Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

4._Parentesco


Mary echo a reír como de la nada después de unos minutos y se puso de pie viendo al techo con una expresión traviesa.

-Estaba pensando- dijo e hizo una pausa para después gesticular con las manos una unión entre los dos- Si tú y yo fuéramos una pareja real... suponiendo nos casaramos, eso convertiría a Whiss en mi hijo por lo que mi abuela sería mi nuera y la tuya. Estarías casado con la nieta de la novia de tu hijo ¿No es gracioso?

Dai cerró los ojos y no contestó.

-¿Se lo dirás a Inés?- le preguntó Mary todavía sonriendo con sus ideas.

-Por supuesto. Es absolutamente necesario que la futura esposa de mi hijo conozco al padre de su novio- contestó e iba a agregar algo, pero en ese momento tocaron la puerta por lo que fue a abrir.

Tami estaba ahí con una expresión de aflicción.

-Espero no haber interrumpido- dijo la mujer- Necesito hablar con mi prima.

-Yo no quiero hablar contigo- respondió Mary desde el interior del cuarto.

-Es importante- exclamó Tami- Mary no vendría a molestarte si no fuera importante.

-¿Dai nos concedes unos minutos por favor?- tras una breve reflexión.

-Por supuesto- contestó Dai y dejó la habitación para bajar a la sala. Cuando dijo que le diría a Inés quien era lo dijo con la intención de hacerlo de inmediato.

Tami se paseo por la habitación de su prima mientras le preguntaba por cosas irrelevantes. Mary la seguía con la mirada como un gato miraría a una serpiente.

-No creí que la abuela preservara este cuarto de esta manera. Siempre se ha quejado de ti y tu soberbia- declaró Tami después de un rato.

-No tiene poder sobre mi y eso le molesta- señaló Mary- Nunca pudo conmigo. Ni cuando era una niña y menos ahora.

-Eso es verdad. De todos sus nietos, tú eres la más problemática. Y como eres una sinvergüenza estás aquí buscando la tajada del pastel que te corresponde. No te estoy juzgando. Me duele admitirlo, pero necesito tu ayuda para apartar a ese sujeto de ella.

-¿Te refieres a Whiss?- preguntó Mary mientras se ponía de pie. Ella asintió con la cabeza.

-Es un tipo muy educado, culto, pero demasiado inteligente y sobretodo analítico. Hablamos con él después del almuerzo. Nos estuvo observando a todos con mucha atención. No me gustan los tipos como él- le contó Tami con un tono muy serio- Ese sujeto solo quiere aprovecharse de la abuela.

-Sí se ha acostado con ella, yo diría que es al revés- murmuró Mary y después se echo a reír- La abuela no es tonta. Si ese tal Whiss tiene un interés económico en ella, Inés fue la primera en saberlo. De eso estoy segura.

-De todas formas no podemos permitir que él se quede con todo.

-Son las cosas de ella y no tenemos derecho sobre nada de eso. Y para ser honesta este asunto no me importa. Lo que si me tiene la curiosidad exaltada es esta estadía de dos semanas- confesó Mary.

Tami también tenía esa curiosidad. Todos los invitados en realidad, sin embargo, Inés no había dado detalles del motivo de esa condición para heredarles sus bienes. Tami se quedó en la habitación de Mary hablando con ella otro rato.

Dai bajó en busca de la anfitriona. La encontró sentada en una pequeña terraza de suelo adoquinado, pero agrietado y hasta con musgo a cuestas. La mesita en que reposaba un vaso con limonada era metálica y estaba oxidada. El mantelito blanco hecho a crochet parecía un intento burdo de esconder la decadencia de los motivos alguna vez forjados en acero. La mujer miraba hacia el océano con las manos sobre su regazo. Su cabello estaba tan bien peinado que ni un pelo salía de ese orden marcial sujeto de una peineta color rojo. Podía estar enferma, pero todavía tenía el vigor de la autoridad en su semblante y postura. No estaba reposando en esa silla de ruedas, sino que desde allí controlaba todo como si de un trono se tratase.

Dai aclaro la garganta para llamar su atención y la mujer giro su silla hacia él. Le ofreció una bebida, pero Dai la rechazo diciendo que lo que tenía que decir era breve. La mujer se preparó a escuchar y pronto se enteró tenía frente a ella al padre de su novio, algo que no la tomó por sorpresa.

-Lo sospeché desde el momento en que lo ví, señor Dai- confesó la mujer- Usted y su hijo se parecen bastante. No me refiero a los colores de su piel y cabello, sino a los rasgos. Incluso a los modales. Ambos muy afables y al mismo tiempo muy distantes.

Dai abrió un poco los ojos ante esas palabras, luego acomodó su sonrisa y declaró:

-Usted comparte un parecido con su nieta.

-No- exclamó la mujer abanicando con la mano como si estuviera espantando una mosca- Esa mujer no lleva mi sangre. Ni siquiera debería estar aquí. Sé que usted y ella son pareja y mi forma de expresarme de Mary le puede parecer desagradable, pero es que esa muchacha es insoportable. Siempre hace lo que quiere y logra que otros hagan lo que ella desea.

-Me recuerda a mi hijo Whiss- comentó Dai con su sonrisa de borde de hoja de papel- Él también siempre consigue lo que quiere.

La mujer lo miró con una expresión dubitativa. Dai no dejó claro las intenciones de sus palabras a lo que Inés acabó por hacer un gesto como de asentir con la cabeza y pego su espalda al respaldo de la silla. Ambos confrontaron sus miradas un momento.

-Imagino que mi boda con Whiss no es de su agrado. Soy una anciana que tiene nietos de la edad de su hijo.

-Tanto como desagradarme no- respondió Dai- Pero admito es algo que me preocupa en varias formas. Mas él es un adulto responsable de sus acciones. No me opondré a lo que sea que haya entre ustedes. Y del mismo espero ustedes no se opongan a lo nuestro.

-No me opondré. Aunque lo hiciera esa mujer se saldría con la suya así tenga que poner esta casa al revés. Sin embargo, como un acto de mi buena fe debo advertirle que Mary es un dolor de cabeza para cualquier hombre. En especial uno como usted- le dijo la mujer.

-Que mi aspecto no la engañe- contestó Dai- No hay nada más estimulante para mí que poner las cosas en su lugar. Que tenga una buena tarde, Inés.

La mujer se le quedó viendo alejarse por el pasillo hacia la escalera. Cuando estuvo fuera de su vista, chasqueo la lengua y comenzó a llamar a Sofi para que la llevara dentro.

La familia no se volvió a reunir hasta la hora de la cena. Una comida que comenzó a desarrollarse de forma muy callada. Bastante tensa. El sonido de los cubiertos era lo único que podía oírse, en la mesa, además de una ocasional exclamación de Whiss respeto a la comida y que la abuela contestaba con una sonrisa.

-Podrian poner algo de música. Esto parece un funeral- exclamó Mary- La vieja todavía no se ha muerto ¿O ese es el momento en que tenemos que celebrar?

-Querida, por favor- la reprendió Dai a quien ella miró de reojo.

-¿Sabías, amado mío, que antiguamente los hombres acaudalados llamaban "querida" a sus amantes?

-El término le viene bien- intervino Whiss al apartar la copa de vino de su boca- Considerando que la palabra amante hace referencia a una persona que ama- agregó.

- Es verdad- exclamó Mary que sintió la mala intención en esas palabras- La palabra querida no me viene mal como a ti tampoco te viene mal el término gerontofilia.

-Mary, fue suficiente- le dijo Dai tomando la mano izquierda de la muchacha con la suya.

-Este intercambio verbal ha sido bastante desagradable- manifestó Tami y su esposo estuvo de acuerdo.

-Las cenas familiares jamás han sido tranquilas- comentó Alan, otro primo de Mary- Pero estoy de acuerdo con la pelirroja. Está comida es un velorio.

-Creo que todos estamos de acuerdo en que la muerte no es un tema de sobremesa- intervino Tami- Es demasiado sensible en estás circunstancias- agregó viendo a la abuela.

-Cuanta delicadeza- exclamó Inés y comenzó a cortar su carne.

-Esto es el colmo- dijo Whiss con un tono de reproche muy serio- No quería creer lo que Inés me decía de ustedes, pero he confirmado que no hay algo, de todo lo que me ha dicho, que no sea verdad.

-Ay abuelo, tú no sabes nada- exclamó Mary.

-No me llame abuelo.

-¿Prefieres que te llame hijo o yerno?- le pregunto Mary y todos voltearon a verla.

En vista del comentario de la muchacha, Inés les contó a todos que Whiss era hijo de Dai, el novio de Mary. Una exclamación de asombro escapó de varias bocas. Desde luego saber que padre e hijo se estaban metiendo en la familia dió pie para toda clase de suspicaces idea al respecto y el ambiente en la mesa se torno casi insoportable. Nadie creyó que aquel encuentro fuera una coincidencia, pese a lo convincente de la explicación de Dai y también a la de Whiss.

-¿Cómo esperas que creamos que no sabías que el hijo de tu novio era el novio de la abuela?- le cuestionó Tami a la pelirroja- Llevas casi dos años con este hombre ¿Y no conoces a su familia?

-Eso se debe a que mi padre mantuvo oculta su relación hasta hoy- señaló Whiss.

-Jamás mantuve mi relación en secreto. Tal vez si llamaras más seguido sabrías que hago de mi vida- le contestó Dai ganándose la atención de Inés.

La discusión se prolongó otro rato. La cena terminó sin que nadie terminará de comer. Todos se retiraron a sus respectivas habitaciones. Whiss e Inés se quedaron un poco atrás, pues él debía levantar a la anciana en sus brazos para llevarla a su cuarto. Desde el descanso de la escalera, Mary observó la escena. Apresuró el paso para que ellos no la vieran y se fue rápido a su habitación.

-Creo que sería mejor si mudo mi cuarto al primer piso- le dijo la anciana mientras se sujetaba del cuello de Whiss.

-No es necesario. A mí no me molesta tener que cargarte, linda- respondió el muchacho con una simpática sonrisa- Eres tan ligera que apenas puedo considerar esto un esfuerzo.

-Eres un encanto, querido- le dijo Inés con una expresión dulce.

-Tu familia en cambio no parecen conocer la palabra tacto ni el concepto de los buenos modales.

-Tienen buenas razones para ser de esa manera- declaró Inés al llegar arriba de la escalera- La presencia de tu padre... ¿Crees que pueda ser un problema?

-Él nunca se involucra en lo que decidamos hacer independiente de si está o no de acuerdo- señaló Whiss mientras empujaba la puerta de la habitación con la espalda.

-No pareces muy feliz con su relación- comentó la anciana mientras él la dejaba en la cama- ¿Quieres hablar de eso?- le preguntó mientras daba unas palmaditas a las mantas para señalarle que se sentará.

Whiss se aflojó la corbata y después de buscar la medicina de la anciana se sentó a su lado para recibir una tierna caricia en el rostro.

Cuando Mary entro en la habitación, lo hizo con el ceño fruncido. Estaba molesta desde que se sentó en la mesa. Dai lo notó de inmediato por eso no le fue extraña su actitud durante la comida, aunque tampoco le fue agradable.

-Esa charla con su prima no parece haber salido bien- comentó mientras se quitaba el saco y lo dejaba ordenado sobre una silla.

Mary no contestó. Se quitó el vestido delante de él, lo arrojo al suelo, se puso un camisón que tomó de debajo de la almohada, se soltó el cabello y se metió en la cama.

-No vuelvas a llamarme la atención como lo hiciste en la mesa- le advirtio con un tono frío.

-Lo siento, pero su actitud estaba siendo demasiado irreverente y casi desagradables- respondió Dai quitándose la camisa y los zapatos.

Mary no contestó. Iba a acomodarse para dormir, pero entonces lo vio ir hacia la cama todavía con el pantalón puesto y una camiseta sin mangas de color blanco.

-Hey, hey, hey ¿Qué estas haciendo?

-Mi espalda se hará polvo en ese duro sofá- le dijo mientras apartaba las mantas de su lado de la cama- Tenga piedad de mi. Ya no soy un muchacho.

-Sí, pues que pena, soy una desalmada- exclamó Mary volviendo a poner las mantas en su lugar.

-Dormire con las manos donde usted pueda verlas- Mary lo miró entrecerrando los ojos- Sobre las mantas- agregó Dai levantando las manos.

-Esta bien- Mary lo pensó un momento, ese sujeto iba a seguir insistiendo- Pero te quedas de ese lado y más vale que no ronques- le advirtió.

-No lo haré. Lo prometo- le contestó Dai y se acostó al lado de Mary poniendo las manos sobre su abdomen, por encima de las mantas.

-Buenas noches- le dijo ella.

-Buenas noches- contestó Dai con buen ánimo.

-Le decía a tu delicada espalda.

-Oh. Mi delicada espalda se lo agradece- le contestó en un tono simpático.

Mary se acostó dándole la espalda y se dispuso a dormir. Dai se quedó viendo el techo. Él conocía muy bien a Whiss. Apagó la lámpara y cerró los ojos sin cambiar de postura en casi toda la noche. Mary en cambio terminó con un brazo colgando del borde de la cama, una pierna sobre las piernas de Dai y exponiendo su espalda a los mosquitos. Así los encontró Whiss esa mañana, que con la llave maestra de la casa abrió la puerta de la habitación de la mujer. Asomó la cabeza dentro quedando sin ninguna expresión al ver a esos dos durmiendo cómodamente en esa estrecha cama. Cerró con el mismo cuidado con el que abrió y regreso por el pasillo hacia la habitación de Inés. Era todavía muy temprano. Solo él estaba despierto.

-Parece que los dos vamos muy en serio, querido padre- murmuró antes de entrar en el cuarto de Inés dándole los buenos días de forma amorosa y alegre.

-Buen día querido- le contestó la anciana desde la cama, sonriendo con dulzura.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro