El primer ensayo de Jungkook con Evanescent  tuvo un final que él no se esperaba. 

Al principio, cuando se colgó la guitarra al hombro, seguía sintiendo que tenía millones de razones para estar asustado. Pero a la mitad de la segunda canción, su cuerpo se relajó completamente y todo empezó a sentirse bien.

Jimin era la voz solista, aunque Seokjin intervenía un par de veces. Y se suponía que Jungkook no debía hacer nada que no fuese estar plantado en su lugar y tocar la guitarra, pero el micrófono de Seokjin, que estaba tan cerca, parecía invitarlo a mezclar su voz con la de Jimin. 

— I don't know where I'm at, I'm standing at the back... And I'm tired of waiting. — Jimin empezó a entonar una tercera canción, con una voz tan dulce y preciosa que envolvería hasta al corazón más amargado —. Waiting here in line, Hoping that I'll find What I've been chasing... — apretando el micrófono entre sus manos, Jimin mantenía sus ojos cerrados y cierta expresión de dolor iluminaba su rostro. Y aunque había amargura escondida en su voz, sonaba y se veía angelical. Jungkook ni siquiera notó que no había dejado de observarlo en ningún momento, fascinado. 

I shot for the sky

I'm stuck on the ground
So why do I try

I know I'm gonna fall down

I thought I could fly

So why did I drown?

I never know why

It's coming down, down, down

A Jimin ya no le salió la voz, sin importar lo mucho que intentó controlarse, cuando Jungkook robó el micrófono de Seokjin, y de la nada empezó a cantar, tan fuerte y claro que le quitó su momento, pues su voz apenas se oía por debajo de la de Jeon.

En unos segundos, en un abrir y cerrar de ojos, Jungkook estaba frente a él. Cantaba y lo miraba a los ojos, haciendo que le doliera el pecho y sintiera que no podía respirar. Se acercó tanto que sintió su pecho contra el suyo propio, y sentirlo y respirarlo desde aquella cercanía tan peligrosa sólo lo enojó más. Esa voz se adueñó de sus oídos, y entonces sin darse cuenta, ya estaba arrebatándole bruscamente el micrófono de las manos e impulsándolo lejos sin piedad. 

— ¿Qué...?

Pero antes de que Jungkook pudiera reaccionar, Jimin empezó a gritarle en su total furia. 

— ¡¿Qué crees que haces, Jeon?! ¡¿Qué demonios está mal contigo?! Joder, mierda... ¡No entiendo por qué siempre tienes que hacer cosas para molestarme! — escondió su rostro entre sus manos, como si le doliera mirarlo. 

— Park... No... — intentó acercarse cuando Jimin alzó sus ojos hacia él, y estaban húmedos y borrosos. Pero el chico le entregó ambos micrófonos, el suyo y el de Seokjin, estrellandolos contra su pecho sin darle tiempo de nada. 

— Jimin, no creo que lo hiciera para molestarte... — Hoseok intentó impedir que se fuera. 

— Lo hace mejor que tú, ¡Y también toca la guitarra! Creo que hasta deberían cambiar de lugar. — comentó un divertido Seokjin, bromeando para reducir la tensión del ambiente. Pero eso sólo hizo que Jimin se enojara más. 

— Me llaman cuando este niño aprenda a quedarse en su lugar. —tensó su mandíbula, se cruzó de brazos, y caminó hacia la salida del aula de música dando grandes y furiosos pasos. 

Jungkook corrió tras él, entre maldiciones y gruñidos. Se sentía mal y quería disculparse, aunque no sabia qué había hecho para que Jimin estuviese tan enojado.

Jimin encontró la manera de desaparecer entre los demás estudiantes, y Jungkook lo perdió de vista muy pronto. Así que cuando se cansó de buscar, caminó sin un destino en mente, desanimado y siguiendo a sus instintos.

Finalmente lo encontró en una banca del patio, y se acercó con cuidado para no asustarlo. Pero entonces, fue él quién se asustó, cuando Jimin llamó a su nombre aún dandole la espalda. 

— Sé que estás ahí, Jungkook. — se cruzó de brazos —. Lo puedo saber sin voltear a verte, conozco el sonido de tus pasos. 

¿Conoce el sonido de mis pasos? ¿Puede Park Jimin ser más perfecto? Pensó. Su corazón estaba como loco.