Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 25: Cosquillas

Nuevo capítuloooooooooo. Comenta y vota :D

***********************

Me despierto sin poder respirar con normalidad. Mi cabeza arde. No otra vez. Tanteo en la oscuridad hasta dar con Eve y la sacudo.

—¿Qué...? —pregunta medio dormida reusándose a despertar.

No respiro. Necesito llamar su atención, me impulso logrando golpearla al caer de la cama y hacer suficiente ruido.

—¿Erin...? ¿¡Erin!?

Jadeo en el suelo, apenas siento el aire llegar a mí. No me puedo levantar. Eve está a mi lado pero no puedo más. Me voy a desmayar. No sé con exactitud qué pasa a mí alrededor. Apenas puedo mantener los ojos abiertos, veo a Owen y me sostiene dándome una bolsa de sangre, la bebo enseguida y el dolor se hace menos intenso. Bebo hasta la última gota logrando sentarme mientras inhalo profundo. Aún estoy cansada y mareada. Owen me carga para dejarme en la cama.

—¿Cómo te sientes? —pregunta y apenas logro distinguir su cara.

—Mejor... —digo vagamente.

—Trae otra bolsa. —escucho y Owen se aparta de mí para seguir la orden. Pronto veo a mi padre, se acerca sentándose en la cama y toca mi cabeza. —Debes descansar. —susurró dando a entender que no tengo otra opción.

Lo sé. Sé que debo descansar.

...

Me desperté antes del amanecer y aunque me sentía como la mierda bajé las escaleras, lamentando que hubiera tantos escalones, bebí otra bolsa de sangre y terminé durmiendo en el sofá por la falta de ánimo en recorrer el ascenso a mi habitación.

El día fue largo y cansado, tal parece que tomé un resfriado cuando estuve tan débil. No es nada fuera de lo común entre híbridos: al ser mitad humana, soy frágil, soy susceptible a cosas comunes que afectan a todos los humanos cuando estoy tan debil, sin embargo esto no suele pasar, el consumo constante de sangre ayuda excepto cuando te vuelves demasiado dependiente, como ahora. Aunque tome sangre me tomará unos dos días mejorar por completo.

Hice que Owen nos llevara a Eve y a mí al departamento en la tarde del siguiente día. Por fin, aun con la nariz congestionada y una leve fiebre me sentí cómoda en mi sofá, comiendo pizza, cubierta con dos cobijas, con Ricky acostado sobre mí dejando que lo acariciara y hablando con las chicas. Recibí un mensaje de Alux que me preguntaba si estaba mejor. Fue lindo saber que estaba preocupado por mi estado.

Terminé yéndome a dormir temprano. Ricky vino conmigo.

...

Sé que es de mañana pero el sueño se adueña de manera intermitente de mí. Veo la ventana brillar con la resplandeciente luz y gruño volviendo al sueño, me giro para no verla, doy con una almohada no muy suave, escucho una respiración y creo que seguro Eve está tras esa almohada o tal vez Ricky está bajo ella. Me acerco más a la almohada y me acomodo sobre esta pero al mi mano colarse bajo la funda entro en pánico un momento.

—¿Qué tanto más piensas tocar? —escucho la voz de Alux llena de diversión como si aguantara una carcajada, me siento avergonzada hasta que uso la lógica.

Es un sueño.

Alux no puede estar aquí. ¿Por qué lo estaría? Debía estar en Seattle trabajando. Levanto un poco mi cabeza para verlo.

—Es un sueño. —digo admirando los pedazos de cielo que tiene por ojos.

—Oh, también lo creí pero me hace feliz que no sea así. —dice sonriéndome con picardía y un leve sonrojo. Ante eso me doy cuenta que es verdad y solo quiero morir. —Por cierto, no me molesta pero ¿Cuánto más dejaras tu mano ahí? Empiezas a hacerme cosquillas.

Mi mano está en su abdomen, rápidamente la saco de debajo de su playera y me aparto logrando sentarme y que él suelte una carcajada, agradezco llevar un suéter grueso sobre la fina camiseta.

—¿Qué haces aquí? ¿Cómo entraste?

— Pues te mandé un mensaje temprano para saber cómo estabas y si podía venir a verte pero las chicas me hablaron y dijeron que viniera a vigilarte un rato mientras ellas hacían algunas cosas; y aquí estoy. —dijo mientras se ponía de pie.

Las voy a matar.

—Pensé que estabas en Seattle. —afirmo frotándome la nariz, sintiendo que pica.

Alux guarda silencio un momento viéndome hasta que levanto un poco una ceja con un gesto interrogativo.

—Sí, —dice suavemente — estaba, pero Connor y yo llegamos anoche.

Asiento sin saber que más decir. En eso recuerdo la maraña de pelo con la que siempre termino al dormir con el cabello recogido y tanteo mi cabeza tratando de aplacarlo.

—¿Cómo te sientes?

—Bastante mejor. —respondo mientras agrupo mi cabello y me hago una cola baja.

—¿Tienes hambre? —inquiere.

—Sí.

—Bien, vamos, creo que Laia te dejó algo preparado. —dijo con un gesto para que me levantara.

Me dejé caer de nuevo en la cama soltando algo como un gruñido mezclado con un suspiro.

—¿Y si mejor me traes el desayuno a la cama? —pregunto sonriendo suavemente.

Alux sonrió sentándose a mi lado. Luego se apoyó en un codo quedando aun más cerca de mí.

—¿En serio es lo que quieres? —preguntó suavemente, su aliento cálido llegando a rozar mi cara y esa mirada tan...

Cálmate, Erin. Cálmate.

—Eso o me cargas hasta el sofá. —dije con simpleza tratando de mantener la serenidad e indiferencia en mi cara.

Lo piensa un momento.

—Hecho. —Dice acercándose con esa intención y yo me aparto.

—Oye, no.

—Pero dijiste...

—Era una broma. —Lo interrumpo. Subió una ceja interrogante. —No pensé que lo harías.

—Mayor razón para hacerlo. —Sonrió abierta y cruelmente.

Antes de que pudiera responder algo pasó sus manos por debajo de mi espalda y piernas. Se puso de pie conmigo en brazos y la inestabilidad me puso de nervios.

—¡Bájame, Alux! —exclamé presionando sus hombros.

—No te muevas tanto que me caigo. — dijo y dio unos cuantos pasos a los lados. Me aferré a él—Es chiste. Te tengo. —me sonrió divertido.

No lo mates. No lo mates. Es demasiado hermoso como para morir.

Tomé su oreja presionándola, arrugó la nariz y entrecerró los ojos por la molestia pero incluso así esa estúpida y encantadora sonrisa aún estaba en su rostro.

— Otro chiste así y realmente me enojaré. —dije soltándolo.

—Oh, que miedo. —dijo con burla, caminando por el pasillo, casi haciéndome sonreír, llegó al sofá donde bajó mis piernas primero pero al pisar un cojín pierdo el equilibrio y me sostengo de sus hombros mientras atrapa mi cintura con tal de que no caiga. —Eh...— me enderezo ya sin posibilidad de caer, viéndolo a los ojos nuestras manos se alejan del otro. —Voy por la comida. —dice como si no hubiera pasado nada y asiento dejándome caer ahí cuando él se va a la cocina.

Espero sea bueno eso que Laia dejó.

Alux vuelve y trae consigo un plato que me entrega en donde hay huevos fritos con tocino y pan tostado con mantequilla además de una rebanada de pizza de anoche. Se me hace agua la boca de solo verlo. De verdad tengo hambre.

—¿Por qué presiento que terminarás vomitando como Lili?

Eso me causa risa interiormente.

—¿Cuánto apuestas a que no? —pregunto confiada viéndolo a los ojos mientras me levanto.

Esto será fácil.

—Lo que quieras. —dice retándome con su sonrisa y algo brillando en sus ojos.

Esto será demasiado fácil.

—Hecho. —digo casi riendo yendo a la cocina. — ¿Tú no vas a querer comer nada?

—No, gracias.

Ya allí me sirvo café. Y regreso para sentarme en el sofá junto con Alux que sonríe al ver la taza.

—¿Quieres que gane? —pregunta sonriendo.

—Quiero patear tu trasero. —digo con simpleza.

Alux suelta una risa diciendo: —Eso sería interesante.

Bufo negando al darle un mordisco a la pizza. Después de devorar el desayuno, me siento totalmente bien. Vemos Friends en la televisión, nos reímos y hacemos comentarios hasta que recuerdo lo que habíamos dicho antes.

—Gané.

—¿Segura?

—Sí, rara vez soy de estómago débil. —digo mirando a Alux quien suavemente sonríe derrotado. — Deberías pensar más en cuales batallas quieres luchar.

—¿Lo dices por experiencia? —pregunta levantando una ceja curioso.

—Solo digo, que es mejor cuando sabes que tienes al menos la mitad de posibilidades de ganar. —digo terminando mi segundo café para dejar la taza en la mesa y pongo mis piernas sobre las suyas al no tener casi espacio en mi lugar.

—¿Dónde está la emoción en eso? —pregunta relajadamente volteando su cuerpo más hacia mí, sin darle importancia a mis piernas. —Oh y créeme, yo sé muy bien cuando es mejor ganar y cuando es mejor perder. —dice con confianza.

Oh...

—¿En este caso preferías perder? —interrogo cruzándome de brazos.

Deja de coquetear. No debería seguirle el juego... ¡Agh! ¿Cómo no lo haría? Me gusta hacerlo.

—Me da igual, en este caso de una u otra manera, yo gano. —dice muy cerca retándome con la mirada, ninguno parpadea y nos acercamos un poco más — Así que ¿Qué es lo que quieres de mí, Erin? —pregunta con tono bajo y miro sus labios, para luego darme cuenta que él mira los míos también.

Nos acercamos más y más y...

—Ya llegamos. —escucho la voz de Laia y la puerta ser abierta. El ángel y yo reaccionamos con nervios alejándonos. Ricky corre para olfatear a Alux y este le acaricia la cabeza sonriendo. El canino parece encantado con él.

¿Y quién no?

Cierro los ojos sonriendo. El beso que nos dimos aquella noche en realidad no fue directamente en los labios pero estuvo cerca. Y justo hace un momento casi nos besamos. Parece que no fuéramos a hacerlo jamás.

¿Por qué? ¿Por qué? ¿No podían tardar un poco más?

Abro los ojos y las veo entrar a la cocina con varias bolsas y saludándonos, al desaparecer de nuestra vista, Alux voltea verme.

—Ya debería irme pero antes retomemos donde nos quedamos hace un momento. — Alux toma mi rostro con suavidad y se acerca de manera que podría evitarlo... el asunto es que no lo hago. —Te debo algo. —susurra y terminamos besándonos tierna y apresuradamente.

Al separarnos me sonríe, se despide de todas y se va tomando su chaqueta. Cuando la puerta se cierra suspiro deseando que ese beso no hubiera sido tan efímero.

—¿Se divirtieron? —pregunta Laia asomándose desde la cocina, con ella Eve y Melody me observan curiosas.

Suelto una pequeña risa.

—Realmente no sé si matarlas o besarlas. —digo sin poder borrar la sonrisa que se forma en mis labios.

Ellas sonríen y Eve me lanza una bolsa de sangre.

...

Para el día siguiente ya había tomado dos bolsas de sangre más, por insistencia de Owen como condición para poder ir a entrenar. El entrenamiento por fin volvió a ser lo que era antes, ya no existe esa increíblemente molesta tensión entre Owen y yo. He mejorado mi habilidad, pero un nuevo desafío es tratar de defenderme solo con eso.

Melody corre hacia a mí y pienso en una pared de un metro de altura para bloquearla mientras me quito del camino. La pared se alza y ella choca pasando sobre ella, cae al suelo y se apoya en lo codos viéndome y asiente con aprobación.

—Muy bien, me aburrí ¡Relevo! —exclama antes de levantarse. Esta es la tercera vez que la hago caer y no sé realmente si estoy mejorando o si ella es suave conmigo. Camina hasta donde están hablando Eve y Rick, el cual sorprendentemente dijo que quería venir.

—Ok, voy yo. —dice alguien detrás de mí y al darme vuelta veo a Zafiro

—Veo, que sí aceptaste la invitación. —comenta Laia acercándose.

—Claro, me vendría bien algo de ejercicio, además de que es interesante hacerlo con ustedes y no sola. —dice encogiéndose de hombros.

—Bueno, como estás recién llegando ¿Contra quién quieres luchar? ¿O prefieres hacer algo de calentamiento antes?

—No necesito calentamiento.

Laia luchó contra ella y realmente hablaba en serio en cuanto a lo del calentamiento. Luchó contra Owen y le dio una paliza que me hizo mucha gracia. Me dio unos cuantos consejos y discutimos diferentes ataques y técnicas con Owen y Laia. Al terminar con eso Owen y Rick se fueron en mi auto. Nosotras por otro lado subimos a la camioneta junto con Zafiro para acercarla al centro.

Al llegar al departamento y bajarnos se despidió de todas.

—Oh, Erin, espera. Quiero preguntarte algo. —dijo atropelladamente volviendo en sus pasos.

—Claro. —dije para luego ver a Eve. —Subiré en un momento.

Ella asintió y me giré para verla pero tenía una mueca en su rostro.

—¿Sucede algo? —pregunté un poco preocupada por su expresión.

—Tú dime. —dijo por fin viéndome a los ojos.

—¿Qué?

—Tú y Alux ¿no? — preguntó curiosa y debí hacer algún gesto porque ella sonrió amablemente. —Lo digo porque él te mencionó y parece que realmente le llamas la atención.

—¿En serio?

Esta es información muy interesante.

—No te hagas la tonta, Erin. —dijo sonriéndome con complicidad. — Todos podemos ver que hay algo entre ustedes. —su sonrisa se suavizó y suspiró. —Y por eso quería que supieras que Alux no siempre es serio en estos asuntos. Él suele alejarse cuando se da cuenta que siente algo. Es sociable pero su grupo es cerrado. De hecho esta es una de las pocas veces en que es tan persistente en cuanto a acercarse a alguien.

Tengo que meditar esto.

—Te agradezco que me lo digas pero no puedo evitar preguntar ¿Por qué? —inquiero cruzándome de brazos.

—Porque me agradas y aunque Alux es uno de los mejores amigos que tengo, no quiero perderlas a ustedes por las idioteces que puedan hacer ambos.

Eso me hace sonreí.

—Pareces muy convencida de que haremos alguna estupidez.

—Estoy completamente segura. —dice medio riendo. — Ustedes se gustan, eso es obvio, y las personas cuando se fijan en otras suelen hacer estupideces.

**********************

LISTO UN NUEVO CAP AAAAAAAAAHHHHHHH

Gracias por leer <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro