Llegue a casa, deje mis cosas en mi habitación, las llaves del auto y grite que saldría un momento. Mamá me grito que llegara para la hora de la comida y yo simplemente dije que si en un susurro. Salí de la casa y comencé a caminar sin rumbo, sin embargo mi rumbo paro a dos cuadras de donde vivía jennie.

Tenía ganas de llegar a su casa y volverla a abrazar como lo había hecho hacía unas horas. Pero no podía, no quería que aquello pasara, no quería terminar más lastimada de lo que ya estaba. Sentí como mi trasero comenzaba a vibrar, era mi teléfono con un mensaje de Bambam. Tenía que volver porque mis padres tenían que salir de emergencia a ver a mi abuelita a Puerto Rico, pensé lo peor, mi abuelita ya era una mujer de edad avanzada y que tenía problemas de salud. Corrí sin mirar por donde iba y cuando menos lo pensé, me encontraba en la acera, tirada con un dolor en mi trasero.

— Oh, lo siento, muchacha — escuche la voz de un hombre — ¿Lisa? — eleve mi cabeza y mi sorpresa fue ver al padre de jennie. El hombre me extendió su mano y yo, la tome para apoyarme y levantarme.

— Señor Kim — Alejandro sonrió y caminamos hasta un pequeño árbol para protegernos de los rayos del sol

— Que gusto de volverte a ver — yo sonreí —mira que le he dicho a jennie que te lleve a la casa para que veas mi última creación pero ella no te lleva — el suspiro — tu hermano no es tan “bien dotado” como tu.

Eleve mis cejas y lo mire confundida — sé que me princesa está saliendo con tu hermano. Sin embargo cuando te llevo a la casa, hace unas semanas, pensé que serías tú a la que vería con más frecuencia por allí. Jennie solo hablaba de ti, lo sigue haciendo…

— Yo… he estado ocupada con cosas de la escuela y un par de proyectos, pero le he dicho a jennie que tratare de verla más y ya poder venir a su casa — El señor sonrió — señor, me gustaría hablar más, pero tengo que partir a mi casa — el asintió — fue un gusto encontrármelo, es siempre un placer hablar con usted.

Alejandro Kim me abrazo y susurro en mi oído — no me lo tomes a mal, pero sigo pensando que eres el mejor partido para mi niña — yo me sonroje y el me guiño un ojo.

El señor Kim siguió su camino y yo el mío. Las palabras del padre de jennie seguían en mi mente, las quería sacar pero no podía, aquello me dio una leve luz en mi obscuridad. Cuando llegue a mi casa, mis padres ya tenían sus maletas en la puerta. Me dijeron que solo quería ver a mi abuelita puesto que la enfermera que la atiende, les dijo que quería verlos. Yo asentí y nos dijeron, a mí y a Bambam, que no nos preocupáramos y que si hacíamos alguna fiesta, la hiciéramos con moderación.

— Cuida que no queme la casa tu hermano, amor — me susurro mi papá y mamá lo apoyo en aquel comentario.

Ambos caminaron hasta el taxi que los llevaría al aeropuerto. Bambam beso mi mejilla y dijo que iría con minho y yo sabía que eso significaba algo: fiesta en la casa. Me fui a mi recamara y puse música a todo volumen. Se dice que cuando las palabras faltan, siempre está la música. Dos horas después, me desperté. Me había quedado dormida. Escuche ruido en la primera planta de la casa y me puse mis lentes. Cuando baje vi a Jackson, minho, suzy, Hyerim y Ally en la casa. Bambam   puso sus brazos alrededor mío y me dijo.

— ¡Fiesta está noche! — yo rodé los ojos —lisa, Ally tiene algo para ti — lo miré confundida y Ally me tomo de la mano y me llevo a mi recamara.

— ¿Qué está pasando, Ally? — ella sonrió

— Tu cambio de look esta en mis manos — abrí mis ojos enormemente. ¿Cambio de look? ¿Qué que carajos estaba hablando Ally?

Vi que Ally se dirigía a mi closet, miraba mi ropa, elegía que sí y que no. Que me quedaba bien y que tenía que tirar. Estuvo a punto de llevarme al centro comercial para comprar ropa, pero me opuse. Le dije que me mantendría fiel a mi estilo, no quería uno nuevo. Ally apoyo mi decisión. Comenzó con alaciarme el cabello y prosiguió con la ropa. Un pantalón pegado color azul marino, una blusa blanca con una insignia al frente, un blazer y unas ballerinas complementaron el conjunto. Ally quitó mis lentes e hizo que me pusiera unos de contacto.

— Hermosos ojos y haré algo que los haga ver incluso más hermosos — fue lo único que dijo.

Agarro mi cabello en una coleta para que no se ensuciara con el maquillaje que procedía a ponerme. Un poco de base natural adornaba mi cara por completo, después tomo un delineador y trazó una línea alrededor de mis ojos. No pudo faltar la sombra en los ojos.

Dos horas después, todo estaba listo y yo no podía creer lo que veía en el espejo. Todo en mí estaba tan diferente que no me podía conocer a mí misma. Miré el reloj y eran apenas las 6 de la tarde, agarre mi celular y le mande un mensaje a jisoo y somi, quería que mis dos amigas estuvieran en esta fiesta.

Le di las gracias a Ally y la abracé, ella me dijo que no bajara hasta que la fiesta estuviera repleta de chicos y chicas de nuestra escuela. Ally salió de mi recamara y tuve el tiempo para verme por completo en el espejo. Toque mi cara y sentía el maquillaje, no era uno brusco, hasta eso Ally parecía una maestra de belleza. El maquillaje era lo más natural posible, después mire mi ropa y seguía siendo mi estilo, pero así mismo estaba completamente diferente.

Pasada hora y media escuche como tocaban mi puerta. Pregunte quien era y escuche la voz de somk y después la de jisoo, las deje pasar y vi que, literalmente, la boca de ambas se cayó al verme. Después de su shock me abrazaron y no paraban de decirme cuan hermosa me miraba. Yo sonreía como tonta, por alguna extraña razón me sentía confiada y cómoda conmigo misma. Ambas sacaron sus teléfonos y comenzamos a sacarnos fotos juntas. En otra ocasión no me hubiera negado rotundamente, sin embargo esta noche no.

Volvieron a tocar la puerta de mi recamara y esta vez fue Bambam. Cuando me vio sonrió como imbécil y beso sonoramente mi mejilla. Los cuatro bajamos hasta el patio de mi casa y cuando todos me vieron bajar, dejaron de hacer lo que estaban haciendo, todas las miradas estaban en mí y me sentía algo incomoda. Escuche silbidos, murmullos pero sobre todo buenas críticas sobre mí.

— Esta fiesta es por mi hermana. Por fin salió de su caparazón y logro ser una de nosotros — Grito Bambam. Yo rodé mis ojos pero no porque estaba enfadada sino para disimular la atención que tenía sobre mí.

Camine hasta la barra para tomar una bebida. El chico que estaba dando los tragos me dijo que todo tenía alcohol. Sonreí y le dije que me diera un tequila con refresco. Ya era hora de que dejara a la vieja Lisa y comenzar esta nueva. Esta donde no tendría miedo, en donde dejaría atrás todo lo que siento y poder dejarme llevar por mi instinto.

Las horas pasaban y así también los tragos de alcohol. Seguía bailando con todos los chicos en la “pista de baile”, me sentía tan fuera de mí y me gustaba por primera vez me sentía viva, me sentía yo misma. Somi y jisoo se acercaban a mí y las tres bailábamos juntas a nosotras se nos unió minho y Jackson. Deje que mis dos amigas bailaran con los dos hermanos.

En todo el rato que estuve allí no vi a jennie o a Bambam, supuse que era porque estaban ellos solos disfrutando y aunque me dolía imaginar eso, no podía hacer nada más. Esta vez tome un poco de agua de la cocina y escuche como Bambam hacía acto de presencia. Su cara estaba roja y su mirada estaba algo perdida. Seguía pasando sus manos por su cabello, supuse que no me había visto. Aclare mi garganta y él se sobresaltó.

— Dios, Lis — dijo con su mano derecho en su pecho. Le sonreí y él hizo lo mismo—Te vez muy hermosa, hermana. En verdad lo haces

— Gracias, Bam — él asintió — ¿estás bien? — el arrugo su nariz y suspiro.

— Tuve un problema con jennie. Desde hace unos días está algo rara, no sé qué tiene. La quise sacar a bailar y se puso como loca— sentía la desesperación de Bambam. Yo me preocupe, querer olvidarme de los sentimientos hacía jennie era una cosa, pero otra era olvidarme de ella como persona, como mi amiga.

— ¿Quieres que hable con ella? — pregunté

— ¿En verdad? — yo asentí — Eres la mejor —dicho esto volvió a besar mi mejilla.

Bambam me dijo que jennie estaba en el jardín de la casa. Hice mi camino hacía donde estaba ella y mi corazón comenzó a latir rápidamente cuando la vi allí sentada, tan indefensa. Apresure mi caminado y me senté junto a ella. No dijimos nada, simplemente estuvimos allí por unos minutos contemplando la puesta de sol que estaba apareciendo en aquellos momentos.

Después de unos minutos de suspirar y escuchar nuestra respiración, jennie me miro y mi corazón se detuvo. Su mirada chocolatosa estaba entre la mía, seguía sin poder creer cuan hermosa era esta chica. Sus mejillas, sus labios, su estructura ósea, todo en ella, eran perfectas.

— ¿Estas bien? — pregunte después de aquellos minutos en silencio. Ella simplemente asintió — ¿Así vas a estar de callada?

Ella suspiro — Estas muy linda esta noche. Me encanta lo que Ally hizo contigo — Yo me sonroje — Tus ojos se ven increíblemente hermosos esta noche. Tiene un brillo especial.

— Si hablamos de hermosura, tú le ganas a la misma luna que esta esta noche bajo nosotras — logre mi objetivo. Logre sonrojarla.

— Wow, ¿Quién eres tú? — la mire confundida— hay mucha confianza en ti, estás más relajada. Me gusta esta nueva Lisa.

— A mí me gustas tú — cuando hice recapitulación de mis palabras me di cuenta de lo que había hecho.

Pude ver a jennie. Me maldije a mí misma, estúpido alcohol. Quería correr, alejarme de ella, pero no podía. Sentía que me había pegado en el suelo con algún pegamento extra fuerte. Un calor comenzó a inundar mi interior, sentía mis mejillas arder. Estúpida, estúpida, estúpida, era el insulto que más me quedaba en aquellos momentos.

— lisa…

— Lo siento… yo me tengo que ir — No pude hacer nada. Me quise levantar sin embargo jennie me tomo del brazo y se levantó. Quedamos frente a frente, podía sentir la respiración de Jennie en mis labios, yo lo único que podía hacer era mirar sus labios. Sentía tantas ganas de besarla, se saciar mis ganas. Una adrenalina se apodero de mí y sin pensarlo dos veces la bese. Lo hice porque quería, porque lo necesitaba, en esos momentos  no importaba si jennie me rechazaba, si salía corriendo. Y tal vez era egoísta pero lo único que quería era poder librarme de este sentimiento de una vez por todas.

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