Aquí el tercer capítulo. :D

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Me dejo caer al suelo sentada, tratando de absorber todo el oxígeno posible. Tal vez la sangre me dé energías suficientes como para no desmayarme, pero eso no significa, que deje de respirar.

—Lo hiciste bien, 13 minutos es un buen tiempo... —dice Owen abriendo la boca para coger el aire que le falta—, aunque podemos mejorarlo; me impresiona el hecho de que me hayas seguido el paso por tanta distancia, eso fue genial —menciona antes de tomar otra bocanada.

—Sí, yo también me impacté ante eso, supongo que son los beneficios de ser mitad vampiro y consumir sangre. —río al ver como esta él.

Los lobos también necesitan aire.

Se repone rápido y se acerca para sentarse junto a mí, nos quedamos viendo la oscuridad que se forma debajo de los pinos altos.

— ¿Oye crees que ya podrías contarme lo que pasó? —pregunta sereno. Sé a lo que se refiere, ya se había tardado en preguntar. Es demasiado curioso y listo como para olvidarse de eso.

—No había bebido desde el jueves. —digo con sinceridad, eran cinco días sin tomar ni una gota de sangre. Voltea a verme alarmado, abre la boca para decir algo pero lo interrumpo, para continuar—. Sí, sí, ya sé. No lo digas, me di cuenta comprando en la tienda de Mary y solo podía pensar en el hambre que tenía, no hice nada; salí de allí y trate de ir rápido hasta donde estaba estacionada, no sé de donde apareció un coche que ni siquiera trató de parar al verme y pensé que me arrollaría pero un chico me salvó.

Espero su reacción antes de continuar y decirle lo que paso después, no sé cómo lo tome. Se queda un momento pensando en lo que dije.

—Suerte que el chico estaba cerca. —Responde serio—. Deberíamos agradecerle con algo.

—Sí, bueno, eso no es todo —me ve atento esperando a que continúe—. Le agradecí pero... empecé a sentir algo raro al estar junto a él y resulto que era un ángel —lo digo rápido como si eso ayudara.

No lo hace. No ayuda.

— ¡¿Un ángel?!—grita Owen abriendo sus ojos como platos. Asiento, lo piensa un momento—. ¿Qué pasó después? —pregunta con curiosidad, ya más calmado.

Sigo contándole lo que paso luego de eso, sonríe orgulloso cuando le digo que traté de alejarme lo más posible; sus facciones se endurecen al decirle que tomé de su sangre pero se suavizan y suelta una pequeña risa al escuchar que el chico pensó que era mi novio y al oír que yo no lo negué se sonroja un poco, carraspea para ocultarlo.

—Y eso fue lo que pasó

—Bueno, no hubo daño: estás viva —dice observando a su alrededor, el cielo ya se ve un poco estrellado y suspira para luego levantarse—. Ya es tarde, debemos volver ¿Aguantarás seguirme el paso? —pregunta mirándome desafiante.

Me pongo de pie y empiezo a correr sacando ventaja; oigo como se va acercando hasta estar a mi lado.

— ¿En serio creíste que ibas a ir más rápido que yo? —consulta incrédulo.

—Tenía que intentarlo. —contesto mirando al frente. Él se coloca como antes adelante de mí, guiándome por donde cortar camino.

...

Luego de todo el recorrido, estoy frente a la casa doblada sobre mi abdomen, tratando de respirar pero el aire parece no llegar hasta mis pulmones. Owen también está respirando rápido pero él logra mantener la compostura, al verme me frota la espalda para que me calme y trate de tomar aire.

—Tranquila te acostumbrarás, y siento decirte esto pero eso solo fue para calentar —Al escuchar eso me enderezo, volteo y lo miro con cansancio—. No me mires así. Anda, tienes que darte una ducha —dice dándome una palmada en la espalda al dirigirse a la entrada.

¿En qué me he metido?

Subimos las escaleras, yo casi arrastrándome; él se va a su habitación quitándose la camisa mientras pateaba distraídamente la puerta para cerrarla, mis ojos se quedaron en sus dos pequeñas cicatrices de la espalda, ya casi no se ven; mientras, yo todavía tengo que subir más escaleras para llegar a mi bella y dulce cama, la cual no tocaré hasta quitarme todo el sudor de encima.

Al entrar en mi habitación me dirijo directamente al baño para darme una buena ducha con agua fría.

...

Salgo del baño y me visto con un pantalón de pijama y una camiseta holgada. Bajo los escalones y me llega un olor delicioso al entrar en la sala de estar, lo sigo hasta que veo en la gran mesa del comedor a unos 6 chicos entre los cuales están Simon y Rick, hablando y volteando a ver la cocina de vez en cuando, dirijo mi mirada hacia allí y está Owen de espaldas a nosotros vigilando la estufa.

La cena hoy será deliciosa.

— ¿Qué huele tan bien? —pregunto acercándome a él. Voltea viéndome, señala que tiene todas las hornillas encendidas y sobre ellas están dos planchas de parrilla.

—Hamburguesas. —responde, mientras le da la vuelta con la espátula a unas cuantas y estas hacen un ruido siseando y provocando que mi estómago ruja.

Tengo hambre.

—Hey, Chef ¿Cuánto falta? Tenemos hambre —dice Simon y Owen lo mira con fastidio, me cruzo de brazos. Ya quiero ver qué pasa esta vez—. ¿No es cierto, chicos? —pregunta el vampiro mirando a todos los demás, los cuales no le siguen la corriente.

Simon ve a Rick en busca de apoyo y el resto esperamos su reacción con curiosidad.

—Sinceramente eso huele demasiado bien, vale la pena esperar —declara el nuevo; luego se escuchan otros comentarios como "cierto" o "tiene razón". El Chef sonríe ante eso.

Buena respuesta.

—Mmm debo admitir que es verdad —dice Simon encogiéndose de hombros luego mira a Owen—, además, no quiero que se repita lo de aquella vez en que me mandaste al diablo a cocinarme mi propia comida —dice el vampiro de pelo negro riendo forzadamente, Owen se mantiene serio—. ¿Me darás de las hamburguesas, cierto? ¡¿Cierto?! —pregunta con tono angustiado al no obtener respuesta, causando que todos soltemos unas cuantas risas.

—Sí, solo no vuelvas a apresurarme —Contesta Owen, sirviendo la carne en los panes—. Ayúdame poniéndole los vegetales y las salsas. —pide, ya que no estoy haciendo nada. Me acomodo a su lado para hacerlo.

Terminamos rápido de armar todo; Owen toma la bandeja para llevarla a la mesa, mientras yo saco del refrigerador las botellas de refresco, él vuelve a ayudarme, toma cuatro y yo las otras cuatro, nos dirigimos hacia los demás, repartimos las bebidas, Owen me deja la silla del extremo y yo pongo los ojos en blanco.

Mi boca ha estado hecha agua hasta ahora que por fin puedo disfrutar de la hamburguesa, solo se escucha como todos devoran y hacen sonidos demostrando que les han encantado, lo que provoca que Owen sonría feliz de saberlo.

— ¡Amigo, están deliciosas! —opina Toni, el vampiro moreno a mi derecha, señalando la comida; todos incluyéndome asentimos.

— ¿Y qué opina el nuevo? —interroga Owen, a mi izquierda, viendo a Rick que estaba dándole un mordisco a su hamburguesa. Este abre los ojos al percibir que todos lo vemos esperando que conteste, se apresura en masticar para responder, toma un trago de su bebida.

— Creo que me enamoré de esta hamburguesa —expresa admirándola, y acto seguido le otro mordisco cerrando los ojos al disfrutarla, mientras que nosotros reímos. Ya todos hemos terminado de comer, solo estamos sentados hablando.

La conversación va y viene, pero siento la tensión entre Owen y Simon, dicen uno que otro comentario que corta las palabras del otro, y siento que terminaran arreglándolo afuera, no me consuela el hecho de que Rick sea quien está sentado entre los dos.

Owen le da una palmada en la espalda al nuevo diciendo:

—Me caes bien, Rick ¿Qué tal si nos cuentas sobre ti? —tomando su botella espera a que conteste.

— ¿Sobre mí? ¿Qué quieren saber? —inquiere frunciendo el ceño.

—Sabemos que eres un lobo y que no estás loco —comienza Luis mientras saca otra botella del refri— pero no sabemos tu apellido, de dónde vienes o porque estás aquí ¿Siquiera eres mayor de edad?

—Sí, sí lo soy —dice Rick y Luis espera las respuestas, nos mira no muy convencido, luego asiente—. Está bien. Richard Aragón, hombre lobo de nacimiento, acabo de cumplir 20 y estoy aquí porque no quería seguir en casa —traga en seco y Luis sigue mirándolo cuando agrega, esta vez sin duda: — No puedo volver a casa

Miro a Luis y este asiente sin que Owen, Toni o yo tengamos que intervenir, vuelve a la mesa y le tiende la mano a Rick con una pequeña sonrisa diciendo: — Bienvenido, Rick.

Rick estrecha su mano y trata de devolver la sonrisa pero su mirada sigue algo apagada.

—Eres algo intenso. —dijo Toni viendo a Luis sobre su hombro mientras negaba.

Dan se ríe cuando Luis le puso la botella fría contra el cuello al vampiro y este salto en su lugar. Vuelvo a ver a Rick y este tiene aún esa sonrisa apagada, parece estar pensando en algo más. Obviamente pasó algo, tal vez Luis se lo recordó. No sé ni para qué hacemos esto, si está aquí es porque mi padre cree que podemos confiar en él.

Pateo la pierna de Owen bajo la mesa y este me mira con reproche, le señalo a Rick con la mirada para que diga algo que lo haga volver a hablar.

—Oye y ¿Tienes alguna pregunta sobre lo que hacemos aquí o algo? —inquiere Owen y aplaudo mentalmente cuando Rick vuelve a conectarse a tierra.

Bien, sigue así, no la cagues.

— No, sé que obedecen al Sr. Morgan y protegen a Erin —asegura el nuevo.

— ¡¿Qué?! —grito al escuchar lo último—. ¡Yo no necesito que siete idiotas me cuiden! —Todos sonríen ante mi enojo— No te ofendas —le digo a Rick y él sonríe sin poder evitarlo.

Esa sonrisa ya es ganancia pero mi indignación sigue.

— Es cierto. —confirma Owen. Todos los chicos lo ven frunciendo el ceño.

— ¡Gracias!

—Solo necesitas una niñera, y soy yo. —Dice muy convencido dándole un trago a su botella.

—No te pases de listo. —digo entrecerrando los ojos y señalándolo. Sonríe por mi amenaza.

— ¿Siempre son así las cenas aquí? —Pregunta Rick divertido.

—Sí —Se apresura en explicar Simon—, casi siempre alguien discute con otro, mientras comemos la comida hecha por ese tipo guapo y odioso a tu lado —Señala con la cabeza a Owen, este frunce el ceño por el apodo antes de encogerse de hombros aceptándolo—. Es más divertido cuando pelean ellos dos —dice apuntándonos—. A Owen le encanta ver como Erin se enoja, ya debes haber notado la química ¿no? Ellos tuvieron algo pero...

— ¡Cállate! —gritamos Owen y yo al mismo tiempo.

— ¡Ay vamos! ¡Como si no lo supiéramos! —Exclama— Además, hay que poner al chico al corriente —luego se acerca a Rick para decirle en el oído algo que todos logramos oír—. La cosa es que todos nosotros lo sabemos, pero fingimos que no o simplemente no le damos importancia.

Me sonrojo ante lo que dijo. Puedo ver como las facciones de Owen se endurecen y mira fijamente a Simon, quien lo ignora. Todos nos quedamos en silencio, Rick se ve incomodo por lo que escuchó y las reacciones de nosotros. El idiota de Simon, da un trago de su bebida pensando, luego sonríe.

No hables, no hables, no hables.

— Hasta el Sr. Morgan lo sabe.

Y ya hablaste, estas muerto. Mi mente queda en blanco un segundo ¿Mi padre sabe eso?

— Suficiente —Oigo y cuando me doy cuenta Owen se ha levantado de su asiento tomando a Simon del cuello de su camisa, y camina a la puerta. Todos los seguimos hasta afuera.

Y aquí viene otra estúpida pelea.

— ¡Bien, hagámoslo porque ya estoy harto! ¡Erin, las reglas!—dice en voz alta Owen soltando sin cuidado a Simon y posicionándose a unos dos metros de él.

Y en momentos como este no lamento que termináramos.

—Uno, no grites; dos, menos a mí —digo sentándome en los escalones de la entrada junto a Rick. Owen me ve esperando—. ¡Está bien! Las reglas son: En esta pelea liberan toda frustración y bla, bla, bla, lo que significa que no se deben guardar rencor por nada de lo que hayan hecho o dicho. Si hay huesos rotos traten de que no sean muchos; pueden rasguñarse, patearse, romperse las bolas, aparearse... —cubro mi boca dramáticamente mientras Owen me lanza una mirada—. Ups, me equivoqué. Quise decir "golpearse" —todos los que están sentados sueltan pequeñas risas por mi broma, Rick sonríe cubriendo un poco su boca.

Miro a Owen que me ve con queja.

—El punto es que peleen hasta que sientan que ya no tienen por qué pelear ¿Los dos entienden las reglas? —Ambos asienten preparándose—. Estén listos para cuando dé la señal y comiencen.

Pienso un momento en levantarme y preguntarles si de verdad quieren hacer esto, pero noto que Simon ve a Owen con una sonrisa maliciosa como si estuviera esperando con ansias a que indique que se ataquen. Mientras que su oponente mueve los hombros y cuello estirándose listo para actuar en cualquier momento.

— Simon, aun puedes disculparte —digo percibiendo la mirada de Owen.

— No, quiero aplastar al mocoso —Sus palabras son desafiantes para el nombrado.

— Se vale soñar, imbécil —responde Owen cortando al pelinegro con la mirada.

— ¡Ya! —grito al ver que ambos se descuidaron un poco con la conversación.

Al escucharme, Owen se lanza contra Simon dándole un golpe en el rostro, todos hacemos una mueca al escuchar el crujido de lo que parece ser su nariz partiéndose.

Eso sí que debe doler.

El de ojos azules se queja pero se recupera rápido, su nariz sangrando, y ataca a su rival con movimientos ágiles y precisos, le asesta muchos golpes en el estómago, luego lo patea con fuerza sobrenatural logrando que este vuele y caiga a unos metros.

— ¿Quién ganará? —Me pregunta Rick, viendo el espectáculo.

— Owen —aseguro.

— Pero está en desventaja —dice viéndolo en el suelo escupir un poco de sangre.

— Espera y verás a lo que me refiero. —garantizo.

Owen al levantar la mirada tiene los ojos brillando de un color dorado; se pone de pie y corre golpeándolo en el estómago, logrando que Simon se doble. Otorgándole ventaja la cual no desperdicia; atina muchos golpes y luego lo lanza cómo pasó con él hace un momento, pero el cuerpo del vampiro golpea contra un árbol, se oye como se rompen algunos huesos, él grita y el tronco se inclina.

— ¡Santa mierda!—grita Simon, haciendo muecas al tratar de erguirse. Owen reacciona, sus ojos vuelven a la normalidad y se acerca rápido a ver lo que pasa.

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Sí, me gusta cuando los capítulos quedan en incógnita o suspenso.

¿Qué piensan de la historia?

Saludos :)