14. presente
La madrugada llegó, dejando el día viernes atrás y saludando al sábado. Ahora sólo faltaban unas horas para la primera presentación de Jungkook y Jimin como compañeros de una misma banda. Ambos intentaron dormir un poco, pero eran tantos los nervios que terminaron tendidos en el suelo. Justo en el centro de la habitación que compartían y acabándose una tras otra las botellas de alcohol que Jimin siempre tenía escondidas por ahí. Así que para cuando se dieron cuenta, actuaban ebrios y torpes sin parar de reír.
Acostados uno al lado del otro. Con sus hombros y piernas rozándose. Dedicándose simplemente a mirar hacia el techo como si tuviese algo de interesante y reír.
— Cuando te conocí me pareciste la persona más deprimida del universo. — balbuceó Jungkook entre tontas risas, girando su rostro hacia Jimin para mirarlo —. Me hablaste sobre esa mierda de que el amor no existía. Te veías en la miseria.
Sintiendo su intensa mirada, Jimin giró a verlo también.
— ¿Alguna vez te has sentido tan solo que has extrañado cómo se sentía el toque de otra persona? Esa clase de soledad donde sólo quieres recordar lo que era tener a alguien cerca, muy cerca de ti. Aunque sea un segundo. Un sólo maldito contacto. — le respondió Jimin en susurros, mirándolo con ojos brillantes —. Porque así me sentía el día que te conocí y así me siento todos los días.
Jungkook sonrió levemente.
Se miraron fijamente en el silencio. Un silencio que prontamente Jungkook acabó.
— Yo también me siento solo, Jimin. Y creo que todos estamos un poco solos. Creo que la soledad es inevitable. — le susurró de regreso, sin borrar su sonrisa llena de ternura —. ¿Pero sabes qué? Cuándo te abracé, hace tan sólo un momento... En ese instante sentí que ya no estaba solo. Y para mí ese instante es lo único que importa.
Jungkook le habló con dulzura y paciencia, deslizándose más cerca de Jimin para mirarlo de manera atenta a los ojos desde una distancia más corta.
— Después de abrazarte tampoco estuve solo. — Jimin pasó saliva con fuerza, perdiéndose en la mirada de Jeon.
— Creo que luego de sentir cómo es tenerte cerca... Ya no voy a poder renunciar a lo mucho que siento que necesito sentirte. Más allá no querer estar solo. La cosa es que lo que quiero es abrazarte. No sólo tener compañía. Sino que seas tú. — dijo lo más claro que pudo.
Jimin sólo rió tontamente ante eso, contagiándole la risa a Jungkook.
— No eres un idiota. — le habló Jimin, afirmándolo —. Pero estuviste meses fingiendo que lo eras. Hacías cosas para molestarme y ser tu peor versión, pero en realidad no eres un idiota.
Jungkook le sonrió con cariño, negando con la cabeza.
— Tal vez algún día te cuente todo lo que está mal conmigo. — le respondió —. Pero tienes razón... No soy tan idiota cómo te hice creerlo.
Jimin le sonrió de la misma manera en la que él le sonreía.
— Yo tampoco soy tan idiota, pero no sé si algún día pueda contarte todo lo que está mal conmigo. — le dijo Jimin.
— ¿Si prometo contarte mi historia...? — comenzó, pero un ataque de risa lo detuvo en el camino. Al final se recuperó y suspiró, hablando nuevamente: — ¿Entonces tú también me contarás la tuya...?
— Lo prometo. — aseguró Jimin.
— Lo prometo. — repitió Jungkook.
Luego rieron al mismo tiempo.
Esta vez fue Jimin quién se acercó más a Jeon, tomando la iniciativa por primera vez al extender su mano y trazar con suavidad líneas invisibles en la mejilla derecha de Jungkook con su dedo índice.
Jungkook entre cerró sus ojos, soltando un suspiro al disfrutar del contacto.
— Quiero que me hagas sentir que no estoy solo. — le susurró Jimin débilmente.
Jungkook abrió sus ojos lentamente, encontrando los de Jimin con una mirada que derramaba miel y un gran afecto. Una mirada que Jimin necesitaba, porque ansiaba todo ese afecto.
— No estás solo, mi amor. — le susurró también con cariño.
Y entonces, Jungkook atrapó la mano de Jimin en la suya antes de que la retirase, acariciando pacientemente la muñeca de este con sus dedos. De una manera tierna y cálida.
A Jimin le gustaron las caricias.
— Yo... — en un hilo de voz, le miró con gran deseo —. Dios mío.
Jungkook sonrió, inclinando su cabeza más hacia él.
En cuando sintió el calor del cuerpo de Jungkook, Jimin se abalanzó hacia él.
Jungkook fue rápido y atrapó la cintura de Jimin con fuerza entre sus brazos.
Jimin subió a su regazo y lo tomó firmemente del cuello.
— ¿Estás seguro? — le preguntó Jungkook en un susurro.
Jimin suspiró, apoyando su frente en la de Jungkook y mirándole atentamente a una nula distancia.
Acarició la nariz de Jungkook con la suya, haciéndolo reír.
Dejó una sutil caricia en la nuca de Jeon. Su boca rozó la contraria con paciencia, respiró en Jeon y dejó que sus alientos se mezclaran.
Y entonces, finalmente...
— Quiero sentirte. Te quiero cerca. — le dijo con voz frágil. Estaba sonrojado y acalorado.
Jungkook soltó un jadeo lleno de sorpresa al sentir los labios de Jimin tomar los suyos con fuerza.
Cerró sus ojos.
Un beso húmedo, lento y significativo comenzó. Los ruidos a sus alrededores quedaron muy atrás. La sensación de sus bocas juntas fue lo único que permaneció, ambos sudorosos empezando a explorar con sus manos cuidadosamente.
Se tocaron con cariño y suavidad. Se cuidaron el uno al otro de la manera más tierna.
Te quiero sentir. Te quiero sentir. Eso era todo lo aue pensaban, pues en ese momento se necesitaban tan mal.
Callaron sus gemidos en besos y por un momento ni siquiera existió la palabra soledad.
(...)
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