25. Nuevo año
Los primeros días del año pasaron, cada uno regresando a sus rutinas. La graduación se aproximaba con pasos lentos y Jeno sabía que pronto debía tomar la decisión de cuál sería aquello que elegiría para su futuro, solo una cosa estaba seguro. Mark estaría en el y era lo único que sabía y podía asegurar.
Miró a sus costados, los libros esparcidos por toda la mesa, Jaemin sentado a su derecha con la vista en uno de sus tantos libros. Iba cambiando de materia cada diez segundos, según Mark eso le servía para retener más información. Aún le sorprendía la facilidad en la que sus amigos se habían llevado tan bien con su novio ¿Quien no lo haría? No conocía persona que odiaba al dulce chico que ríe por todo o por lo menos que se ríe de sus chistes. Frente a ellos estaba Haechan sentado sobre la falda de Renjun, cada uno ocupado con sus propios estudios y deberes, a pesar de estar en la casa de este último, ya no les daba miedo mostrarse un poco más cariñosos.
Febrero culminando y marzo llegaría, con él no solo la graduación, si no la hora en la que harían por fin la relación del "Renhyuck" oficial y ya no sería ningún secreto. Sonrió, todo a su alrededor tomaba color y la alegría sería difícil de romper. Perdido en sus pensamientos, no observó el momento en el que una mano se levantaba sobre su libreta y corregía un número.
—El día en el que seas bueno en matemáticas, creeré que los aliens te abducieron— la sala estalló en risas por el comentario de Renjun.
Su novio feliz por ello, le dió un rápido beso en los labios. En ese momento la puerta se abrió y la madre del mayor en el cuarto apareció en el lugar. No dijo nada, solo los observó un tiempo y con una especie de sonrisa, le dijo a su hijo que se iba a trabajar.
—¿No hay otra silla?— Les Preguntó al par sentado. Jeno palideció, preparado para escuchar cualquier regaño.
—Si, pero su hijo es más cómodo— Se escuchó una suave risa venir de la mujer y los ojos se agrandaron —Si tu lo dices, nos vemos chicos— hizo ademán de irse por fin, pero se dirigió a Haechan —El padre de Renjun está de viaje, me gustaría que te quedarás a cenar. Si gustas—
Todos los ojos se dirigieron al chico de cabello rojizo, esperando una respuesta. Donghyuck sonrió ampliamente y contesto.
—¡Claro! Si quiere puedo cocinar yo. Sé que regresará cansada— La mujer lo observó con duda, pero termino accediendo y con movimientos torpes volvió a despedirse y se retiró de la vivienda.
—¿Que acaba de pasar?— Jaemin rompió el silencio que la madre de Renjun había dejado cuando se marchó.
—¡Te lo dije Injun!— Y con media vuelta comenzó a besar a su novio. Olvidando que en la habitación había otro dos chicos y que uno de ellos, aún tenía algunos sentimientos por el extranjero. Pasaron unos momentos hasta que por fin se separaron. —Creo que sospecha. No, estoy seguro que sospecha y está casi segura— Comentó aún feliz y eufórico.
—En navidad Haechan vino a saludar y mi madre nos sorprendió. Ese día no dijo nada, pensamos que no había visto nada— Explicó. Jeno y Jaemin asintieron aún sin entender —El imbécil me besó en mi puerta, mi madre apareció—
—Eso entendimos—
—Estuvo actuando un poco extraña, todo el tiempo parecía querer preguntarme algo. Hasta que un día me preguntó por Haechan— Jeno dejó las matemáticas en un cuarto o quinto plano, el examen podría esperar. No es como si le fueran a robar los apuntes por no darles atención. —Me dijo «¿Como se encuentra tu amigo pelirrojo?»—
—Cuando me lo contó, le dije que seguramente ella está sospechando y espera a que se lo digamos— El ferviente sentimiento que embriagaba a Donghyuck no podía ser mantenido oculto. Sus ojos brillaban esperanzados.
—Ahora está más que claro que ella lo sabe y por lo visto— Renjun tomo aire, mirando al techo. Haechan sujeto la mano que se colocaba en la mesa y le dió un apretón —Ella lo acepta— Su voz se cortó. Haciendo que su novio volviera a consolarlo y decirle que se merecía ser feliz.
Jeno los miro y se sintió feliz por saberlo, ahora sabía que si algo salía mal. Por lo menos tendrían la aprobación de la madre, aunque no sabrían la del padre. Era un gran paso, si lograban mostrarle a esa mujer lo felices que eran estando juntos, esta sin dudar lograría convencer a su esposo.
A diferencia de cierta mujer que Jeno conocía. Quiso quitar esos pensamientos de su cabeza, el la había perdonado y no debía darle rencor. A veces dudaba si hizo lo correcto, los llantos y la historia que le contó la señora Lee lo habían convencido en el momento, pero momentos como este, lo dudaba. Cuando por fin el chino logro calmarse, se rió y miró a Donghyuck.
—¿Cocinas?—
—Estaba tratando de ser un buen yerno, no te rías—
Otro día normal en la escuela terminaba, su examen de matemáticas había salido bien o por lo menos en los estándares acostumbrado que tenía Jeno. No era un genio, pero estaba seguro de que aprobaría. Caminaron por los pasillos que llevaban hasta la salida, hablando con una de sus compañeras de clase, no recordaba si era una de sus ex, pero se sentía cómodo hablando con ella. Ahora que tenía alguien a quien amar de verdad y las personas ya no le pedían salir cada dos pasos que daba.
—¿Y tu novio?— Preguntó feliz. Jeno sabía que algunas chicas les gustaba saber de ellos dos, los habían apodado como "Markno" aunque según Donghyuck era un error y debía ser "Jark". Pero era lo menos que le importaba.
—Hoy tenía un exámen, así que seguramente se está mordido las uñas— Ambos rieron.
—¿Que harás cuando Mark se gradué y sea profesor?— Jeno sonrió malicioso.
—Les diré a todos que tengo un novio profesor, sus alumnas y alumnos también sabrán que no tendrán oportunidad con él—
—Eres el niño de sus ojos— y después de mucho tiempo, Jeno logro enrojecerse.
Se despidió de la chica y camino hasta donde sus amigos los esperaban. Se extrañó cuando Jaemin no estaba ahí y quedaba solo con la pareja, se suponía que saldrían.
—¿Y tu mejor amigo?— Le pregunto al castaño.
—Su madre encontró unos cigarrillos en su habitación, ya sabrás el resultado— Jeno asintió, claro que lo sabía.
—¿Entonces?—
—Iremos de todas formas— Su mejor amigo se dió la vuelta y como tenía su mano enganchada a Renjun, ambos comenzaron a caminar hacia la salida.
—¿Tengo que ver como ustedes dos se comen la boca delante mío?— Se quejó el pelinegro. Ya había estado en esa situación muchas veces.
—Tranquilo campeón, mira allí— Siguió el camino de la barbilla de Renjun y notó un cuerpo muy conocido por sus ojos y manos. Mark estaba apoyado en un póster, con su nuevo atuendo (regalo de su abuelo, por supuesto) lo hacía verse mayor y peligroso para cualquier persona con ojos.
Se acercó a él con una sonrisa, Mark lo miró directo a los ojos.
El exterior se extinguió, solo existieron ellos dos. Los ojos fijos en su novio, sus pies caminaban un sendero conocido, sus brazos envolvieron una cintura que los recibía gustosa y sus labios se encontraron con otros que se dejaron derretir bajo su toque. Tan solo unos simples movimientos, un roce sereno que reemplazan cualquier tipo de saludo. Apoyo su frente con la contraria y sonrió al sentir el aroma de Mark indundar sus sentidos.
—Hola— Susurro.
—Hola lindo—
—¿Tingi qui vor cimi istidis dis si cimin li bici dilint mii?— Se burló Haechan al pasar a su lado.
—Callate—
Ambas parejas se dirigieron hasta la sala de juegos que quedaba, misteriosamente, cerca de su escuela. Jugaron en las máquinas hasta que sus estómagos se retorcían de la risa. Mark era terrible en absolutamente todos los juegos y solo provocaba risas en los demás, pasando una tarde llena de carcajadas y la risa extravagante de los chicos. Era un caos, un hermoso e inolvidable caos.
Cuando se cansaron de ver como su novio fracasaba una y otra vez, decidieron ir por unas hamburguesas buscando una de las mesas más alejadas, un poco más privadas y dónde ningún niño pudiera escucharlos, Mark no quería ser mala influencia y que escucharan algo que los podría hacer mal. Jeno susurro un "Tierno" y Donghyuck se rió de él al escucharlo por lo bajo, luego se lo contó a Renjun quien lo miró y sonrió divertido. Agradecía no entender chino y que Mark tampoco lo hiciera.
A veces odia que su mejor amigo aprendiera el idioma ¿El debía mejorar su inglés y hacer lo mismo con Mark?
Luego de que su comida estuviera lista y se dispusieran a comer, la mesa quedó en una charla tranquila. Temas como la próxima graduación y lo que pensaban hacer luego de terminar la secundaria, las prácticas que pronto tendría que hacer el mayor de todos, haciendo entender que le quedaba cursar su último año en la carrera.
—Yuta se recibe este año, asi que su habitación la usará otro alumno— Mark explicó su preocupación —Asi qué tal vez, lo deje y me quedaré con mi abuela hasta que logré independizarme— Algo en Jeno se volvió un caos. El estaba a punto de terminar la secundaria y Mark le quedaba un año de universidad ¿Podrían hacer una vida juntos?
Por un momento se los imagino, Mark llegando a casa luego de enseñarle a niños sobre la historia universal. Lo imagino ponerse un delantal y comenzar a cocinar, cuando el llegaba a casa luego de una tarde de práctica. Mark lo recibía con un beso y su cara manchada en un intento por cocinar algo, para luego terminar ayudándolo. Luego se irían a la cama, la cama de los dos, una grande en la cual se acurrucan toda la noche. Dejando que su imaginación vuele, perdió el hilo de la conversación.
—¿Jeno?— Volvió su vista a Renjun que lo llamaba.
Cuando se percató, estaban ellos dos solos en el lugar. ¿Que había sucedido?
—¿Do—
—Fueron a comprar unos helados. Mi novio aún es un niño— Le aclaro antes de que pudiera preguntar o terminar de formular una pregunta —¿En que estabas pensando?—
—Suena tonto decir que estuve pensando en vivir con Mark— Renjun lo miró serio.
—No. Mark está más cerca de ser un profesor a que seguir siendo un universitario— Ambos miraron donde los otros dos estaba parados —¿Pensaste solo eso?— Jeno volvió su vista.
—Si— Dudo —¿Por qué?—
—Cuando hablamos con mi madre, me invadió la idea loca de pedirle matrimonio a Haechan. Es un poco apresurado ¿Verdad?— La boca de Jeno se abrió lo más que pudo y no supo que responder —Solo fue algo que pasó por mi mente, mi madre nos hablo por horas y sabes que Haechan tampoco es fácil de hacer callar—
—Pues— ¿Como decirlo? Aún eran jóvenes y esas palabras lo hicieron darse cuenta. No importa que Mark haya terminado antes la secundaria y sea un prodigio, aún era un muchacho que solo le llevaba un año.
Debía recordar que sus mundos se estaban fusionando y que sólo el tiempo podría responder a sus dudas. El par llegó a la mesa con unos helados en la mano, pero solo con dos. Mark tenía la cara roja hasta las orejas y Donghyuck caminaba con la cara iluminada por el orgullo.
Jeno la reconocía y sabía que nada bueno venía después.
—Estos son para compartir, en pareja— Jeno miró a Mark que se veía como un niño pequeño, uno que estaba a punto de pedir algo vergonzoso y cualquier pensamiento se borró.
Esto era el ahora, después habría tiempo para el mañana.
—Recuerdame no volver a dejarte solo con mi novio— Haechan hizo un sonido de fingida ofensa.
—Luego me lo agradeces—
Jeno aún no sabía que no era la primera vez que su mejor amigo u novio habían estado hablando. No tenía ni idea que otras cosas había dejado en la cabeza de Mark en estos meses.
El nuevo año recién comenzaba y les esperaban muchas cosas para descubrir y aprender.
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