo que siento— Jeno camino hasta donde estaba parado su novio, cerca de su armario. Extendió los brazos y como hacía siempre, los envolvió en la cintura de Mark.
—Yo también te amo— Le susurró al oído.
—¿Que haces aquí?— intento sonar fuerte y Jeno solo sonrió por lo tierno que era Mark intentado ocultar sus sentimientos.
—Vengo a darte una noticia— Giró el cuerpo de su novio para que lo viera a los ojos cuando se lo dijera. La llamada en la computadora se había cortado, seguramente les quería dar espacio a ambos.
—¿Cuál?— El rostro de Mark comenzó a tener expectativas, listo para cualquier cosa que saldría de la boca de su novio.
—Me quedaré aquí— Mark abrió la boca sin saber que decir. —Luego te explico, no te preocupes por mí. Ahora besame— Y sin preguntar o tratar de entender que era lo que decia Jeno, lo beso.
Comenzaron un pequeño beso travieso, la alegría los consumió y la temperatura subió. Olvidaron que la abuela del mayor estaba en algún lugar de cada y se dejaron llevar, tal vez en ese punto habían quedado solos en la casa. Volvieron a ser uno, a fundirse en la pasión y en el calor, regresaron a ese cielo que solo consiguen llegar cuando están juntos, cuando sus cuerpos se unen. Tuvieron relaciones en la cama recién hecha, la habitación esperando a ser ordenada y las cajas todavía llenas de elementos para guardar y desempacar.
Mark se acomodó en su pecho, escuchando atentamente las palabras de su novio y todo lo que tenía para decirle. Hablando sobre su futuro, uno donde estarían juntos sin importar que.
—¿Y que vas a estudiar?—
—No lo sé. Debo pensarlo y todavía no se lo dije a nadie— Mark se levantó un poco, lo suficientemente para mirarlo desde arriba.
—¿Ni a tus padres?—
—Solo a HyukJae— Mark se tranquilizó y regreso a su lugar en el abrazo. —Luego llamaré a Haechan, Renjun estará con él y se lo diremos—
—¿Diremos?— Mark creyó escuchar mal. Sin embargo, Jeno afirmó sus palabras.
—Lo haremos juntos—
Jeno tenía una respuesta, su respuesta era una vida junto a Mark, sería parte del mundo de Mark y Mark sería parte del mundo de Jeno. Era lo que su mente le gritaba cuando se preguntaba ¿Cómo es la felicidad? Su felicidad era junto al chico que dormía en su pecho con una sonrisa feliz.
—¿Estás dormido?— Susurro. Mark negó con un sonido extraño —¿Quieres hablar sobre lo que dijiste de ir a vivir juntos?—
Mark no entendía porque esas palabras lo volvían nervioso y feliz.
Jeno no entendía porque sentía que esas palabras no eran solo un juego.
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