Cap: 6 El entrenamiento.
El entrenamiento...
Narra Lira.
Me di un leve pellizco. Lastimosamente no estoy dormida como pensé. En eso decido ir por un vaso de agua y tomarme alguna pastilla para el dolor de cabeza. Por supuesto seguí escuchando la
— ¡Espere! Si todos los que tuvieron los poderes decidieron ocultarlos ¿cómo es que la UDAP sabe que nosotras los tenemos? — preguntó mi amiga Carol un poco molesta—,
— En Japón las ultimas portadoras intentaron escapar del tsunami del 2011 con sus poderes, eso hizo que las detectara la UDAP. Al detectar el elemento, encontraron su onda de energía, cada elemento emite una energía distinta, y es rastreable.
—¿Quiere decir que hay otra chica que tiene los mismo poderes que yo?
— Había —bajó la mirada con tristeza—. Ella murió, sus intentos por sobrevivir al tsunami no fueron suficientes, después de que ella muriera el elemento te eligió para ser su portadora hasta la muerte.
— Ok ¿y como usted sabe tanto de todo esto? —preguntó levantándose del mueble y posicionándose en una postura desafiante la chica de cabello oscuro—,
— Cierto ¿cómo es que usted también tiene poderes? —preguntó Aleyda mirándola con sospecha y cruzándose de brazos—,
Regrese de la cocina y volví incorporarme en la conversación.
— ¿Miriam tiene poderes? —pregunte sorprendida—,
— ¡Claro que sí! ella los uso cuando me defendió ante Yulian — agregó Aleyda—,
— Si tengo poderes, pero no están listas para entender el cómo los tengo ni el que hacen —contestó tranquila sin prestar atención a la mirada que le arrojo Aleyda ni a Carolina murmurando entre dientes, actuó de forma indiferente evadiendo con astucia la respuesta.
Honestamente no se qué pensar
— Y ¿cuándo estaremos listas? — pregunté—. No porque quisiera saber si no que alguien debía romper el silencio que se había establecido.
— Cuando hayan aprendido a manejar sus poderes.
— Bien ¿y en donde vamos a practicar? — inquirí—
— En mi casa —respondió la vieja—,
Mi amiga se levantó de golpe.
— ¡Carol! ¿Qué te pasa?—protesté— .
— Muy buena la historia y todo pero número uno ¡Yo no iré a casa de alguien que no conozco, ni si quiera sabemos si todo lo que nos dice es cierto! Número dos ¿qué pasa si yo no quiero usar mis poderes? — interrogó Carol desafiando a Miriam— .
Su rostro se ensombreció se levanto lentamente y se posicionó erguida en frente de ella, devolviendole la taza de té.
— Los poderes no se irán de ti mientras sigas viva, además los de la UDAP te perseguirán hasta que les des sus poderes.
— Y ¿qué tal si yo les doy mis poderes a la UDAP? —contrarrestó —,
— Si lo haces atacaran al planeta entero, podrían lograr capturar a tus amigas y después de 48 horas morirías.
Todas nos quedamos en silencio durante un momento mirándonos las unas a las otras.
— ¿Morir? — inquirió Aleyda— ,
La señora tomo asiento nuevamente y asintió.
— Al extraer el elemento de un portador, extraes su aliento de vida, tienes 48 horas para devolverlo o el portador muere.
Todas nos miramos aterradas, yo miraba mis manos y no creía lo que pasaba.
— Por el bien de ustedes, y de la humanidad, deben entrenarse— insistió Miriam— ,
Mire a Carol y suspire profundamente.
— ¿Tú que piensas?
— Creo que no tenemos opción Lira. Deberíamos considerar entrenarnos.
— ¿Hablas en serio?— le pregunte atónita— .
— No lo se, quizás no sea tan malo. Creo que esto paso por alguna razón...
— No tienen que hacerlo si no quieren, pero la UDAP las atrapará si no lo hacen— apuntó Miriam— .
— ¿ Y cual es el plan? — inquirí— ,
— Destruir a la UDAP, salvar al mundo y regresar a nuestras vidas como si nunca ustedes me hubiesen visto.
— Hecho—pronunció mi amiga de cabello oscuro—,
Las mire a ambas, y recordé el impulso y la fortaleza que sentí al proteger a Aleyda, quizás sea una oportunidad, el destino, o una locura... Pero todo tiene un propósito.
— Lo voy a hacer —asentí con la cabeza—,
— Excelente, mañana a las 4:00 pm — dijo la vieja mientras se levantaba—,
— Ok, pero será aquí , no iremos a su casa Miriam ¿quedó claro?
La entrenadora asintió, se preparaba para irse cuando regresó la mirada.
—¡Ah! tu chica de ojos verdes.
— Son azules —contestó irritada—,
— Aja si como sea —dijo sin colocar mucha importancia a su comentario—. Sería bueno que vinieras a algunas lecciones podrías ser de mucha ayuda.
— Lo pensaré —sonrió—
— Bien las esperare a todas puntuales.
— ¡Oiga! yo vivo aquí eso tendría que decirlo ¡yo! —protestó Carolina—,
— Primera lección: No contradecir a la profesora.
— ¡Genial! no he comenzado las practicas y ya me regañaron —dijo sarcástica—,
Aleyda y yo nos miramos y no pudimos evitar reír por su comentario.
— Otra lección: Acostúmbrate ¡Porque te falta y bastante!
— ¿Esa que número es?
— Esa no tiene número la acabo de crear especialmente para ti —expresó burlona —,
Carolina bufo, y Aleyda respiro hondo para no reírse, igual que yo.
— Un placer portadoras...
Miriam se despidió y Carolina cerró la puerta.
En eso todas nos sentamos.
Que locura pensé. Cuando finalmente tenía un poco de paz, Aleyda salta de golpe y empieza a recoger sus cosas.
— ¡Caray mis padres! les dije lo del concierto. Más no que estaría aquí, obviamente porque esto no estaba planificado, ¿ qué hago? No puedo decirles: Mis amigas tienen poderes, unos tipos quieren asesinarnos y de ellas depende salvar el mundo— de pronto comenzó a acelerarse—,
— ¡Esperarían, al día siguiente, me dirían que vamos a comprar un yogurt y me llevarían directo al psiquiátrico local!
— Diles la verdad —sugirió Carolina—,
— ¡No! — replicó colocándose erguida como tabla—. Es decir no, porque nadie más puede enterarse de los elementos.
— A lo mejor ni te preguntan, a ellos les importa que hayas venido al concierto, y que yo te lleve. El concierto no ha terminado, realmente no estamos saliendo antes.Si te preguntan diles la verdad, que vinimos un rato a la casa de Carolina.
— Ok — dijo encogiéndose de hombros—,
— Bien, todo arreglado, vayámonos Aleyda antes de que se haga más de noche.
Narra Aleyda.
Llegué a mi casa, y no pude evitar darle un fuerte abrazo a mis padres, cuando uno esta a punto de perder su vida en lo primero que piensa es en su familia. En efecto les dije que había ido a que Carolina, y la conversación quedó ahí.
Me acosté a dormir. Aunque fue difícil pude descansar algo, no quede tan traumada por la experiencia como lo creía. Creo que en cierto punto mis sueños de acción son mucho más agotadores.
— El horrible tono que tengo en mi teléfono de alarma, puntual como siempre...
Ya era de mañana, lo apagué tirandolo al otro lado de la cama y me di unos "cinco minutos más"
Como era de esperarse, fueron más de cinco minuto.
—¡ Son las 12:00pm!
Volví a lanza mi cabeza contra la almohada, sabía que levantarme de golpe me daría dolor de cabeza...
— No puede ser, es tarde —me repetí a mi misma—,
Finalmente me levanté con la mayor calma con la que pude, por amor a mi sensible cabeza. Me dí una ducha rápida, almorcé porque ya no había tiempo para desayunar y luego de una jornada de limpieza con mi madre volví a ducharme para salir. Me hice una trenza de cascada, luego me coloque unas zapatillas y un conjunto casual con una blusa holgada, mi chaqueta de blue jean y mis pantalones a la cintura.
Luego de despedirme de mis padres y mi hermano fui al departamento de Carolina, en camino me consigo a alguien que no me esperaba ver.
— ¡Por Dios! ¿es enserio?
Llevaba una chaqueta de cuero negra con un pantalón negro que hacia juego con su franela azul rey; su cabello nuevamente alborotado como la última vez.
— ¡Hola linda que bueno verte por aquí!
Intente ignorarlo, peor se colocó al lado de mí.
— No pensé que fueras mal educada.
Me detuve de golpe.
—¿Qué yo que? —inquirí molesta—,
—Supuse que almenos tendrías la cortesía de decirme hola.
— Voy para la casa de una amiga .
—¿Eso es una excusa para no hablarme?
— No es una excusa, pero admito que tampoco quiero hablarte, no te conozco.
—Aught, de acuerdo. Tú como siempre ocupada.
Ambos seguíamos caminando. Empezaba a frustrarme.
—¿ Puedes dejar de hablar como si me conocieras?—pregunté molesta—.
— A ver, si no estás tan ocupada ¡Pruébalo! —dijo desafiante—,
— De acuerdo —dije cruzándome de brazos y expectante—. ¿Cómo?
— En la plaza que esta a dos cuadra ¿ la conoces?—me miró y yo asentí—. Hay una heladería buena, ¿Qué te parece si no encontramos allí a las 8:00 pm?
— Demasiado tarde. Puedo a las 6:00 pm.
— ¡Hecho! yo invito.
— Bien, nos vemos—me despedí cortante—,
— Hasta entonces linda.
— ¡Ya te dije que no me llamaras así!
— No te estoy ofendiendo, te estoy asiendo un cumplido, los cumplidos son buenos sobre todo cuando son ciertos así que tendrás que acostumbrarte preciosa —dijo sonriendo y abrazándome por la cintura—.
— En verdad contigo no se puede hablar —repliqué mientras me zafaba de su agarre.
— Esa es mi mejor cualidad preciosa —dijo con una sonrisa en su rostro—. ¡Nos vemos luego! —sonrió mientras se despedía con la mano—,
— Bien, adiós — dije correspondiendo la despedida para que no diga que soy maleducada—.
Llegué a la casa de Carolina, toco el timbre y me abre la puerta Miriam.
Llevaba su cabello recogido con una media cola con algunos mechones sueltos
— Justo a tiempo .
Observé mi reloj...
— Eso parece —sonreí aliviada—.
Saludo a las chicas y todas nos sentamos en la sala.
Ambas tenían sus tenis y ropa deportiva.
— Tenemos tiempo sin ensayar— les recordé—.
— Deberíamos retomarlo pronto — sonrieron—,
Miriam nos miró expectante.
— Hoy es el primer día de su entrenamiento como portadoras, no va a ser fácil, y no seré dulce con ustedes. Pero si les tendré paciencia, se que pueden hacer muchas cosas pero no esperen que las trate como niñas. De ustedes depende este planeta de modo que esto deben tomarlo con disciplina y responsabilidad.
— Bien exactamente ¿cómo nos enseñarás a usar nuestros poderes? — preguntó Carolina—.
— Bueno, como ya les hablé de donde vienen sus elementos, les daré toda la parte práctica. No soy muy amante de explicarles que pueden hacer y que no, solo deben imaginarse que el único limite que tienen son ustedes, y que cada batalla es contra ustedes mismas. Deben descubrir que pueden hacer y en que son mejores, parte de ganar es saber como levantarse si se pierde. Aprenderán a usar sus poderes para cosas sencillas después maniobras de ataque y defensa. Lo demás lo descubrirán ustedes.
— Bien ¿comenzamos ya? — preguntó mis amiga de cabello oscuro ansiosa —,
— Si primero vamos contigo Lira. Por favor Levántate.
Ella se levantó nerviosa, respirando y manteniéndose en calma y concentrada.
— Tus poderes son fauna y flora, para poder usarlos tienes que concentrar tu mente en lo que quieres que la planta o el animal haga y si te concentras bien ellos lo harán, Le pedí a Carolina una maceta, aquí la tienes frente a ti. En ella planté unas semillas de girasol, tienes que hacer que una crezca hasta el punto de florecer.
— ¿Y cómo lo hago?
— ¡Concéntrate! Mueve tu mano hacía la maceta y piensa únicamente en lo que quieres que pase en este caso haz que uno de los 3 girasoles crezca.
— Ok lo intentare.
Extiende su mano hacía la maceta y comienza a concentrarse, de golpe el tallo del girasol comienza a crecer lentamente.
— Bien ahora detente.
Lira sigue concentrada y la flor se va marchitando.
— ¡Detente! ¡Detente!
Se detiene y observa su flor.
—¡Ups! lo lamento — susurró mientras bajaba la mirada avergonzada—.
— Hiciste que la flor creciera pero en edad a tal punto que ahora está muerta, Lección para ti, sabes usar tus poderes, pero el temor y los nervios no te dejan ver con claridad, cálmate y enfocate en lo que tienes que hacer sin que tus emociones influyan ¿ok?.
Mi amiga asintió. Miriam deja a Lira practicando con las otras dos semillas de girasol y se dirige a Carolina.
— Carolina tu controlas el fuego y el suelo, vamos practicando con el fuego. El fuego no estará siempre a tu alrededor por lo tanto tendrás que generarlo, piensa en fuego y en lo que quieres hacer con él y hazlo, aquí tengo un fósforo préndelo con tu mente.
— Puedo hacer más que eso, solo míreme. Mi amiga se concentra, y produce una bola de fuego en su mano, y comienza a jugar con ella como si fuera una pelota.
— ¡Ve! se lo dije, ¡puedo hacer mucho más! —alardeó.
De pronto comienza a rebotar la bola de fuego tan rápido que se le sale de control y cae exactamente en las cortinas de su sala.
— Caray ¡Apágalo! —grité desesperada—.
— ¡No sé cómo! Miriam ¡ayúdeme! —suplicó—.
— Solo puedes hacerlo ¡tú! recuerda concentrarte.
Rápidamente salgo del departamento intentando usar la manguera de incendio para apagar el fuego.
El viento cierra la puerta y el fuego había empezado a quemar la misma por dentro.
—¡Aleyda! no entres. ¡Quédate afuera! —gritó Lira—.
— ¡No las dejare allí sin hacer nada! intentaré ayudarlas desde afuera.
Intenté usar la manguera pero no lograba activar el agua.
— Carolina ¡HAZ ALGO!—escuché a Lira desde adentro.
— Carolina piensa en apagar el fuego ¡concéntrate! Domina tu poder —grité yo desde la ventana—.
— ¡Ah! —chilló Carolina esforzándose, y pude ver desde afuera como las llamas se disipaban.
Se apaga el fuego.
Narra Lira
— ¡Lo lograste Carolina! —grité emocionada.
— ¿Espera? ¿Lo logre? —preguntó anonadada.
— Si ahora deja de ser tan miedosa, abre los ojos y velo por ti misma.
Carolina abre los ojos lentamente y al hacerlo pega un grito que por poco y me deja sorda.
— ¿Qué paso? — le pregunté.
— ¡Mis cortinas! —gritó fuertemente.
— Bueno, eso te dejó una buena lección, no presumas tus poderes en especial porque, el que juega con fuego se quema —dijo Miriam.
Miriam y yo comenzamos a reírnos a carcajadas.
De golpe Aleyda entra a la casa.
— Chicas ¿están todas bien? — preguntó preocupada—. Ah...Carolina ¿por qué lloras?
— ¡Mis cortinas! —gritó mientras lloraba como una loca maniática—.
— Ok ya entendí todo— dijo la castaña al contemplar el estado en el que estaban—.
— Bueno en conclusión Carolina tienes potencial. Te concentras en lo que quieres pero los poderes no se toman a la ligera, no puedes usar una bola de fuego para jugar como si fuera tu pelotita de goma, Tu eres resistente al fuego que produces, pero lo demás no. Práctica el usarlos correctamente. Por otro lado Lira sabes usarlos pero necesito que te concentres en lo que quieres, ahora dime ¿tienes alguna mascota?
— Si una gatica.
— Bien ahora vas a practicar con ella, piensa en algo que quieres que tu gata haga y ella lo hará. ¡Ah! y por cierto a medida que avances tu poder podrás incluso entender lo que ellos dicen y tu les hablaras normal y ellos te entenderán a ti.
Iba a hablar pero el llanto incesante y dramático de Carolina me interrumpió.
— ¡Y ahora que hago con mis cortinas!
— Te toca comprar una nueva, eso te pasa por...
— Ya se... No debo jugar con mis poderes —contesta fastidiada—.
— Bien nos vemos de nuevo mañana, por cierto Aleyda debo reconocer que Carolina no habría logrado apagar el fuego sin ti, me alegra que podamos tenerte aquí de vez en cuando.
— Siempre estaré para ayudar a mis amigas— sonreí—,
— Bueno muy lindo todo pero nos vamos—avisó Lira haciéndome señas—,
— Cierto hay que irnos, mañana no vendré tengo clase de danza.
— Bien te veremos después.
Salí de la casa de Carolina eran las 5: 50 pm me fui a la plaza para encontrarme con Lucas. Lira, tomó otra ruta y antes de la plaza nos despedimos.
Llego a la heladería a las 6:05 pm y encuentro a Lucas. Era un lindo sitio tenia colores entre verde manzana y agua marine, con adornos y esculturas de madera y diferentes flores tropicales.
— ¡Bueno! miren quien se dignó a aparecer pensé que ya no vendrías preciosa.
— Pasaron 5 minutos ¡no te deje plantado una hora! —protesté—.
El sonríe.
— Bueno tal vez este exagerando un poco.
— ¿Solo un poco? — miré acusadora—.
— ¡Bueno bastante! ¿Qué sabor de helado quieres?
— Galleta de oreo.
— Bien yo pediré de fresa, espera aquí iré a pedirlos.
— Iremos ambos. No soy fan de estar sentada.
Realmente lo hacía para asegurarme de que no colocará nada adicional en mi helado, y como puedo ver en vivo como lo preparan puedo asegurarme de que no haya anomalías.
2 minutos después.
— Listo un helado de galleta de oreo para ti y uno de fresa para tí.
Ambos agradecemos al chico y nos sentamos.
— ¿Hace cuanto que vives por aquí? —le pregunté—,
— Pues veras, me mudé hace unos siete meses desde mi antigua casa porque mis padres se divorciaron y tuve que venirme con mi padre a vivir aquí.
— Caray, yo lo siento mucho, no pude ser más inoportuna con mi pregunta —dije bajando la mirada de vergüenza—.
— No hay problema linda — dice levantando mi barbilla con su mano obligándome a mirarlo, nos quedamos así unos segundos con nuestras miradas conectadas, el sonreía y yo en un esfuerzo también, pero aún me sentía incomoda, por supuesto aparté su mano de mi cara.
— A propósito me gustaría que tuvieras esto. Saca de su bolsillo una cadena plateada con un dije rojo.
— ¿Por qué me lo das a mí?
— Para que te des cuenta de que de verdad quiero ser tu amigo.
— ¿Qué pasa si no lo acepto?
— Creo que insistiré. A menos que no te guste. Te lo colocaré y me dirás que te parece puesto.
Iba a rechazarlo pero ya estaba tirando de mi cabello hacia un lado y me colocó esa hermosa cadena.
— Se que no me diras que te gusta, pero se ve muy bien en ti. Así que te la dejaré.
— Bueno gracias por todo Lucas tengo que irme.
— No tienes que agradecerlo, con tu sonrisa es suficiente. Solo me gustaría saber algo de tí.
Lo mire expectante.
—Tu nombre —sonrió—. ¿ No has notado que desde que nos conocimos aun no me lo dices?
— Soy Ale.
Como no lo conocía no le di mi nombre completo.
— Lindo nombre.
Se acercó a mí lentamente y me dio un beso en la mejilla.
— Nos vemos luego y ¿quién sabe? tal vez algún día podamos ser algo más que amigos.
Lo mire tímida y baje la mirada el volvió a levantarla, comenzó a acercarse más a mí.
Aguarda el... ¿quiere besarme?
Comenzó a fijar su mirada en mis labios.
Si definitivamente eso quiere. ¿Qué se cree? ¡Acabo de conocerlo!
Coloqué mis manos en sus hombros haciendo que él me mirara, tensé mi postura y él lo notó, aunque claro esa era mi idea, lo fui soltando lentamente.
— No vuelvas a hacer eso ¿ok?
— ¿Hacer qué? ¿Esto? Dijo sujetándome fuertemente de la cintura tomando con ambas manos mi cuello, acercándome rápidamente y besando levemente mis labios. Mi reflejo inmediato fue empujarlo.
— Y tú te quejas yo debería estar molesta ¡Ibas a besarme!
— ¿Y eso te molesta?
¿Qué pregunta es esa idiota?
— No, me gusta mucho ¿¡Que no ves que por eso te di ese Empujón!? —exclamé con sarcasmo—.
— Esta bien, está bien ya entendí nada de besos por ahora, ¿amigos? —dijo ofreciéndome su mano—.
¿Amigos? ni loca.
— Adiós Lucas —dije sin aceptar su propuesta de "amistad"—.
Llegue a mi casa aliviada...
Sinceramente espero no estar perdiendo la cabeza. Una pregunta no salía de mi cabeza.
¿Por qué ese chico esta tan interesado en mí?
(...)
¿Resolverá Aleyda el Misterio detrás de los intereses de Lucas?
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