Capítulo 26: Días maravillosos
Tres jóvenes se encontraban en lo más alto de un edificio acristalizado mirando el pueblo, en medio del anochecer.
Fue una suerte que nos dejaran entrar, decía uno de los jóvenes.
Cierto, pronunció otro de ellos.
Koelntriangle, expreso una castaña.
Me imagino que nunca imaginaste estar en un edificio así, ¿verdad?, acoto con cierta ironía otra joven.
No, la verdad no, me parece que estoy soñando, dijo Sanae.
Pues no es un sueño, es una realidad, contesto Tsubasa.
Sí, expreso la castaña.
Creo que el tiempo hoy, no nos dará para ir a otro lugar, pronunciaba quejumbrosa Sakí.
Cierto, pero lo bueno es que pudimos tomarnos una foto en el Puente Hohenzollern y aquí también, ¿no?, respondió Tsubasa.
Si, tienes razón, además nos quedan más días para seguir conociendo Colonia y poner nuestro candadito, dijo para sí la joven.
¿Candadito?, pronunció la castaña, que había logrado oír lo que la otra joven expreso.
Yo no dije nada, contesto sonriendo Sakí.
Bueno, ¡vamos por algo de comer! Y de allí a nuestros hospedajes, dijo Tsubasa.
Bien, respondieron las dos jóvenes.
Japón: "Tokio"
Un joven daba de vueltas en su cama, mientras pensaba: No puedo conciliar el sueño y ya está por amanecer, ¿Y si la llamo?, en Alemania deben ser las 8 de la noche, si la llamare.
El joven se sentó sobre la cama, hizo una palmada con sus manos y las luces de su habitación se encendieron, luego de ello tomo su celular que estaba sobre una pequeña mesa de noche y justo cuando iba a timbrar a un número, desistió de ello.
Mejor le envió un mensaje, si, mejor hago ello, si me lo contesta la llamo inmediatamente, pensó.
Alemania: "Colonia"
Tres jóvenes degustaban de una agradable cena, cuando de repente el celular de uno de ellos emitió un sonido.
¡Disculpen! dijo Sanae, tomando su celular que estaba sobre la mesa, para ver el mensaje que le había llegado.
Me enteré que te ganaste una beca de capacitación, y que estás en Alemania.
¿Cómo te está yendo?
La castaña miro al joven de cabello desordenado con disimulo, y luego posos su mirada en su celular.
¿Tú novio?, dijo Sakí, haciendo que el joven de cabello desordenado pose su mirada en ella.
No, respondió Sanae, sin dar más explicaciones, mientras empezó a escribir en su celular.
Ya que mañana la capacitación culmina más temprano, podemos visitar la Catedral y el Museo de Ludwig, expreso Tsubasa.
Es una gran idea, dijo Sakí.
Si, opino igual, añadió la castaña, mientras enviaba el mensaje.
Entonces así quedamos....
Japón: "Tokio"
Un apuesto joven leía una y otra vez el mensaje que le había enviado la castaña, mientras en su rostro se plasmaba una sonrisa y a su mente le vino un pensamiento: "Le preocupo, entonces aún tengo opción"
El mensaje de la castaña decía lo siguiente:
Estás no son horas para estar despierto Genzo, pero para que descanses tranquilo responderé a tu inquietud: Me está yendo bien.
Mi linda Sanae, dijo Genzo.
Alemania: "Colonia"
Tras terminar de cenar Tsubasa junto a Sakí acompañaron a la castaña al lugar donde se estaba quedando, luego fueron a su alojamiento.
Me pareció que si le escribió el novio, pronuncio Sakí, mientras caminaba junto a su amigo por un pasillo.
Tal vez, aunque también pudieron ser sus padres, dijo Tsubasa.
¿Aún vive con ellos?, respondió con cierto sarcasmo Sakí.
Yo no le veo lo malo a que viva con ellos, pronunció el joven de cabello desordenado, mientras detenía sus pasos.
Yo tampoco, es solo que....
No te molestes en darme explicaciones Sakí, hasta mañana, respondió Tsubasa, luego de ello entro al lugar donde dormiría.
Al día siguiente:
En un gigantesco auditorio, un par de jóvenes esperaban la llegada de una castaña.
Mejor pasemos ya, decía Sakí.
Ingresa tú, yo esperare a Sanae aquí, contesto Tsubasa.
¿Por qué?, pronunció con molestia la joven.
Porque es mi amiga, respondió Tsubasa.
Pero no se perderá, es más pasemos y le guardamos asiento.....
Ya está aquí, dijo el joven de cabello desordenado al ver a la castaña.
Tras algunos minutos, ya habiendo registrado su asistencia del día Sanae se acercó al lugar donde estaban los otros jóvenes.
¡Buenos días!, decía Sanae, acercándose a saludar con un beso en la mejilla a los otros jóvenes.
¡Buenos días Sanae! expreso Tsubasa, mientras sentía su corazón acelerarse, tras el beso en la mejilla que la castaña le dio.
Pasemos ya, dijo Sakí.
Sí, respondieron el par de jóvenes.
Japón: "Tokio"
Un adormilado Genzo, ni noto el momento en que su ex esposa había entrado a su oficina, llevando consigo una pequeña bandeja con una taza.
Tómatela, con esto se te quitará el sueño, pronunció la hermosa mujer.
¡Kumi! dijo sonriendo el joven.
¿Por qué no dormiste bien?, ¿tienes algún problema?, agregaba preocupada Kumi, mientras tomaba asiento frente a su ex esposo.
No, claro que no, es solo que se me quito el sueño, es todo, respondió Genzo.
El sueño no se quita sin un motivo, expreso la mujer.
Estuve pensando en Sanae, dijo el joven.
Pensé que las cosas habían mejorado con ella, respondió Kumi.
Si, han mejorado mucho, ya somos amigos nuevamente, pero siento una extraña inquietud desde que se fue a Alemania, contesto Genzo.
¡Se fue a Alemania! dijo sorprendida la bella mujer.
Gano una beca para una capacitación.....
Minutos después:
¿Y qué es lo que te preocupa?, se fue por una capacitación, ¿no?, dijo sonriendo Kumi.
Así es, pero no puedo dejar de sentirme inquieto, respondió Genzo, mientras llevaba una taza a su boca.
Necesitas relajarte, estás tensionado, y no precisamente por Sanae, pues no hay motivo para que sientas temor de que ella este en esa capacitación, tu tensión se debe al exceso de carga laboral, tomate lo que resta del día, ve a descansar a tu casa, yo me hago cargo de todo acá, ya faltan pocas horas para que todos aquí nos vayamos a nuestras casas, agrego la bella mujer.
Bien, ello haré, ¡gracias Kumi!, contesto Genzo.
Horas después: "Alemania – Colonia"
Estuvieron muy interesantes los temas de hoy, decía Sanae.
Sí, es cierto, sobre todo los de arquitectura futurista,..., respondía Tsubasa.
Pues lo de diseño también estuvo interesantes, pronunció Sakí.
Cierto, dijo la castaña.
Vamos a comer algo y luego continuamos con nuestro tours, agrego Tsubasa.
2 horas después:
Tres jóvenes detenían su andar frente a una hermosa catedral.
Tómanos una foto, decía Sakí, entregándole su celular a la castaña.
Sí, respondió la joven.
Sonríe Tsubasa, expreso Sakí, mientras se tomaba del brazo del joven de cabello desordenado.
¿Qué haces?, dijo el joven.
Es para la foto, no seas quisquilloso, respondió la joven.
Ya está, expreso la castaña.
Ahora los dos, dijo Tsubasa, haciendo que la castaña sienta una inmensa alegría y la otra joven molestia.
Claro, contesto Sanae, con una cálida sonrisa en su rostro.
Sakí, ¿nos haces el favor?, expreso el joven de cabello desordenado mirando a la nombrada, al tiempo que le mostraba su celular.
Por supuesto, dijo la joven con una sonrisa forzada.
Luego te la comparto, pronunció Tsubasa, mientras la castaña asentía.
Yo también te comparto la que nos tomamos Tsubasa, dijo Sakí.
Claro, dijo el nombrado.
Dos días después:
Tres jóvenes se tomaban fotos a la entrada de un museo.
El Museo de Ludwig, decía Tsubasa, mientras la castaña lo miraba con disimulo.
Ya han pasado cuatro días desde que se inició el curso, cuatro días que han sido maravillosos para mí, y que atesorare como un bello recuerdo en mi corazón, porque sé que tal vez no se volverá a repetir, pues como Tsubasa lo dijo, tal vez solo fue una casualidad que los dos nos encontráramos aquí, y las casualidades no se dan muy seguidas, sin embargo, agradezco a esta casualidad por permitirme al menos recuperar al amigo que hice cuando trabajábamos juntos,...., pensaba la castaña.
Entremos, escucho.
Sí, dijo la castaña, conectando miradas con el joven de cabello desordenado, haciendo ante ello que su corazón palpitara a mayor velocidad. Esto que siento no puede ser casualidad, esto es amor, amor de verdad, al menos de mi parte, al menos de mi parte, pensó la joven.
No latas tan a prisa ¡por favor! no lo hagas corazón, no lo hagas, ella y yo no podemos estar juntos, no sería correcto, no lo sería, pensaba Tsubasa, cuando sintió el brazo de alguien cruzar el suyo.
Así estamos mejor, dijo Sakí, sonriendo, haciendo que el joven moviera su cabeza de un lado a otro con resignación.
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