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14._Verdad


Llevaban un par de horas así. Mary descansaba su cabeza en el regazo de Dai y él le peinaba el cabello con la mano con una paciencia inconmensurable. Los ojos de la muchacha estaban puestos en las sombras que se proyectaban en la blanca pared. A ratos temblaban haciendo formas extrañas.

-¿Se siente mejor ahora?- le consulto Dai con una voz suave, calmada.

Mary no respondió. Se levantó porque pensó él debía tener el muslo dormido de tanto estar en esa postura y ella no quería hacerlo sentir incómodo. Sentada a su lado froto sus ojos que prácticamente se le estaban cerrando.

-Eras como un somnifero- le dijo Mary a media voz.

-¿Fue eso un cumplido?- le preguntó Dai medio encogiéndose de hombros.

-No lo sé ¿Te parece lindo que te comparen con un somnifero?

-Viniendo de usted, si- le contestó Dai sonriendo con más gentileza de la habitual.

Mary arqueó una ceja y anuncio se iría a la cama. Él la siguió un poco después. Ninguno tenía problema para dormir junto al otro. No transgredian el espacio del otro, ni sentían entre ellos una tensión incómoda. Era un tanto peculiar esa pacífica atmósfera entre los dos y en los últimos días les género un poco de curiosidad, sin embargo, cada quien tenía sus objetivos en los que mantener su atención, aunque estos estaban tan unidos que a ratos parecían ser uno solo.

Después de un rato de largo silencio, Mary se lamento por haber perdido el letargo que Dai le obsequio y comenzó a moverse en la cama de manera algo ansiosa. Cuando él lo advirtió le preguntó si quería que la hiciera dormir. Mary dudó, pero accedió. Terminó descansando sobre su pecho un rato y acabó por dormirse en un cuarto de hora. Dai se quedó despierto otro rato recibiendo un mensaje en su teléfono celular. Era Whiss que le decía que estaba afuera de la habitación, que necesitaba hablar con él.

-Lo siento, estoy ocupado- le contestó y agregó que se asomara al interior de la habitación.

Whiss metió la cabeza y medio cuerpo al interior del cuarto, viendo a su padre saludarlo levantando la mano, mientras la otra descansaba sobre la espalda de la muchacha que dormía plácidamente sobre su pecho. El muchacho asintió con la cabeza y se retiró. No se mostró pudoroso como en otras ocasiones y eso despertó la suspicacias de Dai.

A la mañana siguiente, Mary despertó temprano y salió corriendo para tener tiempo de darse un baño en paz. Dai se quedó en la habitación con ese pijama y bata azul de tela gruesa que contrastaba con las blancas paredes. Cuando golpearon a su puerta, supuso que era Whiss por lo que permitió al visitante entrar diciendo: pase. Para su sorpresa se trataba de Inés que pasó sin dificultad con su silla de ruedas por aquella estrecha puerta. Ambos se saludaron y tras un intercambio de declaraciones formales Dai le preguntó a qué se debía esa visita matutina.

-Ire al grano- exclamó Inés- Estuve pensando en ciertas cosas y he tenido una idea un tanto desagradable respecto a usted y mi nieta.

-¿Cuál idea?- consultó Dai con mucha calma.

-Que puede ser posible Mary haya contratado sus servicios con algunas condiciones especiales- le dijo la mujer.

Whiss estuvo averiguando en que agencia trabajaba su padre, debido a que desde que se enteró de la ocupación de este considero que lo que él podía estar sosteniendo con Mary era una farsa. Algo en esa relación no lo terminaba de convencer. Aunque más que en argumentos se basaba en su intuición, por lo que no tenía ninguna prueba al respecto con la que desenmascarar la situación. Whiss comentó de esta sospecha a Inés a quien le pareció algo muy posible viniendo de Mary, sin embargo, sabía que interrogar a la mujer era una perdida de tiempo por lo que prefirió ir con su supuesto novio.

-Esta usted equivocada- le dijo Dai- Su nieta me interesa genuinamente.

-Me cuesta creerlo- le confesó Inés- A simple vista son demasiado diferentes. Dicen que los polos opuestos se atraen, pero...

-¿Le parece que somos polos opuestos?- exclamó Dai al ella dejar su frase inconclusa- También se equivoca en eso, Inés. Ambos somos pacientes, aunque ella no lo parezca, nos gusta que todo esté en calma y funcione correctamente. Pero ella es más tolerante que yo y más espontánea. A ratos irreverente.

-La conoce bien- murmuró Inés.

-Por supuesto. Pero eso no quiere decir que no tengamos conflictos. No hay una relación perfecta.

-Desde luego que no. Siendo una pareja consolidada han de tener planes a futuro. Dígame ¿tiene pensado casarse con ella?

-Me sería difícil llevar a Mary al altar, pero planeo intentarlo- le contestó Dai con seguridad.

Inés se le quedó mirando. Todo lo que él respondió se oyó natural. Pero le pasaba lo mismo que a Whiss. No lograba convencerse de que fuera real.

-¿Le importaría ayudarme a bajar? Whiss fue por mi medicina temprano al hospital y los demás aún duermen.

-Por supuesto. Solo deme un momento por favor.

Dai cargo a Inés hasta la sala dejándola sentada en el sofá para volver por la silla. Una vez terminó con eso subió a darse un baño y cambiarse.

Ese día fue muy tranquilo. No hubieron discusiones, ni fiestas improvisadas. Algunos bajaron a la playa por la tarde, entre ellos Mary que se puso unas bermudas negras y una camiseta que descubría sus hombros. También un sombrero grande que a ratos se sujetaba con la mano. Estaba sola en la playa cuando Whiss la vio desde la calle y no desaprovechó la oportunidad de ir a hablarle. Él estaba comiendo un cono de helado que por poco se le cae de las manos gracias a que tropezó en la arena. Cuando Mary lo vio él le sonrió, pero ella hizo como si no supiera él estaba ahí, algo que m dió ofendió a Whiss.

-Pensé que estaría con mi padre viendo este romántico ocaso- le comentó él con un tono burlón.

-Dijo que estaba cansado y prefería dormir una siesta- respondió Mary.

-No es usual que mi padre tome siestas. Por lo general se duerme pasado la media noche y se despierta temprano.

-Los años no pasan en vano, Whiss.

-¿Whiss? Es la primera vez que me llama por mi nombre- exclamó con una sonrisa simpática.

-Es que ahora me caes bien- le confesó Mary- Ignoro porque estás con Inés, pero se nota lo mucho que la cuidas.

Whiss guardo silencio para poder darle unas lamidas a su helado que se estaba derritiendo. En su mano izquierda llevaba los medicamentos de Inés. Él estuvo fuera casi todo el día.

-Ustedes tienen una relación bastante extraña, pero a su manera parecen apreciarse- comentó Whiss antes de darle una mordida al cono de galleta- Aunque las relaciones peculiares suelen ser comunes en ti, querida.

Mary le dió una mirada curiosa.

-Mí padre es muy inteligente. Se cuida más de lo que aparenta y por eso no trabaja para ninguna agencia de varones de compañía. Posiblemente tenga un sistema para captar clientes muy discreto, como por ejemplo, colarse en una de esas agencias haciéndose pasar por un cliente o un aspirante para observar a potenciales empleadores. Una vez consigue alguien de su agrado, se le acerca con alguna excusa y le manifiesta a que se dedica teniendo como referencia las opiniones de clientas en alguna página de internet de escaso acceso en la que tiene su perfil.

Mary se quedó callada.

-Así que así fue como sucedió- exclamó Whiss con satisfacción.

-¿Qué fue lo que sucedió?- inquirio Mary.

-Deja de fingir querida. Te he descubierto. Tú y mi padre solo están montando una farsa. Admito que ambos actúan muy bien, pero estoy seguro contaron con un tiempo de preparación que les permitió sostener todo esto. Claro...

-Deja de decir estupideces- lo interrumpió Mary.

-¿Veremos si Inés cree que son estupideces?

-A Inés puedes decirle que me robe el Taj Mahal y te lo creerá- señaló Mary.

-Eso facilita las cosas- le respondió Whiss.

Se quedaron mirando fijamente un instante y luego, al mismo tiempo, se echaron a correr hacia la casa. Cualquiera hubiera dicho que Whiss tenía la ventaja, pero no llevaba el calzado indicado para caminar en la arena, lo que le resto algunos segundos. Mary alcanzó la estrecha escalinata que subía hacia la calle y se trepó por ella tan rápido como pudo, pero Whiss acabo por alcanzarla y la tomó de la parte de atrás de la camiseta para poder evitar se le adelantará.

-Suéltame animal- le exigió la mujer.

-Hagase a un lado ¡Y yo no soy un animal!

-Pareces un guacamayo blanco- le dijo Mary intentando dar un paso a la vez que lo empujaba con el codo.

-¿Lo dice por mi peinado?

-Y por lo chillón- agregó Mary.

En la casa se habían reunido a jugar lotería y apostaban panqueques. Inés y Dai eran los que tenían más. Era un juego medio tonto, pero todos estaban bastante metidos en el asunto hasta que esos dos llegaron dándose empujones y hablando al mismo tiempo, como dos niños revoltosos que intentan acusar al otro. Pero una vez Whiss puso su atención en los panqueques se olvidó de la disputa y se unió al juego. Mary se le quedó viendo con extrañeza. Soltó un suspiro y fue hacia la cocina por algo de beber.

Durante la cena Inés se sintió un poco mal y se retiró antes. Mary le dió una mirada de advertencia a Whiss a lo que él respondió haciendo un guiño.

-¿Hay algo que deba saber?- le preguntó Dai a la muchacha.

-Que tu hijo es un buen detective- respondió Mary de manera algo cortante y no volvió a hablar, retirándose a su habitación después de terminar de comer.

Para cuándo Dai llegó a la recamara, Mary dormía profundamente. Él se aproximó para confírmalo y descubrió ella tenía un poco de fiebre. Su rostro estaba rojo y sudaba un poco. Le quitó la manta para que perdiera calor y luego salio en busca de Whiss, pues posiblemente él tendría algún analgésico, pero al salir al pasillo, Dai vio a su hijo salir corriendo con Inés en brazos hacia la escalera. Prácticamente bajo volando y llamaba a Sofi con bastante urgencia. A raíz de eso Tami y los demás despertaron saliendo a ver qué sucedía. No hizo falta que Whiss contestará para responder esa pregunta. Todos se alarmaron al ver que se llevaba a Inés. Alan fue el primero en reaccionar pidiendo a su novia que se quedará con Tami y despertara a Mary. El marido de Tami acompaño al chico y juntos partieron detrás de Whiss hacia el hospital.

-Mary no se encuentra bien- le dijo Dai a la chica que iba a ir a despertarla.

La muchacha volvió y se quedó con Tami que se puso pálida de un momento a otro. Las manos le temblaban y rompió a llorar de manera algo exagerada.

-¿Qué rayos sucede?- preguntó Mary que con todo el escándalo se había despertado y se asomaba en la puerta con un rostro exhausto.

-Se llevaron a Inés al hospital- le respondió Dai- Será mejor que...

-¿Y tú por qué estás llorando?- exclamó Mary viendo a Tami que solo la miró angustiada.

La pelirroja fue hacia ella y la tomó por el brazo diciendo que irían abajo por un poco de té con galletas con mermelada.

-Comeremos un poco de azúcar y te sentirás mejor ¿Quieres que veamos una película?- le decía Mary a su prima que iba hecha un mar de lágrimas- Sofi se quedará contigo y te acompañará. Tú ¿Sabes conducir una motocicleta?

La novia de Alan se dió por aludida y respondió que sí.

-¿Dai podrías llevar a Tami con Sofi ?

Él aceptó y bajo con la chica a la cocina, mientras Mary ponía una muda de ropa para Inés y otra para Whiss en un pequeño bolso que dió a la novia de su primo para que la llevara al hospital. La chica partió enseguida y ella se quedó ordenando un poco aquella alcoba. Bajo una media hora más tarde a asegurarse de que la puerta de la casa estuviera cerrada, le dijo a Sofí que se fuera a dormir y ella se quedó con Tami viendo una película en la sala. Dai se mantuvo un tanto al margen de todo eso, pues no había algo que él sintiera debía hacer, mas mientras veía a Mary haciéndose cargo de la casa no pudo evitar recordar el pasado de su familia.

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