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Capítulo 7: ¿Buenas noticias?

Aquí está el capítulo. Si estás leyendo esto, gracias y espero disfrutes de la historia. <3

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Salimos del ascensor, adelante están Eve y Desa caminando mientras hablan muy animadamente; junto a mí está el señor Egan.

— Me impresionó mucho cómo actuaste allá adentro —habla con un tono casi orgulloso, creo, eso me hace sonreír—. Sin duda eres hija de Morgan —mi sonrisa se tensa y él lo nota—. ¿Por qué esa cara? —Le dirigí una mirada para que entendiera lo que había dicho—. Oh, ya veo. Pero no te debes poner así, me refería a que eres una persona fuerte, parecías la líder y cuando nos amenazaste... —empieza a reír contagiándome y logrando que sonría de nuevo.

¿En serio fui muy amenazante?

—Creo que le quitaste el puesto a Harry por unos segundos. Casi todos te apoyaron. Fue fantástico —dice emocionado.

—No hubiera pasado sin su ayuda. Gracias —lo digo porque es la verdad, él se puso de mi lado y tuvo la misma opinión que yo.

Eve abrió la puerta invitándolos a pasar. Un olor delicioso inundó mis fosas nasales. Al entrar vi como Owen sacaba del horno una bandeja con galletas y las dejaba en la encimera de granito, en frente de donde Lili y Rick estaban sentados hipnotizados por el aroma.

—Hmmm... Huele delicioso —dije acercándome a ellos.

Owen sonríe por mi comentario pero hace una mueca frunciendo el ceño. Se da cuenta de la presencia de Renzo y Desa.

— Eh... hola señor y señora Egan ¿Cómo están? —se le ve confundido y un poco tenso.

Empiezo a pensar en su posible reacción ante la noticia que viene y dudo que lo vaya a tomar bien.

Le dará un ataque.

—Solo llámame Renzo, sabes que no es necesario que me digas "señor" —explica mientras le da la mano a modo de saludo. Desa se ubica detrás de Lili mientras le hace una trenza. Es su madrina después de todo.

—Está bien, Renzo. Tomen una galleta —voltea a ver a Rick y Lili, los cuales tienen las bocas llenas y solo emiten el ruido de "Hmmm" al dar un mordisco— y será mejor que lo hagan rápido porque esos dos arrasaran con todas —pone los ojos en blanco mientras las comisuras de sus labios se elevan formando una pequeña sonrisa.

Estás incómodo, seguro ahora mismo tienes la sensación de la que tanto hablan.

Renzo toma asiento a un lado de Rick, lo mira discretamente para ver si lo conoce de algún lado. Al darse cuenta de que no, extiende la mano y dice:— Renzo Egan, es un gusto ¿y tú eres...?

Rick abre los ojos de golpe al escuchar el nombre del hombre y que se dirige a él, se apresura en masticar el bocado mientras le da la mano.

— Rick... Aragón... Señor...—habla con la mano sobre su boca mientras trata de tragar más rápido, hace una mueca mientras se ve un movimiento en su garganta— Disculpe.

—Nueva regla para todos ustedes: no me llamen "señor", me hace sentir viejo y los conozco a casi todos desde que eran unos enanos. —Lili suelta una risitaante eso — Tú no te rías, aun eres enana —no puedo evitar sonreír al ver la seriedad con la que habla Egan y señala a la niña—. Díganme Renzo o Egan o...—piensa un momento— ¡Lo tengo! Llamenme Ren ¿qué tal suena?—pregunta esperanzado.

—Me agrada, suena bien —digo mientras tomo una galleta.

Se deshace en mi boca con un sabor que es... ¡Es el paraíso en una galleta!

—Bien, Ren y señora Eg... —Owen se detiene al ver la mirada de ella— ¿Desa?—ella asiente sonriendo— ¿Hay buenas noticias? ¿Y Adrien?—interroga mientras guarda la harina. Está un poco más relajado.

Ya hay que soltar la bomba.

—Adrien, está en Portland, tal vez durmiendo—responde Desa divertida lo cual aplaca un poco mi ansiedad por el asunto que viene.

Owen se acerca hasta la encimera y empieza a limpiar la superficie, que tenía un poco de mezcla de galletas y harina. Renzo me dirige una mirada, sé que hay que decirle y tal vez sí esté bien que lo haga él, tal vez su entusiasmo y viéndolo como algo positivo haga que Owen no se lo tome tan mal, así que asiento dándole un vistazo a mi amigo.

—Sobre la otra pregunta, sí, hay buenas noticias. Y de hecho son sobre ti. —dice Egan.

Ya viene.

Owen para un segundo y luego continua con una pequeña sonrisa tensa.

— ¿Acaso ya aceptaron que estoy bajo control? —cuestiona con ironía pero sé que lo dice en serio.

—En eso estamos, pero hay algo más; Owen, tengo el honor de decirte que eres un híbrido Alfa —Owen tarda un momento en levantar la mirada para ver a Egan sin ninguna expresión en el rostro, abre la boca pero no dice nada, está en shock—. Sé que es una noticia no muy creíble pero es verdad, y es una increíble noticia, y si tienes alguna duda...

—No... Eso no... —Owen suelta una pequeña risa escéptica, tal vez nerviosa, pero luego se sostiene de la encimera para no caer, trato de acercarme a él pero mueve la mano para evitar que lo haga y su rostro está tenso al decir con más calma:— Eso no es posible.

—Sí, lo es. —dice Desa.

Owen inclina la cabeza y ante su respiración irregular me acerco de nuevo, esta vez no me rechaza cuando toco su espalda frotando con la intención de darle apoyo.

—Hijo, sé que es duro todo esto pero es una buena noticia para ti, es una señal de fuerza, de valor. De poder —explica Egan con entusiasmo inclinandose sobre la encimera—. Es algo sin precedentes. Esa noche debiste de tener una actitud inquebrantable como para sobrevivir y desarrollar...

La respiración de Owen se hace más rápida y estoy a punto de mandar a callar al señor Egan cuando se endereza de golpe.

— Necesito tomar aire —dice agitado, antes de que me dé cuenta camina a paso apresurado a través de la sala, abre la puerta de la azotea, sale y la cierra para estar solo.

Todos observamos cómo camina de un lado a otro con las manos en la cabeza, sé que tal vez se lo está jalando, todo él se ve frustrado. Se detiene, da unos pasos acercándose hasta la orilla del balcón, queda de espaldas a nosotros, apoyado sobre la pared de cemento, viendo los edificios un momento.

Sin que lo espere, se monta sobre la pared de cemento y toma asiento en el borde, todos inmediatamente se alteran.

—No hará lo que creo ¿o sí? —inquiere Rick poniéndose de pie.

Oh, mierda.

—No saltará ¿cierto? —me pregunta Renzo preocupado. Ve a su esposa la cual tiene la mano sobre su boca—. ¡¿Cierto?!

—Todos cálmense, no lo hará, iré a hablar con él —respondo mientras camino hasta la puerta, salgo y la cierro, me acerco adoptando una posición como la de él anteriormente, apoyándome sobre mis antebrazos, miro los edificios como él lo hace fijándome en las ventanas— ¿Así que este es el plan? ¿Suicidio?

Sus ojos se ven aún más claros con la luz del día y su cabello se ve bien aunque esté un poco alborotado.

—No sé —responde, después de un minuto libera un enorme suspiro, de esos que cuando los sueltas, sientes que se te va una parte del alma en ellos.

— ¿Por qué?—me mira y sus músculos se tensan mientras dirige su vista hacia abajo.

— Porque esto es un desastre y no creo poder controlarlo todo; si pierdo el control tendrán que encerrarme otra vez y no quiero eso... —cierra los ojos y respira de forma entrecortada—. No quiero volverme una bestia y perder mi humanidad; no quiero ser un monstruo... no quiero hacerte daño ni a los chicos. No puedo volver a eso.

Es peor de lo que pensé.

—Oye. —subo a la pared con dificultad. ¿Por qué tuve que ponerme un vestido hoy? ¡¿Por qué está tan alto?! Trato de no mirar abajo sintiendo mi corazón latir fuertemente. Pongo una mano sobre su hombro para llamar su atención— Mírame, tú no eres un monstruo, tú nunca me harías daño, estoy segura de ello —Me mira a los ojos pero no parece creerme—. Sabes que no puedo dejar que saltes. Tengo que cumplir mi promesa.

"Te protegeré y apoyaré, pase lo que pase, estoy contigo. Lo prometo". Owen suelta una pequeña risa al pensar lo mismo que yo, esas palabras dichas por niños suenan en mis oídos y en los de él.

—Eso no vale. Pensé que la habías olvidado.

—Nunca. Además, si saltas rompes la promesa. Así que si tienes tantas ganas de saltar, voy a tener que saltar contigo —Tomo su mano para que entienda que hablo en serio—, nos romperemos todos los huesos si sobrevivimos, aunque lo dudo con esta altura —su rostro palidece ante mi declaración, aprieta mi mano, vuelve al suelo rápidamente y luego me baja sosteniéndome por la cintura.

¡Al fin!

— ¡Dios! No recordaba que me daban tanto miedo las alturas —hablo sin aliento.

— ¿Estás loca? —lo piensa un momento— Retiro la pregunta, sé la respuesta.

—Puede que esté loca pero tú también y funcionó, bajaste.

—¿Y si no hubiera funcionado? ¿Y si yo hubiera saltado?—interroga indignado por la idea.

—Sabía que funcionaría porque nunca pondrías mi vida en riesgo —desvía la mirada, no quiere verme a los ojos. Tomo su mejilla y logro que se fije en mí. — Eso prueba que no eres una bestia, que tienes humanidad, que no eres un monstruo y que no me harías daño... nunca.

Sus ojos verdes brillan vidriosos y con algo de esperanza, como si le hubiera dicho la mejor noticia de todas.

—Gracias. —susurra y lo atraigo en un abrazo, se aferra tan fuerte a mí que me deja sin aire, pero lo soporto porque lo necesita; nos separamos y me doy cuenta de que todos aún están viéndonos.

—Esto va a ser incómodo. —hablo entre dientes y él sonríe por mi comentario.

— ¿Y si nos quedamos un rato más aquí? Al menos hasta que Lili y Rick vuelvan a devorar mis galletas —ríe mientras tomamos asiento en unas sillas.

—Esa es la señal de que todo ya se ha calmado —rio y él se une a mí, contagiado por mi risa.

Nos quedamos en un silencio sorprendentemente cómodo, miro las piedras que adornan la pared sobre la que nos habíamos parado; al observar a Owen noto que tiene la cabeza hacia arriba con los ojos cerrados y mueve su mano sobre su pierna siguiendo el ritmo de alguna canción.

¿Qué estarás pensando?

—Pienso en lo que pudo ser mi vida si ese maldito no hubiera matado a mi familia—responde abriendo los ojos. Mi cara de confusión e irritación lo alerta—. Lo siento, pero en mi defensa lo pensaste demasiado fuerte y siempre trato de no escucharte.

—Da igual. Pensé que aún se te hacía complicado escuchar pensamientos... ¿o ahora siempre escuchas? —él frunce los labios un poco—. ¿Por qué no me lo dijiste? —interrogo enojada.

—No preguntaste.

—Owen.

—No lo sé... Es raro y nuevo que pueda escucharte con más claridad. Antes no podía ni siquiera escuchar a los de mi misma especie pero ahora es más fácil escucharlos a todos. Tengo ventaja. Y también me dan dolores de cabeza infernales. —dice irritado.

Uh, esos dolores de cabeza son intensos cuando se usa mucha comunicación mental, por algo la uso poco. No la he usado en un tiempo.

—Sé a lo que te refieres. —digo.

—Es extraño.

Pienso un momento en todo lo que ha dicho. Nos quedamos viendo los edificios hasta que oigo:

— ¿En qué piensas? —pregunta curioso.

— ¿Que acaso no lo sabes? Pensé que leías mentes —digo sonriendo logrando que entrecierre los ojos.

—Sabes que puedo leer la mente de los humanos, pero solo escucho lo que tú quieres que escuche. Claro que te conozco muy bien y sé que quieres irte —declara volviendo a recostar su cabeza de la silla.

¡Ja! Sí, claro.

—A ver, sabelotodo ¿Irme a dónde? —pregunto volteando un poco hacia él.

— A casa... —bufo interrumpiéndolo— para buscar tu maleta, pasaporte y tú lista de todos los lugares por visitar. —continua muy seguro de lo que está hablando.

— ¿Por qué tienes que conocerme tan bien? —mi pregunta le dibuja una sonrisa de satisfacción en los labios volviendo a ver el cielo—. Quiero ver qué más sabes de mí. ¿Color favorito?

—Te gustan todos. Pero principalmente el morado y el verde.

—Diablos ¿Bebida favorita?

—El café, pero también...—el sonido de la puerta golpeando la pared al abrirse lo interrumpe. Ambos volteamos, vemos como mi padre y Harry discuten, No se escucha muy bien lo que dicen desde aquí— Será mejor que entremos —dice poniéndose de pie, lo imito y entramos al pent-house.

— ¡Ya dije que no!—grita Roberts exasperado.

Se puede sentir la tensión en la sala, Lili está en su sitio junto a Rick y Eve en la cocina; Louisa, Renzo y Desa charlaban en los sillones, hasta que entraron.

La pareja de lobos se mira entre sí y miran a Louisa con disculpas.

—Disculpen la interrupción pero ya nos retiramos —dice Ren tomando la mano de Desa con delicadeza y parándose dispuesto a irse—. Como siempre es un gusto verlos.

—No, Egan, no es necesario —dice Harry, sus ojos suplican una disculpa—. Esta conversación ya terminó —le dirige una mirada de advertencia a mi padre.

—De todas maneras tenemos que hacer otras cosas en el camino; así que fue un gusto conocerte, Rick, y estamos felices de que pudiéramos verlos de nuevo. —explicó Desa con su característica tranquilidad.

—Concuerdo y llámanos si tienes alguna duda, Owen —expresa Ren dándole la mano a Harry y luego a mi padre; Desa hace lo mismo y ambos salen.

—Eh... Lili —habla Rick llamando la atención de todos—. ¿Por qué no me enseñas los nombres de las calles, desde la azotea? No soy de aquí. —ve a Eve un momento luego parpadea y nos mira a todos.

Bien pensado.

—Claro —dice Louisa desde el sofá—. Cariño, muéstrale las tiendas que te gustan.

— Saben que no soy un bebe y que sé que solo dicen eso para que no tenga que escuchar algún insulto ¿Verdad? —pregunta Lili dirigiéndose hacia la puerta, la abre esperando a Rick, quien sonríe tomando unas cuantas galletas y se las da a ella. Se dispone a cerrarla, ve a Louisa la cual pronuncia un "Gracias", él asiente y va con Lili a la pared para ver la vista..

—Si quisieras intentarlo, si tan solo te molestaras en pensar...

— ¿Qué parte de "No" no entiendes, Tom? —pregunta un poco más calmado Roberts interrumpiendo a mi padre—. No está en discusión. Yo soy el líder de La Orden y ya lo decidí.

En cuanto lo dice Robert suspira cerrando los ojos en arrepentimiento y la cara de mi padre se tensa a más no poder, en sus ojos se ve el enojo porque sé que antes de que Harry fuera el líder, él lo era.

—Ya veo, bueno, "lanzallamas", creo que ya debemos irnos para que sigas con tus deberes de "líder"—las palabras mordaces de mi padre me sorprenden. El hecho de que utilice el apodo de mi tío para burlarse tanto de sus poderes como de su cargo me molesta.

Literalmente es como su hermano.

Nadie dice nada, todos vemos como se miran: mi padre esperando una reacción para seguir atacando pero Harry solo lo mira con tenso, mi padre asiente y nos mira a Owen y a mí al solar: —Nos vamos.

—Tom, no porque tú y yo discutamos deben pagar los demás —Harry habla de manera tranquila—. No tienen por qué irse tan pronto. Tú y yo tenemos que hablar...

Mi padre se acerca hasta donde estamos Owen y yo, haciendo caso omiso de lo que dice Harry.

—Llama a Rick y ve por el auto —ordena viendo a Owen.

—Está bien, papá. Ya nos vamos pero —doy un paso adelante— no tenemos que irnos tan rápido, solo esp-...

— ¡Nos vamos! —me interrumpe alzando la voz y dando un paso decidido hacia mí.

Owen al verlo y oírlo reacciona tomando mi brazo izquierdo y me jala logrando que dé un paso atrás.

—Como diga, señor —responde él posicionándose delante de mí, de tal manera que su brazo y espalda cubren la mitad de mi cuerpo—. Nos iremos en un instante.

Mi padre lo mira; noto como Owen traga. Sé que para él mi padre es una figura de autoridad aterradora.

—Muy bien. Esperaré abajo, y, Harry —llama la atención de mi tío—, nos veremos en la próxima reunión. —sale sin esperar una respuesta. El nombrado lo mira con cansancio.

Espero a que atraviese la puerta, no me importa si está dentro del elevador o no cuando suelto:

—A veces quisiera decirle tantas cosas.

—Ya no importa —dice Roberts, continua antes de que pueda responder—. Tom es así aunque en un principio no lo era, es mi amigo aun cuando las circunstancias lo han cambiado.

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Bueno este es el capítulo. No había actualiza durante un tiempo pero aquí está.

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