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Cap 23 El laberinto del Fin de los tiempos.



El laberinto del fin de los tiempos...

Narra Miriam.

Habían pasado 10 minutos de reflexión y argumentación entre portadoras y Airéanos, Estrella y Tornado conversaban entre sí por un lado mientras que Armonía dialoga con las chicas por el otro. Decidí captar la atención de todos para que hablásemos y evaluaremos el acertijo en conjunto, afortunadamente en ese momento una idea recorrió mi mente.

— El acertijo habla sobre un vínculo, tal vez se refiera a él vinculo de las personas que están en Airea.

— Es una opción pero sinceramente pensando en retrospectiva, este lío es causado por la destrucción del lazo de los elementos de Airea con la tierra ¿correcto?

— ¿A qué quieres llegar? — preguntó Tornado impaciente—,

— Quiero llegar a que tal vez debamos buscar la raíz de ese lazo.

— Creo que te estoy entendiendo — agregó Carol—. Según lo que nos conto Armonía, el elemento de la unidad surgió de la armonía y la unificación de los elementos, tal vez tenemos que buscar que fue lo que provoco esa Unidad.

— Bien estamos avanzando la pregunta que le haríamos al laberinto sería esta:

¿Cuál es la raíz del elemento de la Unidad? ¿Les parece?

— Me parece bien, por los momentos a mi no se me ocurre nada mejor — dijo algo fastidiado—,

Seguía pensando que la palabra vínculo era importantísima para descifrar este enigma, pero decidí callar ya que no tenía piezas solidas que sujetaran mi teoría, pero nada me quita de la cabeza esa palabra.

— Bien ¿Alguno de ustedes sabe cómo llegar a ese laberinto?

No tardó mucho en surgir una respuesta a la pregunta de Lira.

— Yo sé cómo llegar pero les advierto que es casi imposible atravesarlo, está lleno de pruebas y caminos, solo lograremos salir de él si una persona consigue llegar al centro. Sin mencionar las trampas, si caes en una es el fin, solo te salvaría que una persona llegue al centro y te libere.

— ¿Y si ninguno logra llegar al centro? — pregunto una Carolina sorprendentemente preocupada—,

— Moriremos todos.

Esa frase nos prendió las alarmas, eso no debía de pasar.

— Por si no lo logramos propongo que alguien se quede afuera del laberinto.

— Yo propongo que esa persona sea Miriam, si nos quedamos adentro usted igual podrá intentar resolver el acertijo e incluso podría tener más éxito que nosotras.

— ¡No voy a dejarlas entrar allí! — repuse con seriedad—. ¡Solo una persona loca lo haría!

— Prometí que ayudaría y lo voy a hacer. Pienso entrar allí con o sin su aprobación.

Eso estaba muy mal, era muy riesgoso. Perderíamos a las portadoras si ellas desaparecían en ese laberinto.

— ¿No ves que es imposible? — dije tomándola del brazo—.

— Tendremos que hacerlo posible — dijo apartándose de mí—.

¡Qué terca!

— No sabemos que pueda pasar allí.

— Carol y yo sabemos que pasara si no vamos, moriremos. Quieras o no yo voy a ir, así tenga que luchar en tu contra para hacerlo.

— ¡Yo igual! no nos frenaras y si tenemos que luchar contigo para salvarla ¡Lo haremos! — denotó Carol colocándose al lado de Lira con la mirada autoritaria y centrada—,

A ellas se unieron progresivamente Estrella y Tornado. Es ese momento en el que sientes que todos están en tu contra, queriendo hacer una locura y haciéndote creer por milisegundos que no tienes razón, es cuando más firme te mantienes.

Narra Lira

— Bien, ¡Hagan lo que quieran! — respondió a regañadientes—. Pero créanme que están cometiendo un grave error.

La señora tomo el papel con las palabras de Aleyda entre sus manos, y salió contoneándose con ferocidad.

Todos alistamos lo necesario, ya no quedaba mucho tiempo el planeta comenzaba a sentirse pesado. El viento era mucho más fuerte y las nubes hacían figuras extrañas en los cielos moviéndose con ferocidad.

Tornado nos guió hasta el Laberinto, nos contó sobre el momento y el cómo había conocido aquel lugar. Pero, esa es otra historia.

Llegamos al laberinto entre rayos y nubes de tormenta, por su lado en el interior de aquel sitio todo estaba cubierto de niebla densa y grisácea. En el camino le dije a los chicos que lograríamos llegar al centro si nos manteníamos juntos pero al llegar vi que se podía entrar por cuatro caminos diferentes, las paredes que separaban los caminos eran arbustos negros, con una altitud de 2 metros o posiblemente más.

— Bien creo que el plan de seguir todos juntos hasta el centro no va a funcionar. Cada uno deberá tomar un camino.

— Pase lo que pase despejen su mente, traten de no pensar en nada — comentó Tornado—.

— ¿Y eso porque? ¿En que no debemos pensar? — inquiría su novia de vestiduras blancas y ojos oscuros—.

— Si se los digo será en lo primero que piensen, solo háganme caso.

Todos asentimos no menos preocupados que antes, nos separamos cada cual en un camino, y todos nos adentramos lentamente hasta que ya no podíamos escuchar nuestras voces.

En mi camino, escuche un ruido fuerte me voltee a la entrada ( la cual ya tenía planeada como salida de escape) se había bloqueado por otro de esos arbustos con la novedad de que este estaba lleno de espinos; Supe de inmediato que no habría vuelta atrás solo quedaba una opción, caminar hacia adelante.

Intente mantener mi mente en blanco como había dicho Tornado, pero era difícil no pensar en ese algo, ese algo que él no nos dijo y que probablemente debió decir.

Seguí caminando mientras miraba mis pies y giraba a donde el camino me llevaba pero hubo un momento en el que el camino se volvió más angosto, casi como si esos arbustos tuvieran vida y se pegaran mas a mí a cada momento.

Esto no es apto para claustrofóbicos — pensé—.

Tuve que arrastrarme entre ellos ya que empezaban a rasparme los brazos, cuando ya estaba al borde de quedarme bloqueada conseguí una encrucijada. Tenía dos caminos para elegir, los dos se veían exactamente iguales pero en el medio de ambos había un letrero que decía:

Dos caminos una misma vida, una misma historia y un mismo destino, tan diferentes y tan importantes. "El pasado es historia, el presente un obsequio el futuro un misterio" Recuerda el ¿Por qué? de tus decisiones y no te afanes por el mañana, el futuro lo construyes hoy, pero sin la experiencia del pasado jamás avanzaras, vuelve en tus pasos, pero cuidado el pasado a veces puede lastimar...

Me di cuenta de que los dos caminos representaban algo de mi vida, pero me confundía el hecho de que mencionaba el pasado, el presente y el futuro; Era algo desconcertante porque si fueran tres tiempos de mi vida ¿No habría entonces tres caminos?

¿O quizás no?

Quizás solo fueran dos caminos, porque si hubiera un camino del presente al dar un paso y luego mirar hacia arriba, (por poner un ejemplo) el paso ya se volvería pasado; quizás el presente fuera el ahora ¡Yo leyendo el cartel, eso representaba mi presente! lo cual me hace pensar que un camino es el futuro y el otro el pasado.

Volví a leer la frase Recuerda el ¿por qué? de tus decisiones y no te afanes por el mañana.

Era evidente que se trataba de mi pasado, que debía tomar el camino del pasado pero ¿Cómo podía saber cuál era el correcto?

Me quede un rato pensando en eso cuando decidí alejarme un poco para ver si lograba encontrar a lo lejos alguna diferencia de los caminos, pero al hacerlo me tropecé con una piedra. Me levante del suelo desempolvando un poco mi blue jean y al ver la piedra con la que tropecé me di cuenta de que no la había visto antes. Me senté en el piso y la tome en mis manos, era muy liviana y al tomarla esta se transformó en un minúsculo reloj de bolsillo con tapa azul esmaltada y un diamante en el centro del dial ¡Era realmente hermoso! Me levanté mientras lo observaba fui caminando un poco hacía la derecha y al dar algunos pasos las agujas de ese reloj comenzaron a girar rápidamente hacia adelante como si el día estuviera avanzando en cuestión de segundos. Levanté mi vista para ver si era cierto pero vi que todo estaba igual, el mismo ambiente escalofriante.

Pero después de pensarlo un tiempo se me ocurrió, y camine hacia el camino de la izquierda y las agujas del reloj comenzaron a girar en reversa, supe de inmediato lo que significaba.

En el escrito decía: Vuelve en tus pasos y eso fue lo que hice y al hacerlo encontré la piedra que se volvió el reloj para indicarme cual era el camino del pasado.

¡Claro! si las manillas giraban hacia la derecha era hacia mi futuro, y si giraban a la izquierda estarían girando al revés ¡Al sentido opuesto de las agujas del reloj! De modo que representaría mi pasado. Guarde el reloj en mi bolsillo y me puse en marcha hacía el camino del pasado, pero antes de entrar en el leí de nuevo la última parte:

"Pero cuidado el pasado a veces puede lastimar..."

Eso me preocupo.

Narra Carolina.

Llevaba tiempo caminando sin encontrar nada escalofriante, mi mente estaba tranquila y sosegada, pero lentamente sentí que me hundía en aquel camino interminable, poco a poco cada paso costaba más y más a cada minuto.

Me sentía tan débil que veía mis pies y me mareaba, sentía que en cuestión de segundos caería muerta al piso, en uno de los cruces del camino me detuvo una puerta con el siguiente grabado:

Todos le tememos a algo, pocos lo enfrentan, pueden pasar años y el temor sigue arraigado en alguna parte de nuestro interior, ¿Viniste por respuestas? la obtendrás al enfrentar y superar a lo que más temes, sea real o ficticio, aquí todo es posible, prepárate y no pestañees porque puedes perder.

A penas y le preste atención a lo que ese letrero decía. Lo leí ciertamente pero mi mente no lo proceso, solo quería acabar con todo lo que pasaba de una vez así que tire de la manilla y abrí la puerta.

Al entrar sentí un inyecto de adrenalina bastante extraño, como si mi mente reaccionara de inmediato y todo ese cansancio se esfumara.

Estaba en un barco pirata, ¡Esperen! ¿Por qué rayos estoy en un barco pirata?

Me dediqué a observar todo a mí alrededor, había una gran tripulación, de algunos adultos gordos y otros delgados con sus ropas y sombreros característicos. Era de noche y ellos solo estaban bebiendo y luchando entre sí.

Decidí moverme y me di cuenta de que estaba atada en el mástil de aquel inmenso horrible y descuidado barco, se nota que necesitaba limpieza. Tiene algo de lógica, de niña le tenía mucho miedo a los piratas pero ya no, así que esto será sencillo.

De pronto todos se callaron y del cielo cayó en frente de mi un hombre fuerte y alto, estaba de espalda arrodillado justo a unos pasos de mi, se levanto como si la caída apenas y fuera un leve salto para él; El hombre volteó a mirarme con su expresión siniestra. Era alto, tenía una corta barba negra, un sombrero bastante ridículo en mi opinión, unos pantalones negros, unas botas negras altas que parecían ser de cuero y un chaleco largo gris y marrón algo maltratado y impregnado con el característico aroma a marea baja; al mirarme me fije que su aspecto era horrible y solo uno de sus ojos parpadeaba de modo que su otro ojo era de vidrio. Recordé algo al verlo, se me vino una especie de flashback de cuando era adolescente que soñé con un hombre igual que mataba enfrente de mis ojos a mi hermana, y no pude evitar estremecerme al reconocerlo.

Él me evaluó de pies a cabeza y desenvaino su espada y afinco levemente su punta en mi cuello.

— Por última vez Olivia ¿Donde está la espada de la muerte?

No tenía ni idea de que espada se refería, ni él porque me había llamado como mi hermana pero lo único que recuerdo del escrito es que tenía que enfrentar los temores. Y proseguí a seguirle la corriente.

— ¡De mi boca no obtendrás palabra alguna! — contesté con fiereza—.

De inmediato sus parpados se ensombrecieron igual que aquella noche, tomo con su mano izquierda la acanaladura de su espada y la derecha la enfuño en la empuñadura afincando sus dedos en la guarda de la misma.

La acercó con ferocidad y afincó la hoja de la misma en mi cuello, acerco su boca mal oliente a mi rostro y expiro las siguientes palabras casi escupiéndolas — Te lo digo por última vez — me amenazó afincado su espada. Sitúe todo mi esfuerzo en mantener una mirada firme y ahuyentar el gemido de dolor que mi garganta deseaba emitir. — ¿En dónde está la espada de la Muerte?

— ¡Vete a buscarlas al infierno!

— Allá te llevaré si no comienzas a cantar pajarita.

Después de eso me arte y le escupí la cara. Toda la tripulación comenzó a levantar murmullos y algunos una onomatopeya al unisonó en forma de burla. Esbozaban pequeñas risas que solo levantaron la ira de su capitán el cual después de pasarse la mano por el rostro inclino rápidamente su cabeza golpeando con su puño la mía girándola violentamente; Seguidamente colocó nuevamente su espada en la posición anterior pero esta vez la levantó un poco más colocando la hoja en mi membrana disgastrica.

Al notar que no conseguía sacarme lo que quería, afinco más la hoja de la espada haciéndome un leve corte. Al ver que mi terquedad no era apaciguada corto mis sogas, me tomó por los hombros, los tenso y me arrojó hacía el suelo al borde de la cubierta. Se alzó erguido y comenzó a amenazarme con la espada, comencé a retroceder y sin darme cuenta no estaba encima de la cubierta estaba al margué de lo que era una plancha pirata.

El miedo de inmediato me invadió, si había un temor que nunca había conseguido superar era el miedo al océano, mis manos comenzaron a temblar ante el recuerdo de que mi abuelo falleció en un crucero. No era un miedo al océano como el de una persona que no sabe nadar, era un miedo anormal una verdadera thalassofobia. Aquel pirata había conseguido tumbarme en aquella tabla poniéndose arriba de mi y empujando mi cabeza afuera de la plancha; Empuño nuevamente su espada en mi cuello.

— O me dices en donde esta, ¡O tu cabeza será comida para peces!

No sabía si era un producto de mi imaginación o si era una realidad lo que pasaba frente a mis ojos, tenia mil dudas pero sabía que fuese lo que fuera, era producto del laberinto y yo no quería morir así que tendría que ingeniármelas para desabordar esa nave.

De inmediato aferré mis manos a la tabla e impulsé mis pies en un salto golpeando el abdomen del pirata haciendo que se separara de mí, no fue lo suficiente ya que de inmediato giró sus manos sujetando la espada a punto de decapitarme. Fui más rápida y me agache, seguidamente hizo lo mismo pero hacia mis pies (obviamente no caería de nuevo) logré adelantarme y saltar tomando impulso y sin meditarlo salté al océano contra todo pronóstico.

De pronto abrí mis ojos no estaba mojada ni bajo el agua siquiera. Estaba encerrada amarrada a una silla y vendada. Un hombre vestido de negro me quito la venda y prendió una pantalla que decía.

"Felicidades pasaste una prueba, pero la siguiente no será tan sencilla, te encontraras con uno de tus peores miedos ¿Podrás controlarlo? para hacerlo presta atención a lo siguiente: Si nos temes crecemos, si nos enfrentas enfurecemos ¿Qué harás pues para detenernos?"

De pronto un montón de tarántulas comenzó a invadir el salón.

— ¡Oh Vamos! ¿En serio? ¿No podían ser otras cosas tenían que ser arañas verdad? — grite para mí misma—.

Comenzaron a subir a mi cuerpo y comencé a sacudirme y a gritar. Comenzaban a hacerse cada vez más y más grandes en un reflejo quemé las sogas que me amarraban y pude alejarlas al dispararles fuego, sin embargo fue inútil comenzaron a hacerse más grandes y después de unos minutos mis poderes no les causaban ni un rasguño; Me tenían rodeada.

Mi mente no procesaba una solución más que huir pero no había escapatoria, ni ventanas, ni puerta, ni luz alguna más que la luz que mi fuego irradiaba ¿Qué podría hacer yo entonces?

Invadida de terror dejé que me atraparan entre sus telarañas, expiré y cerré los ojos...

Narra Tornado.

Después de dar el primer paso adentro del laberinto este se cerró tras de mí.

Si, era de suponerse— dije para mis adentros—.

Estrella no solía revisar la historia a diferencia de mí, este laberinto principalmente es principalmente un cementerio. Millones de Aireanos entraron y jamás salieron, especialmente del reino animal.

En lugar de la entrada estaba un muro de espinos negros llenos de un líquido viscoso y baboso oscuro en cada punta. Decidí dejarlo atrás pero con cada paso que daba este se acercaba a mí con velocidad, corrí lo más rápido que pude pero parecía que mientras más aceleraba el paso, más cerca estaba el muro de mí.

Seguí corriendo y al frente de mi comenzaron a crecer otros muros que obstaculizaban mi camino, tuve que saltarlos a cada uno, era casi una carrera de obstáculos con la diferencia a que si me detenía había un muro de espinos esperando a que eso pasara.

Después de pasar cada uno de los obstáculos, los muros a mi lado que conformaban el laberinto ya no eran iguales, estaban hechos de piedra y de pronto se creó un techo de piedra.

Tuve por un instante la intención de regresarme pero al ver el peligro que me acechaba las espaldas me saqué las dudas y me impulsó a continuar.

Hubo un momento en que se levanto una pared al frente de mi, que se iba cerrando rápidamente hasta dejar un espacio en forma circular cada vez más reducido, intuitivamente aceleré el paso y al estar cerca salte y conseguí traspasar la pared por la abertura circular, di una vuelta de carro sobre mis rodillas y me levante agitado, mire atrás y la abertura circular se había cerrado al cruzarla.

Giré mi vista y todo estaba oscuro hasta que unos ojitos de buey color azul eléctrico comenzaron a encenderse en orden ascendente iluminando ante mí un camino.

Al dar los primeros pasos me di cuenta que el camino que había dejado atrás se estaba derrumbando la caída llegaba al vacío.

Trague grueso y comencé a correr mientras que el camino se desmoronaba tras de mí, de pronto comenzaron a caer unas bombas de ilusión (Las bombas de ilusión eran usadas en la guerra de Airea para hacer que los enemigos tuvieran ilusiones) Yo sabía muy bien lo que eran y lo que podían hacer y ser veloz no sería suficiente para escapar. Me concentre en evitarlas a toda costa, mientras zigzagueaba vislumbre a lo lejos colgada de un gancho, atada de brazos a Estrella, no me había caído ninguna bomba ¡Así que era verdad! ¿O podía ser invento del laberinto? No lo sabía, pero no deje que la incesante duda en mi cabeza me detuviera, me abalancé en un fuerte salto y logre sujetarme del gancho; Saque una navaja y corte las sogas, tome a Estrella en mis brazos y utilicé la soga para columpiarnos hasta el suelo, en ese momento vi una bomba a punto de caernos, tome a Estrella y la arrojé a un lado para que no fuera afectada y en el último instante antes de llegar al suelo, la bomba estallo haciendo presión justo en mi pecho arrojándome al suelo...

Narra Estrella.

Al ver caer a Tornado al suelo herido por una bomba de la ilusión me tire encima de él intentado despertarlo (lo cual era inútil) ya estaba profundamente sumido en un sueño, o más bien en una pesadilla...

¡No tu Tornado! ¡Vuelve por favor!

De pronto de la nada apareció una puerta por la cual entro nada más y nada menos que la mismísima Miriam. Ella estaba hiperventilándose, sudaba abundantemente, su cara transmitía terror y angustia, era casi como si hubiera visto un fantasma; De inmediato fui a ayudarla ayudándola a sentarse en el piso intentando calmarla, no sé que pudo haber pasado en su travesía por el laberinto pero por lo que se ve, fue horrible.

¿Miriam que haces aquí? Creí que no querías venir al laberinto ¿Qué te ha pasado? Ella seguía hiperventilándose. ¿Miriam puedes verme? ¿Puedes escucharme? — ella asintió asustada con la cabeza—. ¿Puedes hablar? pregunte preocupada—.

¿En? ¿En? ¿Dónde estamos? — preguntó acelerada—.

Adentro del laberinto Miriam ¿Qué es lo que te paso?

Vi

¿Qué? ¿Qué viste Miriam?

— Vi algo de hace mucho tiempo atrás. —expresó un poco más tranquila pero a la vez evasiva.

Como note que no quería enfrentar mis preguntas decidí cambiar de tema y tratar de ignorar lo que le haya pasado. Miriam ¿Por qué has venido hasta aquí?

No podía dejar que vinieran a este demoniaco lugar, por desgracia no llegué a tiempo tuve que entrar pero no he conseguido encontrar a nadie más que a ti.

Tornado también está aquí, pero le han herido con una bomba que básicamente te hace imaginar y visualizar tus peores temores.

— ¿Y donde esta Tornado?

Volteé y su cuerpo había desaparecido solo quedábamos Miriam y yo. La sala se ilumino esporádicamente una escritura en la pared se escribió.

"Han enfrentado las pruebas, pero aún no han llegado al final, no pueden haber dos cabezas solo una puede llegar y para decidirlo se enfrentaran ante su peor rival. El tiempo puede ser bueno si se sabe aprovechar, pero si lo malgastas tus minutos se irán. Deben girar la polaridad, háganlo a la inversa y rompan sus esquemas, piensen lo contrario a lo lógico y el laberinto para ustedes habrá terminado"

Narra Miriam.

No entendía mucho el escrito honestamente me costaba analizarlo, seguía impactada con lo que había visto en mi prueba, se trataba de algo que a pesar de haberlo vivido intente olvidar durante toda mi vida, pero era tiempo ya de enfrentarlo.

Pensando en esto comencé a flotar al igual que Estrella y de pronto caímos de nuevo al piso, esta vez no en el suelo sino en un inmenso tubo de cristal en ese momento traté de usar mis poderes pero estos no funcionaban. De suelto comenzaron a caer granos de arena sobre mi cabeza, mire hacia arriba y a juzgar por la velocidad en que la misma descendía terminaría enterrándome en menos de 3 minutos.

Volteé hacia Estrella y vi que no eran tubos o conductos contenedores, eran relojes de arena, ella luchaba con trepar entre las paredes pero a cada intento la arena descendía con más rapidez, decidí intentar romper el cristal y solo lograba que la arena tomara velocidad.

Estrella me gritaba que intentáramos tumbar los relojes, pero supe que no funcionaria porque el nivel inferior del reloj estaba más lleno que el superior, la presión de la arena no nos facilitaba movimiento y tampoco al reloj.

Mis pies se enterraban a cada paso, debo admitir que matarnos de esa forma era una verdadera tortura, un nuevo y descarado giro a la frase:

"Tu tiempo ha llegado..."

(...)

¿El tiempo de Miriam y los portadores habrá llegado a su fin?

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