10. nuestra canción
— Yoongi... — Jungkook escuchó la voz de Jimin hacerse más clara mientras más se acercaba a él, cuidadosamente, intentando no ser escuchado para sorprenderlo y hacerlo enojar un poco. Pero al parecer el chico que hablaba por teléfono notó su presencia, porque se volteó en cuanto Jungkook se preparó para saltarle encima y asustarlo. Jimin, todavía sosteniendo el móvil contra su oreja, miró directamente hacia él y arqueó una ceja hacia su dirección. Jungkook dejó escapar una pequeña risa traviesa y alzó ambos brazos al aire, para señalarle que iba con completas intenciones de paz. Jimin sólo rodó los ojos de mala gana, haciéndole señas para que se esperase, y dándole la espalda una vez más para tener el resto de su llamada en privado.
Adiós, Yoongi.
Te extrañamos.
Es todo lo que quería decir, pero llamaré luego... Te quiero.
Esas fueron las únicas palabras que Jungkook entendió entre los susurros de Jimin, quién luego de finalizar su llamada se metió el móvil en los bolsillos y volteó a verlo de mala manera, cruzándose de brazos. Jungkook suspiró.
— Así que es cierto. Ese chico es tu novio. — por alguna razón, no sonó tan feliz al afirmar eso y fue una acción que hasta a él mismo le sorprendió, así que intentó sonreír relajado y soltar algún comentario inteligente para olvidarse de lo anterior.
— No es que sea tu problema, pero sí lo es. — Jimin forzó una sonrisa —. Ahora, si me disculpas voy a-...
— Quién diría que tienes corazón. — ladeó una burlona sonrisa, acercándose tres pasos más hacia Jimin y mirándolo desde arriba. Park enseguida frunció el ceño.
— Todos los tenemos, gran idiota. — mostrándose aburrido, rodó los ojos —. ¿Te quitas de mi camino? Gracias.
Jimin estuvo por esquivarlo e irse, pero en un movimiento rápido, Jungkook alcanzó su mano y la encerró con fuerza en la suya propia. Y lo miró de una manera tan intensa, que Jimin no pudo hacer más que sostenerle la mirada y permanecer inmóvil.
— Conmigo no tienes corazón. — le susurró, firme en lo que decía. Jimin endureció el rostro —. ¿Por qué exactamente es eso, Park Jimin?
— Porque eres un idiota. — le susurró de regreso, imperturbable —. Pero bien, si todo lo que quieres es que yo vaya a ese maldito almuerzo con ustedes, lo haré y listo. Sólo no esperes que disfrute de tu compañía.
Jungkook sólo suspiró derrotado, asintiendo.
Y dejó que la mano de Jimin se escapara lentamente de la suya, pero ninguno de los dos hizo algún otro movimiento y sólo se quedaron ahí, todavía observándose a los ojos.
— Perdón, estás de mal humor y te estoy molestando en un mal momento. — le dijo Jungkook seriamente, cortando el silencio finalmente —. Pero no soy el culpable de todo lo que te pasa, Jimin. Y sinceramente, si te he invitado a comer conmigo es porque eres parte de la banda. Debemos tener esa conexión y unión que se necesita como grupo a la hora de presentarnos. Debemos no ser sólo compañeros sino también cómplices, amigos, disfrutar nuestro momento y de la compañía del otro. — alzó su brazo hacia Jimin, alcanzando su cuello para dejar una suave caricia en el, con la intención de relajar al chico —. Y además, aunque tú no lo creas, me agradas más de lo que podrías imaginar y no se me hace mala idea almorzar contigo.
Jimin sólo asintió, todavía sin reaccionar. Entonces Jeon lo miró de manera significativa y honesta, con palabras que parecían esconder algo profundo y genuino.
— Dejemos de pelear, Jimin. — le susurró. Y de alguna manera, logró conmoverlo bastante. Porque Jimin se estrelló torpemente contra el pecho de Jeon, en un brusco abrazo que no duró más de cuatro segundos y fue más un roce duro y rápido.
— No le digas de esto a nadie, ahg. Tengo una reputación que proteger. — con las mejillas rojas, se quejó furioso y evitó la mirada brillosa de Jungkook.
— Parece que Jiminssi es mi amigo. — lo molestó, burlón. Tenía una gran sonrisa de diversión y felicidad. Jimin sólo lo ignoró y empezó a alejarse hacia el salón de música, a lo que el sonriente Jungkook se apresuró para alcanzarlo y lo abrazó por los hombros, riendo —. ¡Vamos, dime que sí! Odias que yo te fascine tanto.
— No, no me fascinas. Sólo no me pareces tan malo. — Jimin lo empujó con su hombro, para que así mantuvieran la distancia —. Me da miedo pasar demasiado tiempo contigo y que al final...
— ¡¿Te empiece a caer tan bien que nos hagamos mejores amigos?! — lo interrumpió Jungkook, dando saltitos alrededor de él con sus ánimos al máximo.
Jimin lo miró con una gran sonrisa, negando.
— No. Más bien que me vuelvas a caer tan mal como antes y la banda se vaya a la mierda. — mintió. Jungkook esta vez fue quién lo miró mal.
— Aburrido. — murmuró, y le dio un codazo que a Jimin sólo lo hizo reír.
— Ahora cállate y vamos a darle la noticia a los chicos. — susurró Jimin, regresándole el codazo.
— ¿No te das cuenta de que hay... Una canción entre nosotros dos? — susurró Jungkook también, dándole otro codazo, riendo.
— ¿Qué? — Jimin hizo una mueca de confusión, pero aún así siguió con el juego que tenían de darse suaves golpecitos con el codo.
— Sí, y no deja que la tensión entre ambos disminuya. Es como una canción. — otro codazo más, y Jimin giró la cabeza en su dirección al escuchar sus palabras. Se miraron a los ojos.
— A veces eres raro. — Jimin le sonrió al decirlo —. Me gusta.
(...)
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