Capítulo 8
No podía aún procesar todo lo que me ha dicho Jean. El sujeto que nos estaba persiguiendo es el hijo de alguien temible, de los más peligrosos de la ciudad.
—Ese es su hijo, Ryder.. Es muy caprichoso amigo, y si nos estaba siguiendo.. No fue por el dinero, porque a su padre le sobra. Dañaste su orgullo.
Miro a otro lado pero escucho atento las palabras de Jean.
—Yo no tengo la culpa de que el no sepa como perder.
Replico indignado, Jean asiente.
—Escucha..—. Dice haciendo una pausa.— Ellos tienen el poder de averiguar todo sobre ti y acabar con los tuyos. Ese idiota no descansará hasta verte muerto o jodido. ¿Entiendes lo grave que está eso?
Trago. Jean habla de que pueden hacerle daño a mi familia.. Por mi culpa.
—Existe una forma, pero no quisiera que tu la tomes..—. Suelta preocupado. Espero impaciente a que hable.
Con lo que ha dicho que pueden hacerle daño a mi familia, no quiero nada más que ir corriendo y estar con ellos para protegerlos. Jean al ver mi cara prosigue.
—Tengo un primo.. Está en una de las bandas, ellos.. Por lo que me ha contado ellos.. Tienen reglas; o más bien códigos.. Y uno de ellos es no meterse con la familia de sus enemigos, para ellos es sagrada y nadie la rompe.
Lo miro.—Entonces tengo que entrar en una pandilla para que no toquen a mi familia(?
Jean asiente inquieto.
—Es mala idea amigo.. Pero ahora es lo único que veo para solucionar eso.
Asiento.
—Por mi familia yo hago lo que sea.—. Añado firme. No iba a dejar que nadie le hiciera daño a lo que amo. A mi sangre. Y si eso implicaba tener que morir yo, lo haría con toda la confianza del mundo.
—Puedo hablar con mi primo.. Y contarle la situación.
Me recuesto de la pared abatido. Me sentía agotado. Jean trató de contactar a su primo pero no pudo.
Me tocó ir a casa y esperar. Estaba muy pendiente de todo a mi alrededor, y al llegar a casa, tuve que sacar un bate de madera que tenía guardado por si los problemas se presentaban.
No pude estar tranquilo ese día. En la noche solo miraba afuera viendo que no hubiera nadie. Vi a mis hermanos dormir. Tenia ganas de golpearme por hacer que corrieran peligro.
Al otro día y muy temprano me encontré con Jean. Tuvimos que saltarnos las clases de hoy porque fuimos a ver a su primo.
—El es mi primo.. Taylor. Taylor.. Él es Maco.
Estrecho su mano. A primera vista no parecía pertenecer a una banda, solo por su aspecto intimidante.
—Mi primo me contó lo que pasó—. Suelta y le da una calada al puro que tiene en su mano.—Me hubiera encantado estar ahí cuando perdió ese idiota para reírme.
No reacciono, Jean ríe un poco y luego el prosigue.—Te pueden aceptar en la banda, ya hablé con Man y tiene solo una condición.
Dice y asiento.
—Man quiere el cincuenta por ciento del dinero que ganaste en la apuesta. Salvarte el culo te costará.. Y ese es el precio.
Jean me mira.
—Ok, le daré el cincuenta por ciento cuando esté seguro de que a mi familia no le pasará nada.
Contesto firme. Taylor mira a Jean y asienta.—Me gusta como piensa.—. Luego me mira y agrega.—Yo me encargaré personalmente de dar ese mensaje a los demás. Lo primero es..—. Dice y nos entrega algo que sacó del bolso que traía. Al ver que era trago. Eran unas navajas. Lo que no entendía era que a Jean también le ha dado una.
Lo miro confundido pero el no dice nada.
—Vamos—. Nos ordena su primo y lo seguimos.
Fuimos a conocer a Man, quien solo nos saludó y estudió respectivamente con la mirada.
—¿Ya tienen un arma?—. Cuestiona aún mirándonos.
Si por arma se refería a la navaja, sí que la teníamos. Pero el silencio de Taylor hizo que Man lo viera a él.
—Tay(?.. ¿Le diste sus armas a los caballeros?
Este niega.—Señor no creo que sea necesario que ellos hagan ese tipo de pedidos.
Un momento pasa y Man solo ensancha los ojos. El silencio era algo incómodo.
—¿Cómo?—. Vuelve a cuestionar pero esta vez agrega mirándonos.—Ustedes tienen huevos.. ¿O un pedazo de pastel entre las piernas?
No respondemos.
—El dinero no es suficiente para mi caballeros, quiero saber que puedo confiar en ustedes. Además no tengo trato especial con ninguno de mis chicos. Si quieren pertenecer tendrán que hacer los demás. Lo toman o se van a casa.
Taylor se presentó con dos armas.
No teníamos opción, pensé en mi familia en ese momento.
Sin articular palabra, tome el arma.
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