ESTOY AQUÍ.
1 mes después.
Elsa.
— Hoy, volvemos a reunirnos para recordar el deceso del rey Agnarr y la reina Iduna de Arendell, sabemos que partieron muy pronto dejando muchos sueños por concluir. —empezó el sacerdote.
Se suma otro año a la cuenta, corre el séptimo año tras la muerte de nuestros padres, normalmente siempre hacíamos ceremonias como estas, aunque solo asistía Anna y algunos reyes, príncipes y princesas de otros reinos.
Desde hace unos pocos años he asistido, aunque sigue siendo incómodo sentir que las demás personas ajenas a Arendell solo van para criticar a la persona que destituyó del cargo de reina y claro a enterarse de que estoy viviendo ahora.
— Ahora, su legado ha sido asegurado por sus amadas hijas que han llevado al reino a un futuro próspero —entonó— Majestades, es momento de que den algunas palabras.
Anna me tomó del brazo y ambas caminamos, quedamos entre las dos tumbas de piedra.
— Antes de empezar a dar unas palabras, quisiera agradecerles su presencia en este nuevo año cumplido y por mantener fuertes relaciones comerciales tal y como querían nuestros padres para el futuro de los reinos. —empezó Anna y aclaró su voz abriendo el pergamino donde escribimos las palabras a decir— Han pasado ya siete años tras su partida, la ausencia persiste y el dolor aunque no sea tan fuerte como antes siempre vuelve con cada recuerdo y pintura. —me miró Anna entregando el pergamino.
— Quisiéramos tenerlos con nosotras, contarles nuestros logros, abrazarlos y decirles cuánto los amamos —tragué saliva— Pero sabemos que ustedes están orgullosos de nosotras donde quieran que estén…
Yo no pude seguir hablando, todo vino a mí de nuevo, un golpe de recuerdos, en especial la razón de su viaje. Anna continuó hablando mientras yo aguantaba las lágrimas e intentaba mostrarme fuerte ante el momento.
Ella terminó de recitar las palabras y ambas nos alejamos a dónde estábamos inicialmente junto con Kristoff, Sven y Olaf; después de nosotras pasaron muchas otras personas de los reinos para seguir dando palabras, algunos llevaban ramos de flores o arreglos.
— Toda esta situación parece cuando fue el mismo funeral… —murmuró Anna entre Kristoff y yo, ella estaba en medio.
— Lo difícil que es para tí cariño… —habló él del mismo modo y la rodeó con su brazo— Quisiera que esto fuera un poco más ameno.
— Gracias, pero son los protocolos a seguir —suspiró Anna.
Los miraba de reojo y dentro de mí sonreía por mi hermana, sabía que él es buen chico y hasta ahora lo ha demostrado, sigue con ella siendo su principal apoyo en los momentos difíciles como estos. Solté un suspiro y miré por un momento mis manos.
— ¿Pasa algo, Elsa? —me preguntó Olaf jalando mi vestido.
— Solo sigo esperando… —contesté mirándolo.
— ¿Esperar qué? — me miró confundido.
— Espero a que la nieve empiece a caer —suspiré.
— ¿Nieve? Pero si estamos en plena primavera —rascó su cabeza.
— Yo sé, solo olvídalo —acaricié su cabeza.
— ¿Elsa? ¿Seguro que está todo bien? —escuché a Anna a lado mío.
— Sí, no pasa nada —le sonreí— Todo está en orden.
— Sabes que siempre estoy para tí… —puso una mano en mi hombro y yo asentí.
Pasó el tiempo y la ceremonia acabó, poco a poco las personas fueron despidiéndose y regresando a sus hogares. Anna fue a dejar por último un ramo de flores blancas en ambas tumbas y comenzó a llorar una vez dejándolos.
Kristoff la sostuvo y la llevó hacia Sven para poder montarla en él.
— ¿Vienes, Elsa? —él me preguntó mirándome.
— Los alcanzaré luego —lo miré y después a mi hermana— No te separes de ella, por favor…
— Claro, Elsa. —subió a Anna en Sven y ellos se alejaron poco a poco.
— ¿Quieres espacio a solas? —preguntó Olaf y yo solo me limité a asentir— Está bien. — él se alejó alcanzando a los demás.
Cerré mis ojos soltando las lágrimas que había contenido por mucho tiempo, el dolor en mis sienes y la tensión en mi mandíbula era bastante, comencé a sollozar con fuerza.
— Perdón… de verdad perdón. —hablé entrecortado— Sé lo que soy pero no tenían que hacer ese viaje… no debían.
Miré las dos grandes piedras, en cada una tenía su nombre tallado con el logo de Arendell, me abracé a mi misma. Quisiera tener en este momento a alguien, que pueda sostenerme así como mi hermana…
— Jack… por favor, te necesito… —me arrodillé en el pasto y seguí llorando— Dijiste que te sentiría conmigo aunque no estés a mi lado…
Odiaba y detestaba estar sola, es un trauma que jamás podré superar y tan solo me culpo de ello.
Pasando el tiempo empecé a ver que el pasto comenzaba a llenar de pequeños puntos blancos.
— Estoy aquí —escuché detrás mío.
Me levanté del suelo y miré a Jack sosteniendo su cayado, no dude en correr a él y abrazarlo, él hizo lo mismo.
— Dime que esto no es una ilusión… —murmuré llorando y apoyé mi frente en su pecho.
— Hermosa ¿Por qué preguntas lo mismo? —alcé los hombros— Ya habías visto la nieve caer en este mes ¿Verdad? —asentí con sollozos fuertes— bien ¿Cuántas veces más vas a decir lo mismo? Sabes que siempre que ocurra eso verás que habré llegado contigo.
— Yo sé eso… —hablé.
— ¿Y por qué no me crees?
— Perdón… —lo abracé más— Perdón por desconfiar…
— Tranquila, no necesito que hagas eso ¿Sí? —sentí como acariciaba mi cabello— Perdóname a mí, por la tardanza.
— Estabas ocupado, yo lo entiendo. —empecé a acurrucarme en su pecho.
— De verdad, perdón. —suspiró y siguió acariciando mi cabello— Estás así por la ceremonia ¿Verdad?
— Sí… No soporto estos eventos, menos cuando mis padres están de por medio —tomé aire y dirigí mi vista a las tumbas— Anna podrá decir que fui un regalo para ellos, que yo llegué a sus vidas con poderes por una recompensa a la acción de mi madre, pero no lo veo así… yo les hice esto, yo los maté… —volví a llorar al pronunciar las últimas palabras— No fuí un regalo, fui su maldición, simplemente no debí nacer… — me solté de Jack y le dí la espalda acercándome a la grandes rocas.
— Elsa, amor —Jack se acercó a mí y me abrazó por la espalda apoyando su barbilla en mi cabeza.
— Perdón que tengas que verme de esta manera… —murmuré con tartamudeo.
— No pidas perdón —me apegó más a él— No quiero que digas eso.
— ¿Qué cosa..? —tomé sus manos.
— Que no hayas querido nacer —besó mi cabeza— Por en los siguientes años yo estaré agradecido de que tu hayas nacido en este mundo… seguiré agradeciendo las veces que sean necesarias por saber que la persona que amo siga respirando —apreté mis ojos con fuerza llorando— No sabes cuánto le agradezco a tus padres… Ellos dieron todo por ustedes.
— ¿Por qué dices todo esto..? Sabes que es verdad lo que digo…
— No, te equivocas… Jamás fuiste una maldición para ellos, fuiste el mejor regalo que la vida pudo darles, les diste la dicha de ser padres y seguro que deben estar orgullosos ¿Cuántas veces tu hijo se convertirá en el quinto espíritu? ¿Cuántas veces tu hijo tendrá poderes? —suspiró— ¿Cuántas veces van a tener un guardián como yerno? —reí poco— Su muerte nunca será tu culpa, que ellos hayan partido jamás se deberá a tí, como diría Anna, solo hicieron lo que había que hacer.
— ¿Quieres decir que esto ya estaba planteado para ellos..? —pregunté.
— Todos tenemos un destino, un motivo por el cual vinimos al mundo, aquello no podía evitarse —recargó su cabeza mentón en mi hombro, inclinándose un poco— ¿Sabes que debes de hacer?
— ¿Qué? —lo miré de reojo.
— Recuerda todo lo bueno que viviste —suspiré— sé que no fueron muchos, pero los pocos recuerdos valen oro.
— ¿Puedes ayudarme con eso? —me miró alzando una ceja— solo haciéndome compañía, sabes lo molesto que es para mí quedarme sola.
— Sabes que sí —tomó mi mano y dejó de abrazarme— hagamos algo, propongo que así como todos dejaron flores, nosotros dejemos flores únicas, que ningún padre va a tener más que los tuyos.
— No entiendo a qué te refieres —lo miré confusa.
— Crea una flor y haz lo mismo que con Olaf, usa un permafrost, así la flor nunca se congelará y seguirá firme a comparación de las otras.
Le dediqué una leve sonrisa a Jack y empecé a mover mis manos que de ellas empezó a formarse dos flores de hielo. Él aportó con algunos detalles de escarcha, después de ello apliqué el permafrost.
— Hermosas igual que la creadora —halagó Jack.
— ¿Me acompañas a dejarlas? —asintió.
Tomé su mano y en la otra sostuve las flores, caminé junto con él a las tumbas y dejé cada flor en su respectivo lugar, las flores tenían sus nombres grabados en el tallo de hielo.
Toqué por última vez aquellas rocas y suspiré, supe que tendría que irme y regresar aquí por voluntad será bastante raro por parte mía.
— No volveré a estar sola —murmuré apoyada en la tumba de mi madre— encontré a alguien como yo y sé que jamás va a dejarme… Te quiero mamá...
Caminé algunos pasos para dirigirme a la tumba de mi padre.
— Me hubiera gustado que estuvieras aquí, seguro pudieron llevado bien. Tal vez no mantuve a Arendell a salvo bajo mi mando, pero sé que Anna hará mejor trabajo y que con ella el reino está en buenas manos. —suspiré— Te fallé, pero ésta vez abrí mi corazón, espero no te molestes.
Me alejé de ambas tumbas y volví a caminar junto con Jack alejándome del lugar.
— ¿Te das cuenta que estaba con mis suegros ahorita? —me rodeó con su brazo— Dime ¿Qué clase de suegro tiene el honor de tener como yerno a un guardián?
— Dios mío, deja de tirarte flores —me apegué a él riendo— Aunque bueno, yo debería estar honrada, no todos los días tu novio es el guardián de la diversión y claramente de otro mundo.
— ¡Ves! Tú misma alimentas mi ego —exclamó.
— Sí, lo hago por ratos.
///////
Aló de nuevo, bueno, para compensar el capítulo relleno ahí les va otro xD es un poco más elaborado, no es de los mejores pero bueeeeno.
No soy buena escribiendo los momentos románticos, pero, siento que estoy haciendo un trabajo decente UwU.
Así que espero que les haya gustado :D
Los amo, sale bye UwU 💕
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