REGRESO.
Elsa.
Sentía nuestros labios en una suave danza, sus labios eran cálidos, ambas respiraciones eran tranquilas y nuestros cuerpos no podían acercarse más de lo que están.
- Ahí tienes tu respuesta, Frost. -murmuré cuando separé nuestros labios.
- Me has dado la mejor respuesta. -habló de la misma manera.
- Y tú las mejores palabras que he escuchado. -acaricié su mejilla.
- Todo aquello que dije es verdad. No pienso pasar más años de eternidad sin tí... -Sonreí mirándole.
- Créeme, yo no quiero pasar el resto de inmortalidad sola, quiero que estés a mi lado siempre -le dí un beso corto en sus labios- porque yo también te amo y te necesito conmigo.
-¿Lo dices en serio? -asentí.
- Lo digo totalmente en serio -tomé su mano con la pulsera que compartíamos- Tenías razón.
-¿Respecto a qué?
- ¿Qué no te acuerdas? -negó- Te ayudaré con tu memoria. Cuando recorrimos el reino por primera vez, compraste con mi dinero estas pulseras -él soltó una risa- Total, dijiste que los copos de nieve son diferentes; nos encontramos siendo tan diferentes como iguales.
- Ahora recuerdo -acarició mi mano- Aquél día yo te dije y aún lo sostengo, eres el copo que jamás va a volver a repetirse.
- Funcionó tu cerebro -reí poco- ¿Ahora entiendes porqué tenías razón?
- Ya ya entendí. -besó mi frente.
- ¿Y bien? -alcé una ceja.
- ¿Y bien qué? - preguntó confundido.
- ¿Y la formalidad? -alejé mi mano y crucé mis brazos.
- ¿Formalidad? Hablas de arrodillarte y pedirte ser mi novia ¿Todo eso? -asentí- ¿Para qué? - lo miré rápidamente.
- ¿Cómo que para qué? -reclamé- ¿Nos dijimos todo eso y ya? ¿Fin?
- No lo tomes a mal. Pero no necesito hacer todo ese tipo de formalidades para demostrarle al resto del mundo o mundos que te amo -sonrió.
-¿Y cómo sé que no vas a engañarme? Idiota no soy -fruncí el ceño.
- ¿Tóxica en camino? -alzó una ceja - dime ¿Con quién haría eso?
- E R I K A -deletreé cada letra.
-¡Ahí vamos de nuevo! Ya te dije que solo es una amiga, hace unos minutos hasta hablabas bien de ella ¿Podemos volver a ello?
- Cállate, en ese momento lo único que le daba a esa chica era simple respeto por ayudarte, de ahí en adelante, aún no tengo total confianza en ella. -acomodé mi cabello.
- ¿Comenzamos con los celos ya tan temprano? -suspiró- Vamos lento.
-Trátame bien, quiero una linda relación
-¿Lo debo tomar como confirmación? -puso una mano en su cabeza.
- Sí, pero a la primera donde me trates diferente o yo me enteré que haces algo a mis espaldas con otra mujer, te obligo a que me lo digas en frente de todos y te congelaré hasta lo que no conocías. -amenacé.
- Rayos -hizo cara de horror.
- Quedas advertido Jack Frost -el asintió.
- Bien, después de tanta advertencia debo llevarte a tu mundo.
- Por un momento se me olvidó ello -reí un poco nerviosa- Espero que Norte no haya alertado a mi hermana o algo por el estilo. Ella terminará loca por intentar saber algo sobre mí.
-Pues no le hagamos eso a la cuñis y vamos a Arendell -me ofreció el brazo.
-¿Cuñis? -pregunté riendo.
- Claro ¿Debo dirigirme a ella de otra manera? - preguntó mientras yo lo tomaba del brazo.
- Así se escucha bien -caminamos juntos.
- Genial, porque así me dirigiré de ahora en adelante -me apegué a él- De verdad que eres enana -golpeé su hombro- ¿Te molesta?
- No me has visto con tacones -exclamé- tal vez sea un poco más alta.
- Con o sin tacones sigues siendo pequeña -besó mi cabeza- Pero así eres perfecta. -me sonrojé- Y más así.
Sonreí aún con sonrojo. Tal vez las cosas sucedieron rápido pero ahora me siento más protegida y calmada a su lado. Agradezco la coincidencia de mundos.
Jack, de un movimiento rápido me cargó de forma nupcial, sabía que íbamos a volar por lo que me sujeté de su cuello. Tomó impulso y volamos para cambiar rápidamente de paisaje, ahora era un lugar entre montañas nevadas y una caída de nieve extrema.
A lo lejos, se veía algo parecido a una casa incrustada en el hielo a lo alto de una montaña. Jack se dirigió a ella y entró por un gran ventanal.
- Hemos llegado -me bajó de él.
- ¿Qué es este lugar? -pregunté acomodando mi ropa- se ve bastante acogedor -inspiré el aroma que emanaba la habitación- huele a chocolate caliente y galletas recién horneadas.
- Es el taller de Norte, estamos en su oficina -miró una gran pila de hielo- Está un tanto desordenado.
- No tiene la pinta de ser oficina -me acerqué al hielo- ¿Para que usa tanto hielo Norte?
- Siempre plasma sus ideas en el y en seguida pone manos a la obra para hacerlo realidad y así sea entregado al niño o niña en navidad -explicó tomando un avión de hielo- Quisiera mostrarte cómo funciona, pero la magia de Norte es única, terminaría rompiendo el juguete y no pienso meterme en problemas.
- Tranquilo, no es necesario y bien ¿Por qué estamos aquí? -pregunté recorriendo el resto de la habitación.
- Aquí hay algunas esferas, tomaremos algunas prestadas -fue hacía mí.
- Entiendo -me detuve al ver una Matrioska- ¿Es Norte? -la tomé entre mis manos.
- Él es fanático de hacer este tipo de cosas, por eso le pedí que hiciera una para tí, claro, yo le fui diciendo que expresiones debería tener cada parte.
- ¿Para qué querría él una? -miré a Jack y él tomó la Matrioska.
- Cada guardián tiene un centro, lo que te apasiona o para lo que eres. Por fuera Norte es grande, imponente pero cuando lo conoces es alegre, misterioso, valiente, generoso -mencionó sacando cada pieza- pero al final, el centro de él es esto -mostró una pequeña parte con Norte teniendo grandes ojos.
- ¿Tiene grandes ojos? -arqueé mi ceja confundida.
- Ya sé, es super confuso cuando Norte te lo explica, pero para eso estoy yo. En resumen, los grandes ojos son por ver todo con asombro y que se maravillan con todo. Norte envía su magia para cada niño, haciendo que se maraville con un regalo cada navidad, eso es su centro. Él hizo la Matrioska para representar lo que él es y lo que será por siempre. -sonrió con ternura y colocó las piezas dentro de cada una.
- Ahora lo entiendo todo -miré su expresión- Le tienes mucho afecto, ¿Verdad? -asintió.
- Ha sido mi maestro, consejero y amigo desde que llevo siendo guardián -suspiró dejando en su lugar la Matrioska- Más que ello, lo considero como un padre.
- ¿De verdad? -el abrió la puerta de la oficina- Gracias -salí y detrás mío él salió.
- Por su puesto, no tengo nada de recuerdos sobre mi familia, más los que me ha mostrado Tooth con mis memorias. Pero, Norte es lo más similar que tengo a un padre.
— Debe ser agradable -tomó mi mano y me guió por un pasillo- Me hubiera gustado seguir sintiendo eso. -me aferré a su brazo y me pegué a él.
- Oye, aquello que viviste con tus padres debieron ser los mejores momentos -sonrió hacia mí- Deben estar orgullosos de tí.
- Eso quiero creer -suspiré y observé el resto del taller- ¿¡Qué son esas cosas!? -exclamé mirando bestias gigantes, poco más grandes que Conejo.
- Son Yetis, son los empleados de Norte por así decirlo, tranquila, son inofensivos.
- Esas cosas no parecen inofensivas.
- Se ven temibles pero nada agresivos, bueno solo lo son dependiendo la ocasión, por ejemplo, cuando me colé en el taller ellos estaban ahí para impedirme el paso.
- No necesitaba saber eso -desvié mi vista de los Yetis.
Nos alejamos del lugar y entramos a una pequeña bóveda, Jack tomó un par de esferas, agitó la esfera y la aventó al suelo. Al cruzar el portal, aparecimos en la entrada del castillo.
- Mierda -dije mirando el trineo de Norte- Anna debe estar preocupada. -dejé a Jack y corrí hacía el castillo.
- ¡Te alcanzo luego! -escuché gritar a Jack.
En el camino escuchaba a lo lejos los gritos de Anna furiosa. Sabía que Norte se metería en problemas y seguramente yo también. Los gritos se escuchaban en mi cuarto, así que corrí en esa dirección.
-¿¡No hay forma de localizarla!? ¡Es mi hermana! -escuchaba gritar a Anna- ¡Debe de haber algo por hacer, Norte!
- Haré una búsqueda exhaustiva en ambos mundos, Elsa aparecerá. -defendió Norte.
- ¡Necesito que sea rápido! ¡Me niego a perderla! Ya lo hice una vez, no pienso hacerlo de nuevo. -dijo ella.
- ¡Anna! -aparecí en la puerta- Anna estoy bien...
Ella se acercó a mí y me dió un golpe directo en mi cabeza para después abrazarme y comenzar a llorar.
- ¡Eres una idiota! -gritaba llorando, respondí su abrazo.
- Yo también te amo hermanita -acaricié su cabello.
- ¡No vuelvas a hacer eso! ¡No vuelvas a perderte! -me apretó con fuerza- ¡No quiero perderte!
- Perdón, lo que sucedió fue un accidente que no creo que vuelva a repetirse, ¿Verdad, Olaf? -miré a su dirección.
- Sí, Elsa -respondió sentado desde mi cama.
- Espero que sea así -separé un poco a Anna de mí- siempre sabré cómo regresar a casa.
- ¿Cómo llegaste? -me miró Anna aún con los ojos llorosos.
- Bueno pues... -miré atrás mío.
- ¡Cuñis! -entró Jack abrazando a Anna.
- ¿¡Jack!? ¿¡Cuñis!? -gritó sorprendida.
- Te traje a tu retoño sano y salvo -él se separó de ella y revolvió su cabello.
- ¿Cómo rayos es qué? -interrumpió Norte mirando a Jack.
- Larga historia como para contarla tomando con un chocolate caliente. -dijo Jack abrazándome y besando mi mejilla. Obviamente me sonrojé.
Bien, momento de dar explicaciones.
////////////////////
*Cofcofustedesconmigocofcof*
¿Si me disculpan? :c Aparte de exámenes tuve bloqueo mental, lamento que tengan este capítulo de relleno pero hey 7u7 vienen más momentos Jelsa uwu
A veces si me atraso porque joder, tengo rompimientos mentales todo el tiempo pero a veces algunos sobrepasan a otros que bueno, termino por tomarme el tiempo.
¡COMO SEA!
Espero y disfruten este capítulo :3 los amoooo uwu Sale bye.
No sean así conmigo xD
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro