Acto I
PB era una de las mejores cazadoras de Ooo. Gracias a su gran inventiva, había logrado concretar una serie de armas y trampas para acabar con toda clase de monstruos y demonios. Después de levantar la ciudad de Candytown, y crear a la gente dulce, se dio cuenta que ellos podían continuar su vida tranquilamente, incluso podían evolucionar tarde o temprano. Sin embargo, en el resto de Ooo reinaba el terror, debido a la gran cantidad de monstruos o demonios que acechaban.
Se dio cuenta que su talento debía utilizarlo para algo mejor, aprovechar su ventaja de ser inmune a los vampiros, ellos no podían usar sus poderes en ella ni tampoco podían beber su sangre debido a su genética. Pero cuando decidió salir a cazarlos, alguien se le había adelantado, ya no quedaba rastro de ellos. A pesar de esto, no estuvo fuera de peligro, luchó contra incontables monstruos y demonios, fue tal la cantidad que aniquiló, que fue reconocida en todo Ooo por esto.
Después de casi un milenio de caza interminable, se convirtió en reina de Ooo, debido a toda la gente que estaba agradecida con ella, la eligieron de forma casi unánime. Con su nuevo poder, se dedicó a conseguir recursos y gente dispuesta a luchar, para acabar con el mismísimo reino de los demonios, mejor conocido como la Nocheósfera. Primero reclutó a los héroes Finn y Jake, quienes por su cuenta habían vivido incontables aventuras matando monstruos también.
También reclutó a otras princesas, con las cuales formó una alianza para que diferentes guerreros de distinta procedencia fueran enviados a donde se les necesitara. Con un equipo de personas capaces, se podría dar fin de una vez por todas al terror de Ooo. Junto a Finn y Jake, se embarcó en la búsqueda de "El Lich", un monstruo milenario que sólo quería destrucción y caos, algo que Bonnibel no iba a permitir.
En un tremendo esfuerzo de parte de todos, además de la densa investigación de Bonnibel, lograron sellar al Lich y enviarlo al espacio, muy lejos de Ooo. Tras esa victoria, PB se permitió relajarse por una noche al menos, una tan alocada que sus recuerdos no estaban muy claros aún después de tantos años, lo que más recordaba era que Jake llevó a todo el grupo a un concierto de rock, después todo se volvió difuso, ya que bebió y comió cosas que nunca en su vida había consumido, que la hicieron alocarse bastante.
También recordaba vagamente despertar al día siguiente desnuda al lado de una chica, que al parecer era parte de la banda de rock. Siempre le daba vergüenza recordar ese episodio, ya que a pesar de que claramente lo había pasado bien, no recordaba casi nada. Esa fue la única noche alocada que tuvo. Volvió a pasar otras noches sin la influencia del alcohol u otras cosas con la misma chica, que después conoció su nombre: Marceline, quien era la vocalista de una de las bandas de rock que vio en vivo.
Y aunque le encantaba, luego de esa semana festiva, no volvió a verla, por lo que dio por terminado su descanso. Siguió persiguiendo demonios y cazando monstruos por su cuenta, pero de forma más calmada, dedicándose a investigar sobre el origen de éstos. Más de alguna vez atrapó a alguno para tenerlo como sujeto de pruebas.
Gracias a eso, PB tenía fama de ser una torturadora entre los demonios. A ella no podía importarle menos, ya que los consideraba menos que escoria. Su meta final era destruir el nido o lugar de origen de los demonios, lugar que después de tantos años de investigación por fin tenía nombre: "Nocheósfera". No sólo eso, recientemente había llegado al poder una nueva reina, que al parecer era muy querida por los demonios en general.
PB decidió que, como reina de Ooo, debía desafiar a la reina de la Nocheósfera, para terminar con los demonios de una vez por todas. Esas alimañas lo único que causaban era caos y destrucción, no permitían que la prosperidad alcanzara a Ooo. Así que decidió llamar a Jake y contarle su plan, para que el rumor se esparciera por todo Ooo y llegase a oídos de la reina de los demonios.
Cuando Marceline se enteró que la tal PB, "reina de Ooo", quería desafiarla, se echó a reír a carcajadas. A pesar de que había asumido el control de la Nocheósfera porque su padre simplemente renunció y se largó, había sido divertido ver cómo le temían los demonios, cómo la veneraban e incluso, ordenar un poco el caos del lugar. Las cosas marchaban mucho mejor desde que estaba al mando, ya que su padre estaba demasiado harto como para hacer algo.
Los únicos problemas que tenía era por aquellos demonios que se escapan de la Nocheósfera para "divertirse" y terminaban muertos o regresaban aterrorizados. Sin embargo, esa era una pequeña cantidad en relación a la enorme población demoníaca. Si Marceline no había conquistado antes Ooo con sus demonios, era simplemente porque no quería. Pero ahora que esa presumida cazadora le estaba desafiando, tal vez lo haría, probablemente sería divertido comandar hordas de demonios y arrasar todo a su paso.
Aunque los demonios eran difíciles de controlar, había una cosa que sí respetaban: la fuerza. Marceline había demostrado su poder y fuerza una y otra vez. De todos los rangos y clases, los había vencido a todos, incluso había matado a algunos. Fue así como logró convencer a los demonios de que necesitaban ser más civilizados, para tener una mejor calidad de vida. Al principio nadie le creía, otros se burlaban, otros se mostraban escépticos.
Pero poco a poco fue cumpliendo su palabra, el caos estaba controlado, la Nocheósfera comenzó a prosperar. Sólo faltaba una cosa: que los demonios controlaran sus deseos irrefrenables por devorar almas, era por esa razón que se escapaban de su hogar. Marceline había controlado el flujo de almas, reduciéndolas de tal manera que debían obtenerlas sólo de los cementerios, medida que causó el descontento de muchos demonios, pero al ser la reina, su palabra era ley.
Fue la decisión más difícil de implementar, debido a que Marceline era compasiva con el resto de los mortales y no creía justo que los demonios los atormentaran. Pensó que muchos se iban a rebelar contra ella, pero, gracias a su gran demostración de fuerza, nadie se atrevía. Por eso muchos escapaban, debido a que no tenían autocontrol. Marceline era consciente de esto, a ella también le costaba mantener el control cuando era pequeña, por lo que decidió entrenar a los demonios para que se mantuvieran controlados.
Sin embargo, ella sabía que, si no fuera la reina, los demonios harían todo lo que no habían podido hacer, sobre todo salir a devorar almas por todo Ooo. Es por esto que estaba sopesando la idea de armar un ejército para invadir todo Ooo. No era una mala idea, pero tampoco era la mejor. Ejecutarla podía significar una catástrofe sin precedentes, pero a la vez, no podía ignorar a esa cazadora ingenua.
No quedaba otra alternativa, sonrió ante la idea. Definitivamente iría a visitar a esa reina de Ooo engreída. Tal vez, sería más divertido de lo que esperaba. No necesitaba hacer mucho para encontrarla, simplemente fue a los calabozos, donde encontró al último demonio castigado por escaparse, que había sido torturado por PB. Su base de operaciones era la casa en el árbol, que daba la casualidad que hacía mucho tiempo atrás, también fue su hogar. Aquello iba a ser pan comido.
PB, mientras tanto, preparaba toda clase de trampas y sensores en la casa del árbol, aunque no estaba segura de si funcionaría contra la reina de los demonios. Además, cabía la posibilidad de que no cayera en la provocación, como también, que evitara sus trampas y sensores por ser más hábil que los demonios que ella había capturado, que en su mayoría eran débiles. Todos los demonios decían lo mismo, que la reina era la más fuerte de todos.
Sin duda alguna, su plan podría salir bien o podría salir terriblemente mal. Por eso, tenía un plan de respaldo en caso de que muriera, en la sala principal tenía un par de cámaras grabando junto con unos micrófonos, todo para dejar registro del enfrentamiento que tendría con ella, para que ese conocimiento quedara para los guerreros y héroes que se enfrentaran a la reina en la posteridad.
PB estaba preparándose para lo peor, porque había aprendido que al cazar monstruos era mejor pensar en las peores situaciones imaginables, era la única manera de ganar. Gracias a eso había logrado crear armaduras que redujeran el impacto de los golpes en su cuerpo, cañones pequeños pero potentes que se podían usar de brazaletes. Todo esto en base a pruebas y errores. Su última armadura era simplemente su bata de laboratorio, que transformaba las fibras de algodón con cierto químico en un material altamente resistente y, además, acolchado.
No era lo más cómodo, pero era lo mejor a la hora de resistir golpes. Además, sus brazaletes se adaptaban en tamaño, para quedar fuera de la armadura y continuar funcionando. Los había optimizado de tal manera que el auto apuntado sea más rápido que sus propios reflejos. Mirando hacia atrás, había probado tal cantidad de prototipos que se sentía orgullosa de lo que había logrado.
Ella no creía en la magia, a pesar de que Mentita, quien fuese su asistente por muchos años, practicaba la magia negra. PB lo dejó libre cuando supo que prefería usar a los demonios que matarlos, pero le hizo prometerle que jamás se interpondría en su camino. Aunque a veces lo extrañaba, estaba segura que él era más feliz así, estudiando libremente la magia negra o lo que sea.
Todo estaba listo, pero su instinto le gritaba que nada funcionaría. ¿Por qué? Después de todo ese tiempo cazando demonios, estaba comenzando a dudar. Apoyó las manos sobre la mesa donde había estado ajustando sus brazaletes. Éstos eran plateados y destacaban mucho sobre la blanca tela de su bata cuando se los colocaba. Tal vez desafiar a la reina no había sido la mejor de las ideas. Si su teoría era correcta, ella mordería el anzuelo e iría a encargarse de PB con sus propias manos, para demostrar su fuerza inquebrantable a sus subordinados.
¿Pero si no era así? Si aparecía con un ejército de demonios, no sería tan simple lidiar con ellos. Por supuesto que tenía formas de contactar a sus aliados, de lo que no estaba segura era si resistiría hasta que llegaran, no sabía si la reina podía hacer más fuertes a sus subordinados de alguna manera, no tenía conocimiento de sus habilidades porque no funcionó en ese aspecto torturar a los demonios.
Sin embargo, no tuvo que esperar demasiado para que sus dudas fueran disipadas, ya que sus sensores detectaron movimiento.
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