22. La reacción
—Estas loco— Mark alejo a su novio de su cuello, aún no estaba listo para arriesgarse a ser descubierto por sus padres. Quería hablarlo como gente civilizada y tener una mejor visión de su relación, no quería que su primera impresión fuera un par de muchachos calientes aunque así se sentía en ese momento. —Vamos a mi habitación— Rió fuerte al escucharlo hablar entre besos.
A regañadientes lo condujo hasta su habitación, intentando que no hablara en voz alta y despertara a nadie. Entraron enredados con sus brazos y besos desprolijos. Vago entre el cuerpo de su novio, perdido por la sensación de su boca siendo maltratada por el más joven, intentando abordar toda la piel que podría encontrar descubierta. Los labios de su novio viajaron por todo su cuello, ambos cayendo hasta la cama de Mark riendo en el proceso.
—Mark, quiero escucharte gritar mi nombre—
—¡Basta! ¿Acaso tienes un fetiche por ser descubierto? Tuve suficiente con tu padre— Lo golpeó en el pecho, tratando de contener su risa exagerada. Jeno lo miró con un puchero fingido.
—Oye, no son fetiches. Solo quiero explorar con mi novio— Lo beso más tranquilo, con las piernas de Mark enredadas en la cintura de Jeno. Acariciando sus labios con los del otro.
—¿Y qué quieres hacer?— Le Preguntó perdido en la intimidad. Casi dos meses juntos y nunca habían podido hablar de esa clase de temas.
—Solo te diré si tú me dices lo que te gustaría hacer— Abrió la boca al ver la sonrisa de ojos de Jeno. ¿Cómo podía verse tan tierno mientras le preguntaba sobre sus fantasías sexuales?
—Esta bien, pero primero tú— Jeno llevo sus manos hasta los muslos de Mark, acariciando sobre la tela de sus pantalones.
—Muchas cosas, pero creo que diré que me gustaría verte con una falda— Abrió los ojos lo más grande que pudo.
—¿Una falda?— Casi chilló. Pero Jeno lo miraba serio y con una lujuria en sus ojos mientras se levantaba para mirarlo desde arriba, apoyo sus manos en sus abdominales bajando por su estómago, pasando por su cintura y llegando hasta los muslos.
—Imagina como te verías, con tu cintura y tus piernas delgadas— Mark tembló, la voz gruesa de Jeno detonaba el deseo que estaba reprimiendo. Lo miro a los ojos y con ellos le rogó que lo desvistiera.
No tardó mucho en entender su pedido y Jeno quito la ropa que en ese momento estaba estorbando, besando sus labios perdidos en el placer de ambos.
—Ahora te toca a ti— Mark lo pensó, nunca antes había estado pensando en que cosas le gustaría hacer con Jeno. Aunque una idea paso por su cabeza en ese momento.
Observó a Jeno aún con sus pantalones y el debajo totalmente desnudo, tomo aire y sonrió levantándose tirando a su novio en el proceso. Jeno lo miró un poco sorprendido por el repentino ataque de confianza de su novio, el cual estaba ahora subido a horcajadas sobre el. Mark le sonrió, bajando su rostro hasta el contrario dejando un beso en los labios.
—Quiero montarte— Hablo sobre la boca abierta de su novio, este asintió con una sonrisa divertida y se dejó desvestir.
Mark se sentía poderoso, dominante, estaba llevando las riendas por primera vez y sentía que podía caer en un abismo. Las manos de Jeno masajeando sus glúteos mientras él se movía de atrás hacia adelante, torturando la paciencia de su novio. Intentando no gemir tan alto, aún sin olvidar que detrás de esas paredes estaban sus padres durmiendo. Con dos dedos en su boca empezó a meterlos y sacarlos, lubricado lo más posible sus dígitos con la mirada de Jeno clavada en la forma en la que imitaba embestidas en su boca. Una vez listo, llevo un dígito hasta su entrada donde por primera vez se estaba preparando frente a Jeno.
Días antes se había avergonzado cuando en la ducha había metido sus dedos, pensando en que eran los de Jeno y ahora lo estaba siendo frene a sus ojos que lo miraban desde abajo, disfrutando de la vista, sintiendo como crecía debajo de él, ansioso por estar dentro de él.
Cuando creyó estar listo, retiro sus dedos y con los ojos cerrados tomo el miembro ajeno, intentando hacer que entre dentro de él. Ahogo un grito cuando sintió que toda la longitud de su novio entraba por completo.
Primero probó moviéndose unos milímetros, sintiendo como Jeno lo tomaba fuerte por la cintura. Eso fue una indicación para que continuara.
Mark se sujeto de los pectorales de su novio mientras subía y bajaba dando brincos sobre él. Cada vez bajando con más fuerza y velocidad, moviendo en círculos, tocando en esos lugares donde su vista se nubla a y sus tobillos se contraían. Si estaba haciendo algún ruido, no se daba cuenta, perdido en la forma en la que su entrada estaba siendo gratamente atacada. Jeno lo dejó que hiciera lo que él quiera, si quería ir lento o rápido, si quería besarlo o acariciar su pecho.
En un momento, Jeno se olvidó de todo y lo tomo con fuerza aún estando dentro de él. Mark chilló cuando lo acomodo de manera en la que ambos estuvieran sentados, con sus bocas enredadas en un beso. No tardaron mucho en llegar al clímax de esa manera.
Mark podría estar más que satisfecho, tendría el siguiente día para entrar en vergüenza. Solo rogaba que no lo hayan escuchado con tanto escándalo, sería demasiado para el.
Las luces del sol se filtraban por si ventana, no recordaba que estuvieran abierta o que sus cortinas fueran corridas. Fue cuando escucho una voz que hace tiempo no había escuchado, abrió sus ojos y se encontró con una figura, la figura de su madre lo miraba con una sonrisa.
—Buenos días— Lo saludo. Mark se observó a él mismo, con pequeñas marcas en su cuello y su cuerpo desnudo bajo las sábanas. Miró a un costado y vio a Jeno boca abajo con la sábana cubriéndolo entero. —Dile a tu novia que se vista, ya está listo el almuerzo— Mark no tuvo el tiempo de pensar en el hecho de que le dijera "almuerzo" y no "desayuno". Su mente estaba atorada en la palabra "Novia". Tenía a un guapo chico a su lado y aún así lo llamaba de manera femenina.
Luego de despertar se vistió con su ropa y busco algo para prestarle a Jeno, recordando que su ropa había quedado en la sala de estar la noche anterior. Con los ojos cansados salió de su habitación y se dirigió hasta donde su familia estaba sentada compartiendo un alegre almuerzo. Los saludo uno a uno, su abuela con la sonrisa de siempre, a su padre quien hace mucho no había visto y a su madre que lo miraba con una expresión que no podía entender del todo.
—Veo que te va bien con tu novia—
—No es mi novia— Intento comenzar con el tema, de a poco. —Es mi pareja, pero no mi novia—
—¿Tienes dos?— Negó rápidamente a su padre, con una cara de disgusto.¿Cómo podrían pensar algo asi de el? No pensaba engañar a Jeno ni en sus sueños. —La engañas— Volvió a negar, exasperado por lo apresurado que eran sus padres. Siempre tratando de adivinar todo antes de escuchar la historia completa.
—Solo tengo un novio— Soltó cansado. Esperando la reacción.
—Novia, Mark. Dijiste novio—
—No me equivoqué— En ese momento escucho unos pasos cansados venir desde el pasillo que conducía a las habitaciones, todas las miradas se dirigieron a Jeno que se acercaba hasta la mesa. Con una sonrisa, siempre con esa confianza que le daba la fuerza. Cuando Jeno llegó hasta ellos, lo tomo de la mano y enfrentó a sus padres —Les presento a Jeno Lee, mi novio—
—Es broma ¿Verdad?— Su padre intento reír, esperando que sea un chiste. Apretó aún más la mano de Jeno y espero a las palabras de su madre que los miraba de arriba abajo.
—No es broma papá— Era raro llamarlo así cuando casi no existían en mi vida, no hacía falta su aprobación, pero siempre me haría feliz el apoyo de ambos.
—Us-ustedes anoche ¿Tuvieron relaciones?— Hablo por fin su madre, Mark tomo aire, no creía que le estuviera preguntando eso.
—Si y no es la primera vez— Miró a su costado, encontrando con la mirada de Jeno —Eso no importa, Jeno me gusta mucho— El chico a su lado le dió una sonrisa. Su abuela festejó al verlos con esa mirada en sus ojos. Ambos mirando con cariño, decididos en amarse ante todo.
—Eso es suficiente para mí— Escuchó a su padre y lo vio levantarse hasta donde estaban —Soy el padre de Mark. Un gusto conocerte Jeno—
—El gusto es mío— Está vez las miradas se dirigieron a la madre, quien tenía la mirada perdida. Se la notaba pensativa, hasta que por fin habló.
—Esta bien. Esto es una etapa, ya se te va a pasar— Mark abrió su boca.
—Mamá, soy gay desde antes de conocerlo. No se me va "a pasar"— Exclamó exaltado. Jeno lo tomo de la cintura buscando calmar la ira que lo estaba consumiendo, se sentía decepcionado.
—Pero Mark ¿Y los nietos? ¿Qué va a ser de mi?— Mark sabía que su madre era egoísta, pero no conocía que pudiera sobrepasar los límites de lo coherente.
—Existe la adopción— Respondió por el su novio, orgulloso.
—Claro que si. Pero los niños adoptados por padres homosexuales son problemáticos y tienen problemas psicológicos— Está vez fue la mano de Jeno que se apretó con fuerza.
—¿Disculpe?—
—Mamá, eso es mentira. Conozco a personas que— Si algo que tenía que cambiar Mark era de dar tantas vueltas cuando hablaba con su madre. Siempre intentando no hacerla enojar o discutir, no le gustaba hacerlo con ella, sentía que hacía algo mal.
—¿A quien?— Lo interrumpió ella con una voz altanera.
—A mi— Respondió Jeno de la misma forma —Tengo dos padres homosexuales y soy adoptado—
—Ahi tienes. Sale gay igual que los padres— Mark abrió la boca para replicar, pero Jeno se soltó de golpe y como si fuera un rayo salió corriendo del lugar.
No dijo nada, prefirió salir y buscar a su novio. Afuera hacía frío y su abrigo había quedado en alguna parte de la sala de estar, camino lo más rápido que sus pies le permitían. Divisó a Jeno doblar una esquina, su casa quedaba bastante lejos y no creía que fuera buena idea que se fuera caminando. Grito el nombre de su novio por lo menos tres veces, hasta que por fin lo vio frenar su rápido andar. Sin darse la vuelta lo espero hasta que llegara.
—¿Qué te sucede?— Lo vio tensar la mandíbula, apretando los puños y reteniendo toda clase emociones dentro. Era la primera vez que lo veía de esa forma, siempre era alegre y risueño, no le gustaba verlo así. Se odio por querer presentarlo a su madre, pensando que todo saldria bien.
—Puedo soportar que digan cosas sobre mi, no sería la primera vez que no le agrado a alguien— Mark tomó su mano.
—Jeno— Susurró.
—No puedo permitir que una persona hable mal de mis padres y ¿Sabes lo que es peor?— Sus ojos se encontraron, los de Jeno estaban rojos de tanto retener las lágrimas dentro —He escuchado millones de comentarios sobre mis padres, de toda clase y la mayoría de las veces intento ignorarlo o simplemente responder de manera astuta— La voz de Jeno se iba elevando cada vez más, las lágrimas comenzaron a salir como si no tuvieran límite. —Cuando escucho algo así de los padres de Renjun, solo me rio. ¡Me reí en la cara de un profesor cuando quiso hacer un estupido chiste!— Mark levantó su mano intentando secar esas lágrimas, pero Jeno sostuvo su muñeca impidiéndole hacerlo —No crei que me doliera tanto que lo dijera tu madre— Mark sintió como sus ojos empezaban a quemar y arder, a punto de llorar junto a Jeno.
—No importa—
—¡Si importa! ¡Me importa! ¡Son tus padres Mierda!— La última palabra salía con un hilo de tristeza, arrastrando las palabras en un intento de contenerse —Ve a tu casa. Yo necesito pensar — Está vez hablo más calmado. Mark asintió no tan seguro.
—¿Estás seguro?—
—Si. Iré a casa de Haechan y luego a la mía— Mark atino a sonreírle, tratando de calmarlo.
—Nos vemos—
Regreso a su casa como un fantasma, vacío y deprimido. Directo hasta su cuarto, no quería hablar con nadie en ese momento. Las palabras de su madre aún resonaban en su cabeza como un eco que no se iba, la imagen de Jeno destrozado por algo tan peligroso como lo son las palabras, lo atormentaba y lo hacían deshacerse en lágrimas.
Lloro con los ojos cerrados, sus lágrimas cayendo sobre su almohada, el silencio de su habitación lo mataba. Con miedo de que sus sollozos cortaran la paz de su cuarto, contenía todo lo que podía. Se lastimaba así mismo cuando recordaba la noche, habían compartido un momento íntimo, habían explorado otras cosas que no había pensado. Era la primera vez que se entregaba con todo su ser a una persona y cuando esta la necesitaba el no sabía cómo reaccionar. ¿Así se sentía estar enamorado? Porque estaba seguro que lo que sentía por Jeno, era amor y le dolía en el pecho no poder estar ahí para el, no poder comprenderlo.
Escucho el sonido de la puerta, sin querer abrir los ojos sintió como el peso de una persona se hundía. Abrió los ojos esperando encontrar a su abuela, pero en su lugar estaba su padre. Volvió a cerrarlos, aún así, su padre hablo primero.
—Es noche buena Mark, no puedes estar asi— respirando un poco más sereno, se levantó de su posición para poder verlo bien.
—¿Cómo te sentirías si la abuela te dijera que tú matrimonio con mamá es pasajero?— Lo escucho reír.
—Ella ya lo hizo, con todas mis novias— Mark hizo una mueca —Pero ¿sabes lo que la hizo cambiar de opinión?—
—La manera en la que la miras— Su padre se sorprendió y el le sonrió
—Me lo dijo una vez—
—Pues, no sé que vio tu madre. Pero yo ví claramente como ambos se aman de verdad— El enrojeció, ya se estaba acostumbrado a esas palabras de sus amigos, pero escucharlo de su papá quién casi no lo veía era diferente.
—¿Se nota mucho?— Su padre asintió.
—Entonces estoy en lo cierto, lo amas— A pesar de que era una afirmación, Mark asintió más para si mismo. Tratando de conectar todas las piezas en su lugar. —Olvida lo que dijo tu madre, es un poco lenta. Ya entenderá lo que sientes por él— No pudo evitarlo, así que extendió sus brazos y lo atrajo en un abrazo. Lo necesitaba tanto, sus amigos estaban lejos y su amado estaba en su casa.
O eso creía.
Una llamada en su celular corto cualquier otro movimiento. Mark lo miró confundido cuando en el celular se mostraba el nombre del contacto como "HyukJae" contesto un poco aturdido. Había guardado el número hace tiempo cuando Jeno se había quedado sin batería y necesitaba enviar un mensaje de texto a su padre, creyó que nunca lo necesitaría.
—¿Si?— Hablo con temor.
—¿Jeno está contigo?— Algo en su interior se revolvió.
—Me dijo que iría a casa de Haechan— Intento recordar las palabras que le dijo antes de irse.
—A mí igual. Llamé a Donghyuck y me dijo que se fue de su casa hace tiempo— Lo escucho preocupado y todo a su alrededor se congelo, eso no podría estar pasando. —Lo he llamado, pero no contesta— Casi podía sentir la manera en la que HyukJae intentaba mantenerse sereno ante la situación.
—Lo llamaré— Tecleo rápidamente hasta el contacto de su novio, temblando y no por el frío.
Cerro los ojos aterrados, rogando que Jeno le contestara. El buzón de voz se escuchó por primera vez, observó la hora y vio que ya casi eran las diez de la noche. Lo llamo dos, tres veces más, sin poder evitar entrar en pánico.
Jeno no contesto ninguna llamada.
Volví! Ah. Perdón por dejarlo así!! Pero no todo es color de rosas. No me convence el Smut, pero bueno. Son casi 3000 palabras. En fin, comienza la cuenta regresiva, ya tengo hechos todos los borradores hasta el final y contando con este capítulo, quedan diez en total para terminar.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro