16. La carta
Los días pasaron rápido, demasiado para el gusto de Jeno. Había pasado ya casi un mes desde la última vez en la que había visto a su novio, no es que tuviera problemas con ellos, pero el chico no era de piedra. Estaba en esa etapa de su vida donde quería pasar cada segundo de su día junto a Mark, así como sus padres. Cuando hablo sobre el tema con DongHae este le dijo "Creeme. La mejor parte de la lejanía, Es el reencuentro" y esperaba que fuera así.
Como ya era costumbre desde hace años, estaban en la casa preparando una cena para despedir el año. Ryeowook junto a Jungwoo, y ahora su actual pareja, viajarían la próxima semana luego de que las clases terminarán. Es por eso que como hace ya varios años se encontraban en una especie de cena familiar.
Debía admitirlo, pasaba un buen momento junto a Kyuhyun y su primo, se alegraba de haber conjeniado con el adulto en seguida. No se lo diría en voz alta a Jungwoo, pero su madre era un dolor de cabeza, el adulto con el joystick en su mano era mil veces mejor.
—¡Eres pésimo Kyuhyun, rindete!— Las risas de Jungwoo en su oído provocaban que su risa no cesará, no sabía hace cuánto habían estado jugando y ni una sola vez había logrado ganar el adulto.
—¡Esto es ridículo! Cuando yo tenía el Sega en mi casa, daba vuelta todos los juegos— Ambos estallaron en risas por las palabras del hombre. Se imaginó a un "joven" Cho Kyuhyun jugando horas frente a una consola y un antiguo televisor.
—Admitelo, esto es otra época—
—¿Que diablos le sucede a estos personajes?— Habló con histeria —Sonya tiene cada vez menos ropa ¡Por Dios!— Ambos jóvenes rieron fuerte por las palabras del adulto—Aunque admito que Kung Lao se ve sexi—
—¡Dios mío! ¡Eso fue tan gay!—
—Claro, y tú muy heterosexual—
—Por supuesto que lo soy—
—Tu padre dijo lo mismo, hasta que ¡Pum! Un sexi Cho Kyuhyun aparece—
Dejó atrás la disputa entre las dos personas que seguían en la sala, estaba seguro que como siempre llegaría Ryeowook y los separaría. Suspiro pesado, marcando el número de su mejor amigo. Mark aún estaba con sus últimos estudios para sus exámenes y necesitaba hablar con alguien, solo esperaba que no estuviera ocupado con Renjun, en unos días tendrían el último partido de la temporada y les abriría muchas puertas. Escucho el sonido de su celular una, dos veces y no conseguía resultado. Cortó la llamada y volvió a marcar sin tener éxito.
—¿Jeno? ¿Estás aquí?— respondió con un sonido de su boca y espero a que su padre entrara, cosa que lo preocupó. Normalmente no conocían la palabra "privacidad"
—Hay algo de lo que debemos hablar— lo escucho suspirar y acercarse con lentos pasos hasta donde se encontraba él. Ambos se acomodaron en su cama, espero con paciencia a que HyukJae continuara hablando. —Sabes que siempre hablamos sobre tu privacidad— Lo miró con una ceja alzada —No me mires así, no somos perfectos—
—Ya suéltalo— La sonrisa en su rostro se borró cuando la mirada intensa de su padre lo analizo. Su respiración se cortó, la última vez que lo observó de aquella forma no termino bien.
—Encontre esto en uno de tus bolsillos— HyukJae levantó su diestra mostrando un paquete de cigarrillos. Jeno lo reconoció, era el mismo que le había quitado a Jaemin hace bastante tiempo. ¿Que hacía aún en sus bolsillos?
—Eso no es mío, ni siquiera sé que hacía allí— Su voz sonaba poco convincente, no quería decirle tampoco que era de Jaemin.
—Nosotros ya tuvimos está conversación, sabes lo que pienso sobre esto. Si fuera DongHae—.
—Entiendo— Corto su largo discurso, sabía bien la historia y el desagrado que tenía su padre con respecto aquello. Tomo aire con fuerzas —Se que sonara a excusa, pero se lo quité a un amigo que estaba cometiendo una estupidez—
—Tranquilo, te creo— Regreso a guardar aquel paquete de regreso a su bolsillo y lo miró fijo a los ojos
—Pero si vuelvo a encontrarme con esta situación una vez más, me costará creerte—
—Hyukjae, ya dejé eso atrás—
Al siguiente día llego a su clase con una molestia, las palabras de su padre rondaban en su cabeza. Sabía que aceptar aquella invitación de Jaemin no había sido buena idea, aún no entendía como era que aún seguía en sus bolsillos. Una parte de él le decía que se había desecho de ellos, aunque no estaba del todo seguro. Debía volver a ver a Mark, por lo menos un segundo, no quería verlo como metía su cabeza en un libro a estudiar, no quería verlo detrás de una pantalla, lo necesitaba frente a él. Necesitaba besarlo, sentir sus brazos, volver a poner sus manos en aquella cintura que lo volvía loco. Miró a su costado esperando la llegada de Renjun, sabía que estaba pasando todo el tiempo que podía junto a Haechan y eso, le provocaba envidia, el podía estar con su novio todo el tiempo que el quería.
Achicó aún más sus ojos, entrecerrando poco a poco para divisar un pequeño papel pegado en la mesa conjunta. No quiso parecer entrometido, pero ese pedazo de papel le traía intriga y algo no estaba bien con eso. Pudo desifrar esas extrañas letras que se dibujaban, eran chino, se relajó, seguramente era un recordatorio que el mismo Renjun había dejado sobre su mesa.
El anteriormente nombrado hizo acto de presencia, con su mano saludo al pelinegro que estaba ahí, sentado hace varios minutos, esperando que se hiciera la hora para empezar las clases. Llevó su vista a su asiento y con cuidado tomó el papel entre sus dedos, su rostro mostró sorpresa, luego confusión y termino en una sonrisa tímida entre sus labios.
—¿Que es eso?— Renjun respingó en su lugar y lo miró avergonzado por ser descubierto.
—Una nota—
—¿De quién?— No quería sonar tan duro, pero algo dentro de él le decía que algo estaba mal.
—Solo es Jaemin—
Jaemin, ahí estaba otra vez. La conversación que tuvo con el hace un mes regresaba a su mente ¿Por que todo regresaba a ese día? Algo no cuadraba y sabía que debía hablar con el castaño.
—¿Y que dice?—
—Solo me agradece por ayudarlo en algo— una primera impresión lo hizo pensar que era simplemente eso, una forma dulce de agradecerle por su esfuerzo. La sonrisa tímida que se dibujo en su rostro al releer la misteriosa nota lo dejo con un mal sabor de boca.
—¿Por qué en chino?—
—N-no no lo sé—
—¿Es tierno?— Soltó, esperando poder captar alguna pista que lo ayudará a desmentir todos esos pensamientos que lo abarcaban.
—Si, lo es— Suspiro calmado, Jeno lo reconocía. Sabía que ese suspiro decía más que mil palabras y rogaba a los cielos que todo eso que pasaba por su mente no sea otra cosa, que tan solo sea cosa de su imaginación. O le daría a Jaemin una paliza, si su mejor amigo terminaba mal, el terminaría peor.
—¿Haechan?— Pregunto señalando los labios rojos y húmedos de Renjun.
— Si. Claro— Respondió basilante
La profesora llegó a dar comienzo a su clase, Renjun no dejaba de suspirar, mover sus pies nervioso. Jeno no podía dejar de pensar que era lo que estaba en la mente de su compañero. El chico a su lado releía la nota en su cuaderno, se mordia los labios y cerraba los ojos. Jeno sabía que algo estaba mal y Jaemin le debía una larga charla. Pero antes, para estar seguro, debía conseguir aquel papel.
Cuando el timbre sonó se quedó sentado en su lugar, actuando como si buscará algo entre sus cosas.
—¿Sucede algo Jeno?—
—Solo no encuentro algo, tú ve con los chicos—
Una vez el salón quedó en total silencio y los alumnos salieron, dejándolo solo, Jeno se acercó a la mesa de Renjun. Busco entre las hojas del diario que el chino siempre llevaba con él, muchas fueron las veces en las que lo había visto guardar cosas entre las páginas. No tenía nada íntimo escrito en él, tampoco es como si eso le interesara. Una vez encontró lo que buscaba tomo su celular, enfoco las letras que se dibujaban procurando de que se vieran lo mejor posible.
Buscó entre sus contactos alguna persona que pudiera ayudarlo a traducirlo, vamos, no tendría que ser tan difícil. En la ciudad había bastantes extranjeros, más aún en su escuela que se especializaba en la ayuda de esas personas, aún así no encontraba alguien que leyera fluidamente chino. Por su mente cruzó Chenle, según le había dicho Jaemin, este le había ayudado a aprender. Lo descarto sin dudarlo un segundo más. Marcó el número de su novio una vez llegó a su casa.
—¿Que sucede bebé?— La voz de Mark sonó preocupada. Observó la hora y supo que aún debía estar en clases.
—¿Aún estás en clases?— No quería molestarlo. Se sintió un idiota por no pensar en que su novio estaría ocupado.
—No. Recién terminé un examen y salí antes ¿Sucede algo?—
—Nada. Solo quería escuchar tu voz— No mentía, realmente quería escucharlo. Dos segundos o más, decirle cuánto lo estrañaba. Si cualquiera de sus padres escuchaba esos pensamientos, no dudaría en decirle lo tierno y dulce que eran, y repetirle que se estaba enamorando.
"Algún día encontrarás a ese alguien que te haga extrañar cada centímetro de esa persona. Solo escuchar su voz podrá calmar los latidos de tu corazón"
Maldijo el día en el que tuvo esa conversación con DongHae.
—No te preocupes, mis exámenes casi terminan. Vendrán las vacaciones por Navidad y año nuevo— Intentó calmarlo, provocando que sonriera como idiota.
—Y serás solo mío—
—Siempre soy tuyo—
Por un segundo, olvidó hasta como se respiraba. Debía aclarar todo eso que empezaba a sentirtse cada vez más fuerte y le daba miedo. Pero antes, debía ocuparse de algo.
—Mark. ¿Conoces a alguien que sepa leer chino?—
—Claro. Sicheng es chino, y estoy seguro que en la universidad hay un par más— La voz del castaño sonó segura, con un disque de obviedad. Como si conocer a personas de origen chino era lo más común del mundo.
—¿Puedes pedirle que me ayude a traducir algo?—
—Claro. Dime qué es—
—Te enviaré una foto—
—Esta bien— Sonrió al escuchar como una puerta se abría. Cuando había dicho que recién salía de su examen, realmente lo estaba haciendo.
—Gracias Mark. Te quiero— Antes de poder seguir o reaccionar a lo que sus labios habían soltado, cortó la llamada y mando rápidamente la imagen que había tomado de la nota.
Dejo su celular fuera de su alcance, como si el solo contacto quemara su piel. Estaba loco ¿Que había hecho? Cómo pudo ser tan precipitado y largado aquello como si fuera lo más normal y común del mundo. Decidió que una ducha era mil veces mejor que esperar con la vista en la pantalla.
Salió después de una relajante ducha, una donde casi había podido olvidar lo que su estúpida boca soltó momentos atrás. Se sorprendió al ver un mensaje de Mark ¿Lo había hecho tan rápido? Claro que sí, el chico era chino, en cinco segundos seguramente lo había conseguido. Apretó el mensaje y sus sospechas aumentaron aún más, debía tener una charla con Jaemin. Quiso golpear todo con su puño y destrozar todo a su alrededor ¿Que había pensado cuando le dijo a Jaemin que hiciera aquello? Por supuesto que lo iba a hacer, él lo había conocido lo suficiente para saber que esas palabras fueron un empujón a lo inevitable. Releyó una vez más la respuesta, lo que más le dolía era pensar si esa nota era la primera o no, si ya había logrado algo o no. Quería pensar que Renjun aún seguía queriendo a su mejor amigo.
"En estos momentos no le tengo miedo al futuro, si me dices que si hoy. De tan solo ver tu sonrisa me hace pensar en la suerte que tengo de conocerte"
Una carta de agradecimiento había dicho, una maldita y estúpida carta de agradecimiento ¿Que se suponía que agradecía? Respiro profundo, tenía demasiadas cosas en su cabeza para perderla en un idiota que se metía entre la felicidad de su amigo. Después de tranquilizarse abrió el chat con Mark y le agradeció.
Cuando quieras
Jeno ¿Que era eso?
Nada importante
Cuando nos veamos te cuento
Esta bien
Aaa Jeno
Una cosa más
Si?
Yo también te quiero
Si, estaba perdido y ya no había vuelta atrás.
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