Capítulo 12: Las híbridas
Pequeño boceto de Erin en la galería (tengo que seguir practicando con los rostros de mujer) Comenta y vota :D
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Después de hablar con ella y sorprenderme por lo rápido que aceptaron el venir a vivir un tiempo en el mundo humano; hemos quedado en que las esperaría en el centro de Leavenworth a las 2 pero son las 4 y no han aparecido.
Perdón Owen, pero parece que no iré a entrenar hoy.
Ya todo está listo para que me mude al departamento de dos habitaciones, solo faltan mis compañeras extraviadas.
—¿Ya nos podemos ir? —Pregunta Simón que está recostado de una pared con los brazos cruzados. —Ni siquiera sé qué hacemos aquí.
Él iba a salir y le dije que lo llevaría pero cuando me pregunto qué haría, solo pude responder que me quedaría en esa esquina y se ha quedado haciéndome compañía.
—Esperamos a alguien. Pero si quieres puedes irte ¿No tenías algo que hacer? —giro para ver su cara con ojos azules, nariz recta y mandíbula un poco cuadrada.
—Creo que subestimas mi cariño por ti; no te dejaré sola, y lo otro puede esperar. Sin embargo hemos estado parados aquí como unos idiotas todo este tiempo y quiero saber el por qué.
—Shhh. Te alegraras cuando lo sepas, piensa que es una sorpresa y deja de ser tan molesto.
—¿Yo? ¿Molesto? Oye, ya me estoy hartando, hemos pasado aquí dos horas esperando y...—Simón no termina de hablar ya que mi teléfono empieza a sonar. Es un número desconocido.
Ojala sean ellas.
—¿Hola? —pregunto al acercar el teléfono en mi oreja.
—¡¿Erin?! ¡Soy Laia! ¡¿Eres tú?! —tengo que apartar el teléfono para que no deje sorda con sus gritos.
—Sí, soy yo, ya deja de gritar, te escucho bien. Ahora dime ¿dónde carajos están?
—Bueno aparecimos en Pokan o algo así.
—Pokane. —Oigo la voz de Melody al otro lado.
—Eso, Pokane, hemos estado conduciendo durante ¿unas tres horas? No lo sé. —dice en completa calma.
Ay no.
—Espera, ¿Estas manejando un auto?
—Tranquila, ya sé cómo hacerlo; lo estoy dominando. Además no dejare que le pase nada a esta belleza...
—El carro azul. —menciona Melody al fondo.
—Ya estamos cerca y créeme soy buena conductora, llegaremos vivas y...
—¡El carro azul! —grita Melody y se escuchan unas cuantas bocinas.
—... sí, te prometo que tendremos cuidado de no chocar con nadie, desde ahora. Te vemos en un rato.
—¡No me vuelvo a subir en esta cosa contigo manejando! — es lo último que escucho antes de que se acabe la llamada.
Guardo el teléfono y Simón me ve con una ceja arriba y cara divertida.
—¿Así que Laia?
—Y Melody.
—Oh, esto se pondrá bueno. —dijo con una sonrisa.
Han pasado 20 minutos en los que varios autos pasan sin detenerse.
—Eh, creo que ya las vi.
Sí, claro.
—¿En serio? ¿Estás seguro? Porque hace un rato dijiste lo mismo. —hablo desde abajo mientras ato las trenzas de mis zapatos.
—Oh, estoy realmente seguro de que son ella. —por como lo dice me parece que está aguantando la risa.
—¿Qué te hace pensar...? —empiezo a decir enderezándome, pero no termino al ver la parte de arriba del cuerpo de Laia sobresaliendo de la ventana superior de una camioneta roja.
No puede ser.
Su cabello negro liso es despeinado por la brisa y su piel morena se hace notar bajo el sol. Mira hacia los lados con cuidado y sonríe cuando sus lentes de sol nos notan. La camioneta para al frente de nosotros, veo a Melody manejando y sonríe al verme. Laia se esconde en el auto y sale corriendo hasta llegar a mí y abrazarme fuertemente y luego a Simon.
Melody baja del auto y viene a abrazarme también muy fuerte; un poco de su cabello rubio me hacía cosquillas en la nariz; sus ojos negros están a la vista no como los de Laia.
Ya quiero ver la cara de Dan.
....
—Daniel. Oh, Daniel —canturrea Laia al entrar en la casa.
Dan está sentado en el sofá viendo la tele, al verla cierra los ojos y se tapa con un cojín.
—¡Díganme que es una horrible alucinación!
—No es horrible— dijimos Simon y yo al mismo tiempo.
—Oh no, esto es real y, aunque a ninguno de los dos nos guste convivir, tendrás que acostumbrarte a verme cerca. —explica ella quitándose las gafas de sol y mirándolo con sus ojos de amatista.
—¿Que? —dice quitándose el cojín y viéndola interrogante.
—Viviré en el mundo humano un rato. —responde ella cruzándose de brazos.
Dan se levanta, la mira con la mandíbula tensa y sube las escaleras rápidamente.
¿Eso es todo? Creí que se enojaría y luego ella también. Y así comenzaría la tercera guerra mundial.
—Laia: 1. Dan: 0. —dice ella sentándose en el lugar donde estaba el pelirrojo.
—Lo tomó mejor de lo que pensé. Creí que sería peor que la revolución francesa. —me susurra por lo bajo Simon sorprendido.
—¿Estuviste durante la revolución francesa? —pregunto, también susurrando y frunciendo el ceño. El de mirada pelo negro asiente—. ¿Qué edad tienes? —levanta el índice sobre su boca, viendo el techo, termina mostrándome dos dedos y mueve la mano un poco entrecerrando los ojos.
Supongo que un poco más de 200 años. Me conformo con eso, sé que no lograré sacarle mucha información.
La puerta trasera en la cocina se abrió dejando entrar a un Owen muy cansado. Quien va directo a tomar agua. Laia se esconde en el sofá y Melody detrás de Simon.
—¿Qué te sucedió? —pregunto al verlo tan cansado y adormilado.
—Corrí hasta Lake Wanatchee State Park —habló el hibrido viéndome mientras bebe un gran trago de agua, entonces continúa: — Y un viejo que cazaba trató de dispararme, pensó que era un animal.
—Eres un animal. —dijo Simón con una sonrisa socarrona. Melody tras él apretó los labios.
Owen miró a Simón pero lo ignoró y volvió a verme para decir:— Por cierto, gracias por abandonarme
—Fue por una buena razón. —digi encogiendo los hombros.
—¿Cuál?
Laia y Melody corren hasta él y le dan un beso en la mejilla cada una. Owen se recupera de la sorpresa, suelta una carcajada y las abraza.
—Ok. Perdonada —dice viéndome mientras sonríe—. Oigan, estoy cansado y necesito una ducha. ¿Cuánto tiempo se quedaran? —pregunta separándose de ellas y tomando más agua.
—¿Mucho? —pregunta Melody viendo a Laia.
—Mucho. —responde ella sonriendo con pereza y arrugando un poco su respingada nariz adornada con un pequeño piercing de diamante.
—¿Y Dan? —interroga levantando las cejas.
Cuando Simon iba a contestar, Dan bajo rápidamente con una maleta verde militar colgada del hombro izquierdo y una mochila en la mano derecha.
—Renuncio. —dijo mientras tomaba su chaqueta del armario. Dejando el equipaje en el suelo.
Laia soltó una carcajada, doblándose de la risa se agarraba del hombro de Melody. Dan le lanzo una mirada asesina. Se acercó a Simon le dio la mano y un abrazo. Fue hasta mí.
—Cuídate, enana. —me abrazo tiernamente.
—¿Qué? ¿Pero a dónde iras? —inquirí viendo cómo iba hacia Owen.
—Noruega. —reveló al separarse del hibrido.
—¡¿Noruega?! —exclamamos Owen, Melody y yo. El pelirrojo asintió acercándose a la rubia.
—¿No eras de Canadá? —interrogó Simon.
—Si, pero también tengo familia en Noruega —corrigió soltando a Melody y viendo a Laia—. Has ganado, "Luna violeta" —ella se cruzó de brazos—. Mis saludos a Ryan cuando llegue. —comentó con voz no muy amigable, pero se dio vuelta antes de ver la reacción de ella, de ver como su cara por un momento mostró dos cosas, una era ira y la otra me pareció... tristeza.
¿Por qué esta triste? ¿Qué pasó con Ryan?
Melody le toco el brazo, pude percibir que estaban teniendo una conversación mentalmente. Dan camino hacia el equipaje. La rubia le dio unas miradas a la morena y ella puso los ojos en blanco.
—Oh, vamos idiota; tranquilo, no me quedaré aquí —explico Laia con fastidio—. Y Ryan... no vendrá. Así que deja de ser tan dramático.
—¿No te quedaras aquí?
—No, nos quedaremos con Erin en su departamento o lo que sea.
Owen me miro y entrecerró los ojos un momento.
—¿No deberíamos ir a verlo? ¿Por qué no vamos? —propuso Melody viéndome.
—Bueno. —dije yendo a la puerta.
—¡Yo manejo! —grito Laia detrás de mí.
Me subí en el asiento del copiloto y Laia espero a que llegara el sonido de la puerta que cerró Melody para encender la camioneta.
—¿Cómo conseguiste que te vendieran un vehículo?
—Fue fácil —respondió viendo a los lados para ver como tenía que hacer los movimientos.
—¿Y la licencia? —ella saco de su bolsillo dos papeles plastificados que me dejaron sorprendida. — Wow, Laia Smith con identificación y licencia; bonita foto ¿magia?
—Magia y un poco de hipnosis de ella. — señaló hacia atrás con el pulgar mientras giraba el volante con precisión.
—¿Hipnosis? —pregunte volteándome hacia esos ojos de ébano.
—Ese tipo era un cerdo que no dejaba de mirarnos y necesitábamos una clase de manejo. Además, hizo que el proceso fuera mucho más rápido gracias a la hipnosis. —explico ella recogiendo el cabellos dorado en una coleta —Ahora lo pensara dos veces cuando quiera engañar a su esposa —sonreí por lo bajo.
—¿Cómo la pagaron? —pregunto señalando la camioneta.
—¿Crees que soy tan tonta como para no venir con dinero? —me miro con esos ojos violetas y sonriendo.
Era increíble lo bien que manejaba Laia con unas pocas horas, tal vez minutos, de enseñanza. Le fui indicando el camino conforme avanzábamos; en un semáforo en rojo ella se puso la larga cabellera negra a un lado con su mano izquierda y fue cuando vi el tatuaje en su muñeca. La tome rápidamente.
No es cierto.
—¿Hiciste el juramento a la luna? —sonó a una pregunta pero era obvio que lo había hecho. Me quede mirando las líneas negras que creaban la forma de luna.
—Sí... ¿Qué te parece? —se refería al tatuaje.
—Bueno, es hermosa. Pero dijiste que no lo harías.
—Sí... Luz verde —dijo zafándose de mi agarre y poniendo en marcha la camioneta.
—Oye, sé qué hace tiempo que no hablamos pero necesito una explicación. —digo cambiando mi mirada de Laia a Melody pero ella solo me ve con la boca tensa en una línea recta.
—Te contare todo pero no aquí ¿si? —Expreso viéndome con incomodidad. Asentí— ¿A la derecha?
—Sí.
Esa mirada, es raro verla en ella. Laia es una persona explosiva, sumamente inteligente, extrovertida, madura y buena tomando decisiones; no se deja dominar por nadie, es una luchadora experta y verla así, dudando, me advierte que algo está pasando, algo que le afecta.
Melody lo sabe y el hecho de que no diga nada solo me indica que algo grave sucedió.
.....
—Me gusta. —dijo Laia al entrar.— ¿Esa es la cocina? —fue hacia allá, viendo todo. Se familiarizaba con el lugar, revisando todo. — Dos habitaciones y un sofá. ¡Pido una habitación!
—Ah, olvide decirles que Eve viene.
—¿Cuándo? —preguntaron ambas al mismo tiempo con emoción.
—Mañana.
Ambas gritaron y no puede evitar reír. Pasamos un rato hablando de estupideces, acordamos que ellas dormirían en una habitación y Eve y yo en la otra. Laia me dijo que me explicaría todo lo del juramento cuando estuviéramos todas. Volvimos a la camioneta para buscar unas compras que habían hecho en Pokane. Compre unos refrescos de lata en la tienda de al lado.
—Me sorprende que no trajeras una espada. —le dije a la morena viendo como ocultaba su navaja en la bota derecha. Estábamos sentadas en la maleta de la camioneta.
—Oh, pero claro que lo intento solo que la convencí de que no lo hiciera —confeso Melody detrás de nosotras, en los asientos de pasajeros buscando algo en su bolso— Sería demasiado papeleo por nada.
—No me juzguen, esto tal vez no sea Birren pero igual quiero sentirme segura —explico Laia viendo los carros que pasaban mientras balanceaba sus pies que colgaban. Tomó un sorbo del refresco de cola.
—Oye ¿Owen? ¿Ya supero lo de la transformación? —pregunto Melody pasando por encima de los asientos hasta estar sentada a mi lado. Abrió la lata.
—Sí, a veces no es consciente de su fuerza pero ya está bien. Cada vez lo maneja mejor. —aseguré viéndola.
—¿Es un alfa? —pregunto Laia pero en su voz se escuchaba una afirmación.
—Lo sintieron ¿cierto? —ambas asintieron como respuesta.
Claro, ¿Cómo no se darían cuenta?
Ambas son híbridas con parte de hombre lobo, pero Laia es mitad bruja y Melody mitad vampiro.
—¿Quién más lo sabe? —interroga Melody.
—Todos los de la casa y casi todos los de la junta directiva de la Orden.
—¿Cómo lo tomo? ¿Muy mal?— Laia pregunto esta vez algo preocupada.
—Casi se lanza del edificio. —Ambas quedaron con los ojos como platos— Al menos hasta que amenace con que iba a lanzarme con él —hable con una combinación entre mueca y sonrisa por el recuerdo mientras ellas soltaban pequeñas risas.
Estuvimos en silencio un largo rato.
—¿Nos dirás porque tienes un departamento o no? —Laia me miraba con esos ojos violetas interrogante.
—¿No puedo simplemente tener un departamento?
—Con tu padre, no. —Melody sonreía por la ironía.
—No me juzguen por lo que les diré ¿si? —ambas asintieron con curiosidad. Tome un trago antes de empezar.
Les conté todo, mi accidental encuentro con el ángel, lo que había dicho Liam en la reunión aun cuando no tengo permiso de comunicarlo, no me importó, les dije sobre su choque con Owen y ellas rieron; les hable sobre la pérdida de control del nuevo y la reunión secreta que habían tenido Liam y mi padre en la que me terminaron involucrando; se mantuvieron callada hasta que termine de contar que logre hacer ese horrible trato que no pensaba cumplir y que todavía estaba arrepentida. Y que por favor guardaran el secreto.
—Y eso es todo. —ellas no dijeron nada solo me miraban con caras de shock. —¿No dirán nada?
—Eres una perra.—dijo Laia.
—Y estás muy jodida. —agrego Melody.
—Lo sé. —Respondí y las tres tomamos de las latas.
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Me caen muy bien las híbridas xd.
Gracias por leer:D
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