Capítulo 2: La discusión
Gracias por leerme, comenta y vota si crees que lo merece.
*******************************
Toco, aunque sé que ya debe saber que estoy aquí afuera. Dice un "Pasa" lo suficientemente alto como para que yo lo oiga.
Abro la puerta y entro; al cerrarla lo miro y está sentado en su silla de cuero negro, concentrado revisando unos papeles. Me acerco a una de las sillas de enfrente de su escritorio.
— ¿Dónde estabas?—me pregunta aun viendo los documentos. Me acomodo en mi asiento antes de contestar.
—Hola, papá ¿Cómo estás? ¿Qué tal tu día? Yo estoy bien, gracias por preguntar —le respondo; levanta la vista para fijarla en mí, mientras espera la respuesta a su pregunta— Estaba en el pueblo, comprando unas cosas, mi teléfono no sonó, así que cuando lo revisé y vi el mensaje de Owen vine tan rápido como pude pero claro que ya era más tarde—digo de la forma más suave y relaja que sería normal en mí para que sea creíble. — ¿De qué querías hablar conmigo?
— ¿Acaso no puedo solo tener una conversación con mi amada hija? —me pregunta con mi misma técnica pero en un tono un poco indiferente, clásico; levanto una ceja. — Hoy tenía que reunirme con La Orden para tratar un asunto y tú debías venir conmigo como próximo miembro de ella. —Dejo escapar un soplido de molestia. —No estabas, así que confirmamos que sería mañana la reunión.
—En primer lugar, no se me comunicó que habría reunión. —Trato de usar un tono profesional pero se me desborda en las palabras la irritación.
—Te dije que podría haberla, solo faltaba que el cazador y el híbrido llegaran.
—Y para llevar a cabo las reuniones tiene que darse una notificación de asistencia 24 horas antes, eso fue lo que dijiste ¿no? —Abrió la boca pero antes de que dijera algo agregué: — No me digas que me equivoco en esto porque sé que no lo hago.
—Sé que no lo haces. —dice viéndome seriamente y eso me halaga, un poco. — Simplemente, recuerda que Harry olvida el protocolo.
Por una vez su estúpido protocolo me salvó ¡Arriba el protocolo!
—Esa no es responsabilidad mía tampoco, a ti es a quien le gusta el protocolo. Ah y por si te lo preguntabas: En segundo lugar, sabes que justo ahora odio tener que ir a esas reuniones. —le digo ya sin tratar de suavizar mi enojo.
— ¿Por qué?—me pregunta totalmente desinteresado en mi desacuerdo, volviendo a ojear las hojas de papel.
La irritación me hace ponerme de pie, tal vez para llamar algo de su atención.
—Supongo que puede tener algo que ver el hecho de que por tu culpa fueron puestos sobre la mesa asuntos como adelantar mi transformación y que estoy soltera, "disponible para casarme" con una muy evidente inclinación por tu parte en que sea con Liam —mi tono va aumentando y dramatizándose para dejar clara mi indignación, enojo y la ridiculez del asunto. Él me ve entonces y decido ser seria solo algo más—. No puedes culparme por tener un mal sabor de boca luego de esa humillación.
—Erin...
— ¡Con Liam! —repito y siento mi boca tensa.
El me mira un momento sin cambiar su rostro pero en sus ojos hay diversión, claro, obviamente le parece gracioso todo el asunto porque él no es quien está en mis zapatos. "Gracioso" mi trasero.
—El matrimonio es solo para unir fuerzas y crear más lazos; si no quieres a Liam, aunque preferiría que fuera con él, entonces escoge a otro hombre de La Orden —me cruzo de brazos ante lo que dice y me hace un gesto de interrogación—. ¿O mujer? —Suelto un bufido casi riéndome de eso—. En realidad no me importa...
—Oh ¿Y si eligiera a Duncan? —Digo y mi padre aprieta los dientes ante el nombre— ¿Lo aceptarías?
Hay un pequeño gruñido en su voz cuando dice: — Sabes que no me agrada el cazador.
Oh, eso lo sé bien.
Sonrío sin ganas encogiéndome de hombros y él entrecierra los ojos, le molesta pero sabe que lo digo solo porque no estoy de acuerdo. Si estuviera mucho más enojada y conociera más personalmente a Duncan podría llegar a considerar casarme con él solo para ver la cara de mi papá. Al fin y al cabo, sé que es buena persona.
—En cuanto a la transformación: es necesario para que seas un miembro, eres solo mitad vampiro, al darte mi sangre y completar tu transformación serás más fuerte que muchos otros vampiros normales, solo los más capaces se unen —explica como si no fuera obvio.
—Sí, bien ¿Y si no quiero casarme? —pregunto demostrando un poco de enojo al recordar cómo me ignoró la última vez que dije esto. Me observa irritado.
—Entonces espero que al convertirte seas tan poderosa como yo o hasta más, porque si no es así te casaras, ya sea con Liam o con quien sea para estar en La Orden —escupe las palabras con fuerza y demostrando que lo estoy sacando de quicio.
— ¿Y si no quiero "transformarme"?
—No dejaré que pongas en riesgo tu puesto en La Orden así.
—Ya tengo un puesto en La Orden.
—No tienes voto...
— ¿Y? ¿Y si no quiero pertenecer a La Orden? —al manifestar esto por primera vez con palabras, mi padre se levanta por lo que acaba de escuchar.
—Te transformaras y te unirás a La Orden, lo quieras o no. —dice en voz alta y firme, se nota que trata de contener su ira. Abro la boca pero sin dejarme decir algo más continua:— Lo harás, es mi última palabra; y si quieres mantener la opción de desposarte con quien tú quieras o tener poder y no tener que hacerlo, será mejor que salgas ya de mi oficina. Ahora. —dice sentándose en su silla sin despegar la mirada de mí. Lo miro y trato de reprimir la furia que me consume por dentro. Me doy la vuelta para salir de aquí, no quiero escuchar nada más—. Ah y Erin —al oírlo me detengo, lo miro de reojo—. Mañana salimos a las 10 —abro la puerta, salgo rápido y la cierro de golpe.
Ojala esto lastime tus súper oídos.
Camino por el pasillo mirando el suelo, necesito sacar de mi sistema toda la ira acumulada. Y ya sé adónde ir mientras tomo un suéter cualquiera del armario. Salgo de la casa y me dirijo hasta la orilla del rio que nos rodea, llegando hasta este lugar no me importa si alguien me escucha o no, aun así presiono la tela contra mi cara y dejo salir un grito tan fuerte que me hace arder la garganta, me doblo sobre mi estómago apretando la tela y al quitarla respiro frustrada antes sentarme en el suelo. Creo que sí me siento mejor.
Me quito los zapatos y dejo que mis pies se refresquen con el agua.
...
—Hola —dice una voz conocida detrás de mí, volteo y veo a Owen que me mira con las manos en los bolsillos de su chaqueta. Estaba tan entretenida viendo como fluye el agua que no me di cuenta de que él estaba ahí; deben haber pasado un par de horas; él carraspea y se acerca—. ¿Cómo estás? —pregunta mientras se sienta a mi lado con las piernas flexionadas. Suspiro sin saber qué decirle.
— Supongo que estoy bien —le respondo con normalidad para no alarmarlo.
—Bien, ahora dime la verdad —dice sabiendo que miento, sonrío ante el comentario.
Que bien me conoces.
— ¿Qué te dijo? —inquiere.
—Lo que ya sabes: que había una reunión, me tengo que convertir y que si no soy tan "fuerte" o "poderosa" tendré que casarme con Liam para estar en la estúpida Orden en la que no quiero estar.—digo ya sin tanta irritación como antes.
— ¿Y qué le dijiste?
—Que se fuera al carajo. —Veo de reojo como la cabeza de Owen se voltea con rapidez hacia mí y una risita sube por mi garganta—. Tal vez no con esas palabras pero le dije que no quería casarme y que no quería estar en La Orden.
—Y asumo que no lo tomó muy bien ¿cierto?
—Sip
—Aun no puedo creer ese asunto de que quiera que te cases con Liam—responde irritado con la idea.
—Eso solo en caso de que no sea suficientemente poderosa y si no es Liam será con cualquier otro de los miembros. Por eso quiero tu ayuda para ser más fuerte como híbrida y así evitaré casarme con alguien a quién no soporto. —Doy a conocer mi plan, volteando a verlo— ¿Me ayudaras?
Me ve y sonríe.
—Sabes que siempre estaré de tu lado —responde muy seguro y luego frunce el ceño con seriedad fingida—. ¿En serio me preguntaste si lo haría? Que poca fe tienes en mí. —Empujo su brazo ante eso— Ah y ahora me agredes, eso que sonó fue mi corazón fracturándose. —Vuelvo a empujarlo y él se queja— Y ya lo terminaste de romper. Te demandaré por todo lo que sufre mi corazón y me haré rico.
Oh, como amas molestarme
Esta vez ya no puedo contener mi sonrisa cuando lo empujo lo suficientemente fuerte como para que quede acostado en el suelo, riéndose, mientras dice con muy poco esfuerzo en sonar sufrido: — ¿Cómo nuestra relación llegó a esto?
—Ya cállate, payaso —digo cubriendo su boca con mi mano, puedo sentir sonrisa en mi palma—. Y gracias.
— ¿Porque me das las gracias?—pregunta apoyándose en los antebrazos antes de sentarse.
—Por todo. Por estar, apoyarme, protegerme, cuidarme, ser mi amigo y haber sido más —digo sonriendo de lado y él suelta una pequeña risa por los recuerdos—. Y sí, sé que tal vez es cursi pero... Gracias por ser tú y sacarme una sonrisa cuando más la necesito, arriesgándote a ser ridículo —manifiesto con templando sus hermosos ojos verde grisáceo.
¿Por qué terminamos? Me deshago de ese pensamiento tan rápido como llega. Ambos sabemos que somos mejores como amigos.
Sonríe contento por las palabras que acabo de decir. Pasa su brazo por mi espalda hasta llegar a mi costado atrayéndome a él, pongo mi cabeza en su hombro automáticamente.
—Sí es algo cursi —dice algo bajo. Suelto una pequeña risa mientras le doy un golpecito en el pecho.
— No arruines el momento, idiota —digo mirando el rio.
—Pero es de lo más bonito que me has dicho y significa mucho —aprieta mi hombro para que sepa que lo dice de verdad.
Sonrió y tomo su mano que cuelga sobre mi hombro. No pienso contestar a eso y él lo sabe, tal vez ninguno debió hablar. No cruzaremos esa línea de nuevo, no ahora, no por un tiempo, hay cosas que deben resolverse. Terminamos y así es mejor.
Nos quedamos así unos minutos más o tal vez una hora hasta que Owen rompe el silencio diciendo: —Tengo hambre.
— ¿Cuando no tienes hambre?
—Buen punto —responde luego de analizar mi pregunta un momento. Se levanta—. ¿Qué te parece si vamos a la cocina y luego ejercitamos?—lo miro con cara de pocos amigos al escuchar la palabra "ejercitamos"—. Oye, tú fuiste la que pidió mi ayuda para todo eso —dice elevando las manos.
— ¡Bien! Pero si entreno contigo comeré lo que quiera, cuando quiera ¿Me oíste? —hablo poniéndome de pie, lo apunto para que sepa que lo digo en serio. Pone los ojos en blanco y me mira.
—Solo necesito que tomes algo de sangre no que te ahogues en ella —Dice limpiando sus jeans y quitándose algunas hojas secas—. Ahora, vamos a comer y nos cambiamos ¿sí? —Asentí.
Entramos a la casa; nos dirigimos a la cocina, me siento en una de las sillas de la barra viendo como Owen, empieza a hacer un par de tostadas y extrae una bolsa del líquido rojo que conozco tan bien del refrigerador.
—Eh...Tomé una cuando llegué —declaro esperando que la guarde, pero no lo hace solo me ve.
— ¿Y? —pregunta como si no lo entendiera.
—"Y" que no la necesito, ya tengo suficientes energías —digo empujando su mano lejos pero suelta una pequeña risa.
¿De qué se ríe? Lo digo en serio.
—Te sugiero que te la tomes —opina empujando la bolsa hacia mí nuevamente. — Estoy seguro de que la necesitaras. —asegura.
— Oye, no soy tan débil como piensas...
—Yo no dije eso.
—...no necesito más —la empujo hacia él sin escucharlo.
— ¡De verdad que eres terca! —dice frustrado pero sin borrar la sonrisa— ¿Cuándo fue la última vez que entrenaste? —pregunta incrédulo—. Hablo de entrenar en serio.
Trato de pensar en un recuerdo que me lo indique y termino diciendo: — Desde la academia.
— ¡Casi 4 años sin hacer entrenamiento!— exclama.
—Pero en ese entonces continué contigo y los chicos en el bosque, luego el trabajo lo dificultó y no seguí pero no cambia que estoy en forma —Él me ve con escepticismo—. He trotado desde aquí hasta Ski Hill en... no lo sé, tal vez unos 20 minutos.
— ¿En serio? —Asiento— un humano promedio debe durar como 30 —Dice analizándolo— Claro que yo lo hago en 15 minutos trotando y 10 corriendo, pero supongo que para tanta falta de entrenamiento está bien —confiesa sonriendo orgulloso de sí mismo—, es un buen número.
Perro.
Asimilo lo que dice y suspiro.
—Dame la sangre —digo extendiendo mi mano, él me la da mientras ríe. Le hago señas para que le haga un orificio; la toma y transforma su mano justo como hizo Rick hace tan solo unas horas. Me la entrega y observa como bebo mientras se come las tostadas con mantequilla.
Quiero intercambiar.
Termino la bolsa tragándome la pesadez, esto me va a molestar después pero tengo que hacer sacrificios si quiero conseguir el objetivo; me encamino a mi habitación recorriendo la casa y subiendo los dos tramos de escaleras hasta encontrar la puerta y entrar, me deshago de mi ropa para ponerme una más cómoda. Estoy casi lista, me siento en la cama para ponerme los zapatos deportivos cuando suena la puerta.
— ¿Puedo pasar?—pregunta Owen detrás de la madera. Le grito un "Sí". Entra y está vestido con zapatillas deportivas, unas bermudas negras como las de básquetbol y una camiseta azul oscuro. — ¿Lista?
Termino de atar mis zapatos y me levanto mientras digo: — Sí, vamos.
Solemos vestir oscuro para entrenar cuando el sol ya está por caer, así es más difícil vernos. Mi pantalón es rojo vino, tengo una camiseta sin mangas negra y unas zapatillas como las de él, ya recogí mi cabello en una cola de caballo.
Salimos de la casa cuando ya está atardeciendo, de repente y sin ningún aviso Owen empieza a correr; trato de darle alcance mientras le grito: — ¡Podrías haberme avisado!
—No hables o te cansaras más rápido —dice alto corriendo a una velocidad constante, tal vez solo trata de que no me quede atrás.
Me trago el insulto y sigo corriendo para llegar hasta él, me sorprendo un poco al ver que me aproximo un poco más a suposición; le doy un toque en el hombro y el gira la cabeza para verme asombrado. Sé que pensamos lo mismo: la sangre.
Seguimos corriendo bajando la velocidad en ciertos momentos, cuando pensamos que la gente nos ve, luego retomamos la rapidez del inicio.
Continuamos avanzando a gran velocidad, mi cara esta mojada con algo de sudor y siento un gran alivio al ver los grandes pinos y las montañas; ya casi llegamos a Ski Hill.
Ya casi.
Seguimos por la carretera hasta que Owen se desvía por un camino de tierra, lo sigo; empezamos a correr con más intensidad, ya que nadie estaría por aquí a esta hora, nadie nos verá y aunque nos vieran con esta luz pensaran que solo fue su imaginación jugándoles una broma o algún animal.
Vamos reduciendo el paso; Owen toca un árbol como si fuera su meta, se detiene y saca del bolsillo algo pequeño, al darse la vuelta veo que es un cronómetro. Empiezo a volver a respirar cuando lo pausa.
¡Al fin!
*************************
¡¡¡¡Segundo capitulo!!!!
¿Qué piensas?
¿Te agrada Owen?
¿Qué hay de Tom? (El padre de Erin.)
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro