2. es más idiota de lo que piensan
Mis amigos conocieron a Jungkook, y estoy seguro de que están pensando que no es tan malo como dije que lo era. Seguramente creen que exagero, que por andar siempre de malhumorado no puedo ver el lado encantador de las personas. Pero yo conozco la verdad. Jeon Jungkook es más idiota de lo que piensan, sí. Es mucho peor de lo que parece. Porque a simple vista no es más que un chico egocéntrico obsesionado con su imagen, alguien que adora la atención y los cumplidos. ¡Pero a ese jodido playboy le gusta hacerme la vida imposible!
Todo empezó mal desde el primer momento. Desde que nos conocimos está intentando obtener una reacción de mi parte, sin importar cuán pequeña sea. Cualquier pequeño gesto que yo haga le serviría para sentirse orgulloso, pero todavía no conseguía nada de mí. Absolutamente nada. Estoy seguro de que eso lo irritaba, ya que seguramente siempre había sido muy bueno haciéndole perder la cabeza a las personas.
Y es que, como ya dije, para los demás no parece más que un playboy egocéntrico de tantos. Pero es un maldito dolor de cabeza.
Solía robar mi desayuno todas las mañanas. Esperaba a que yo estuviese distraído, y luego mi maldita comida ya no estaba. Después sólo fingía que no sabía de lo que yo hablaba. Un día tuve que ir a clases sin desayunar, porque ya no tenía tiempo, y eso me tuvo de mal humor por un buen tiempo. Ese día decidí prohibirle el acceso a mi refrigerador, y también le dije que ya no podía comer de la comida que yo compraba. Que ahora esté pasando un poco de hambre, porque es un muy mal cocinero, es algo que se merece totalmente. Y el día que lo vea robando mi comida, ¡le cortaré las manos!
— ¡¿Qué?! — chilló mi mamá escandalosamente —. ¡¿Cómo se te ocurre meter a un completo extraño a tu departamento, Park Jimin?! Dios mío, niño. ¡Un día me vas a matar! ¿Quién es él? ¿Cuántos años tiene? No fuma, ¿verdad? Maldita sea... ¿Cuál es su mayor interés?
E hizo unas mil preguntas más, pero no tenía ganas de escuchar. El día que le conté a mi mamá de Jungkook... Ella se volvió aún más loca de lo que ya era.
¿Su mayor interés? Pues yo creo que lo que más le interesa a Jungkook es follar, pero eso no puedo decírselo a mi mamá. No quiero terminar matándola hoy, como dice ella creer que haré algún día.
— No sé, mamá. No lo conozco. — le dije, mirando desde la cocina hacia el sofá, donde Jungkook besaba de una manera salvaje a un delgado chico pelinegro —. Te dije que no se quedara mucho. Es sólo un favor que le estoy haciendo a papá, es hijo de una amiga de él.
— ¡Ese maldito hombre! — gruñó ella, al mismo tiempo que el invitado de Jungkook dejaba que unos graves gemidos se le escaparan — ¡Lo mataré! ¿Cómo es posible que ponga a su propio hijo en peligro?
— No estoy en peligro, mamá. — respondí sin ganas. Sí que lo estaba. ¡Jungkook un día me iba a matar! De la misma manera en la que mi mamá decía que yo haría con ella, totalmente así. ¡Me iba a matar algún día!
Y es que lo que más odio de Jeon Jungkook es que mete chicos todas las noches a la habitación que compartimos, para follarlos sin detenerse a pensar en mí, que duermo en la cama que le sigue a la suya. ¡Ni siquiera puede respetar mi sueño un poco!
Pero la próxima vez que él hiciese algo así, tendría una respuesta de mi parte por primera vez. Porque yo ya sabía lo que tenía que hacer.
— Mamá... tengo que irme a la cama. — le dije, tomando de la mesa mi vaso de leche caliente. Pero no era para mí.
Tenía planeado vaciarlo sobre Jeon y su adorable invitado, para después echarlos de mi puto departamento, sin importar que estuviesen en ropa interior.
Y así lo hice ese día. Sin gritarles o enloquecer mucho, los arrastré hasta la salida.
Y estoy seguro de que aquel pelinegro encantador pasó una linda noche, caminado descubierto bajo la lluvia, hasta su casa.
Jeon, quién decidió tener la esperanza de que le abriría si llamaba a la puerta sin descanso, pasó la noche de rodillas en la fría entrada de mi casa.
Mientras que yo empezaba a caer en un profundo sueño, escuchando cómo la lluvia golpeaba agresivamente en mi ventana.
— ¿Qué necesitan que haga para entrar en el grupo? Puedo bailar muy bien, ¿lo sabías? — dijo el chico con el que yo hablaba. No le presté mucha atención, pues miraba a Jungkook mientras él no se daba cuenta. Mis amigos seguían con él.
El chico tenía talento, eso yo no lo podía negar. Lo sabía muy bien. Era incluso mejor que yo en muchas cosas.
Incluso tenía una mejor voz, lo que me frustraba.
Pero nunca se lo diría.
Ni tampoco que a pesar de que fuese un hijo de puta obsesionado con el sexo, que no respetaba mi puto departamento, a veces me parecía realmente lindo.
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