Era un nuevo comienzo para Kim Taehyung. Con su mochila a cuestas y su cabello desordenado, se adentró en el bullicioso campus de la Universidad de Artes de Seúl. Era su primer día, y aunque estaba emocionado, una parte de él se sentía ansioso. La imagen del estudiante ideal que había cultivado durante años el nerd estudioso que siempre sacaba buenas notas se mantenía a flote, pero había algo más en él que pocos conocían.

Durante el día, Taehyung era el chico tímido que se sentaba en la primera fila de las clases, tomando apuntes meticulosamente. Pero al caer la noche, algo dentro de él despertaba. Se transformaba en un chico completamente diferente: coqueto, extrovertido y con una energía que atraía todas las miradas. Las luces de la discoteca lo llamaban, y Taehyung no podía resistirse a la tentación de liberarse de la corbata académica y dejar que su verdadero yo brillara.

Esa tarde, mientras caminaba hacia su primera clase de arte contemporáneo, sus pensamientos estaban muy lejos de las críticas de sus compañeros. En su mente, solo había espacio para la próxima noche, cuando se deslizaría en su atuendo más atrevido y se perdería entre el ritmo de la música. Sin embargo, en las aulas, su atención se centraba en el profesor Jeon Jungkook.

Jungkook era el epítome de la perfección. Con su mirada intensa y su sonrisa encantadora, sacaba suspiros de todos los estudiantes, pero Taehyung parecía ser inmune a su atractivo. O al menos eso pensaba, porque en el fondo, el corazón del chico nerd latía con fuerza cada vez que Jungkook se acercaba a su escritorio, explicando la complejidad de la obra de un artista famoso.

El día transcurrió con la misma rutina: clases, interacciones superficiales y una constante lucha por no dejar que su verdadero yo saliera a la luz. Sin embargo, cuando el sol se ocultó y la luna iluminó las calles de Seúl, Taehyung se preparó para su otra vida. Se cambió rápidamente, eligiendo una camiseta ajustada y unos jeans que resaltaban su figura. Con un último vistazo al espejo, se sonrió y salió hacia la discoteca.

La música vibrante y las luces intermitentes lo envolvieron al instante. Taehyung se movía con una confianza que no podía imaginar durante el día. Era como si la noche le diera la libertad de ser quien realmente era. Bailó y se rió, disfrutando de los coqueteos y las miradas que recibía de otros. Pero había algo más que lo atraía esa noche: la posibilidad de encontrarse con Jungkook.

Y así fue. En un rincón de la discoteca, mientras una multitud de cuerpos se movía al ritmo de la música, Taehyung vio una figura familiar. Era Jungkook, pero este no era el profesor que Taehyung conocía. En este entorno, Jungkook era un joven más, sin el aire de autoridad que lo rodeaba en la universidad. Con un brillo travieso en su mirada, Taehyung decidió que era el momento perfecto para jugar.

Se acercó, moviéndose entre la multitud con gracia. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, se giró y chocó accidentalmente con Jungkook, quien lo miró con curiosidad, sin reconocerlo.

-¡Oh, lo siento! -dijo Taehyung, dejando escapar una risa suave, mientras dejaba caer su bebida.

-No hay problema -respondió Jungkook, sonriendo-. A veces, el lugar se siente un poco abrumador, ¿verdad?

Taehyung sintió una chispa recorrer su cuerpo. Este era el momento que había estado esperando. Con un tono juguetón, dijo:

-Sí, especialmente cuando uno se encuentra con alguien tan atractivo.

Jungkook se quedó un momento en silencio, sorprendido por la audacia del chico que tenía frente a él.
Taehyung se dio cuenta de que estaba disfrutando de esto más de lo que había anticipado. La forma en que Jungkook lo miraba, como si estuviera viendo más allá de su apariencia nerd, lo hacía sentir poderoso.

-¿Te gustaría bailar? -preguntó Jungkook, su voz era cálida y seductora.

Taehyung asintió, sintiendo que su corazón latía con fuerza. Se unieron a la multitud, moviéndose al ritmo de la música. Taehyung se dejó llevar, disfrutando de la conexión que se estaba formando entre ellos. Jungkook era un gran bailarín, y Taehyung se sintió inspirado por su energía.

Mientras bailaban, Taehyung decidió arriesgarse un poco más. Se acercó a Jungkook, dejando que sus cuerpos se rozaran levemente. La tensión entre ellos era palpable. En un momento de pura audacia, Taehyung susurró:

-No puedo creer que tengo un chico tan sexy en la discoteca.

Jungkook se detuvo por un momento, su expresión cambiando de sorpresa a diversión.

-¿Y tú quién eres en realidad? Porque no te he visto por aquí, pero si en otro lado

Taehyung sonrió, disfrutando de la intriga.

-Tal vez soy solo un chico que se atreve a ser diferente por la noche.

Jungkook lo miró con una mezcla de asombro y admiración. El juego había comenzado y Taehyung estaba decidido a disfrutarlo hasta el final. La noche continuó, llena de risas y miradas intensas, mientras el chico nerd y el profesor sexy se sumergían en un mundo donde los secretos y las identidades podían jugar a su favor.

En ese instante, Taehyung se dio cuenta de que, aunque era dos personas distintas, cada parte de él merecía ser celebrada. La noche era joven y él estaba listo para descubrir hasta dónde lo llevarían sus decisiones.

Taehyung, se despertó por la luz que atravesaba las cortinas. Se sentó en la cama, sintiendo un nudo en el estómago. La noche anterior había sido una mezcla de emoción y riesgo, y ahora la realidad lo golpeaba con fuerza. ¿Y si Jungkook lo había reconocido? La idea lo atormentaba mientras se preparaba para su primer día de clases después de la discoteca.

Con cada prenda que se ponía, Taehyung intentaba convencerse de que todo estaba bien. Se miró al espejo, y aunque su imagen reflejaba al típico chico nerd, había una chispa en sus ojos que no podía ignorar. Sin embargo, la ansiedad crecía en su interior. Se preguntaba si podría mantener su fachada durante la clase, si podría actuar como si nada hubiera pasado.

Llegó a la universidad con el corazón acelerado. La última vez que había visto a Jungkook había sido en un ambiente completamente diferente, y ahora tenía que enfrentarse a él en un contexto académico. Cada paso que daba hacia el aula parecía más pesado que el anterior. Cuando finalmente llegó, se tomó un momento para respirar antes de entrar.

Al cruzar la puerta, se encontró con el aula llena de estudiantes murmullando y organizándose. Su mirada se dirigió automáticamente hacia la mesa del profesor. Jungkook estaba allí, revisando unos papeles, luciendo tan atractivo como siempre, con su cabello perfectamente peinado y esa sonrisa que podía iluminar el lugar. Taehyung sintió cómo su corazón se detenía por un segundo.

Con un poco de valor, se dirigió a su asiento en la primera fila. A medida que la clase comenzaba, Taehyung se esforzó por concentrarse en la explicación de Jungkook sobre la obra de un famoso pintor. Sin embargo, su mente vagaba, preguntándose si el profesor había reconocido su voz o su forma de bailar. Cada vez que Jungkook levantaba la vista y lo miraba, Taehyung sentía que se encendía una alarma en su interior.

Pero, para su sorpresa, a medida que avanzaba la clase, se dio cuenta de que Jungkook parecía tratarlo como siempre. No había ningún indicio de reconocimiento, ninguna mirada que delatara que sabía quién era realmente. Con cada minuto que pasaba, la tensión en su pecho comenzaba a disiparse, y una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro

La clase continuó con normalidad. Jungkook explicó conceptos complejos con la pasión que lo caracterizaba. Taehyung se sintió aliviado y, a la vez, emocionado. A medida que el profesor hablaba, su voz resonaba en su mente, recordándole lo divertido que había sido jugar con él la noche anterior. Sin embargo, también se dio cuenta de que había algo más que simplemente un juego. Había una conexión, un destello de algo que podría convertirse en más.

Al final de la clase, mientras los estudiantes comenzaban a recoger sus cosas, Taehyung se sintió impulsado a acercarse a Jungkook. Se acercó con el corazón latiendo desbocado, pero manteniendo una expresión tranquila.

-Profesor Jeon -dijo, tratando de sonar casual-. Me encantó la clase de hoy. Siempre logra hacer que el arte cobre vida.

Jungkook levantó la vista, sorprendido, pero rápidamente esbozó una sonrisa.

-Gracias, Taehyung. Me alegra que te guste. La pasión por el arte es lo que lo hace tan especial.

El uso de su nombre hizo que Taehyung sintiera un escalofrío de emoción. Al menos, Jungkook lo recordaba como el chico que se sentaba en la primera fila, el estudiante comprometido. Sin embargo, la chispa entre ellos seguía presente, y Taehyung no podía evitar preguntarse si alguna vez podrían cruzar esa línea.

Mientras se dirigía a la salida, Taehyung se sintió ligero. Había pasado el primer gran obstáculo, y el miedo que había sentido por la mañana se había desvanecido. Tal vez, solo tal vez, podría seguir disfrutando de las dos caras de su vida sin que se cruzaran.

La idea de volver a la discoteca esa noche lo emocionaba, pero también lo llenaba de incertidumbre. ¿Se atrevería a arriesgarse de nuevo? La idea de ver a Jungkook en ese ambiente lo llenaba de adrenalina. Sin embargo, no podía dejar de pensar en si debía mantener su doble vida, o si, tal vez, había llegado el momento de ser más auténtico.

Con el corazón más ligero y una sonrisa en el rostro, Taehyung decidió que, por ahora, disfrutaría del juego. Después de todo, la vida universitaria le ofrecía la oportunidad de explorar, experimentar y, quizás, descubrir quién era realmente. Pero una cosa era segura: la noche siempre sería su refugio, y Jungkook, aunque no lo supiera, había despertado en él un deseo de más.

Les dejo el primer capítulo
Ya que fue la historia ganadora en la votación.
Espero les guste 🥰💕