Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 18: Es una cita

Si me lees: Gracias y disculpa por la espera. Comenta y vota :D

***************************

Hablamos sobre estupideces y nos reímos de una historia graciosa que cuenta Zafiro en que Brad en Seattle tomó "prestado" el auto de Connor para ir a comprar donas y en un descuido dejó las llaves dentro. Pero lo peor es que un policía lo vio y pensó que iba a robarlo.

—Todo eso fue culpa de ustedes dos. —Alux ríe ante la acusación de Brad, su risa es contagiosa. —Si no se hubieran comido las donas eso no hubiera pasado.

—Fuiste un tonto por no hacer que se le olvidara. —le dice Alux riendo.

—¿Cómo querías que lo hiciera si había gente viendo?

—¿Y qué pasó después? —le pregunto a Zafiro.

—Nos llamó para que los sacáramos de la jefatura de policías. —responde Zafiro sin aguantar la risa. — Y adivinen quien tuvo que ir porque quería su auto devuelta.

No puede ser.

Todos reímos, incluso Brad sonríe negándose a soltar la carcajada.

—Iré por otra de estas. —Mel se levanta aun riendo señalando la cerveza.

Siento una mano en mi hombro.

—Hola, niña.

Volteo y me encuentro con los ojos castaños de Toni, veo atrás de él y están Luis y Simon.

—Sabía que no podían vivir sin mí. —dice Laia. Eve la mira con diversión. —Sin nosotras. —corrige.

—Claro. —Simon sonríe como gato al apoyarse en la cabeza de la morena y quitarle la cerveza de la mano.

—Hola ¿qué hacen aquí? —interrogo volteándome en la silla y por accidente rozando la pierna de Alux con la mía. Él no parece notarlo así que no le doy importancia.

No pasó nada.

—Ahora que no estás en la casa podemos salir con más libertad sin temor a que tu padre nos quite la cabeza. —dice Luis a su características manera calmada pero divertida. Ve a los demás, a los ángeles y levanta la cabeza sonriendo un poco. —Hola.

—Hola. —saluda Brad de la misma manera.

—Hola, chicos. —dice Zafiro a modo de saludo sonriendo encantadoramente al verlos.

Luis levanta mínimamente la ceja izquierda. Y creo ver muchas emociones bien ocultas en la mirada de Toni.

—Chicos, —habla Eve. —ellos son Brad, Alux y ella es Zafiro. —mira a los ángeles y señala a los tipos a mi espalda. — Él es Toni, Luis y Simon.

Me estoy hartando de las presentaciones.

—¿No te he visto antes? —le pregunta Simon a Zafiro sentándose en las piernas de Laia y tomando un trago de la cerveza. De otra mesa se le quedan viendo pero los ignora.

La hará enojar.

—¿Disculpa? —Dice Laia tocando el hombro del vampiro sobre ella.— Esa es mi cerveza y yo no te dije que podías sentarte en mis piernas.

—¿Y? —inquiere Simon y Laia le quita la cerveza mientras lo empuja sacándoselo de encima.

—¿De acuerdo? —dice Zafiro riendo. —¿De dónde dices que me conoces?

Simon toma la silla de la mesa detrás de él y la acerca un poco.

—Inglaterra, 1830 y algo. —dice un poco más bajo moviendo la mano un poco. — Eso no es lo importante, la cosa es que recuerdo como me insultaste. —Los ojos de Zafiro se abren al recordarlo.

—¡Tú me pisaste! —exclama ella dándole un golpe nada suave en el hombro. — Además, ya era suficiente tortura con esos zapatos. —Simon ríe.

—Ni siquiera un marinero me hubiera insultado de una manera tan vulgar.

— Pues tú no fuiste un caballero según recuerdo y mis insultos tuvieron una respuesta igual de vulgar. —menciona sacando un acento inglés que no le había detectado.

Laia me mira divertida con lo que ha escuchado y vuelve a escuchar la conversación de Zafiro y Simon.

—Me acabo de enamorar del vodka de este país. —dice Melody apareciendo entre Alux y yo con una bandeja de pequeños vasitos llenos del líquido transparente.

—¿De este país? —inquiere Brad con confusión. Ve a Eve.— ¿Son de Birren?

—Solo ellas dos. —responde de manera seca señalando a Mel y Laia.

No le agrada.

—Es una pena que no podamos emborracharnos rápido. —dice Zafiro tomando uno de los vasitos y bebiéndolo de un solo trago.

—Nosotros ni con 30 de estos. —dice Laia tomándose uno y pasándole otro a Simon. — Pero apuesto a que Melody tiene algo en su bolso que nos puede ayudar.

La nombrada levanta la cabeza con cara inocente y sonríe. Tomo uno de los vasitos pero lo bebo con calma porque presiento que conduciré.

—Dámelo. —pide Laia y la rubia se lo pasa. Empieza a revisarlo y mira a Melody con cara de sorpresa y entrecierra los ojos. —¿Es en serio? ¿4? — Mel se encoge de hombros. — Alcohólica. —le dice negando con la cabeza y metiendo la mano en el bolso, cierra los ojos un momento y saca del bolso una botella pequeña, se parecía a las de un mini bar. Era la de mora, de un color purpura oscuro podría haber pasado por vino. —Esto es solo una muestra del alcohol que se bebe allá. —dice sirviendo en su vaso y en los de Simon y Zafiro. — Y claro, por ser de allá, nos afecta como a los humano les afecta el normal.

Los tres chocaron los vasos y tomaron. Melody le quitó la botellita y el bolso a Laia y le echó un poco a todos los vasos.

Iba a agarrar uno de esos cuando Toni me dice: — ¿Puedo hablar contigo?

Asiento levantándome y yendo a la barra con él. Luis ha desaparecido y ni me he dado cuenta.

Como siempre.

—Dime.

—Creo que me he enamorado de la mujer ángel llamada Zafiro. —suelta sentándose en una de las sillas de la barra. Las luces amarillas de detrás le dan un pequeño brillo dorado a su piel oscura.

Rio un poco por lo dicho.

—¿Por qué todos dicen que están enamorados tan rápido? —pregunto tomando asiento al recordar a Melody con Ben.

—Es tan hermosa. ¡Luna! Y ese acento casi me mata. —expresa dándose la vuelta.

—¿Y porque no vas y le dice algo?

—¿Cómo qué? —pregunta apoyando sus brazos en la barra.

—Oye, como yo lo veo tienes dos opciones. Vas allá y te sientas a conversar con todos esperando a que te note o tomas dos vasos de ese vodka, ahora birreniano, y le hablas. Tú eliges. —ante mis palabras Toni frunce los labios, me ve, asiente y le da un pequeño golpe con sus nudillos a la barra al levantarse e ir a la mesa. Doy vuelta a la silla y lo observo pero mi atención es llamada por la persona que se sienta en el puesto donde estaba el vampiro.

—Oye ¿Qué harás mañana? —pregunta Alux a mi lado.

—Creo que nada interesante. ¿Por qué?

—¿Quisieras ir a ver una película conmigo? —inquiere sin despegar la mirada de mis ojos.

Que directo.

—Sí, claro. —contesto lo más calmada que puedo.

Él sonríe levantando un poco su gorra parece cansado.

—Te veo mañana en la esquina de la tienda. A las ¿2?

—3.

—Es una cita.

—Es una cita. —repito sus palabras sonriendo.

Me observa un momento y su mirada baja a mi boca.

—Bien, me tengo que ir. —dice levantándose y toma mi mano besándola suavemente.—Hasta mañana. —dice sonriendo y sus ojos con un brillo extraño por la luz.

Es solo una cita. Repito para calmarme y tratar de apagar ese rubor que seguro en este momento enciende mis mejillas.

—Hasta mañana. — Le sonrío porque no sé qué más decirle, me devuelve la sonrisa dándose la vuelta con dirección a la mesa por su mochila y despedirse para salir del bar.

Me doy la vuelta dándole la espalda a la mesa un momento para toparme con la mirada de Ben mientras empuja una cerveza hasta mi mano. Me ve como si no pudiera aguantar la risa.

—¿Qué?

—Estás roja. —responde con diversión.

Ay no.

—¿Mucho? — inquiero y él asiente. Y termino tomando un trago.

...

—Aún no entiendo porque quisiste cambiar el entrenamiento a la mañana. —dice Owen bostezando al salir de la casa.

Le llamé a las 7 diciéndole que se vistiera porque entrenaríamos temprano e hice mi camino hasta la casa caminando dejando a Laia y Eve desayunando mientras Melody dormía como roca después de que anoche se tambaleara llamándome Bonnie y a Ricky, Clyde, cuando el canino le lamió la cara. No sabía si reírme o sentirme insultada pero la risa ganó.

—Te has quejado porque he perdido uno o dos días de entrenamiento, pensé que estarías contento con mi compromiso en esto — digo y Owen entrecierra los ojos observándome— y además quiero la tarde libre.

Bufa con diversión al bajar las escaleras. —¿Por qué? —pregunta frunciendo el ceño y quitando la lona que cubre la moto.

¿Lo digo? Sinceridad ante todo... Bueno, casi todo.

—Tendré una cita con el ángel. —pronuncio la última palabra y escucho un sonido fuerte, volteo y noto que la moto está en el suelo y Owen por unos dos segundo se ha quedado estático.

Se da cuenta lo que ha pasado y se mueve rápido para levantarla.

—Eh... que bueno. —dice pero su tono suena algo diferente, oigo como aclara la garganta suavemente; guía la moto hasta el sendero.

—Estás bien con eso ¿no? —pregunto alcanzándolo y camino junto a él.

Él sabe que no cumpliré el trato entonces entiende que la cita es real.

—Sí, yo...—se detiene viéndome y luego ve al frente antes de volver la mirada a mí. —Estoy feliz por ti. —afirma de manera segura.

—Gracias.

Se sube a la moto y hago lo mismo, pero al acomodarme Owen se tensa.

—Por favor dime que no tiene una moto. —su tono raro por lo que acabo de hacer me hace reír.

—No lo sé. — me separo un poco para tratar de ver su cara. — En realidad pensaba llevar mi auto o pedir la camioneta de Laia.

—El auto suena como una mejor opción. —dice encendiendo la moto.

No puede ser que hable de esto con mi ex.

—Dime: ¿Es una mejor opción porque tú y yo sabemos que es difícil tener sexo allí o... —me detengo esperando por una posible interrupción—existe algo más? —Owen no contesta solo pone en marcha la moto. — ¿En serio crees que soy tan fácil?

Me sujeto de sus hombros.

—No, claro que no. Solo no conozco al tipo y bueno... no quiero que se aproveche de la situación. —se encoje de hombros viendo la carretera.

—¿Acaso estás celoso? — pregunto tamborilean mi dedos en su hombro derecho para llamar su atención.

—No estoy celoso. —dice con seriedad. — Solo me preocupo.

—Oye, no te preocupes. No dejaré que se aproveche de la situación. Tú me conoces. Yo no dejaría que eso pasara.

—Te conozco, y no dejarías que pasara a menos que quieras que pasara. —dijo con simpleza.

Asimilo lo que acaba de decir y tiene sentido.

—Exacto. —respondo y su cabeza se mueve para verme con interrogación. — ¡Y no quiero que pase! ¡Dios! No lo conozco lo suficiente.

—Bien. —dijo y di por terminada la conversación.

No lo conozco y no lo dejaría hacer nada sin conocerlo más, lo cual no me molesta porque es divertido, amable y encantador. Y es... Tiene algo... No sé describir... qué es lo que veo en sus ojos pero... Ah, carajo.

*************************

Gracias por leer :D

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro