17. Una tarde con DongHae
Había pasado ya un mes, un hermoso mes donde Mark, cada día se levantaba con una sonrisa. Aunque la universidad y su trabajo no le daba tiempo para ver tan seguido a su novio, había hecho lo imposible para hacer de ese día el mejor para ambos. Había conseguido un contacto gracias a Yerin quien resultó ser una gran aficionada del futbol, al igual que su padre, por eso hoy sería un gran día. Solo debía hacerle creer a Jeno detrás de la pantalla que aún se encontraba en su departamento y esa tarde tenía clases.
—Entonces ¿Hoy no nos veremos?— Quiso decirle que si, que haría lo que fuera por el. Pero uno, no quería asustarlo y dos, no debía arruinar la sorpresa. Negó a su pregunta.
—Lo siento—Vio al chico intentar sonreír. —Aun tengo un exámen y luego debo cubrir el turno de Yuta—
Todo eso era mentira, había promocionado gran parte de sus estudios y no debía hacer muchos exámenes finales, Yuta viajaba esa noche a Japón para las vacaciones de invierno y el dueño del local estaba haciendo unos arreglos, por lo cual se encontraba cerrado por unos días. Pero eso aún no debía saberlo el menor.
—Esta bien. En algún momento irás a verme jugar ¿Verdad?— Asintió. Esa era otra promesa, tuvo que morderse el labio para no soltar nada estúpido.
—No te preocupes, ya habrá otros aniversarios para festejar ¿No?— Aunque le dolía decir aquello, debía hacerlo.
—Claro—Vio su sonrisa desaparecer y se sintió el peor novio del mundo en ese momento. Lo miró otra vez, extrañaba a su chico descarado y travieso, no quería a ese que lo miraba triste por no poder pasar tiempo juntos.
—No hagas esa cara. Hoy es un juego importante ¿Verdad?— Y los ojos luminosos que siempre adoraba ver, aparecieron contando sobre lo que más lo apasiona. Explicó el sistema de los torneos y las oportunidades que le traía ese juego, debía concentrarse y poder conseguir entrar por lo menos como suplente en el equipo profesional. Aunque no era un club muy reconocido.
—El club no sube de categoría desde que papá dejó de jugar, hace un siglo— Se rió por el chiste sobre la edad de sus padres. Siempre hacia comentarios de esa índole, haciendo referencia a ello.
—No creo fuera hace mucho ¿Hace cuanto?—No creía fuera mucho, Jeno siempre le había contado que eran compañeros de equipo, pero no habían llegado a algo profesional.
—Unos veinte años o por ahí—Se encogió de hombros con una sonrisa.
—No falta mucho para que yo llegue a esa edad. No es tanto tiempo—La risa de Jeno se escuchó por toda la casa, agradeció que su abuela no estuviera en ella. Sería capaz de arruinar todo.
—Todo un Daddy—Lo miró de esa forma que hacía antes de terminar haciendo cosas que lo avergonzaba, como tocarse mientras veía al chico a través de la pantalla. —Mark ¿Serás mi daddy?—
—¿Eso quiere decir que me dejaras estar arriba?—Ni siquiera había pasado por su cabeza aquella idea, así que le daba igual la respuesta. La cara de Jeno no le indicaba nada malo.
—Solo lo hemos hecho dos veces y ya quieres versatilidad— Se sonrojó ¿Por qué siempre perdía ante las palabras de Jeno? —Dejemos esto acá. Debo irme a clases y no quiero ir con una erección— Se mordió el labio, era lo mejor o no terminaría nada bien. —Nos vemos lindo. Te quiero—
—Yo más— Y cortaron la videollamada.
Corrió a mojarse la cara, era demasiado para el. Quería volver a verlo en persona, decirle esas palabras frente a frente y escucharla de su boca, quería besarlo. Solo falta poco, se dijo a si mismo.
El reloj indico las diez de las mañana y supo que en cualquier momento llegaría DongHae a su casa, le había mandado un mensaje con el teléfono de su abuela. Esperaba no asustar al adulto, pues no le había dicho nada, solo le había pedido si tenía la tarde libre y había accedido. Ambos tenían algo que hacer y se encontraba ansioso. Solo esperaba no arruinar nada, su boca aún saboreaba las palabras de Yerin "Quieren hablar con sus padres y de ahí dirán su decisión".
Solo en pensar en la reacción que podría tener Jeno si llegara a ocurrir.
La puerta sonó una, dos y tres veces. Era hora.
—Hola Mark, recibí tu mensaje— Respiro con fuerza, allá iba.
Se encaminaron en el automóvil del adulto hasta la dirección que le había indicado. En un principio DongHae lo había visto confuso, leyo la dirección varias veces antes de preguntar si estaba seguro que era el lugar correcto. En silencio llegaron hasta un edificio grande, no muy lujoso, pero si llamativo. Arriba de este se encontraba un cartel que decía FCS, DongHae lo miró sorprendido, por supuesto si conocía el futbol y había sido jugador, reconocería el lugar. A unos metros estaba el gran estadio donde los colores rojo y negro se extendían por el lugar. Mark recorrió el lugar con la mirada antes de volver sus ojos al señor Lee que mantenía sus ojos abiertos en sorpresa.
—¿Qué hacemos aquí?— Por el sonido de su voz, pudo descifrar que el mayor se había una idea no muy errada de la situación.
—Digamos que tengo una amiga que es fanática y dejo algunos vídeos de Jeno jugando al fútbol, en estas oficinas— DongHae balbuceó, sin saber que decir. Aún no cabía en su imaginación que algo así estuviera pasando, sabía lo que aquello significa, el hecho de que lo hayan llamado.
Entraron a las oficinas donde el entrenador y director técnico del equipo, Hwang Sunhong, los esperaba para una entrevista. Mark se sintió aún más nervioso que la primera vez que tuvo que dar un examen oral frente a toda la clase. En aquella sala se encontraban tres hombres, reconoció a uno de ellos por la fotos que le había mostrado Yerin, ese era el director técnico. Algo dentro de él le dijo que esto era algo grande, no solo estaba el director técnico, si no también el presidente del club deportivo y un asistente técnico. Los presentes en la reunión se unieron para charlar.
Mark no entendía nada de fútbol, solo sabía que estaban hablando sobre el rendimiento de su novio, de sus técnicas y cosas que no llegaba a comprender. No había sido fácil contactar con el club de fútbol de Seúl, pero ahí estaba. Su corazón empezó a latir con fuerza cuando escucho la frase "Tiene mucho potencial, nos gustaría verlo jugar en persona" Su boca se había abierto sin pensar y soltó el partido que se desarrollaba esa misma tarde. Los dirigentes técnicos lo miraron y asintieron, hablaron un poco más antes de que los dejaran salir nuevamente. El rostro de DongHae se mantenía serio, aún perdido en sus pensamientos. Se preguntó si había pasado algo malo o si aquello había sido una pésima idea.
Estaba por preguntarcelo cuando escucho un grito venir del adulto y lo vio llevar sus manos a su cara. Estaba gritando eufórico, como un niño.
—¡Eres el mejor!—Se lanzó sobre él, DongHae lo estaba abrazando y su cuerpo no supo responder.
—¿Que dijeron?—No quería sonar tan distraído, pero no podía. No entendía mucho.
—Irán a verlo esta tarde. Si Jeno hace un buen rendimiento, lo llamarán para empezar una pre temporada— Mark lo miró confuso. No mentía cuando decía que no entendía absolutamente nada sobre fútbol
—No es un Si rotundo. Pero es algo grande—
Estaba por volver a hablar, cuando una tercera voz llegó hasta ellos. DongHae pareció reconocer aquella voz, al darse la vuelta vió que se trataba del presidente del club.
—Ha pasado tiempo DongHae—
—Así es Changsoo—Miró a ambos adultos, se conocían hace tiempo. Los honoríficos habían dejado de existir en ese momento —No sabía que ahora eras presidente del club—
—¡Sorpresa!—Soltó el hombre con gracia, la cual ninguno reaccionó —Cuando me dijeron que ese chico era hijo del gran Lee DongHae, no lo creía— El hombre empresarial llevo sus manos a los bolsillos de su pantalón de traje.
—¡Sorpresa!—Soltó imitando la actitud anterior. La tensión era bastante y se notaba por todo el lugar.
—Pensé eras gay—Está vez, frunció sus cejas. Todo el mundo conocía al director de cine Lee DongHae, aunque él no era nadie para decir eso. Hasta hace poco sabía que tenía un hijo, uno dulce, sensual y atrevido.
Que lo estaba volviendo loco, al punto de conseguirle una entrevista con un club de fútbol importante. Estaba perdido.
—Lo soy, Jeno es adoptado—Dijo con orgullo, puntualizando cada parte. Mostrando felicidad en esas palabras.
—¿Con HyukJae?—Ambos asintieron. Aunque Mark no sabía que hacía aún ahi, metido en la conversación -Fue una lastima lo de ustedes dos. Ambos tenían futuro en el deporte- Y sin decir más nada, se retiró de ahí. Dejando las dudas en el aire, con la curiosidad en cada parte de su ser.
DongHae lo invito a pasar a su casa, Mark no tenía nada productivo que hacer. Todo lo que tenía planeado lo había cumplido y solo faltaba esperar para ir al juego y sorprender a su chico desde la tribuna. Sus mejillas ardieron al imaginarse a Jeno recibiendolo con un beso, después de festejar un gol. Se sentía nuevamente ansioso.
Caminaron juntos hasta el comedor donde se acomodaron para disfrutar de una fresca tarde, el invierno no tardaba en llegar. Las fiestas estaban a la vuelta de la esquina y Mark no quería pensar en la visita de sus padres. DongHae le ofreció un té que acepto con gusto, charlaron como si se conocieran de toda la vida.
Mark conoció un poco más sobre la historia de los padres de Jeno, desde como se conocieron, hasta cuándo decidieron adoptar a Jeno. Se encontró riendo de las anécdotas que le narraba el hombro, siempre había imaginado algo así con su madre. Quería que Jeno escuchara sus historias narradas por su progenitora, se sintió en casa.
—¿De que hablaba el señor Changsoo?— Se animó a preguntar, en ningún momento de la historia había mencionado algo sobre el fútbol y Jeno esa misma mañana le había hablado de la época donde ellos jugaban en el club donde hoy está el menor.
DongHae suspiro. Soltando la historia donde explicaba esa última frase que había dicho el hombre.
»Cuando empezamos la universidad, ambos jugábamos en el club de fútbol. A diferencia de mi, HyukJae eligió esos estudios como un plan B. Su deceso era jugar en las ligas profesionales y nuestro equipo no llegaba a esa categoría— La mirada de DongHae estaba perdida en algún punto fijo, en sus recuerdos— El fue reclutado por el FCS, llegó a ser suplente en algunos encuentros oficiales. Hasta que en uno de ellos, entro en el segundo tiempo, era arquero lo cual es difícil llegar a titular. Le habían dado una oportunidad, pero —Sus ojos se tinieron de algo difícil de explicar. Cómo tristeza o pena— Hizo un mal movimiento, haciendo que su muñeca se lesionara. No pudo volver a jugar«
—¿Que sucedió después?— Lo ánimo a continuar. Necesitaba un desenlace mejor que ese.
»Yo seguía jugando en el club, pero solo los fin de semanas. Íbamos juntos, porque era nuestra pasión y me ayudaba con mis estudios que estaban terminando. Fue cuando Changsoo, en ese momento entrenador, me ofreció jugar en el equipo. Uso esa misma frase —Mark asintió, entendiendo la situación— Pero no podía hacerle eso a HyukJae, era su sueño. No el mío, yo quería ser director de cine. El futbol siempre fue más una diversión, que una profesión—Suspiro, cruzando sus brazos sobre su pecho— No me arrepiento. Con el club debía dejar muchas cosas. Además, encontré el amor en otro lugar«
—¿En el cine?— DongHae negó.
—En HyukJae—
Mark sonrió, porque otra cosa no podía hacer. Su corazón había experimentado algo profundo al escuchar esas palabras, su estómago se volvió un caos. Era tan bello pensar como dos personas habían luchado por todo lo que hoy eran, como llegaron a donde están ahora.
¿El sería capaz de hacer algo así por amor?
No lo sabía, pero si sabía que había buscado una oportunidad para su chico.
—Aqui estás— Se giró para ver cómo el hombre de quién habían estado hablando, aparecía con su traje de trabajo. No lo imaginaba usando uniforme de un equipo de fútbol.
—¿Qué tal tu día?— DongHae recibió un beso como respuesta a su pregunta.
—Hermoso ¿Y tú?—
—Hablabamos con Mark. Luego tengo algo importante que decirte— Le sonrió, aún sin despegar su vista de su esposo. —¿Cómo supiste que estábamos aquí?—
—Segui tu olor— Mark corrió la mirada. No quería parecer entrometido en la escena, viendo cómo coqueteaban. HyukJae con su rostro escondido en el rostro de DongHae.
—¿Y a qué huelo?—
—A idiota— Mark soltó una carcajada. Siempre le sorprendía los comentarios de su novio, pero escucharlos del padre de este. Era inimaginable.
—Seguro te confundiste con el tuyo— DongHae murmuró, corriendo su rostro. Fingiendo molestia.
—No. Yo huelo a idiota enamorado—
Mark no dijo nada, dejó que se besaran y se compartieran miradas dulces. Si eso era estar enamorado, el quería eso.
Se imaginó llegando a casa después de una tarde en la escuela dando clases, mientras Jeno lo recibía con una sonrisa contándole como había sido el entrenamiento y como se estaba preparando para un próximo torneo.
Sus propios pensamientos lo asustaron ¿Había imaginado una vida con Jeno? Debía hablar rápidamente con Yuta y pedirle ayuda, la situación escapaba de sus manos.
Al llegar la hora, partieron hasta donde sería el enfrentamiento. Decidieron no decirle nada a HyukJae hasta que la propuesta no este cien por ciento cerrada. Se compartieron una sonrisa al ver como los tres hombres de la reunión se acomodaban en una esquina apartada para ver jugar a Jeno. Se sintió feliz, ese sería un buen aniversario. No era el más romántico, pero creía que era algo importante y especial que Jeno merecía.
Al salir los jugadores a calentar antes de empezar a jugar, o eso entendió Mark, Jeno lo vio sentado entre las gradas.
Y no había mejor recompensa que la sonrisa que su novio le regalaba. Claro que se guardaría ese beso que le lanzaba, primero se encargaría de tratar de enfriar su rostro rojo de la vergüenza. Estaba feliz.
La mano de Jeno abarcando la cintura de Mark. Me tiene en el suelo
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