23:55

La casa de Erica es un completo caos.
Bueno, como siempre que nos juntamos para salir.

Por un lado Gabi y Anne se la pasan cantando todas las canciones que pasan en la televisión

-YA ME CONTAROOOOOON QUE ESTAS HABLANDO MAL DE MI
-Y QUE TE BURLAAAAS

Por otro lado, en el sillón se encuentra un montaña de ropa de la dueña de la casa y de Abigail...aunque ahora que observo mejor puedo ver que varias prendas mías también hay ahí.

La única que esta presentable en el departamento es Anne, quien, mientras canta, se termina de colocar bien su maquillaje en el baño. Gabo, por otro lado, sigue bailando en  calzoncillos mientras se pone una camisa cuadrillé

Me miro en el espejo de la sala y me acomodo la ropa. Era el tercer conjunto que me provaba en la noche, y tal como dice el dicho, la tercera es la vencida.
Llevo puesto un top rojo con mangas largas, ya que, apesar de ser diciembre, hacia algo de  frío afuera, y una pollera tuvo negra que me prestó Anne.

-Alguna tiene esmalte negro? Porque el azul que tengo ahora no me gusta mucho- le digo a las chicas cuando se acercan para verse al espejo.

-Yo tengo, ahora te traigo-dice Abby yendo a buscar su bolso.

-Gabooo, nosotras ya estamos listas, nos faltan unos ultimos detalles y ya estamos, arreglate vos porque baja Matt y nos vamos- le avisa Erica a nuestro amigo, quien aparece en seguida a nuestro lado.

-yo ya estoy- dice tranquilo.

-Anne, haceme unos bucles por favor-pide Erica al ver que no le gusta como le queda la colita de pelo

-chicas, estaba pensando en cómo cambió nuestra vida en todos estos años- dice Abby

- es verdad...- digo mientras me arqueo las pestañas.

- osea, repasemos, Ailen se volvió a reencontrar con Sebastián después de tantos años, ahora es profesora.- se gira para mirar a Anne, quien le está haciendo los bucles a Erica mientras escucha atentamente- Yianela trabaja en una empresa...

-Trabajaba- dice ella desconectando la buclera.

-¿Que?-preguntamos todos sorprendidos

-si, les juro por Dios que ya no soportaba a mi jefe, me tenía a todas horas detrás de el, aún cuando estaba fuera del trabajo- explica- así que voy a tener que ir entregando mi currículum para conseguir empleo

-Uh...bueno...quitando eso- ríe abby- se reencontró con Nick, tuvo toda una triste historia de amor con Ian, y ahora está desempleada

-Hermosa mi vida, la verdad-dice sarcásticamente Anne

- por otro lado-prosigue- Erica se reencontró con el chico que gustaba de ella hace años, solo que ahora se invirtieron los papeles, y quien suspira por Matt es ella, tiene un bonito hijo, aunque medio rompe pelotas, y un agradable ex marido-

Eri asiente con la cabeza mientras dice "muy bien, la verdad"

-Y bueno, ni hablar de lo que me pasó a mí...- dice incomoda nuestra amiga

-Pero a ver, a pesar de todo estas bien, Abby- trata de alentarla Anne- seguís con tu carrera y además te estás viendo con alguien...que por alguna razón pienso que es tu abogado

-Ya se van a enterar- contesta guiñandole un ojo

-Pero bueno, todas contaron sus vidas y la mía no, increíble- se queja Gabo mientras se acomoda su camisa

-Es que tu historia es la más bonitaaaa y la dejamos al final por eso- se excusa Abigail

-Si, claro- dice nuestro amigo poniendo los ojos en blanco.

*****************
3 am

-Estas cansada, amor?-me pregunta Sebas mientras me acaricia una pierna con la mano que tiene libre, ya que con la otra me sujeta sobre sus piernas.

-si, me duelen los pies, creo que ya podríamos ir yendo a casa- le digo sin despegar mi cara de su cuello

Hace rato que habíamos llegado al boliche, estuvimos bailando un rato largo, Sebas llegó un rato más tarde, por lo que pude mostrarle mi destreza en el baile.

Sos re para dura, Ailen

Para serles sincera, nunca me gustó bailar con chicos, ya que no me sentía cómoda. De alguna manera la sensación  de que hacía todo mal me atormentaba y no me dejaba bailar tranquila.
Pero con Sebastián es distinto, el me hace sentir cómoda, segura de misma, sé que no se burlaría de mi, es más, me hace sentir la mejor bailarina del mundo, a pesar de que probablemente no sea así.

Inevitablemente recuerdo su cara cuando unas horas atrás bailé para el.

Flashback

El pasa a verla a las 6
Como acordaron ayer
Se desespera porque
El miedo ronda otra vez

-NANANANA CHICAS YA, DE PIE- grita Anne levantándose del sillón.

Como nuestros chicos fueron a buscar las bebidas empezamos a bailar entre nosotras, Anne con Erica y yo con Abby

-FUE LO MEJOR DEL AMOOOOOOORRRRR- cantamos todas

Bailamos felices, disfrutando de la canción.

Rodrigo siempre me pudo, no puedo quedarme quieta cuando canta.

Amando bien al destino,
Que unió sus dos caminos
Y despues de lo prohibido, cada uno
A su hogar

Abby me hace dar una vueltita y yo hago lo mismo con ella.

-Ahi estan- me susurra señalando a mi espaldas.
Doy vuelta y me encuentro a Sebastián, quien sonrie al verme.
En seguida me separo de Abigail, quien se va con su invitado y avanzo hacia el sin dejar de bailar.

-Vení conmigo, amor- le digo y en seguida se pega a mi.

-nunca me dejes mi amor- canta el en mi oído.

Le dice suave al oído
¿Cómo dejarte si te llevo conmigo?

-nunca he podido arrancar tu corazón de mi corazón-le sigo mientras acaricio su mejilla.

Nos seguimos moviendo al compas de la canción, como si hubiéramos practicado esto por mucho tiempo.
Sebastian me hace girar y yo río, trato de hacer lo mismo con el, aunque me cuesta porque el es más alto y apenas puedo pasar mi brazo sobre el.
Cuando termina la cancion,  me sonríe y pega sus labios contra los míos

Entonces una voz aguda empieza a cantar, reconozco la canción al instante

- ¿De que te reís?- pregunta Sebastián confundido.

Ay, ay, ay

Yo no sé si tu me quieres
Pero a mi me va y me viene
Porque yo
Te quiero para mi solita

-me gusta esta canción- le susurro rozando nuestros labios- No quiero sonar intensa, pero dime si me piensas- canto- porque yo- le doy un beso en la barbilla-te quiero para mi solita.

Y antes de que pueda decir algo, me doy vuelta, quedando de espaldas a él,  agarro sus manos y las apoyo sobre mi vientre.

Dale suave que me duele
Cada vez que en la boca me muerde
Dame besos de más
Bésame  como si el mundo se fuera acabar

Mis caderas se mueven al compas de la canción, las manos de el me acercan más

Dame duro que me gusta
Dale sin miedo que a mí no me asusta
Dale duro y suave, que nadie sabe
Lo que entre tú y yo va a pasar

Adams empieza a repartir besos sobre mi cuello mientras nos seguimos moviendo

-me vas a matar- susurra sobre mi oído.
Sonriendo vuelvo a quedar fente a el y me lanzo a su boca. Sebastián me apreta contra el, y me hace sentir cuanto le gusta lo que hago, lo que me suspirar.
Mis manos se aferran a su cabello y nuestro beso se hace más profundo, delinea mi labio inferior con su lengua, pidiendo permiso, a lo que yo accedo de inmediato.

Dame besitos de más
Como si el mundo se fuera a acabar

-Por favor, decime que podemos irnos ahora- susurra el separándose un poco de mi, agitado.

-llevamos una hora recién, amor, un rato más- le pido- mañana no trabajamos así que no te preocupes si dormimos tarde- le digo guiñando un ojo.

- me volas la cabeza, lo sabías?- pregunta  el apoyando su frente contra la mía, dándome un beso en la punta de la nariz.

- si, vos a mí también- le digo sonriendo

Espera a que lleguemos a casa Sebastián, porque ahí se te va a volar otra cosa

Fin del flashback

-Vamos a casa...pero primero tengo que ir al baño, espérame- le digo despegandome de el.

- dale

Mientras camino hacia el baño, distingo a Abigail sentada en uno de los asientos de la barra, al lado del que parece ser Emiliano, quien descansa su cabeza sobre su mano izquierda y escucha atentamente con una sonrisa lo que mi amiga le cuenta.
Como si sintiera mi mirada sobre el, el abogado me mira, así que aprovecho para hacerle una seña con mis dedos para avisarle que lo estoy observando, a lo que el responde con un guiño.

Si, me gusta.

Una vez que llego al baño agradezco a todos los santos que esté vacio, lo cual es toda una sorpresa ya que por lo general suele estar llenisimo.

Una vez que estoy lista, salgo para buscar a mi chico. Lo veo a lo lejos, y levanto mi mano para que sepa donde estoy. En cuando me encuentra se empieza a acercar

-hola hermosa- dice una voz masculina detrás de mí.

Frunciendo el ceño doy media vuelta para encarar al dueño de la voz.

-¿Disculpa?- pregunto mirándolo.
Es un chico de unos 27, morocho de pelo corto, claramente en pedo.

De fondo se escucha "Baila Morena" y todos gritan contentos.

-Pero mirate, sos una belleza- sigue repasandome con la mirada- ¿que haces acá tan solita?

-no estoy sola, estoy con mi novio- le digo irritada. Cuando estoy por darme vuelta para irme, siento como su mano se aferra a mi muñeca

-Si yo fuera tú novio no te dejaría ni por un momento- dice acercándome a él. El olor a alcohol llega a mi nariz, lo que hace que me ponga peor.

-Bueno, no lo sos, ¿Qué haces?

La vos de Sebastián nos sorprende.
Suspiro aliviada. Intento ir hacia el, pero el pibe no me suelta.

-¿Qué pasa? ¿Llegó tu papá?- pregunta el chico irónicamente

-Soltala- dice Sebastián acercándose a él.

- ¿No cree que está un poco grande como para venir acá, señor? Deje a su hija que está bien conmigo.

Miro a sebastian, este tiene la mandíbula tensa y mira al pibe con odio. Trato de soltarme pero el chico me aprieta más fuerte...y Adams se da cuenta.

- si no querés que te rompa la cara mejor soltala- dice Sebastián.

Vuelvo a mirar al chico y este está con los ojos como platos, en seguida me suelta como con asco.

-¿Este es tu novio?- me pregunta- ¿Este viejo?  Debe tener plata porque sino...- no puede terminar de hablar porque Sebastián lo estampa  contra la pared.

-Amor, dejalo, está en pedo, es un tarado- trato de calmarlo aunque es imposible.

-escucha a tu nenita que se te puede romper la muñeca, anciano- dice el chico riendo

Dios, déjalo que le rompa la cara

Efectivamente eso es lo que hace Sebastián cuando le da una piña en la mejilla.

- ya está amor, vamos, soltalo- le digo asustada al ver que no tiene intenciones de parar- déjalo Sebas, dale- pongo mi mano sobre su hombro para relajarlo. Esto parece funcionar ya que suelta al borracho, quien cae al piso.

- Vamos- dice Adams apoyando su mano en mi espalda baja, llevándome hacia la entrada. Mientras avanzamos trato de ubicar a las chicas para despedirme, pero no encuentro a ninguna, por lo que decido mandarles un mensaje más tarde.

Cuando salimos del local el viento frío golpea fuerte.
Sin decir una palabra, Adams se saca su campera y la pone sobre mis hombros.

-Vamos- dice y, agarrándome de la mano, me lleva hasta donde está el auto.

Dentro del coche nadie dice nada, lo único que se escucha es la voz del locutor de la radio, la cual encendí hace unos minutos para aligerar el ambiente.

-Sebas...

-Estas bien?- pregunta girando hacia a mi una vez que paramos por el semáforo

-Si, estoy bien- le respondo con una sonrisa- ¿Vos?

El suspira y vuelve a mirar al frente. Su ceño fruncido y su fuerte agarre al volante me indican que algo no anda bien.
Vuelve a conducir cuando la luz se pone en verde.

-Sebas, el tipo estaba borracho, solo dijo tonterías, no le des muchas vueltas a eso-  le digo para calmarlo .

-Es que Ailen, yo...en parte tiene razón, parezco más tu padre que otra cosa- dice el apagando la radio.

-Sebastian, yo tengo 26, vos tenés 37, nos llevamos solo 11 años...Mis tíos se llevan 15 y mis abuelos estuvieron enojados con ellos solo por algunos meses...

Sebastian me mira enmarcando una ceja.

-ESTA BIEN! No es el mejor ejemplo! Pero a ver...-

La embarras peor....

- El punto es...

-El punto es- me interrumpe- que el pibe en parte tiene razón, ni vos ni yo lo podemos negar

- Pero Sebastián! Tampoco es para tanto, si me decís que tenés 40, BUENO, ESTÁ BIEN, pero tenes 37, no se nota la diferencia de edad- trato de convencerlo.

-Tal vez ahora no, pero ¿qué va a pasar cuando yo tenga 80, esté con un bastón y me tengas que gritar para que te pueda escuchar? Vos vas a ser más joven que yo y vas a tener que cargar conmigo-

- Bueno, eso de la sordera ya está empezando...- bromeo, pero el no ríe-Bueno A VER, ¿y vos qué sabes?  ¿Mira si mañana me atropella un tren y me muero? ¿Entonces vamos a dejar de disfrutar por pensar en el futuro? No sabemos que nos puede pasar mañana, por eso hay que disfrutar el momento-

Sebastián suspira y no dice nada más.
Apoyo mi mano sobre la suya, la cual se encuentra sobre la palanca de cambio, y la aprieto suavemente.

******

Todo está silencio cuando Sebastián estaciona el auto frente a mi departamento.

- Dormí en mi casa hoy- propongo girándome en el asiento para mirarlo-
ya es tarde, mañana por la mañana podemos comprar algunas facturas y...

- Creo que...Es mejor que vaya a casa- dice el pasándose una mano por el pelo.

Se está cerrando, hace algo

- Hey- lo llamo- Sebas...Amor, mirame-  levanto con mi mano su mentón para que me vea- ¿Te acordas que una vez me dijiste que no le diera tantas vueltas a las cosas? ¿Que no pensara tanto? Bueno, por favor, vos tampoco lo hagas, lo que tenemos no está mal...- el intenta decir algo pero lo feno- Ya no soy la nena de 16 que se enamoró de su profesor, soy una mina grande que realmente apuesta por esto que tenemos, que realmente confía en vos...No me interesa tu edad, de verdad que para mi es lo de menos.

Con mi mano derecha acaricio su mejilla, la cual está fría por el clima.

- No dejemos que los comentarios de otros nos separen de vuelta, por favor- le pido y me acerco a él para darle un beso.- ¿Está bien?- pregunto una vez que me separo. El solo asiente  y me da un beso en la frente.

- Mañana hablamos- susurra y sonríe- Prendete la estufa que hace frío.

-No tendría que hacerlo si tuviera un cuerpo al lado mío que me diera calor...u otra cosa- digo tratando de calmarlo.

El ríe y se separa de mi.

- Entra al edificio, dale, ya es tarde

- me encanta cuando me da ordenes, señor Adams- le digo sonriendo- más aún cuando es en la cama

-AILEN POR FAVOR- ríe.

-Esta bien, ya me voy...¿De verdad no vas a venir conmigo?- pregunto haciendo un puchero.

- De verdad- dice y se inclina para darme un beso- dale, entra al edificio

-Está bien- digo saliendo del coche.

Una vez que abro la puerta del departamento me doy vuelta para saludarlo, el me guiña un ojo y arranca el auto, desapareciendo enseguida del lugar.