Capítulo 13: Una amistad que va creciendo
Ya había trascurrido una semana desde aquel incidente en el ascensor, una semana desde que la amistad que habían empezado Tsubasa y Sanae iba creciendo día con día, una semana desde que Genzo había dado inicio a los trámites de su divorcio, y se había mudado a vivir a un departamento.
Tokio:
Un joven de gorra miraba el amanecer a través de la ventana de su habitación, mientras por momentos dirigía su mirada al celular que sostenía en una de sus manos, al tiempo que pensaba: Solo dos semanas y estaré divorciado, pero no quiero seguir esperando, necesito verla, decirle que en dos semanas estaré libre para ella, claro ello debo hacer, decírselo, pero no por celular, pues de hecho no contestara mi llamada...
Genzo tras algunos minutos de pensar el paso que daría, decidió llamar a la empresa para comunicar que ese día no iría a ella.
Cualquier cosa infórmame, decía el joven.
Así será, jefe, escucho.
Listo, a ahora a Nankatsu, expreso Genzo.
Nankatsu: "Constructora WM & Asociados"
Sírvete, decía Tsubasa, al tiempo que le entregaba una bolsa de papel a la castaña.
¡Gracias! respondió Sanae, tras ver el contenido de la bolsa.
¿Y para nosotros jefe?, dijo uno de los integrantes del equipo, mientras sonreía.
Aquí les tengo también para ustedes, respondió Tsubasa, entregándoles a los demás miembros de su equipo su respectiva bolsa de papel.
¡Gracias jefe! contestaron los presentes.
Carretera:
A bordo de un moderno auto iba un apuesto joven manejando, mientras iba pensando en las palabras que le diría a la castaña en cuanto la viera.
Solo una hora más y estaré nuevamente frente a ti, Sanae, pensó Genzo.
Nankatsu:
Una castaña tomaba una llamada, mientras se encontraba revisando su bosquejo.
Bien amiga, perfecto, entonces allá nos encontramos, sí, sí, yo también tengo tanto que contarte,..., decía Sanae. mientras su joven jefe la observaba.
Tras algunos minutos el joven de cabello desordenado, expreso: Tomémonos un descanso de 15 minutos.
Si jefe, respondieron los presentes.
Voy por un vaso de agua, dijo uno de los jóvenes.
Saldré a tomar aire fresco unos minutos, añadió otro.
Yo voy a los servicios, acoto un tercer joven.
Yo prefiero continuar con el trabajo, dijo Sanae.
Tomate el tiempo de descanso, hoy trabajaremos horas extras, pronunció Tsubasa.
Pero, ¿si podremos salir a almorzar?, ¿verdad? contesto la castaña intrigada.
Claro que sí, respondió Tsubasa sonriendo.
Minutos después:
Frente a la sucursal de la constructora "WM & Asociados" se detenía un moderno auto, tras colocarse lentes oscuros un apuesto joven decidió bajar del mismo, al tiempo que un joven de rostro tierno salía del lugar, y al verlo quedo estático.
¿Genzo?, pensó Taro, mientras miraba con disimulo al joven, quién estaba inmovil.
Sin pensarlo mucho el joven de rostro tierno decidió acercarse al nombrado, quién seguía estático concentrado en sus pensamientos.
Genzo Wakabayashi, pronunció el joven de rostro tierno, haciendo reaccionar al otro joven.
Taro, dijo el nombrado.
¿Viniste a supervisar a la sucursal?, es que tu padre no confía en el hijo de su socio, expreso Taro.
No, no es eso amigo, yo estoy aquí por otro motivo, respondió Genzo con calma.
Tsubasa me dijo que no me involucrara en lo que le hiciste, pero siendo su amigo me es difícil mantenerme al margen....
¿En lo que le hice?, dijo Genzo, mientras pensaba: Si se enteraron.
No seas tan sinvergüenza, ¿Cómo pudiste hacerle algo así a quien llamabas amigo?, es qué ¿acaso no podías poner tus ojos en otra mujer?, ¿por qué lastimar así a Tsubasa?, ¿por qué casarte con la chica que él amaba?, acoto Taro, con rabia.
¿Quién se los dijo?, respondió Genzo con la mayor calma que pudo.
Nadie, en la constructora se formaban rumores, los involucrados en los mismos no eran más que el hijo del dueño de la empresa y la hija de la mano derecha del gobernante de la nación, en un principio Tsubasa y yo no queríamos creerlo, pero los rumores crecían hasta se hablaba de matrimonio, un día Tsubasa vio una tarjeta de bodas sobre el escritorio de su superior, él no quería aceptar lo que la tarjeta decía, entonces decidió confirmarlo todo yendo al lugar indicado en la tarjeta y así lo hizo,..., agregaba el joven de rostro dulce.
Yo no quería hacerle daño, yo....
Le hiciste mucho daño, Tsubasa fue testigo de su juramento en el altar, y ese día su mundo termino por derrumbarse, añadió Taro.
Tengo que hablar con Tsubasa, las cosas no son con él debe pensarlas, yo...., decía Genzo.
A mí no me debes explicaciones sino a Tsubasa, aunque la verdad no creo que quiera hablar contigo, contesto el joven de rostro tierno.
Taro, yo no me case por amor, sino por obligación...., añadía Genzo, pero sus palabras se vieron interrumpidas por el sonido del celular del otro joven.
¡Disculpa! dijo Taro, luego de ello tomo la llamada. No, ya estoy en camino, ¡disculpe el retraso! pero ya estoy yendo....
Una vez que dio por culminada la llamada el joven de rostro tierno miro a Genzo y pronunció: Tengo que ir con un cliente, si quieres un consejo habla con Tsubasa y aclara lo sucedido.
Una vez que Taro partió, Genzo decidió entrar a su auto y esperar dentro a la castaña, mientras meditaba las palabras del joven de rostro tierno.
2 horas después:
La persona que esperaba Genzo, salió del lugar, el joven, al verla, bajo inmediatamente de su auto y fue a darle el encuentro.
Sanae, ¡Hola! pronunció el joven al estar frente a la castaña.
La castaña no le respondió nada, solo lo miro por algunos segundos y continuó su camino.
Necesito decirte algo, agrego Genzo, mientras tomaba del brazo a la castaña para detener su avance.
Es que no entiendes que lo nuestro termino por tu propia decisión, dijo la castaña con firmeza.
Hermosa, en unos días estaré libre nuevamente,....
¿Y qué?, pronunció con seriedad la castaña, haciendo una breve pausa para acotar: Ello no cambia en nada mi decisión, tú para mí ya no existes.
Eso no es cierto, contesto con firmeza Genzo, tomándola de ambos brazos, bajo la mirada de algunos trabajadores de la constructora que empezaban a salir de la misma para ir a almorzar.
Claro que lo es, ya deja de insistir, lo nuestro acabo, ya no tengo sentimientos por ti, ni odio, ni amor, expreso la castaña, al tiempo que se soltó del agarre del joven y continúo su camino dejándolo estático.
No, ello no puede ser, solo está diciendo ello porque sigue dolida, pensaba Genzo, mientras la castaña abordaba un auto.
Al fin me he librado de lo que sentía por ti Genzo Wakabayashi, al fin ya no significas nada para mí, pensaba la castaña.
Genzo decidió volver a Tokio, pues no se sentía bien para una plática con Tsubasa, y menos quería seguir incomodando a la castaña, él pensó que lo mejor era cambiar de estrategia con Sanae, pero esa estrategia debería de pensarla bien, y que mejor lugar para planificar su siguiente paso que su casa.
Por su lado Sanae fue a un modesto restaurante en donde se encontró con su amiga Yukari, con quien se pusieron al día de todo lo que les había sucedido en los días que no se vieron, incluso Sanae le comento a su amiga sobre su nuevo encuentro con Genzo.
¿Cómo puede ser tan cínico?, decía Yukari.
La verdad, no lo sé, respondió una calmada castaña.
¿Y es cierto lo que le dijiste?, agrego Yukari.
Sí, contesto Sanae.
¿Quién logro el milagro?, dijo Yukari sonriendo.
¿Cómo?, contesto la castaña.
¿Te has vuelto a enamorar?, ¿verdad?, agrego la amiga de la castaña.
Claro que no, respondió Sanae sonriendo de manera nerviosa.
Claro que sí, te conozco amiga,....
Tras varios minutos de platica y de degustar un delicioso almuerzo la castaña regreso a su centro de trabajo.
¿Te paso algo?, dijo Tsubasa al verla llegar.
No, respondió la castaña.
Yo creo que sí, contesto el apuesto joven con calma, mientras se acercaba la castaña, aprovechando que solo estaban ellos dos en la oficina. En mi tienes a un amigo, puedes confiarme lo que gustes, añadió.
Si me paso algo, pero no tiene importancia, contesto la castaña, tratando de no mostrarse nerviosa ante la cercanía de su joven jefe.
No creo que por algo sin importancia estés tan pensativa, agrego el joven de cabello desordenado.
Que quieres que te diga, que mi ex vino a buscarme a la empresa, y que, aunque él ya no me interesa, me molesta su sola presencia, dijo Sanae.
Por lo visto no terminaste en buenos términos con tu ex,..., contestaba Tsubasa.
Yo...
Ya somos dos, dijo el joven de rostro de cabello desordenado.
¿Qué?, respondió la castaña.
Que ya superamos el pasado, pero nos es inevitable poder estar parados frente a nuestros ex, pronunció Tsubasa.
No es que me cueste estar parada frente a él, es solo que no le veo el caso, lo nuestro acabo, ¿acaso no lo comprende?, además él fue quién destruyo lo nuestro, decía Sanae.
Tal vez su ego no le permite comprenderlo, respondió el joven de cabello desordenado.
Sí, ello debe ser, expreso la castaña, al tiempo que sus compañeros de trabajo entraban a la oficina.
Ya llegamos jefe, decían los jóvenes.
Continuemos con el trabajo, entonces, expreso Tsubasa.
Horas después:
Taro había ido a la oficina de Tsubasa, para platicarle sobre la presencia de Genzo.
Ya se fueron los integrantes de tu equipo, decía Taro.
A sí es, contesto el joven de cabello desordenado.
Por tu comportamiento, no me hizo caso, agrego el joven de rostro tierno.
¿Qué tratas de decirme?, dijo Tsubasa.
Genzo estuvo aquí, respondió Taro.
De seguro vino a pedir algún informe, contesto con la mayor calma posible el joven de cabello desordenado.
No, él me dijo que estaba acá por otro motivo, pronunció Taro.
Pues me alegra no habérmelo encontrado, contesto Tsubasa.
Él dice que no quería fallarte...
Taro, ¿Qué te dije?, expreso el joven de cabello desordenado.
¡Discúlpame! es que necesitaba reprocharle su actitud, dijo Taro, con molestia, mientras su amigo se tornaba pensativo.
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