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Capítulo 48 {2/2}

Día 1 sin Ailen: "Culpabilidad"

Narra Sebastián.

-Te lo voy a decir una vez, de la forma más calmada que puedo en estos momentos, y espero que me des una respuesta sincera porque sino te juro que quemo la ropa que dejaste en mi casa hace unos días.

-Amigo...

-Emiliano, no estoy jugando. Hace dos horas que estoy tratando de comunicarme con ustedes dos y ninguno me responde.

-Compa, nosotros...

-Estoy hace cuarenta minutos tocando el timbre del departamento de Abigail y nada, alguno puede dignarse a bajar y explicarme ¿QUÉ ESTÁ PASANDO?-

El niño que estaba tomando un juguito al lado mío se asusta por mi grito y empieza a llorar. Miro avergonzado a la madre, pidiéndole disculpas.

-No estamos en su departamento, vinimos a tomar algo a la cafetería que está a cuatro cuadras de ahí- me explica suspirando- Ella no sabe que te estoy diciendo esto, y está por terminar su bebida, así que apúrate y veni para acá, ahora te paso la dirección por mensaje.

Corto la llamada sin decirle una palabra más y arranco el auto para llegar hasta el lugar.

Tamborileo los dedos contra el manubrio del coche, nervioso. Me detengo cuando la luz del semáforo se pone en rojo y aprovecho para llamar otra vez al número de Ailen, pero al igual que las 30 veces anteriores, no contesta.
Conduzco hacia la dirección que me marca Emiliano.

Estaciono frente a la cafetería "La Robusta de oro" y corro hacia la entrada. En la puerta, una chica me pregunta que quiero ordenar y solo atino a decirle que vine a acompañar a unos amigos.
A medida que me acerco a las mesas que están más al fondo del local, encuentro a Emiliano, quien levanta la mano para que lo vea. Frente a el, Abigail toma lo que parece ser café, con el cual se atraganta cuando ve que me acerco a ellos.

-¡LE DIJISTE!-grita Abby cuando puede volver a respirar.

Sin saludarlos agarro una silla de otra mesa y me siento frente a ellos.

-¿Qué paso con Ailen?-

-Se fué- contesta mi amigo antes de que Abigail le tapara la boca con su mano.

-No se te ocurra decir nada mas- lo amenza- Y vos- me señala con la otra mano- Sos un caradura.

-A ver, Abigail, me parece que no entendes todavía que ¡NO SÉ DE LO QUE ESTAS HABLANDO!- exclamo ya sin poder controlarme.- ¿Cómo es que Ailen se fue? ¿A dónde y por qué?

-¿No leíste la carta?- pregunta ella sonriendo sarcasticamente, aunque puedo notar como trata de controlar su enojo- Ahí se supone que tienen que estar las respuestas a todas tus preguntas.

-No acepto esas respuestas.

-Ah bueno querido, tranquilo entonces, espera acá sentado- ella se levanta de la mesa dejando debajo de la taza el monto total de su bebida.
Emiliano suspira y la sigue agarrando su saco.

-Abby, por favor, decime qué pasó, te juro que no entiendo nada- le pido parandome frente a ella, impidiéndole el paso.

-¿No tendrías que estar terminando de empacar? ¿No tenes una mudanza que organizar?-

-Sí, ¿pero eso que tiene que ver con...

-Perfecto, entonces anda para allá...¿o acaso pensas volver a Mendoza como esa vez?

-Abigail me estoy mudando al piso de arriba porque es más grande el departamento- le explico exasperado- ¿De qué estás hablando? ¿Por qué iría a Mendoza?

Por primera vez en el día, la amiga de Ailen queda sin palabras, y hasta puedo decir que en shock, pero trata de ocultarlo rápido con una risa nerviosa.

-Eso no significa nada, el daño ya está hecho, y por hoy no quiero ver tu cara. Déjame pasar-me pide volviéndose a enojar.

Suspiro haciendome a un lado. Emiliano frunce los labios sin decir nada.

Antes de cruzar por la puerta alcanzo a escuchar como Abby le pregunta a mi amigo qué es lo que me pasó en la cara.

El día no puede empeorar.

************

Cruzo la puerta de entrada del edificio y me encuentro a Carlos, quien está apoyado contra el escritorio, tomando mate. Cuando me ve quiere convidarme uno, pero con las ganas por el suelo, decido rechazarle.

Antes de subir al ascensor, una idea cruza por mi cabeza.

-Carlos...¿por casualidad me vino a buscar alguien ayer?

-Claro- le da un sorbo al mate- La señorita Ailen vino y...sabe? Le iba a pedir su número porque me dejó medio preocupado cuando se fué, me gustaría llamarla para comprobar de que esta todo bien.

Mi mano va inevitablemente hacia mi mejilla.
Los nervios vuelven a florecer y mi voz sale rota cuando le pregunto:

-¿Por qué?

-Es que al llegar acá ya estaba triste, pero cuando vió todas las cajas de la señora que te dejó el departamento, se puso muy pálida, por un momento pensé que se iba a desmayar, te lo juro.

Mi dolor de cabeza aumenta.
Cierro los ojos y cuento hasta diez.

-¿Por qué no me avisaste que estaba acá? Podía haber bajado y hablar con ella.

-Me pidió que no lo hiciera- se excusa.

Estoy jodido, realmente la cagué.

-¿Hice mal?, ¿Ella no tenía que enterarse?, ¿Era una sorpresa?-pregunta rápido.

-Ailen piensa que me estoy yendo de acá...igual que la primera vez que decidí terminar nuestra relación- le explico volviendo a sacar el celular para llamarla.

-¡No me digas!- exclama sorprendido- Yo le dije que estabas moviendo tus cosas, que te estabas mudando, pero ahora que me acuerdo no le especifique que solo te estabas cambiando de piso. Realmente lo lamento, ¿puedo hacer algo? Si querés la llamo y le explico que fue una confusión.

-No, es mi culpa, yo voy a arreglar todo, no pasa nada.

Con un sonrisa me despido del señor y presiono el botón del ascensor para llegar al departamento del piso 5, donde me mudaría de manera definitiva en uno o dos días.

La antigua dueña del lugar, quien se fué ayer, ayudó a que pudiera meter mis cosas a cambio de que yo la ayudara con las suyas.

Hasta ese entonces todo tenia sentido en mi cabeza.
El plan era terminar de organizar todo, remodelar algunas cosas de la habitación, comprar un placard más grande por si Ailen quería, algún día, dejar su ropa, y posteriormente, una vez que estuviera todo perfecto, contarle la noticia. Eso no llevaría más que dos o tres días.

Pero no funcionó.

Del bolsillo de mi campera de vestir saco el paquete de regalo que había comprado hace apenas unos días. Lo abro y dentro me encuentro con un llavero, aquel que había encargado hace unas semanas para dárselo el día que la trajera a casa. Había tardado en conseguirlo ya que mandé a hacer un modelo personalizado.
A simple vista se podía pensar que era un llaverito normal, pero los dijes que cuelgan de una cadenita hacen la diferencia. Son tres, uno tiene forma de patita de perro, el cual hace referencia a Dyret, y como no, a Jake. Otro tiene forma de libro, una de sus grandes pasiones. Y el tercero se trata de una flor azul, del color de sus ojos durante los días soleados... y bueno, tristemente, de la carta que me dejó de despedida. Además, junto a este iría la llave de mi nuevo departamento, para que pudiese venir casa vez que quisiera.

Pero ya no va a ser así.

Decido guardarlo dentro de uno de los muebles que se encuentra a un costado de la sala.
En la otra punta del salón observo el tocadiscos que pude comprar hace poco.
Los recuerdos inundan mi mente, y me transportan a unos meses antes.

Flashback

-Si una estrella fugaz pasara por encima de tu cabeza en este mismo momento, ¿qué pedirías?- pregunta Ailen apartando su cabeza de mi pecho para observarme.

El apagón repentino en el barrio nos había, a primera vista, arruinado la noche. Yo había preparado la cena y ella había hecho un postre para comer más tarde, pero debido a esto tuvimos que reorganizar todo, y terminamos comiendo en el balcón, bajo la luz de la luna y las estrellas.
Al final, lo que había parecido una desgracia, terminó siento una oportunidad para conectarnos más, ya que no teníamos nada más que nosotros para distraernos.

-Mmmm...¿tiene que ser algo material o puede ser sentimental?- pregunto frunciendo el ceño.

-Como quieras- responde ella encogiéndose de hombros.

-Porque si es sentimental pediría pasar toda mi vida a tu lado- le digo sonriendo.

-¡DALE, TONTO!- se queja riendo mientras me da un golpe seco en el brazo.

-¡Encima que te digo algo lindo me pegas!- exclamo fingiendo estar ofendido.

-¡Es que te gusta ponerme colorada!- se queja ocultando su rostro en mi cuello.

Agarrandola más fuerte por la cintura, la atraigo hacia mi para que no se caiga.
Tal vez sentarnos en una misma silla no fue la mejor idea, pero no pienso dejar que me suelte.

-Me gustas vos- le respondo. Unos pellizcos en el brazo hacen que ría más fuerte- ¡Está bien!, ¡Está bien!- grito para que pare- pediría...un tocadiscos.

-Bueno, yo realmente estoy saliendo con un anciano de 80 años- murmura ella suspirando.

-Hey!- aprieto suavemente su cintura, haciéndole cosquillas- No va por la edad el querer tener un tocadiscos, es considerado un clásico para cualquier persona.

-Claro- contesta ella riendo.

-Ademas, siempre fue un sueño para mí tener uno en casa. Mi abuelo tenía el suyo, y cuando era chiquito me invitaba a su casa y escuchábamos canciones de Gardel todo el día, obviamente al ser tan vieja la máquina, un día dejo de funcionar. Yo llevo juntando platita desde hace un tiempo para comprar una.

-Es muy lindo eso, Sebas- contesta ella dejando un beso sobre mi pecho para después volver a recostarse- Yo voy a regalarte un cd de vinilo, el primero no creo que sea porque supongo que tendrás un montón, pero buscaré alguno que tenga un significado para nosotros, que lo podamos escuchar juntos...o directamente alguno que te guste- ríe.

Sonrío sin poder ocultarlo.
Realmente es un sol.

-Gracias, amor-digo dándole un beso en la cabeza.

-¿Por? No te compré nada todavía- murmura ella volviéndome a mirar, confundida.

-Por estar conmigo- susurro acariciando su mejilla, la cual pasa de estar fría por el clima, a calentarse de a poco.

-Viejo y de piscis tenías que ser, mamita querida- murmura ella riendo.

Fin del flashback

Camino lento hacia una de las tantas cajas que se encuentran en el piso.
Reviso cada una hasta encontrar lo que buscaba. Una vez que lo tengo en la mano, conecto el tocadiscos y coloco el CD que me había regalado Ailen hace unas semanas.

Y vos no lo apreciaste lo suficiente.

Me apoyo contra la pared mientras las palabras de Jagger empiezan a causar efecto en mi, haciendo que termine sentado sobre el piso.

Well I went to see the gypsy
To have my fortune read
She said, "man, your baby gonna leave you, her bags are packed up under the bed"
That's right.

Have mercy, have mercy, baby

Have mercy, have mercy on me

"Fuí a ver una gitana
para que me leyera el futuro,
me dijo 'tu chica te va a dejar,
tiene las maletas debajo de la cama'
Eso es...

ten piedad, ten piedad nena
te piedad, ten piedad de mi"

***********
Son aproximadamente las nueve de la noche cuando el timbre empieza a sonar. Decido ignorarlo, por hoy al menos no quiero recibir a nadie.

El tocadiscos sigue sonando, repitiendo las canciones una y otra vez, en bucle, cada frase impactando contra mi como si de golpes se trataran.

Cuando pienso que la persona que interrumpió mi momento de soledad ya se fue, el sonido del timbre vuelve a hacer presencia.
Con el ánimo en -1000 me levanto y camino hacia el portero electrónico.

-¿Si?- pregunto con desgano.

-¡¡Soy yo!! Abrime, traje comidita y algo para tomar-

Apoyo mi cabeza contra la pared.

Es Sabrina, no puedo dejarla ahí afuera.

-Pasa- contesto, para después cortar la comunicación y apretar el botón para abrirle la puerta.

Una vez que veo por la cámara que está subiendo, decido desconectar el tocadiscos. Todo queda en silencio de nuevo.
En menos de dos minutos ella abre la puerta con una sonrisa, la cual se borra cuando ve mi cara.

-Upa, ¿qué pasó?- pregunta preocupada.

-Me dejó, Sabri- contestó cabizbajo.

Ella corre hacia mi y me abraza, dejando que pueda desahogarme un poco en sus brazos, tal y como hacía cuando éramos niños y lloraba porque alguna nena del jardín no quería ser mi novia por ser feo.

-¿Cómo fue? ¿Por qué?- pregunta ella pasando sus manos por mi espalda.

Me despego de ella y busco dos sillas para que nos podamos sentar.
Una vez que estamos cómodos, le paso la carta y le cuento brevemente lo que sucedió ayer, lo de Ailen pensando que yo la estaba dejando, sus miedos, y como yo se los hice realidad.

-La entiendo- murmura después de un rato.

-Hice todo mal, no?- pregunto escondiendo mi cara entre mis manos.

-Yo realmente entiendo tu punto Sebas, entiendo todo lo que estuviste haciendo durante todo este tiempo para que ella y vos pudieran estar más tranquilo, hablamos y hasta te apoyé en eso. Es más, comprendo que no quisieras verla durante estos últimos días, ¡porque mira cómo tenés la cara!- apoya su dedo sobre mi pómulo derecho- ¿Te estas poniendo la crema? Bueno, perdón, me fuí de tema.

-Yo quería hacer todo bien, quería hablarle cuando ya tuviera una solución, mirarla y decirle "hice todo esto, perdón por tardar, pero ya nadie nos va a joder", pero como siempre termino haciendo todo mal- susurro- y si, me puse crema, ¿Te imaginas lo que hubiera pasado si me veía en este estado? Y peor sabiendo quién me lo hizo- río irónico- Igual se lo voy a contar.

-Tus intenciones fueron buenas, tengo la esperanza de que cuando le expliques todo, te entienda...pero también trata de ponerte en su lugar, ¿Hace cuanto tiempo que están así? ¿Cuanto tiempo puede estar una persona sentada en una silla, esperando respuestas que nunca llegan? Ella explotó, Sebas, toda la situación la superó.

-Y ahora me dejó y se fué.

-¿Cómo que se fué?- pregunta confundida- ¿Se fué literalmente?

-Sí, y no sé dónde está, si está bien o no. Pensar que ella puede estar sola me mata, porque ese es su miedo, ¿sabias? La soledad- niego con la cabeza-Y yo le hice sentir eso, soy un estupido.

-Basta, no te hagas más esto, ya está, lo hecho hecho está- me pasa un vaso con agua-ahora vamos a poner un poco de música, comemos rápido y ordenamos un poquito las cosas, porque la verdad está hecho todo un desastre.- se levanta sacudiendo su pantalón para después tenderme la mano.- Así te vas a distraer aunque sea un poco.

-Sos la mejor, ¿lo sabías?- murmuro sonriendo agradecido- Siempre aguantas mis cagadas.

-Ya estoy acostumbrada a eso, querido- responde ella.

-Y pensar que Ailen está celosa de vos, si supiera que sos como una hermana para mi-

-Bueno, pero eso no lo sabe- rie- Si supiera también que fuí yo la que te insistió para que volvieras a Buenos Aires y la buscaras seguro seríamos muy buenas amigas.

-Estoy seguro de que se llevarían re bien- concuerdo con ella mientras empiezo ubicar cada mueble en su respectivo lugar.

-Hagamos una cosa, tengo un plan- dice Sabrina después de un minuto de silencio- Sebas, ¡mírame!- grita, y cuando me doy vuelta noto que nos apunta con su celular-

-¿Una foto? ¿Yo me estoy queriendo matar y vos querés sacarnos una foto?-

-Dale bobo, ¡sonrei!- pide, pero al ver que no lo hago se queja- al final mi amiga Ailen tiene razón, sos un "anciano con todas las letras", como te dijo aquella vez- murmura ella.

Río ante la tontería que acaba de decir, mientras en mi mente vuelve ese recuerdo de Ailen, apuntándome con su dedo mientras se burla de mi.

Entonces sale el flash.

************

Día 2 sin Ailen: "Otra oportunidad"

16:30

Saludo a la señora de la limpieza que se encuentra barriendo el piso de entrada y corro hacia las escaleras.

Hace media hora terminé de acomodar todo el departamento, limpié, y hasta pinté, todo el rato con el celular a mano, esperando algún mensaje, alguna llamada, alguna respuesta. Pero nada, por lo que tomé mis cosas y conduje hasta la casa de Erica.
Si nadie me da respuestas, yo las voy a buscar.

Toco la puerta una, dos, tres veces, hasta que por fin la doctora aparece frente a mi, con una no muy linda expresión en la cara.

-¿Qué haces acá?- pregunta.

-Ah, bueeeeeeeeeenoooo- exclama Anne apareciendo detrás de ella.

-¿Quién es?- grita el que parece ser Gabo desde adentro.

Bueno, están todos acá, mejor

-¡Nadie!- contesta la doctora para despues intentar cerrar la puerta en mi cara, pero yo pongo el pie, frenandola.

-Erica, Yiannela, necesito saber donde está Ailen, por favor- les pido tratando de hacer que me escuchen- Abby no me quiere decir, y ustedes son mi última opción.

-¿Y qué te hace pensar que nosotras te vamos a decir?- pregunta Anne riendo- ¿Ahora querés hablar?

-Les voy a explicar todo, pero déjenme pasar- vuelvo a decir. Las chicas dejan de empujar la puerta y me escuchan- Les voy a contar todo lo que hice en este tiempo.

-Mejor que tengas buenas razones, Adams, porque está por venir Matt, y digamos que lo que menos te quiere dar es un abrazo- dice Eri dejándome pasar.

Las chicas me guían hacia el living, donde Gabriel se encuentra sentado en el sillón.

-No pienso decir una sola palabra, te quiero escuchar- dice él cuando me siento.

-Empeza a hablar- pide Erica.

Y así, bajo la atenta mirada de tres pares de ojos, empiezo a contar el inicio de todo, nuestras peleas, mi alejamiento y qué pasó el día después de que los papás de ella se enteraran de lo nuestro.

****************

Anne me pasa un mate.

-¿Y por qué esperaste tanto tiempo para contarle eso a nuestra amiga?- pregunta Erica una vez que termino de hablar.- ¿Tuvo que irse a otro lugar para que vos pudieras darte cuenta de que habías arruinado todo?-

-Es que soy un tarado- admito- Como les conté, tenía planeado todo, pero no pensé en que Ailen podía llegar a reaccionar de esta manera, y es culpa mía.

-Sebastian, sos un tarado de 38 años, sos un adulto, cortala- me increpa Gabo por primera vez desde que llegué- Entiendo todo lo que nos explicaste, tenías tus razones y hasta puedo comprender el por qué de tu accionar, aprecio que hayas hecho todo eso, pero ¿qué? ¿Alguien los va a mirar mal en la calle y vas a volver a desaparecer?

-Gabo, es que necesito que me entiendas yo...

-Sebastian, yo te entiendo más que nadie, me tengo que bancar que mucha gente estupida me mire mal en la calle por ser gay. Por estar con Lucas me tuve que bancar el basureo de muchas personas, así que no te atrevas a decir que no te entiendo- me señala con su dedo, sin poder controlar su enojo- Pero si voy a dejar que esos pelotudos manejen mi vida, entonces voy a ser infeliz, y yo no quiero eso, no lo merezco.

-No podemos dejar que vuelvas con ella teniendo esos pensamientos, entendes?- dice Anne- Porque ella te ama, y puede llegar a perdonarte cualquier cosa, pero nosotros no podemos permitir que pase por esto una y otra vez, no es bueno para ninguno de los dos.

-Mi enojo siempre se debió por sentir que no podía hacer nada para que esas cosas cambiaran... pero ahora lo más importante ya está hecho, en el trabajo sé que no la van a molestar más, los padres de ella puedo decir que ya lo entendieron, y eso era lo que más me importaba hasta ahora- suspiro- Entiendo que estén preocupados por ella, y no saben cuanto lo aprecio. Su amor por ella me afirma que no puede tener mejores personas a su lado. Estoy dispuesto a hacer lo que haga falta para que no la pase mal, eso fue lo que pensé durante todo este tiempo y es la razón de mis acciones.

-Es la segunda vez que haces esto, Adams

-La primera vez me fuí porque quería que fuera feliz. Esta vez comprendo que mi felicidad está a su lado, y que puedo hacerla feliz a ella, pero para eso tuve que tomarme mi tiempo para arreglar todo, nunca pensé en irme, y no pienso hacerlo. Es por eso que necesito ir a buscarla, explicarle que es lo que pasó, y que mi amor por ella es más fuerte que cualquier cosa.

-Lo tuyo es muchas palabras pero pocas acciones, Adams

La voz grave detrás hace que todos miremos hacia la puerta, donde se encuentra Matt mirándome serio.

-¿Quién tuvo el placer de pegarte una piña?- pregunta acercandose- Yo lo quería hacer.

-Fue el papá de Ailen- contesta Anne.

-Un capo- contesta el- Te lo tenes merecido, ¿qué estás haciendo acá?

-Quiere saber dónde está Ailen, ya nos contó qué es lo que sucedió con él durante todo este tiempo y...digamos que al menos con nosotros ya tiene el visto bueno- dice Erica encogiéndose de hombros.- Ponele.

Matt asiente distraido.

Me levanto decidido a charlar con el, pero el me frena con su mano.

-Perdon, pero yo no confío en vos- dice después de unos minutos- Una vez hablamos, te dije que no volvieras a cagarla y ahora nuestra amiga tuvo que desaparecer para recuperarse. Esta vez vas a tener que hacer algo más para, al menos, ganarte mi confianza de nuevo, las palabras se las lleva el viento, las acciones son las que cuentan.

Cuando estoy por contestarle, un grito agudo me interrumpe.

-¡TIOOOOOOOOOOO!

Unos bracitos se aferran a mis piernas, haciendo que me sobresalte de la sorpresa.

-¡Al fin viniste a mi casa!- grita el enano mirándome con sus ojitos chinitos, parecidos a los de su mama- ¿y la tía Ailin?

Bueno, definitivamente el golpe del padre de Ailen dolió menos que esto

-Vos debes ser Mateo, no?- me agacho para estar a su altura- El chinito más lindo de todos, según tu tia Ailen.

-Si, la tía me dice chinito pero no entiendo porqué no comprende que soy argentino, no chino- se queja riendo.

-Bueno, ella no está acá ahora, pero cuando la vea le voy a decir- digo revolviendo su cabello lacio.

-¿Sigue en la playa?- pregunta confundido.

Miro rápidamente a Erica, quien niega con la cabeza mientras se tapa la cara.

-¡Mateo!- lo reta Anne- Sh! El no puede saber, la tía está jugando a las escondidas.

El nene se tapa la boca riendo y corre hacia su mamá, quien ríe avergonzada.

Está en una playa, okey, eso es una pista...¿PERO EN CUAL DE TODAS?

Mar del Plata, Miramar, Villa Gesell, Los Toninas, Mar del Ajó, ¿En cual puede estar?

Miro a Matt pidiendo ayuda, pero el se encoge de hombros para después ir hacia el sofá.

-Anda con Abigail, si ella después de escucharte decide decirte donde está, entonces hacelo- dice el alzando a Mateo- Yo ya no tengo nada más para decirte.

Los demás asienten y me acerco para despedirme de ellos.
Antes de salir por la puerta el grito de Gabo me detiene.

-Es tu última oportunidad Adams, ¡la última!

**************

Me lleva unos 20 minutos llegar a la casa de Abigail.
Al parecer los chicos se comunicaron con ella, ya que cuando llego me está esperando en la puerta con los brazos cruzados.

-¿Vos también estás acá?- pregunto cuando veo a Emiliano sentado en una silla.

-Vine para mostrarle unos papeles del juicio- contesta el encogiéndose de hombros.

-Claro- murmuro riendo.

-Bueno, Adams, los chicos me contaron todo- dice Abby una vez que cierra la puerta y me encara.- Emiliano estuvo escuchando y me confirmó todo, además me dijo algunas cosas más, como el día que rezaste unos 3 padres nuestros antes de enfrentarte a los padres de mi amiga.

Miro al abogado, quien deja de reír y me mira pidiéndome disculpas.

-A ellos más o menos que los convenciste, ¿pero que pasa si yo te digo que todo lo que hiciste no me importa y que no quiero que la veas nunca más?

Bueno, me está poniendo a prueba.

-Porque la verdad estoy enojada con vos, muy enojada- dice ella sentándose al lado de mi amigo- Tus acciones no creo que lleguen a justificar el dolor que le causaste a Ailen, ella es como mi hermana, estoy cansada de verla llorar por vos.

Tiemblo.

Es la primera vez que veo a Abigail en este estado. Ni si quiera cuando me tiró la carta estaba de esta manera.

-Yo la amo- empiezo, totalmente seguro de mis palabras- Un día tome la decisión más dura de toda mi vida: Dejarla. No me arrepiento, nunca lo voy a hacer, porque lo hice para cuidarla y para que pudiera ser feliz. Años más tarde me di cuenta de que mi felicidad estaba a su lado, pero pensaba que era un poco egoísta de mi parte creer eso, porque tal vez ella ya era feliz con otra persona, y no quería atarla a mi. Al pasar el tiempo decidí buscarla de nuevo y la suerte o...el destino, hizo que nos reencontraramos. Me prometí que no iba a arruinarlo de nuevo, que era mi segunda oportunidad para hacerla feliz, para que seamos felices, y por un tiempo lo fuimos. Pero entonces las cosas se pusieron feas, las gente se empezó a enterar de los nuestro, y los cuchicheos se hicieron más notorios, en el trabajo y en la calle, todos basureaban a Ailen, que ella está conmigo porque seguro tengo plata, que hice una buena jugada al elegir a una "pendeja", y cuando se enteraron de que yo fui su profesor llegaron a decir que había aprobado gracias a mi, y yo no podía hacer oídos sordos a eso, Abby- niego con la cabeza mientras trato de controlar el enojo que crece de a poco en mi- Ailen me decía que no les diera bola, pero ella no merece ese trato, y de nuevo me volvió la culpa, no lo podía soportar, y cuando pasó lo de sus papás...exploté- rio nervioso mientras me paso las manos por el pelo- Esa noche me fui de su casa y no pude dormir, todo se desmoronaba y por más de que trataba de ser positivo no encontraba nada bueno. Necesitaba hacer algo, y eso hice. Pero no pensé que con mis acciones también podía lastimarla a ella, y es que a veces tratando de hacer las cosas bien terminamos dañando a quienes más queremos sin darnos cuenta. No lo pensé, no me di cuenta, ese fue mi error. Quería poner el mundo bajo sus pies, decirle que ya nadie nos iba a joder porque había podido solucionar todo, pero no lo logré. Por eso necesito hablar con ella, contarle todo esto, pedirle perdón de rodillas si hace falta. Y si no me quiere hablar entonces esperaré lo que sea necesario, si vos no me querés decir donde está voy a venir todos los días a golpearte la puerta hasta que algún día ella vuelva, porque no me voy a rendir Abby, no pienso huir, no concibo la idea de estar sin ella...A no ser que me lo pida. Si Ailen me pide que la deje, si me dice que ya no quiere estar conmigo, que lo nuestro se murió...Entonces, Abby, con todo el dolor del mundo, le voy a desear lo mejor y voy a desaparecer de su vida, les juro que nunca más voy a molestar, porque mi prioridad es ella y su felicidad, y si yo ya no puedo darle eso entonces voy a dar media vuelta y dejaré que continúe con su vida.

Suelto el aire.

Ya está, eso era todo.

Nervioso, observo como Abigail me mira sin inmutarse, sus ojos no reflejan nada, y eso solo provoca que tanto Emiliano como yo nos miremos incómodos.

-Ya escuché suficiente, volvé a tu casa, por hoy no voy a decir nada más- dice después de unos minutos.

Mi amigo hace una mueca, en total muestra de desacuerdo

No puedo hacer nada más que asentir.

Salgo del departamento sintiendo una punzada en el pecho.

Tal vez ya no haya otra oportunidad.

**************

Día 3 sin Ailen: "Esperanza"

El celular suena una y otra vez.
Pongo una almohada sobre mi cara para tratar de no escuchar el insoportable sonido, pero no funciona.
Tanteo la mesa con la mano hasta que lo encuentro. Sin mirar, logro contestar la llamada.

-Qué- murmuro con la voz ronca.

-Hacete un bolsito y agarra el auto- la voz de Abby suena en el altavoz, haciendo que me siente en la cama, sorprendido- En treinta minutos te paso la ubicación de Ailen por mensaje, no la cagues-

La llamada se corta y me lleva unos cinco minutos reaccionar ante lo que acaba de pasar.

"Te paso la ubicación de Ailen"

-¡Mierda!- exclamo cuando golpeo mi pierna al saltar de la cama.

Prácticamente corro hacia mi ropero para buscar lo necesario.

Exactamente media hora me lleva prepararme adecuadamente.
Guardo lo más importante en una valija pequeña, desde ropa, hasta las cosas que tenia preparadas para Ailen.

Tal y como Abigail me dijo, manda su ubicación por WhatsApp junto con un "Su lugar favorito en el mundo, ¿te acordas?"

-Que imbecil-murmuro sin poder evitar reír ante lo obvio que me resulta todo ahora al saber donde se encuentra.

Antes de arrancar el coche rezo internamente que todo vaya bien.

Lo merecemos.

*************

12:15 p.m

Muevo la cabeza suavemente de un lado al otro para tratar de calmar el dolor en la nuca que siento debido a la postura que tuve durante estas cinco horas de viaje.

Gran parte del recorrido la pasé hablando con Emiliano acerca de lo mucho que Abby se rió cuando me fuí anoche de su casa, por la cara que puse al recibir su respuesta.

"No la cagues, boludo, anda y hace las cosas bien"

Según el GPS solo me quedan algunos pocos minutos para llegar a destino.

Prendo la radio para buscar algo de distracción.

"A continuación presentamos 'Solo pienso en ti' del grandísimo Paulo Londra. Esta canción va directamente para los que están enamorados y la están pasando mal, fuerza compañeros"

-Que ocurrente- murmuro ennarcando una ceja.
Busco en la guantera una botella de agua mientras agradezco por dentro que el día no esté muy pesado, porque de lo contrario sería una viaje insoportable.

Quisiera algún deseo que me lleve al pasado
En donde de ese entonce' no estábamo' peleado'
Porque yo no puedo conformarme si no estoy a tu lado
Me siento un cobarde por haberme alejado
Y siento que en mi vida fui un maldito tarado

Me atraganto con la bebida.

Ey, porque ahora yo sólo pienso en ti
Y ahora yo no puedo dormir
Ey, solamente sentado aquí
Pensando en cómo hacerte feliz

Cambio la estación de radio. Tiene que haber alguna canción que me levante el ánimo. Reconozco la voz de Chano en la nueva estación.

Bueno, está puede ser una canción más feliz, no?

Dicen que para olvidarte hay que tener en el bolsillo un almanaque sin domingos, un crucero y navegar en un océano sin mar, tomarse toda el agua de la lluvia.

Y en realidad, hay cosas que no voy a olvidar
Como tus ojos de soledad,
la tarde que los hice llorar.


Golpeo mi frente contra el manubrio.
Definitivamente la suerte no está de mi lado.

Cinco minutos más tarde llego a destino, y un arco grande me indica que estoy en el lugar correcto:
"SANTA TERESITA"

**********

Abby: La casa de Ailen queda en la calle 4 sobre la 38, o algo así, no entiendo mucho como son las direcciones allá jajas

Abby: ubicate bien y seguí la calle 38, ella va por esa dirección para ir a la costa, búscala.

Recorro las calles tratando de encontrar la dirección que menciona Abigail, y una vez que me ubico bien, suspiro.

¿Y ahora qué?

Avanzo por donde me dijo ella.
El lugar es nuevo para mí, pero cada calle que recorro hace que me guste más.
Al ser una tarde tranquila, muchas personas mayores se encuentran tomando mate en el patio de sus casas. Todas me saludan amablemente cuando paso y no puedo evitar corresponderles de la misma manera.
Ahora entiendo porque Ailen dice que es su lugar favorito.
Los árboles, los pájaros, las casas, la tranquilidad, todo, hace que parezca el lugar perfecto.

Llego a la playa más rápido de lo que esperaba.
Algunas familias salen del lugar mojados, riendo mientras tratan de no quemarse los pies con la arena o simplemente con una mueca de relajación en el rostro. Otros, entran cargados de reposeras, sombrillas o simplemente con un termo y un mate.

Camino por un puente de madera que me adentra rápidamente a la costa.
Miles y miles de sombrillas de todos los colores cubren el amarillo de la arena.

-Bueno, va a ser complicado- murmuro

Agradezco haber conseguido una habitación de hotel a unas cuantas cuadras de donde queda la casa de Ailen, ya que pude cambiarme de ropa y ponerme algo más cómodo para la ocasión.
Caminar por la arena con unas zapatillas no hubieran sido la mejor opción.

La busco entre toda la multitud de gente, hasta que por fin la encuentro.

Avanzo hacia ella, mientras observo como ríe por un perro salchicha que trata de lamerle la cara. A su alrededor una nena la señala mientras ríe por lo que está pasando. Sus aparentes padres observan todo sonriendo.

Es la luz que le da vida al lugar, la que más brilla y sobresale.

Estoy a unos escasos metros de ella cuando comienza a pasarse, lo que parece ser el protector solar, por los brazos. Al estar de espaldas a mi aún no nota mi presencia, lo que hace que mis nervios incrementen con cada paso que doy.

Puedo ver el momento exacto en el que su espalda se tensa y la sonrisa, que tenía hasta el momento, se borra de su cara cuando por fin le digo:

-¿Te ayudo?

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Bueno, yo estoy gritando.
¡Espero que les haya gustado mucho el capítulo!
Hoy se supo un poquito más sobre algunas cosas que pasaron con Sebastián, ¡pero aún hay tanto por sacar a la luz!
En el próximo capítulo tal vez se sepa todo.
Creo que este fue uno de los más largos que escribí hasta ahora, espero que realmente lo hayan disfrutado.
Les mando un abrazo enorme, y nos vemos en el próximo capítulo.
♡♡♡♡♡
Pd: La canción de Paulo Londra se utilizó en este capítulo gracias a la idea de una lectora, espero que te haya gustado♡♡

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