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Capítulo 17: Ángeles

Hola.

Zafiro en multimedia.

****************

Camino por el pasillo al salir del despacho y subo a la habitación a buscar quien sabe qué cosa. Entro cerrando la puerta e inhalo por la nariz pensando en que tomar para bajar sin que nadie crea que hubo otra razón para subir sola y sin decir nada.

Paciencia, dulce paciencia.

Mi gran dilema: no sé si tengo bastante paciencia o solo es que tardo más en explotar. Aunque claro el contenerme hace que la paciencia disminuya y disminuya hasta que llega un momento en el que él más pequeño e insignificante detonante que en condiciones normales no tendría ni un poco de importancia para mí, se vuelve algo tan pesado y duro contra mi pecho, aplastándolo, asfixiándome, hasta que solo puedo decir o hacer lo que quiero, lo que necesito para liberarme. Odio esos momentos porque no mido lo que expreso ni la manera en que lo hago y por un instante no me importan las otras personas ni lo que sienten. Solo me importa dejar de morir en el silencio y cuando eso pasa... duele.

Reviso mi armario tomando un suéter morado que no usaba desde hace tiempo y lo paso sobre mí cabeza; acomodo las mangas que llegan a los codos, me gusta cómo me queda así que salgo. Al llegar a la mitad del último tramo de escalera veo a todos menos Eve y Adrien sentados en la sala en silencio y con la mirada perdida.

—¿Qué...? —empiezo a preguntar pero soy interrumpida por todos que voltean y hacen diferentes señales para que me calle.

Frunzo el ceño ante eso con interrogación y Daniel, Laia Owen y Toni señalan sus oídos y me mandan comentarios mentalmente diciendo "Escucha". Agudizo mi oído que es mejor que el de un humano, igual al de Mason pero no tan sensible como el del resto.

Escucho con esfuerzo, la voz de Adrien diciendo en susurro:

—Puede funcionar. Puedo cambiar.

Ay no.

—Entrometidos, todos son unos entrometidos. digo a todos.

—Tú también estás escuchando. oigo a Owen.

Bien, todos somos unos entrometidos. le doy la razón pero de forma que solo él me escuche.

—No quiero y no debes cambiar, Adrien. —surge la voz melódica de Eve con reproche. —Estoy cansada de esto, de que me ocultes cosas y no seas sincero. Así que está decidido, terminamos y no pienso escuchar ningúna palabra sobre esto a menos que sea una explicación. Es todo.

Es bueno que le diga la verdad.

—Evy... —el apodo resuena pero yo solo veo como Toni se levanta arrastrando a Luis y Mason con él escaleras arriba, pasando junto a mí; Dan se mueve junto con Owen y empiezan a hablar sobre cualquier cosa. Simon se recuesta del sofá y Melody lo imita subiendo sus pies a la mesa fingiendo que le prestan atención a la televisión, Rick junto a ellos sin nada que hacer se une a la conversación de Dan y Owen. Por otro lado Laia corre detrás de Mason y se posiciona a mi lado como si también bajara las escaleras.

Todos se habían movido en cuestión de segundos con tal de parecer desinteresados cuando Eve abrió la puerta dejando a Adrien afuera. Ella nos mira avanzando determinada y sin mirar atrás donde Adrien entraba.

—¿Tienes lo que buscabas? —me pregunta llegando hasta detrás de los que están sentados en el sofá.

—Sí. —respondo terminando de bajar las escaleras junto a Laia. Noto como Adrien se acerca a la isla de mármol y se apoya en ella sin mirar a nadie en especial.

—¿Nos vamos?

—Claro. —responde Laia tomando las llaves de su camioneta. —Hasta mañana, chicos.

Melody se levanta despidiéndose al salir y me despido cuando Eve ya ha salido. En el auto el silencio continua hasta que salimos de la pequeña isla y ya en el pueblo nos hemos alejado dos cuadras.

—Sé que estaban escuchando. —confesó Eve a mi izquierda.

Era obvio

—Era imposible no hacerlo. —se defendió Laia tranquilamente en el asiento del copiloto mientras Melody conducía. —Tal vez debieron hablar mentalmente.

—Lo hacíamos, pero ninguno de los dos resistía el no hablar. ¿Mi tío se enojó mucho por la aparición de Adrien? —me pregunta cambiando de tema.

—Un poco. —respondo. — ¿Soy buena mentirosa? —mi pregunta hace que Eve frunza el ceño y Laia voltea a verme.

—¿Por qué la pregunta? —interroga Laia al darle una mirada a Mel y Eve.

—Curiosidad. Papá dijo algo respecto a que soy buena mintiendo y eso también lo hace enojar. —dije y hasta yo me di cuenta de que mi tono era apagado.

—Me parece estúpido que se enoje por eso cuando él es un muy buen mentiroso también. — dice Mel después de un segundo.

—¿Cómo llegaron a ese tema? —pregunta Eve.

—Estaba enojado porque pensaba que yo había invitado a Adrien para arruinar su estúpido plan sobre el ángel. Le dije que no era cierto. —explique y la de ojos azules grisáceos asintió para que continuara.— Y luego me preguntó si le había contado a alguien sobre eso del ángel, y le dije que no. Que nadie sabía. —sonreí un poco al decir lo último. La mentira.

Laia vuelve a voltearse para verme.

—¿Se lo creyó? — pregunta observándome con los ojos violetas intrigados.

—Creo que sí.

—¿Oye y no te preguntó nada sobre eso? ¿No preguntó sobre cómo iba tu misión con el ángel? —interroga Laia cuando Mel para por la luz roja.

Niego con un movimiento de mi cabeza. Por suerte.

—¿Qué vas a hacer con eso? —Eve me mira seriamente. — Han pasado casi tres semanas desde que hiciste el trato y tú papá por muy paciente que sea se enterará en algún momento que no piensas cumplir. —Presiono los labios un momento.

Trató de pensar en excusas y supuestos "avances" en cuánto a la misión que me ha dado mi padre con el fin de alargar más está situación, en un momento algo llega a mi mente ¿Y si cumpliera el trato?  E inmediatamente quemo el pensamiento sintiéndome un poco culpable al pensar en unos ojos azules. 

—Lo sé, tengo que pensar en lo que le diré.

Fue bueno mientras duró.

—Sí, deberías. Y hablando de ángeles estoy viendo uno muy lindo justo ahora. —Dice Melody y Laia voltea rápidamente y Eve se acerca al medio entre sus asientos.

—Oye, sí es lindo. —me dice Eve y me acerco a su lado. Está en la otra esquina opuesta esperando para cruzar a la calle a nuestra derecha. Debí prever este momento cuando Mel y yo llegamos de hacer las compras y ella lo mencionó utilizando las palabras "Sexy ángel". —¿Por qué no dijiste que era tan lindo?

—Lindo se queda corto. Ese hombre es hermoso. —comenta Laia y no puedo evitar sonreír por su tono.

Empieza a cruzar la calle y sí, ellas tienen razón es guapo, con su cabello oscuro, piel blanca solo un tono tostada y ojos azules determinados y analíticos. Lleva unos jeans oscuros con una camisa azul, una gorra roja y la mochila de la otra vez.

Realmente es hermoso.

—¿Puedo saber porque demonios no lo has invitado a salir? — interroga Laia viéndome con decepción.

—Eso es lo que me pregunto desde que lo vi. —comenta Mel.

—¿En serio? ¿Llevas cuatro días pensando en eso? —pregunto con un poco de apatía.

—No, llevo cuatro días pensando en lo estúpida que eres. —me ve fijamente y yo le devuelvo la mirada. —¿Y sabes qué? Haré algo bueno por ti.

Luz verde y ella arrancan a la derecha.

—¿Qué cosa? —mi tono es serio cuando me agarro del asiento de Laia ante el movimiento brusco de la camioneta.

—Luego me das las gracias.

Conduce derecho y luego para en la acera.

—Hola, Alux. ¿Te llevamos? —dice la rubia y al girar mi cabeza a la derecha veo unos ojos azul cielo sorprendidos.

La mataré.

Él me mira un momento y sonríe, luego se da cuenta de la pregunta y hace un gesto con la boca.

Dios. Sol. Luna

—No quisiera molestarlas. —comenta aún viéndome y luego a Mel.

—Pues no tenemos nada que hacer por el resto de la tarde así que no te preocupes por eso ¿Entonces que respondes?

Los ojos azules llegan a mí de nuevo y luego las observa a todas.

—Solo si a ninguna le molesta. —termina diciendo.

—¿A alguna le molesta? —interroga Melody.

Laia dice que no. Eve dice que no y caigo en la cuenta de que no he respondido.

—No, claro que no.

—Bien. Súbete. Erin, abre la puerta y haz espacio. —dice la rubia sonriendo amigablemente pero yo solo quiero estrangularla mientras abro la puerta y me deslizo al centro del asiento.

Alux entra sentándose a mi lado y siento un codazo de Eve. Cuando la miro con interrogación ella levanta mínimamente las cejas.

—Alux, —lo llamo y este me mira— ella es Eva.

—Eve. —me corrige la castaña clara.

—Y ella es Laia.

Laia se voltea saludándolo.

—Laia y Eve, él es Alux. —lo señalo.

—Es un gusto. —responde él y Laia responde "igualmente" unos segundos antes que Eve.

—Bueno, Alux ¿Adonde? —pregunta Melody.

—Beni's. —dice con simpleza.

El bar donde le conté todo a Owen. Ella no sabe dónde queda.

—No sé dónde queda eso.

—Da la vuelta. —Alux y yo respondemos al mismo tiempo.

Melody arranca y conduce para dar la vuelta y quedar en el otro carril. Alux le indica doblar a la izquierda.

—Oigan y ¿Cómo se conocieron? —Laia se voltea viéndonos a los dos mientras pregunta.

Mierda. Pienso al instante pero Alux se apresura a explicar.

—Ella estaba comprando en una tienda y olvidó una de las bolsas así que salí y la alcance para devolvérsela. Comenzamos a hablar aunque al principio me trató mal. —resume con diversión la mentira y verdad entretejida.

Laia se voltea al aceptar lo que dice. Veo a Alux y él me guiña un ojo rápidamente con las comisuras de sus labios levemente elevadas. No puedo evitar sonreír discretamente también sin mostrar los dientes.

...

Melody detiene la camioneta en frente del bar y Alux baja dejando la puerta abierta. Da unos pasos y se da la vuelta viéndonos.

—¿No vienen? —pregunta acercándose a la camioneta hasta agarrar la puerta. Me ve con una sonrisa coqueta luego la suaviza y mira a las demás con interrogación.

¿Sí?

—¿Por qué no? —dice Melody detrás de mí antes de sentir apagarse la camioneta y escuchar una de las puertas abrirse seguida por la de Eve. Alux me tiende la mano para que baje y la tomo. Al pisar tierra lo suelto y cierro la puerta detrás de mí. Veo el cielo, deben ser las algo como las 6:30 por la oscuridad lenta que se expande.

—¿Ya habías venido?

—Sí. Varias veces con unos amigos. —le respondo. Laia es la última en salir de vehículo.

—Les presentaré a unos cuantos amigos. —dice abriendo la puerta para nosotras. Entramos y nos guía hasta una mesa más en el centro del lugar. Veo que son dos chicos y una chica los que lo saludan.

Todos son ángeles.

Uno de los chicos es el que lo acompañaba en el mercado y la chica es la misma.

—Chicos, ellas son Laia, Eve, Melody y Erin. —nos presenta y veo como la expresión del chico que lo acompañaba en el mercado cambia al darse cuenta de lo que somos. Sus ojos marrones nos ven de manera altanera y me controlo para no devolverle la mirada cuando llegan a mí.

¿Y a este tipo que...?

—Hola, soy Zafiro, encantada. —dejo de verlo y me fijo en ella sorprendiéndome por sus ojos de un azul tan brillantes que entiendo el porqué de su nombre. El cabello rubio claro y su piel blanca hacen que resalten aun más. Es realmente hermosa.— Si mi amigo las molesta siéntanse libres de correr y yo lo distraigo.

Alux pone los ojos en blanco. Rio pero Laia es la que suelta una pequeña carcajada sentándose al lado de ella.

—Siento que tú y yo nos llevaremos bien. —dice la de ojos amatista acomodándose en el asiento. Zafiro nos sonríe en una invitación a sentarnos.

Tomamos las sillas y buscamos otra para Melody.

—¿Y cómo se llaman ustedes? —pregunta Eve a los dos que se han quedado callados.

—Soy Brad. —contesta el de cabello miel corto sonriéndole a Eve con picardía, señala al tipo entre él y Alux que estaba tomando un trago. —Y este es Connor.

El nombrado baja el vaso y levanta un poco la cabeza a modo de saludo pero sigo viendo esa actitud de molestia en él.

—Bueno, buscaré algo de tomar ¿Les traigo algo? —interroga Melody levantándose.

—Cerveza. —responden Eve, Laia y Zafiro para mi sorpresa

—¿Erin? ¿Tú también? —Asiento. Mel se va a la barra.

El tal Connor se levanta poniéndose su chaqueta. —Fue un gusto pero...—nos mira, su cara no revela nada. —me tengo que ir.

—¿Oye, cual es la prisa? —inquiere Alux a mi lado.

Connor castañea los dientes sacando su billetera.

—No me pidas que conviva con personas que no conozco y en las que no confió. —dice dirigiéndose a Alux sin importarle que lo podamos oír. Saca unos billetes y se los tiende Zafiro. —Ten, ya no te debo.

La rubia los toma y él se dispone a irse.

—Oh, vamos, Connor. —se queja Alux viéndolo detrás de mí.

Volteo para verlo y observo como sale del bar.

Tal vez es mejor así.

—Es un encanto. —comenta Laia logrando que sonría y Zafiro suelte una pequeña risa. —Sé que hay gente a la que tal vez no le caigo bien pero...—no aguanta la risa. —No sabía que pudiera lograr eso tan rápido.

—No es por ustedes realmente. —dice Alux. — Él tiene sus razones para no confiar. —Explica el ángel a mi lado viéndome.

—Y vaya razones. —comenta por lo bajo el tal Brad tomando un trago de su cerveza.

Alux con una sonrisa perezosa levanta las cejas.

—Ayudaré a Melody. —digo levantándome.

Me alejo de la mesa llegando a la barra, consigo a la rubia de espaldas hablando y riendo con Ben, el dueño del bar de 25 años. Ella al notar mi presencia nota las botellas dándome una.

Uh, le gusta.

—¿Qué tal, Erin? —me pregunta viendo de reojo a Melody.

—Bien ¿y tú? ¿Cómo está tú papá?

—Él dice que bien pero... ya sabes.—sonríe con tristeza, pasando una mano por sus risos castaño oscuro.

—Entiendo.

Atiende a otras personas y va a la parte trasera. Melody me mira.

—Sé que estás un poco molesta por lo que hice.

¿Un poco?

—Peeero admite que fue una buena idea.

—Bien, lo admito. —digo abriendo la cerveza.

—Es bueno que estemos de acuerdo. —choca la suya con la mía al pasar un brazo sobre mi hombro acercándome mientras toma. —Oye — susurra sin soltarme —, ¿Ben tiene novia?

Suelto una risa ahogándome un poco.

—No te rías. Quiero saber si esos bellos ojos miel tienen dueña... ¿o dueño? —suelto una carcajada por sus palabras y tono de tristeza.

—No puedo asegurar nada pero creo que justo ahora está soltero. 

—Y ¡Sol! ¿Viste el mechón que le cae sobre la frente?

—Ok, chica, creo que debes calmarte y vamos a llevar esto. —digo tomando mi cerveza y otra.

Mel me sigue hasta la mesa donde les repartimos las cervezas a las chicas.

**********

Gracias por leer a quien quiera que seas. Realmente se aprecia.



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