Me despierto como todos los días, para ir a trabajar a la estación de policía local de la región, después de tomar mi buen desayuno de jugo de plátano naranja y unos panqueques con miel natural, fui a tomar una ducha y me vestí como lo hago habitualmente, una polera naranja, pantalón color ceniza, cinturón negro, bototos negros, la chaqueta azul que me identifica como parte de la estación, y mi gorra; tomo mi tarjeta de identificación y la credencial del trabajo, ambas las guardo en uno de los bolsos de mí mochila y salgo.

Mí nombre es Adam Carter, pero la gente -excepto mis cercanos- principalmente me conoce como Carter, estoy estudiando derecho y resolución de casos criminales, trabajó de tiempo completo y estudió cuando tengo tiempo; tengo veintidós años y siempre he querido ser detective.

El trabajo está a diez minutos de caminata desde casa, debo estar allí a las ocho y son las siete con cincuenta y tres, el principal problema será con Melissa Torres.

Melissa, con la que tengo la buena y mala suerte de que sea mi ayudante de misterios, deja el café frio, además de una nota simpática, inofensiva y aterradora a los que llegan tarde. Tiene dieciocho años y es muy estudiosa, siempre me ha ayudado en los casos que tenemos que resolver juntos.

Así que por esta vez fui a tomar un taxi en el paradero oficial para evitar un problema con ella.

Cuando llegué eran las ocho justas, fui rápido a la oficina, esperando que ella estuviera ahí en su silla, con un asistente del tiempo en la mano para lanzarla.

Para mí sorpresa, no había nadie en la oficina, ninguna señal de que haya estado alguien antes de mi llegada, lo que me parecía extraño, Melissa siempre llegaba a las siete con treinta, a las siete justas, o incluso a las seis, que es cuando abren la estación. El lugar se veía vacío sin más personas.

Sentí que algo vibraba en mi bolsillo, tomé mi celular y revisé lo que salía.

-Buenos días Adam Carter, son las ocho con cinco en un día nublado, tienes un total de treinta y siete llamadas perdidas, la última de hace medio minuto, cortesía de: Prima conejo Miller -informó la voz robótica del asistente.

-Asistente, llama a Prima conejo Miller -respondí.

-Llamando a Prima conejo Miller -hizo una pausa-. Felicidades, ahora te va a responder- agregó.

-Vaya, vaya querido primo detective policía; ya era hora que contestaras -burló Alexa.

-¿Treinta y siete llamadas durante más de medio minuto? Creo que eso ya es pasarse, de todas maneras, ¿tiene relación con lo que acabo de descubrir? -.

-Si es relacionado con Melissa, pues sí... no llegó, ¿verdad? -.

-Exacto, ¿sabes si está en el otro trabajo? -.

-Adam, estoy en la escuela, y no, no hay señales; hasta le pregunté a la directora y a los guardias de turno, ninguno la ha visto -.

-¿Laura ha notado su desaparición? -.

-No por suerte, le tuve que timar con que estaba en la estación -

-¿Y Darya no te delato ni nada? -

-Nada, cuando se dio cuenta, tuve que convencerla para que no me delatara, guiño -.

-Bueno, si no está en la cabaña, ni aquí, ni en la escuela... ¿Dónde podría estar? -.

-Debemos esperar hasta la noche; si no aparece, habrá que reportarlo -.

-Me encargaré de reportarlo con el capitán, y de tomar su lugar -.

-¡Genial! Entonces así nos arreglaremos por mientras, tú sigues con los casos, usando tú posición y la de Melissa a la vez, yo seguiré como siempre y reportaré cualquier cosa -.

-Debo colgar, el deber llama -.

-Como digas primo detective Adam Carter, ¡adiós! - despidió, con los apodos largos de nuevo.

-Bueno, prima deportiva, nos hablaremos en otra ocasión -despedí.

Cuando la pantalla mostró "llamada terminada", decidí mirar y ordenar los papeles del escritorio, entre los cuales había una hoja que no recordaba que estuviera ahí, era suave y estaba intacta, como si fuera reciente, entonces revisé su contenido.

Veinte de julio de 2022, estación de policía a las once con treinta de la noche.

Hasta que al fin descubres esta carta Carter, debió ser mientras que ordenas las hojas de la oficina, supongo.

Después de dos meses, he logrado transcribir todos los códigos de Mysteriath, ¿recuerdas ese libro de acertijos que usamos para algunos de los casos? Ahora te lo dejo en la caja cuarenta y dos, ¡gracias por prestármelo! Espero que logres resolverlo también.

Atentamente: Melissa Torres.

Posdata: Necesito hablar contigo de algo urgente mañana temprano, es relacionado con lo que hablamos ayer de lo que podría pasar en el futuro, no llegues tarde...

Bien, la carta es de ayer en la noche, considerando que hoy no apareció, definitivamente algo pasó de camino a la cabaña donde vive, la aprisionaron, acabaron o algo equivalente a eso.

Mientras analizaba la carta en busca de pistas, escuché que la puerta sonaba.

-Pase -comuniqué, en ese momento pasó por la puerta de madera blanca el capitán de los detectives.

-Joven Carter, adquirimos un caso para ti y tú... colaboradora, la cual no está aquí -.

-Es una muy larga historia, ¿cuál es el caso requerido director? -.

—Bueno, recientemente; mejor dicho, hace tres días, hubo un robo en la casa de los Figueroa, y hoy en la mañana encontramos los cuerpos de los patrones, su misión es localizar al que cometió el crimen y tráelo a la justicia —explicó.

—Claro, por las dudas, ¿ha tenido novedades de Melissa recientemente? Hoy no ha aparecido en ningún lado, y por la carta que encontré, parece que está desaparecida desde ayer por la noche.

—No he sabido de ella hasta cuando me fui, que fue a las seis con quince -.

—La carta fue escrita a las once y media de la noche.

—Probablemente está relacionado con las desapariciones que ha habido recientemente.

—Cuénteme de esa ola.

—Tomando en cuenta los datos que tenemos, secuestraron a dos de los que han resuelto los misterios nunca antes resueltos, con Melissa serían tres -.

—¿Usted habla de Mysteriath? Ese libro es complejo de descifrar, pero Melissa... ayer lo terminó de resolver todo por su cuenta.

—Esta es una situación compleja, ¿Crees qué vas a resolver el caso de los Figueroa, y este a la vez?.

—Yo puedo hacerlo, aunque Melissa no esté, puedo intentar resolver ambos casos y lograrlo.

—Eso espero, esta ocasión será un caso importante para ti; deberás mostrar lo que puedes hacer por tú cuenta, ella logró descifrar el libro, pero tú deberás descifrar dos casos importantes a la vez.

—Me encargaré de resolverlos capitán.

—Así me gusta, tiene que salir a terreno para recopilar pistas -informó, él salió de la oficina.

Fui hacia el escritorio, busque entre todos los portafolios rojos el treinta y tres, saqué las hojas de la sección treinta y tres con cuatro, mejor conocido como el caso Castor, vacíe la mochila, dejándola en la silla giratoria, tomé el bolso de cuero negro que siempre llevo a terreno, dejé las cosas necesarias, y salí de la puerta, pero primero debía preguntar a mis compañeros sobre Melissa.

Cuando fui, vi que Luis y Brayan estaban haciendo apuestas y apodando a los compañeros, como siempre.

-¡Oye Carter! -.

-Saludos, Luis y Brayan -.

-Recuerda que soy «Apodero humano», Brayan es «Espía traficante», Melissa es «Misterio andante», y tú eres «Pichón embajador» -.

-Luis, ya sabes que solo dejo que amigos, familia y cercanos me den apodos, además ella ya dijo que no le gustaban esos apodos -.

-¿En serio le sigues la corriente a Melissa? -burló, parpadeando rápidamente.

-¿Saben dónde está ella? -.

-No la he visto desde ayer a las ocho -.

-Yo desde las cinco cuarenta -.

-Entiendo -comenté.

-Tranquilo carnal, apuesto unas entradas para el concierto de ElectroShock a que está bien -.

-Y yo cocinaré para nosotros cuatro unos espaguetis... -

-¿En serio hacen apuestas... con algo de tal magnitud? -alegué, dando un suspiro-. Ya nada sorprende con ustedes dos -.

-Ay Carter, no seas tan serio como ella -.

-Prefiero ser una persona seria a usar esos temas como burla -.

-Como digas -.

-Por eso prefiero ser un punto medio entre ambos factores; si me disculpan compañeros, ahora tengo que ir a terreno -.

-Claro, a la próxima será -.

Entonces salí hacia la casa Figueroa, en contra de mi voluntad tuve que ir al paradero a tomar el bus para llegar al lugar, una casona retirada de la ciudad, era grande con barreras de oro y dos autos lujosos.

-Disculpe la molestia, vengo a hablar con el personal del lugar, si no es molestia para ustedes -.

-¿Q-quién es usted? -.

-Adam Carter, detective de la oficina local de policía, detective asignado para investigar el crimen de robo y asesinato hacia el señor y la señora Figueroa -.

-Y y-yo soy la ama de llaves del lugar, me llamo Jacinta -

-Me gustaría entrar a la casona para hacerles unas preguntas -

-¿V-van a ayudar en la investigación? -

-Si, en esta y en otra más, así los jefes podrán descansar en paz -.

-E-está bien, lo ayudare joven -cedió.

Al entrar a la casona, vi como las personas estaban sentadas, apreciando dos ataúdes grandes donde había una mesita con una imagen de la pareja, la mujer tenía un pelo dorado canoso con rulos, ojos zafiro, labios pintados con rojo y un collar con un nombre; el hombre era de apariencia canosa, con ojos lima, un bigote simpático y un collar con un nombre.

Cerca de la imagen, había una nota.

«Cuando m-n-s lo e-_-ras, la --nte puede _p_ñ-la_te en -_ esp--_a, pero n-_ca lo ha-en -o-os»

Esa nota era compleja, con la misma idea del acertijo trescientos ochenta y nueve de Mysteriath, una frase con palabras incompletas, por desgracia; ese acertijo era y es mi peor enemigo.

Esa frase escrita con tinta en una hoja con rojo sangre parecía tener las manchas frescas, como si alguien hubiera atacado a muerte intentando cubrir el crimen, ¿podría ser una señal? Es una buena hipótesis, pero hay que comprobarlo para que sea un hecho.

-Cuénteme de sus patrones, ¿pasado con la mafia? ¿algún enemigo? ¿un rival del que tenga conocimiento? ¿ha pasado algo que podría haber generado un deseo de venganza? -.

-Hace unos días despidieron a Robert, mi esposo; él era su conductor privado; al día siguiente contrataron a alguien más -.

-¿Sabe el motivo del despido? -.

-N-no dijeron nada, no dieron n-ninguna excusa -.

-Su esposo, ¿tiene algún problema de control emocional? ¿tuvo un deseo de querer vengarse? -.

-No, después del despido, lo convencí para que no hiciera nada malo -.

-¿Tiene algún hijo o pariente que tuviera resentimiento desde entonces? -.

-Solo tengo un hijo, Marcus; pero él lo dejó pasar -.

-Interesante, ¿sueldo? -.

-Doscientos mil quinientos cuarenta y siete al mes -.

Decidí sacar la Tablet de misterios, como siempre, con el asistente a la mano.

-Saludos, Dúo del Mysteriath, ¿Quién de los propietarios habla? -.

-Adam Carter al habla, asistente Mysteriath, imagen de Melissa Torres -.

-Saludos Carter; mostrando foto de la propietaria Torres - concluyó, mostrando una imagen de Melissa.

-¿Usted conoce a esta chica? -pregunté.

-N-no, yo n-nunca la he v-visto -.

-¿Sabe de la existencia de Mysteriath? -

-N-no, ¿Q-qué es e-eso? -.

-Vamos a algo más simple, ¿cuántas personas cree que lo resolvieron? -.

-N-no sé, ¿s-serán unas diez? -.

-Está bien, gracias -agradecí.

Tuve que seguir el mismo hilo con el resto: la auxiliar de aseo, la cocinera, el conductor actual, la sobrina y el guardia. Para no agobiar a todos, decidí hacer las preguntas de forma grupal con todos ellos.

-Bien, sus nombres y relación con el señor Eugenio y la señora Lara -.

-Juliette, auxiliar de aseo -.

-Karla, soy la cocinera -.

-Juanito, el conductor -.

-Sofía, soy la sobrina del tío Eugenio -.

-Lucio, guardia -.

-Entonces... ¿Algún enemigo de la pareja? -.

-Ninguno, pero hemos tenido sospechas -.

-Nada -.

-No creo que tuvieran, eran buenas personas -.

-Yo creía que podría ser Amelía Flores, pero lo descarté, ella odia a otro tipo de personas -.

-Cuando trabajo en la noche, veo gente cerca, pero ningún enemigo o rival -.

-Bien, hechos importantes que podrían despertar un deseo de venganza hacia ellos -.

-El despido de Robert -.

-Concuerdo con Juliette -.

-Mi contrato, y el despido del otro conductor -.

-Algo andaba mal -.

-Era bueno en su trabajo -.

-¿Saben la razón del despido? -

-No, ellos nos dirían hoy, pero ya sabe lo que pasó -.

-No, nada -.

-Por lo que me había dicho cuando me contrató, problemas -.

-Por algo malo debió ser -.

-Debe ser relacionado con lo que pasaba en las noches, se perdían muchas cosas -.

-¿Sueldo? -.

-Doscientos mil quinientos cuarenta y siete-.

-Lo que dijo mi compañera -.

-Soy nuevo, pero eso es lo que me darían a fin de mes -.

-Mis tíos siempre pagaron esa cantidad, y yo me encargaré de darla a fin de mes -.

-Lo que han dicho mis compañeros -.

-Bien, ¿conocen a Melissa Torres? -.

-No, no me suena su nombre -.

-Me suena, pero no sé de ella -.

-Tengo el presentimiento de haberla visto antes -.

-¡Yo la conozco! Es su ayudante, además una vez salió en las noticias, se enfrentó a alguien de clase alta -.

-La vi una vez, era una noche cercana a Navidad -.

-¿Y de Mysteriath? -

-Nada de nada -.

-De lejos, mi prima desapareció al descifrarlo completo -.

-He visto fragmentos -.

-¿Un libro de más de dos mil acertijos que trae mucha gente desaparecida? Interesante, pero sospechoso -.

-La literatura y yo no vamos bien -.

-Bien, eso es lo que necesito, muchas gracias -.

Entonces tome mi pluma, termine de anotar algunos detalles, y me fui. Vi una camioneta blanca con detalles dorados acercándose, el conductor me miró de forma intrigada.

-¿Quién es y qué hacia dentro de la casona? Las visitas de campesinos están prohibidas -.

-No soy un campesino, soy un detective -.

-Como si me fuera a tragar el cuento que un joven es un detective -.

-No le debo probar eso; pero puede hablar con mis superiores si quiere -.

-Como quieras, ¿Quién eres? -.

-Adam Carter, usted debe ser Robert, ¿correcto? -.

-Exacto, el antiguo conductor de esta casa -.

-¿Cuál fue la razón de su despido? Si su esposa no lo sabe, usted debería -.

-No le debo esos datos a la policía -.

-Entonces cree que soy detective -.

-No, solo me evito problemas -.

-El sueldo era de doscientos mil quinientos cuarenta y siete, ¿correcto? -.

-Correcto -.

-Su mujer me dijo que tiene un hijo, Marcus, ¿cierto? -.

-Sí -.

-¿Sabe de Mysteriath?

-Sí, ese libro lo conozco, esta maldecido.

—¿Por qué dice eso?

—Eso no se lo digo a jóvenes, pero tome la desaparición de algunas personas como mi excusa -.

—Bien, ¿conoce a Melissa Torres? Ha desaparecido ayer por la noche.

—Considerando que es de la policía, sí, sí la conozco.

—¿Algún problema con la policía? -.

—No.

-¿Entonces por qué habla de ellos como si los tuviera? -.

-¿Acabamos? -.

-¿Sabe de la desaparición de valiosos objetos? ocurrió antes del despido.

—Todos lo sabemos en la casa, hasta el nuevo.

—Su esposa, ¿algún problema con ella? -.

—Me tengo que ir, pero le digo algo ahora mismo; nunca confíe en Jacinta ni en Sofía Figueroa si quiere seguir con vida —concluyó.

—¿Me podría dar una razón al menos? -.

—Averígualo tú, eres detective, ¿no? —dijo, y se fue.

Bien, si debo resolver esto por mi cuenta, necesitaré apoyo, es hora de hacer unas llamadas...

Volví a tomar el bus para ir a la estación, veo que unas personas me saludan

-Justo a los que necesito, ¡saludos! -.

-Bueno primo, espero que tengas suficiente para resolver esto -.

Como tenía previsto, Alexa trajo a la compañía que necesito, al menos la llamada fue buena idea.

-Saludos Carter.

—Saludos Alexa, reunión en la plaza, no vengas sola.

—Bien, ¿qué quieres primo querido?

—Necesito ayuda con este caso, no sé si pueda hacerlo por mi cuenta -.

-Nunca has trabajado solo en un caso que saliera bien, ¿y me pides ayuda a mí? -.

-Recuerda: sigo en práctica, y Melissa también, fue...

—¿Suerte de principiante resolver más de cien casos? -.

-Ciento diecinueve casos -.

-Olvídalo, solo dime con quienes -.

-Bien, Darya delata, Eliza en Mysteriath -.

-James de vigila, Jacob de fantasma -.

-Akiko nos cura, tú nos defiendes -.

-Andrés la defensa, tú das las pistas -.

-Perfecto, en quince minutos, en el centro de la plaza -.

-¡Adiós primo! -.

En la plaza, teníamos ventaja para resolver los casos de una vez por todas, un clima favorable y gente de apoyo, una buena estrategia improvisada, diría yo.

-Bien, hora de resolver este caso amigos, todos ayudamos y todos trabajamos -.

Después de unas horas analizando el libro, repartiendo tareas y viendo las pistas, decidí preguntarle a Eliza lo que había logrado con la nota.

-Bien, creo que si analizamos la foto de la nota y el acertijo que dijiste, son la misma frase -.

-¿Y cuál es? -.

-No te diré, tienes que adivinar, pero te sentirás raro cuando descubras que una chica de diecisiete años ha resuelto a tu peor enemigo en tan poco tiempo -.

-¿Me dices la respuesta? -.

-No, pero es fácil, usa la lógica y la inteligencia -.

-Chicos -analizó James-. Nos están observando -.

-No veo a nadie, ¿estás bien? -.

-Un poco, pero veo a tres personas más -.

-¿Qué crees que sea? -cuestionó Darya.

-¡Chicos! -exaltó Jacob después de volver de su vigía-. Vi algo extraño aquí, un camión blanco de detalles dorados... ¡viene hacia acá! -.

-¡Ese es el que vi! -.

-Blanco con detalles dorados. Lo vi antes de llamar a Alexa, hablé con el conductor -.

Después de un rato, sin notar nada fuera de lo común, dejamos pasar la cosa y le pregunté al dúo de las pistas auditivas.

-Darya, ¿encontraste algo en la grabación? -

-Si es algo inesperado, pues sí, ¿cierto Andrés? -.

-Exacto, lo que descubrimos es tan lógico que me sorprende que no lo notaras -.

-Bien... ¿qué es? -.

-Bueno, la ama de llaves te mintió en algunas cosas -.

-¿Qué mentiras? ¿pueden explicarse?

-Bueno, nota la forma de hablar de la ama de llaves -.

-¿Titubeante en algunas partes? Esos titubeos son mentiras -.

-¿El resto de los vivientes? ¿El conductor?

-Ese conductor... es un punto medio, te decía la verdad y te mentía -.

-Dime sobre esa frase del final -.

-Bueno, de esa te quería hablar... es verdad y mentira a la vez -.

-Explícate -.

-Es cierto, no puedes confiar en ella, pero tampoco en ese hombre -.

-Chicos... ya llegó la camioneta -.

-Bien... porque ya logramos resolver el caso, y creo saber sobre Melissa -.

-¿Y la frase de la nota? -cuestionó Eliza.

-Esa frase ya la tengo, pero aún no sé cómo no la había notado... hasta ahora -.

-¿Cuál es? -preguntó Eliza.

-Cuando menos lo esperas, la gente puede apuñalarte en la espalda, pero nunca lo hacen solos. Es algo tan obvio que nadie lo hubiera pensado -analicé.

-"Psicología inversa" como diría ella.

-Lo diría, pero ahora tenemos otro problema -advirtió James.

-Tranquilos, no pueden hacernos nada si hay menores de edad-.

-¿Planeas hacer escudo humano? -se inquietó Akiko.

-No, es un dato, que a su vez es un vacío legal -.

-Bien, bien, ya resolvimos el caso, pero, ¿sabes de Melissa? -cuestiono Darya.

-También lo pensé, tengo la idea donde podría estar, junto al resto de desapariciones -expliqué.

-Bueno, bueno, no me esperaba que estuvieras con más gente con ese libro -.

-Creo que ya descubrimos todo -.

-¿Ah sí? Pues, veamos que descubriste, niño -.

Al ver su mirada, tenía el presentimiento de que algo inesperado podría suceder, pero tenía que mantener la calma, ¿podía con eso? Sí y no, tengo a los amigos de mi prima y probablemente a mi ayudante cerca, lo que hace que lo que fuera a intentar hacer podría hacerles daño, o usar a algún inocente como rehén.

Al mirar el paisaje claro y naranjo de la plaza con las hojas de los árboles moviéndose, sabía que tenía que hacerlo, por la patria, por la gente y por mis cercanos.

-Bueno, considerando los datos que hemos recopilado, sacaron algunas de las cosas desaparecidas, una noche el señor Figueroa descubrió eso y lo despidió en la mañana.

-Bien, yo fui quien cometió eso, ¿en qué me involucra con el asesinato? -.

-Al despedirlo, lo vio de forma injusta, pero no hicieron nada, sin embargo, cuando lo reemplazaron con Juanito, entró en cólera -.

-Eso no me lleva a matarlo -.

-No fue usted, fue su esposa, ella al verlo en ese estado, pensó que la mejor forma de arreglar las cosas era robarles algo más, hasta que la pillaron -.

-¿Eso en qué me involucra? -.

-Usted, señora Jacinta, sin pensarlo dos veces y al ver que él iba a llamar a Lucio y ella iba a abrir la puerta, los mató, después, en un intento de cubrir el crimen, tomó hojas para limpiar y sin notarlo, manchó la nota de la mesa -.

-Usted es listo, ahora dígame esto, ¿por qué cree que robamos las cosas?

-Cuando pensé en esto, lo primero que me llegó a la mente fue Marcus, considerando que su esposo dijo que Mysteriath estaba maldito, creo que podría ser, pero también supuse que cuando Marcus completó el libro, esto hizo que su hijo se fuera para investigar más de lo que había en él, y aquí es donde la enlazo a usted, señorita Sofía -.

-Bien, explíquese -dijo la joven albina de ojos ámbar con cabello naranjo.

-Lo único que puedo suponer para ver un vínculo entre ustedes y sus causas es que usted era la mejor amiga de la prima de Karla, lo que hace que cuando Marcus se fue, ella también fue con él cuando completó el libro, lo que la hizo sentirse igual que ellos, y si hablamos de lo que la conecta con las otras desapariciones, me hizo pensar... -.

-¿Qué cosa? ¿acaso cree que yo me llevé a su amiga y las otras dos personas? -.

-Eso es lo que pensé, pero lo hizo con los padres de Marcus, como una forma de evitar que ellos se alejaran de sus seres queridos, una razón noble, pero no la mejor forma de cumplirlo -.

-Bueno, ya nos descubrió, ¿nos va a llevar a la cárcel por su deber? ¿o por su amiga? -.

-La verdad, pensaba en hablar con mi jefe para analizar la situación, pero debo encerrarlos por ahora, es mi deber, nada personal por mi parte, pero eso lo deberán ver con Melissa -.

-Lo entiendo, somos los malos de la historia, después de todo -.

-Lamentablemente, pero ahora necesito que me digan donde dejaron a esas personas -.

-Eres un detective, ¿no deberías descubrirlo tú? -.

-Bien, pero primero debo llamar a la policía para que se encarguen de ustedes - advertí, levantando el celular.

A pesar de que ellos lo hayan hecho por una causa entendible, un crimen es un crimen; y en este tipo de trabajos, hay que entender eso para evitar problemas.

-Asistente, llama a jefe policía -.

-Saludos Adam Carter, llamando a jefe policía - informó, dando una pausa -. Ahora te contesta, dale mis saludos -.

-Saludos joven, ¿qué has logrado?

-Saludos, ya resolví ambos casos, ahora debo buscar la ubicación de los desaparecidos y Melissa -.

-¡Bien hecho! ¿Dónde están?

-En la plaza central, le mando los apuntes finales de ambos casos con los policías que vengan -.

-Bien, ahora te mando personal, siempre supe que podrías -concluyó y cortó la llamada.

—Tienes tres llamadas perdidas, siendo la última de hace quince segundos, cortesía de: Melissa Torres.

—Imposible, ¿los habían liberado antes de venir?

—No dejamos nada para que salieran, además no había señal en la zona.

—Bien, denme un segundo —dije, di un suspiro y volví a mirar al asistente—. Asistente, llama a Melissa Torres y activa el altavoz.

—Altavoz activado, llamando a Melissa Torres, ahora te contesta —afirmó sin dar una pausa.

—¿Carter? Que bien que contestas, ¡me tenías preocupada!

—Melissa, repórtate de inmediato.

—Bien, creo que ya descubriste que pasó... ¿verdad?

—Sí, sé que te secuestraron.

—Bien, escúchame atentamente.

—Dime que pasa.

—¡Solo escúchame rápido! ¡n-no hay tiempo!

—Envía el reporte.

—Bien, ¿recuerdas el libro?

—Sí, estaba pensando en resolverlo.

—Escúchame, bótalo, quémalo, lo que sea, pero no lo resuelvas.

—¿Por qué? Entre los dos eras la más interesada en resolverlo.

—Lo sé, pero, ¡EL LIBRO ESTA MALDITO! Éramos tres personas, estábamos en un lugar normal y aparecimos en un lugar lleno de niebla... ¡acabamos de encontrar a dos jóvenes!

—Describe a los jóvenes.

—Están en buen estado físico y emocional, son un chico y una chica, el chico dice ser el hijo de los que nos secuestraron.

—Dime de la chica.

—Dice ser la prima de una cocinera, Karla; además de ser amiga de Sofía Figueroa.

—Bien, quédense juntos y envíame su ubicación, ahora trataré de encontrarlos.

—De inmediato, ¿Carter? ¿me escuchas? ¡Carter! ¿¡estas ahí!? ¡RESPONDE!

—¿Melissa? Sí te escucho... ¡Melissa!

—¡RESPONDE! ¿¡CARTER!? ¡ME ESTAS ASUSTANDO! ¿¡HOLA!?

—La llamada con Melissa Torres ha terminado por falta de señal —informó el asistente.

-Ay no, esto es un problema grave -.

-Tiene que resolverlo, hay jóvenes, ¿Qué piensa hacer? -inquietó la ama de llaves, Sofía se quedó en silencio.

-Bien... tengo que pensarlo, no pensé que pasaría esto, pero no se preocupen, estarán bien, me aseguraré de que lleguen bien, lo prometo -.

Al observar a Eliza, tenía una cara de miedo.

-¿Lo terminaste? -.

-No, todavía no, por suerte -.

-¿Qué haremos? Es una misión suicida-sentenció Akiko.

-No completen el libro, necesitamos todas las manos y habilidades posibles para salvar a todos los jóvenes, reportaré el caso al capitán para que den la advertencia al resto, ¿es probable que no regresemos? Sí, pero debemos hacerlo para salvar a gente inocente, el sacrificio valdrá la pena -.

-¿Le tendremos que decir a Laura? No creo que lo tome bien -suspiró Alexa.

-Debemos, sí vamos a salvarlos, y no regresamos, ella y el resto tiene que saber porque, pero lo lograremos -concluí...

«La ambición por encontrar la verdad puede traer consecuencias consigo...»

¡Saludos! ¡Sara Saray al habla! Después de una semana he terminado esta idea, la idea original termino en este resultado tan inesperado.

Esta historia me ha encantado hacerla y fue un proceso divertido, fue realizada en un total de 4486 palabras de un limite mínimo de 2500

Agradezco que hayan leído mi historia, ¡nos vemos!