Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 38

Gina se dio cuenta de que era la primera vez que despertaba con Free a su lado, sin la interrupción de algún pensamiento intrusivo. Agradeció que así hubiese sido. No había nada más acogedor que amanecer al lado de una preciosa sonrisa como aquella.

—Te traeré el desayuno.

—Gracias, Gina. —Rodó sobre le colchón y dejó ver su espalda curveada.

Después de contemplarla con una oleada de ternura, Amalia se levantó, se vistió y se dispuso a cumplir su promesa.

Afuera el estacionamiento estaba más ocupado. Una patrulla, además, ocupaba un sitio cerca del restaurante. Su corazón se encogió cuando notó que el oficial estaba a un lado de la puerta, fumando. ¿Y si ese hombre había escuchado lo que había sucedido adentro de la habitación? ¿Y si estaba allí porque sospechaba de lo que hacían ambas? Para colmo, el hombre la observaba conforme se acercaba al comedor.

Dijo algo, pero no le entendió, todo por culpa de un camión que pasó rugiendo.

—¿Disculpe?

—Buenos días.

Ella respondió, apenada. Para esconder la vergüenza, tuvo el impulso de esconder un mechón de pelo en la oreja. Otra vez era presa de sus propias paranoias. Pero con el aroma del café sus ideas pronto se calmaron. Había una agradable música de Patsy Cline en el tocadiscos. El sitio era acogedor, y no debía de estropearlo ni para ella ni para Liberty.

La sonrisa del muchacho de la barra la ayudó a elegir las órdenes. Esperó por la comida, entretanto oía a la diva del country. Hasta se tomó el tiempo de admirar el paisaje a través de las ventanas.

Pero sintió que algo no andaba bien, y tuvo prisa por volver a la recámara.

Agradeció, tomando las órdenes.

Apenas salió, notó que otro automóvil se hallaba al lado del suyo. No era uno que recordara. Y a la izquierda, el mismo oficial batallaba con encender su cigarrillo, pues tal vez se le había acabado el gas a su encendedor. Aquel maldecía.

Cuando se acercó, además, notó que la puerta no estaba cerrada del todo. Sabía que no pudo haberla dejado así, de modo que dejó caer las órdenes a mitad del estacionamiento y echó a correr. Empujó la puerta y se encontró con una Liberty que cubría su desnudez con la sábana. Tenía esta la nariz ensangrentada y un golpe en el ojo izquierdo. Lloraba.

La aterradora imagen la confundió, y también la dejó petrificada, sin la capacidad de preguntarle qué sucedía. Antes de mover siquiera un dedo, detrás de su nuca escuchó el clic de un arma.

—¿Dónde está el artículo? —Ella, instintivamente, alzó los brazos.

—¿Cuál artículo?

El sujeto le picoteó la cabeza con el cañón.

—¡No estoy para juegos! ¿Dónde está el puto artículo?

—¡Eso me ha estado repitiendo una y otra vez! —La voz de Liberty sonaba más dolida que nunca—. ¡¿Quién es, Gina?! ¡Me prometiste que no corríamos peligro!

—Si no me da el artículo, señora Bennett, las entregaré a la policía.

—¡¿Qué sucede, Gina?! Dice que tu nombre no es Georgina... que... que no eres quien creo...

—¡Cállate, mocosa! —Le apuntó a ella y luego a Amalia—. Apúrese, señora, que no tengo todo su tiempo.

—Está bien, está bien. No le hagas daño a ella. Te mostraré dónde está el borrador.

—Que sea rápido.

Sintió otro picoteo, pero ya en la espalda. El agresor estaba al tanto de la presencia del policía, por lo que procedió a hacerlo del modo discreto. Amalia pensó en gritar por ayuda, al llevarlo al estacionamiento, pero cambió de idea una vez entendió que no era muy adecuado. También estaba el hecho de que el oficial ya estaba ausente. Quizás había ido a comprarse un paquete de fósforos al otro lado de la carretera.

De un bolsillo sacó las llaves del Ford. Las sostuvo con dificultad, porque su mano temblaba demasiado. Tardó más de la cuenta intentando abrir la cajuela, y por esto el desconocido se quejó una vez más. Ya con la tapa abierta, ella hurgó entre un montón de bidones vacíos y ropa sucia, y encontró el borrador del artículo. Solo esperó que el tipo no se diese cuenta de que este no era el deseado.

—Muy bien —dijo él, sonriente—. Démelo. Ahora.

El hombre lo sacó de su bolsa e intentó leer el contenido, sin dejar de apuntarle.

—No se voltee, señora Bennett. Así quédese. —Las hojas se le querían escapar por culpa del viento—. No se le ocurra una tontería.

No obstante, Amalia se sobresaltó al escuchar detrás de sí una serie de tiros. Volteó, asustada. Creía que era ella quien los había recibido. Y no. El sujeto cayó de espaldas y soltó el borrador, del que se escaparon todas las cuartillas. Sin saber qué había ocurrido, giró su cabeza a un lado y allí encontró a una Liberty furiosa. En su mirada persistía un sentimiento de odio, que la dejaba perdida. Sostenía todavía el revólver, pero no hacía por utilizarlo más. Eran suficientes los tres disparos que había ejecutado.

—¡Free! ¿Estás bien?

Casi por naturaleza, Liberty dirigió el cañón hacia ella; su joven amante le apuntaba. Nunca había visto tanto dolor en la miserable jovencita. Su vestido de lila pastel revoloteaba con el aire y la asemejaba a un fantasma, conformando así una imagen que Amalia sabía que no olvidaría jamás.

—¿Quién eres?

—Free, por favor.

—¡¿Quién eres?! ¡¿Por qué él me dijo todas esas cosas?! ¡¿Por qué me atacó?! —Pero Amy no sabía qué le había dicho.

—¡Tire el arma! —gritó el oficial detrás suyo. Empuñaba también una pistola. Era el mismo de los «buenos días»—. ¡Arroje su arma, ahora!

Por fin, la dolida Liberty desistió y tiró el arma hacia delante. Se rindió y levantó los brazos. En cuestión de segundos, el oficial la obligó a arrodillarse con las manos en la nunca y la esposó. Amalia se había quedado muda. Un poderoso terror la dejó impelida; no pudo ni decirle al policía que no debía tratarla con tanta agresividad. No era necesario, pensaba, ella es inofensiva; no merece presenciar en su vida horror alguno.

Pero, lo último que vio Amalia de la pequeña Free fueron unos ojos destrozados.

+~+~+~+~+

Holi, espero no me estén odiando jejeje *corre a esconderse*

A decir verdad pretendía un viaje entero por el gabacho antes de eso, pero se me acabaron las palabras jajaja

¡Mugre tijera del ONC!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro