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1. tengo algo que confesar

Eh... ¿Hola? Realmente no sé cómo comenzar con esta mierda. Pero tengo una confesión que hacer, así que aquí vamos.

Ahí estoy yo, cruzado de brazos, con la espalda apoyada en aquella pared y mi típica sonrisa de imbécil. Las chicas pasan en grupos, caminando despacio cuando están cerca de mi lugar, susurrando cosas sobre mí o simplemente esperando que mis ojos terminen sobre alguna de ellas. Tan lindas. La verdad es que amo a las chicas. Hay algo en ellas totalmente irresistible, algo que no puedo encontrar en los chicos. Y aunque esté locamente atraído a la belleza de las mujeres, disfruto más el  tener sexo con algún chico lindo. Es por eso que normalmente jamás presto atención a ninguna chica. Yo tengo una sola regla... No coquetear con alguien que no llevarás a la cama. Odio ilusionar a la gente, es cruel y no va conmigo.

Ah, olvidé mencionarles que soy Jeon Jungkook. Un chico nada fuera de lo normal, el que lleva sus conquistas a la cama y al otro día sale completamente de sus vidas. Estoy seguro de que ustedes ya han leído esa historia muchas veces, ¿no es así? Yo nunca cenaría la misma comida dos noches seguidas.

Llegué hace muy poco tiempo a Seúl, un par de meses atrás. Mi mamá es sólo una fracasada en el amor, alcohólica y malhumorada. Mi papá se paseaba con sus amantes en toda su cara, y a ella le gustaba jugar el papel de la tonta. Hacía como que no se daba cuenta, vaya mierda de jodido juego que tenían esos dos. Siempre intentaba ignorarlos el mayor tiempo posible, me encerraba en mi cuarto y me drogaba o intentaba estar lo suficientemente concentrado en mi música que no quedara tiempo para pensar sobre ellos. Pero un día me cansé, y decidí pagarme un viaje a Seúl con mis ahorros. Al principio no tenía pensado quedarme a vivir, sólo estaría tonteando por ahí unos meses y poniéndome ebrio en las mejores fiestas.

Luego me enamoré de este lugar. Pero claro, mi mamá no puede respirar sin arruinar vidas, así que insistió tanto en que retomara mis estudios que tuve que aceptar. Es una pesada.

Bueno, continuemos con el día en el que me di cuenta de algo realmente interesante. Como todos los días a la hora del almuerzo, yo estaba en la zona de fumadores detrás del edificio de tecnología. Por allí rondaba la mayoría de la gente que yo conocía, gente agradable. No cualquiera se paseaba por ahí a esa hora. Habían lugares muchos más cómodos para tomar el almuerzo, claro que no todos iban a ese lugar precisamente para disfrutar de una deliciosa comida. Frente a mí habían dos tipos. Los conocía de vista, pero nunca había hablado con ellos hasta ese día. Uno tenía una mata de pelo rojo y rizado que apuntaba en todas las direcciones, y el otro era un rubio de lindos labios que delineaba sus ojos con un azul intenso que combinaba con su camiseta. Él es lindo.

— He oído que tocas la guitarra. — me dijo el de cabellos rojos, que tal vez se llame Jung Hoseok si no lo recuerdo mal. 

— Puedo adivinar quién te lo contó. — enseguida que aquella sonrisa burlona de presumido iluminó mi rostro, mis ojos viajaron hacia el pelinegro que apenas iba llegando a donde los chicos y yo estábamos. Park Jimin. Como siempre, no podía adivinar si él estaba feliz o enojado de verme. Su rostro casi nunca expresaba nada más que una total y sublime serenidad. No importaba lo mucho que yo intentara hacerle perder la cabeza, nunca pasaba. Él sabe perfectamente cómo controlar sus emociones —. Has sido tú quién les dijo de mi innegable talento. ¿No es así, nene? Siempre estás espiando mientras hago música. — no tardé en soltar palabras llenas de diversión y malicia. Pero como muchas otras veces, a él no parecía afectarle lo que decía.

— ¿Innegable talento? — llegó, apartó a sus amigos del medio, y se plantó frente a mí. No me devolvió la sonrisa. Sus ojos color miel me examinaron, igual de fríos y lejanos que siempre. Su mirada a veces la sentía indiferente. Aunque muchas veces como esas, sus ojos se detenían más tiempo de lo normal en mis brazos descubiertos —. Sí, Jeon. Sabes cómo tocar una guitarra... como cualquier otro chico por ahí en las calles. Eres un novato. No hay nada de interesante en oírte tocar, ni ningún talento especial que admirar. — sus ojos viajaron a los míos finalmente, su análisis había terminado. Creí haber visto su boca torcerse un poco de una manera burlona. Sacó de su bolsillo un mechero que llevaba grabado un dragón, y sin apartar sus ojos de los míos, encendió su cigarrillo —. Así que mejor no abras la boca si es para soltar mierdas tan ridículas. Escucha lo que mis amigos tienen para decirte, antes de que jodidamente me arrepienta de haberte recomendado.

Se lo llevó a la boca y aspiró. ¿Recuerdan que dije que el rubio que usa delineador azul es lindo? Pues Park Jimin también lo es. Pero para mí, lo es de una manera bastante especial. Algo más allá de lo perfecto.

Y no soy el único que lo ve así, ya que Park Jimin es el chico más deseado de toda la High. Tanto por chicas como por chicos. Sólo que él jamás le da una oportunidad a nadie, por alguna razón que yo todavía no conozco, pero que pienso averiguar. Sólo lo he visto tener una cita una vez este año, y no es porque nadie quiera salir con él, ya que recibe invitaciones cada dos segundos por parte de la mitad de la High, pero él nunca las acepta. Está hecho de hielo. Nadie logra descongelar su corazón ni por un momento. El afortunado que consiguió que le aceptara un café fue Kim Namjoon, un jugador de fútbol americano que tiene calificaciones perfectas y sonrisa de comercial. Pero lo que he oído acerca de esa cita, es que Park Jimin rechazó todo intento que hizo Namjoon para acercarse.

Así que por más que todos caigan por Park Jimin, incluso yo... él no está interesado en nadie. Hasta ahora, sus fuertes y gruesos muslos sólo pueden ser observados como se hace con el arte. Al igual que sus esponjosos labios, que están rojizos incluso en los días más fríos.

También tiene una nariz pequeña, una cosita linda y tierna, que me encanta casi tanto como la manera en la que, a veces, revolotea sus pestañas de la forma más adorable posible, y sin darse cuenta.

— Nuestro guitarrista rítmico se fue de la ciudad por un tiempo, necesitamos un chico nuevo para que ocupe su lugar durante su ausencia. Si estás interesado en estar en el grupo, podemos hacerte una audición improvisada mañana. — habló el rubio, llamado SeokJin. Los amigos de Jimin parecían ser bastante agradables. Ellos sí me sonreían. Y la verdad, aún si el mismo Jimin me había recomendado para el puesto, eran ellos quiénes lucían más entusiasmados con la idea —. O podemos hacerla hoy mismo, ya mismo. Como más te guste, amigo.

Eso era una sorpresa para . Aceptaría, claro que lo haría. Mientras más tiempo con Jimin mejor. Ahí me di cuenta de esa cosa interesante.

— Aunque Park no quiera admitirlo, estoy seguro de que nací listo para asombrar al mundo con mi muy más que especial talento. — respondí, seguramente con aires de grandeza —. Podemos ir a hacer la jodida audición de mierda ya, aunque sería perder el tiempo. Cuando me escuchen se sentirán muy malos en eso que llevan haciendo por años...

Estaba por añadir algunas otras cosas más, pero empecé a toser cuando Jimin soltó el humo en todo mi rostro.

Nah, estás rechazado. No te apruebo para el puesto. — soltó una corta y melodiosa risa malvada. Abrí mi boca para quejarme, pero él se dio la vuelta pasando completamente de mí.

—Joder, ¡hijo de puta! A mí no me dejes hablando solo. — lo llamé. Pero él no volvió a mirar. Se alejó lentamente, hasta que llegó a otro grupo y lo escuché preguntar si alguien estaba interesado en unirse a "Evanescent", que más tarde descubrí que era el nombre del grupo —. Cabrón de mierda. — susurré.

— No le prestes atención, Jeon. — se burló Hoseok al verme tan enojado —. Haremos la audición. Hoy la sala de música está ocupada casi todo el día, pero mañana encontraremos un momento para usarla. Más te vale ser bueno, odiamos perder nuestro tiempo. — me dio una palmadita en el hombro, riéndose todavía más. Asentí con la cabeza, pero decidí guardar silencio.

— Ah, una cosa más. — Seokjin se detuvo justo cuando creí que se marcharían —. Jimin sólo intenta sacar lo peor de ti con esos comentarios. Así como lo ves de sereno y siempre en calma, realmente adora hacer que la gente pierda la cabeza. No dejes que se meta debajo de tu piel. — me regaló una simpática sonrisa. Ya Jimin estaba bastante dentro, era tarde para ese consejo.

— No lo hace, joder. Es que su carácter de mierda es malditamente aburrido. — le di mi mejor sonrisa —. Pero gracias por el dato, cariño. Por cierto, me gustaría que hiciéramos la audición en el departamento de Jimin. Hoy en la tarde. ¿Los veré ahí? 

Imposible. — respondió Hoseok bastante divertido —. Pero qué cosas se te ocurren, Jeon. Jimin nunca aceptaría que pusieras un píe ahí.

Esta vez fui yo el que se estaba burlando.

— Bueno... ya que también es mi departamento, porque pago la mitad de la mensualidad, no creo que tenga otra opción. — les guiñe el ojo derecho. Lo que dije los dejó congelados por un buen tiempo. Huh, así que Park Jimin no les habló a sus amiguitos acerca de su roomie.

Y además de descubrir eso ese día, también descubrí que me gusta Park Jimin. Después de tanto tiempo siendo un playboy, que no volvía a pensar sobre la persona con la que dormía nunca más, ahora no me podía sacar de la cabeza a este chico frío que era inalcanzable para mí. Esa es mi confesión.

¿Recuerdan que dije que había algo en las chicas que en los chicos no? Pues olviden eso. Park Jimin tiene algo que los otros humanos no.

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