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12._Charla


En la madrugada Mary despertó a raíz de un mal sueño. Se sentó en el borde de la cama para deshacerse de esas imágenes. La habitación tenía buena luminosidad y podía ver bastante bien. El sonido del mar podía escucharse claramente y eso la hizo ir hacia la ventana, un momento, antes de salir del cuarto. Dai dormía tranquilamente. Ella bajó a la cocina por un vaso con agua. Caminó allí se encontró con Tami sentada en la sala. La muchacha estaba encorvada. Al ver a Mary se puso de pie frotando sus manos en su rostro. La saludo y preguntó que estaba haciendo ahí a lo que Mary respondió tenía sed.  

-Estabas llorando- exclamó la pelirroja de un modo algo frío.

-No- negó Tami pese a lo evidente que era el hecho de que si lo había estado haciendo.

-Bueno- exclamó Mary y se dio la vuelta.

-No te vayas ¿Cómo me dejas sola si vez que estoy llorando? No has cambiado nada- le reclamo Tami.

Mary soltó un largo suspiro y con una expresión apática le preguntó a su prima por qué estaba llorando.

-No sé- contestó Tami.

-Generalmente uno llora cuando está triste, así que ¿Por qué estás triste?- le consultó Mary descansando su cuerpo en el umbral.

Tami no contestó. Bajo la cabeza y se quedó viendo sus zapatos.

-Veamos. Tus padres murieron cuando eras muy pequeña e Inés te crío así que asumo que saber se morirá pronto...te duele.

-¡Tú no entiendes nada!

-No dije que lo hacía. Solo manifesté lo que pienso- señaló Mary. 

-Y como siempre sin ningún cuidado en lastimar a la gente- se quejó Tami- Pero tienes razón. Es ridículo porque ella siempre me trató mal. Como si le estorbara. Aun así no puedo evitar sentirme triste por su situación. Mary... pronto Inés no estará más ¿entiendes eso?

Si lo entendía. Guardo silencio, pero lo entendía. La única familia que Tami tenía era Inés. Ella a menudo peleaba con Matilde por celos de hermana, aunque era su tía. Las primas no volvieron a hablar y cada una se retiró a su alcoba, pero Mary no pudo seguir durmiendo. Dai la encontró sentada en el sofá con un cigarrillo encendido en la mano. No lo fumaba. Solo le gustaba que el humo inundara el lugar.

-Buenos días- le dijo él y ella contestó con las mismas palabras- ¿Una mala noche?- preguntó Dai.

-No. Solo no pude dormir después de despertar en la madrugada- respondió Mary.

-Espero no haber sido la causa de su prematuro despertar.

-Dormir contigo no es ningúna molestia. Apenas te mueves- le contestó la muchacha- Pero balbuceas a ratos- agregó con una sonrisa.

Media hora después, juntos, bajaron a desayunar.

Inés se quedó en su dormitorio esa mañana. Whiss dijo que estaba cansada. No era verdad. A veces se sentía tan mal, que ni siquiera podía levantar la cabeza de la almohada. Sin la mujer en la mesa todo se volvía más fresco y grato, pero de una manera extraña. Mary se retiró rápido del comedor y Dai la siguió. Los demás se quedaron platicando respecto a qué hacer por la tarde. Alguien propuso tener una barbacoa, pero la mayoría prefería pasar el día en la playa o fuera de la casa. Al fin decidieron improvisar un cine en el patio, por la noche. En la casa había un viejo proyector y algunas cintas.

Mary se quedó viendo el océano con las manos puestas en esa pared de alambres en forma de red. Estaba vestida de negro y su figura contrastaba con el cielo y el océano de impecable azul. La mirada la tenía perdida en sus ideas.

-Es una hermosa vista- comentó Dai al llegar a su lado- Cuando Whiss era pequeño, vivimos en una casa cerca del mar.

Mary bajó su mirada a él que no apartó la suya del vasto océano.

-Tu casa tiene que haber sido un caos- comentó la muchacha sonriendo al imaginar casi un jardín infantil.

-Lo fue los primeros años. Tenía suerte si lograba dormir cuatro horas consecutivas- le respondió Dai sonriendo de una forma nostálgica- Usted me parece debió ser una niña muy inquieta.

-¿Eso crees?

-Es una impresión nada más.

-Por el contrario...era muy tranquila y sobretodo muy callada, aunque mi curiosidad me llevó a probar cosas insólitas- le contestó Mary.

-Sí usted le pregunta a Whiss cómo era de niño le dirá que era  muy bueno, que solo quería jugar- le dijo Dai girandose un poco a ella- Pero en realidad era travieso, demandante y le gustaba ir por ahí preguntando a la gente si les parecía un chico lindo. Si le decían que no su humor se volvía terrible.

Whiss miraba por la ventana del cuarto de Inés a Mary y su padre. Inés estaba tendida en la cama. Había estado vomitando las últimas horas. Para distraerla el paramédico le preguntó respecto a los tres niños que crío y ella le hablo de ellos de forma brusca.

-Alan quería ser siempre el centro de atención. Una vez se vistió como chica y se puso a cantar sobre la mesa. Cuando lo castigue dijo que solo quería hacer reír a sus primas. Tami era la más tímida y ordenada. Se lo pasaba detrás de los otros dos intentando de que no me hicieran enojar. Mary era inventiva. No necesitaba juguetes para divertirse y a menudo contaba historias a los demás- le contó la anciana cuya voz se fue suavizando confirme su pequeño relato fue avanzando.

-Imagino que los tres debían darte mucho trabajo que hacer- comentó Whiss.

-No debieron dármelo- exclamó Inés- ¿Sabes por qué los padres quieren nietos, Whiss? Para disfrutar de esos tiernos años de dulce travesura sin tener que enseñar, corregir o moldear. Los abuelos no tienen que criar a sus nietos.

Whiss escuchó aquello con bastante atención y una particular seriedad. Volvió a ver hacia el patio. Su padre ofreció su brazo a Mary y juntos volvieron a la casa. Él los vio entrar.

-Solo dile de una vez que sucede para que deje de preocuparse por tu futuro- le dijo Inés súbitamente- ¿En serio te crees eso de "eres un adulto y sabes lo que haces?

-Por supuesto que no. Sé que está muy preocupado de que me case contigo, querida- le confesó Whiss caminando hacia ella- Pero ojalá lo dijese en lugar de compararse como lo...

Inés soltó una risa clara.

-Es tu padre, amor. No importa si tiene dudas o sabe está equivocado. Él seguirá actuando con esa seguridad arrogante y autoritaria- le dijo la mujer y cerró los ojos para dormir un poco.

-Nunca tendré hijos eso es seguro- murmuró Whiss.

El almuerzo fue rápido, la tarde también y al anochecer todos estaban trabajando en armar el cine al exterior, pese a que ni siquiera sabían si el proyecto funcionaba todavía. Mary tendió varias alfombras en el suelo, Tami buscó todos los cojines de la casa, mientras Sofi y la novia de Alan hacian los bocadillos. El chico y el marido de Tami luchaban por armar la pantalla. Whiss estaba con Inés y Dai estaba parado bajo el único árbol en el lugar.

-¿Y cómo está quedando todo señor supervisor?- le preguntó Mary cuando notó aquello.

-Muy bien. Hacen un trabajo excelente- le respondió medio encogiéndose de hombros.

-Has algo útil ¿quieres?

-Todas las tareas han sido cubiertas, querida- señaló Dai.

Mary torció la boca y miró hacia la pantalla. Él tenía razón.

-Ven, será mejor que tomemos puesto rápido o nos dejarán atrás y con tu estatura no verás nada- le dijo Mary tomándolo de la mano.

-Esa fue una revancha muy pobre- le señaló Dai.

-No empieces- le pidió Mary mientras lo medio empujaba para que cayera sobre los cojines y consiguió su objetivo- Habré las piernas...quiero que me hagas de soporte. Trabaje. Estoy cansada- le dijo mientras se acomodaba sobre él como en el respaldo de una silla de piscina.

Para Dai la postura era un tanto incómoda. Demasiado informal para su gusto, pero Mary lucia bastante a gusto descansando su cabeza en su pecho y usando uno de sus muslos como descansa brazos.

-¿No preferiría una silla?- le preguntó Dai.

-Relajate- exclamó Mary justo cuando veía aparecer a Sofi con unos bocadillos- Hey, quiero patatas fritas con picante por favor- le dijo a la joven empleada que le dió una de las fuentes que llevaba.

Mary puso sus patatas fritas a un costado y tomó una para acercarla a la boca de Dai que se quedó viendo el bocadillo, un momento, antes de morderlo.

Whiss llegó un poco después cargando a Inés. La dejó en la mejor posición para ver una película que parecía no se iba a reproducir jamás. La mujer lucía muy seria, pero de buen humor. Después de una media hora por fin salió la imagen de un león gruñendo y todos se comenzaron a acomodar para ver la película. Una bastante vieja que posiblemente todos habían visto más de diez veces, pero nadie hizo mención de eso. Era una situación muy amena y especial. Todo venía siendo así y la más conciente de eso era Mary, que apartó los ojos de Inés para concentrarse en Dai, a quien de vez en cuando le regalaba una caricia que él aceptaba, sin devolver más que un beso en el dorso de la mano de la mujer a la que Whiss vigilaba de vez en cuando.

Después de cuarenta minutos de película, súbitamente, la imagen desapareció.

-Esta porquería se quemó- gritó Alan terminando así con el improvisado cine.

-¿Y ahora que hacemos?- preguntó Tami.

-Sacar los celulares- le respondió su marido.

-Contar historias de terror- sugirió la novia de Alan.

-Mary es buena con eso. Cuentanos algo prima- le pidió en chico al sentarse entre su familia.

-Vale, pero luego no se quejen- dijo la muchacha- ¿Quieres que me levante?- le preguntó a Dai.

-No hace falta.

Mary empezó entonces a contar una historia de terror respecto a una pareja que viajaba por la carretera haciendo paradas en moteles para dormir. En cada uno de ellos le ocurrían cosas extrañas acontecimientos que fueron poniendo nerviosos a los más sensibles. Whiss era de los más sumergido en el relato, por eso cuando Tami dio un grito él también lo hizo y hasta dio un pequeño brinco que lo hizo tirar sus palomitas. Su reacción desató las risas algo que le cambió el ánimo. Pero la más molesta fue Tami, pues alguien la asustó tocando su espalda y ella culpó a Alan.

-¡Yo tenía las manos en mi novia, el que te asusto fue el tarado de tu marido!- le gritó el chico mientras el mencionado se doblaba de risa sentado entre los cojines a los pies de Tami.

Molesta, la muchacha, tomó un cojín y se lo arrojo a Alan, pero fue a dar sobre la cabeza de Dai dejándole un pequeño corte en la frente gracias a la cremallera en la funda. Antes de que Tami intentará disculparse, Mary le había estampado un almohadon en la cara.

-¡¿Pero qué te pasa?!

-Lastimaste a mí chico... ahora te mueres- le respondió Mary que estaba de pie con otro cojín en la mano.

Tami acabó recibiendo una embestida que la dejó de espaldas en el piso mientras recibía almohadazos. Pronto Alan y su novia se unieron y en menos de un minuto los bocadillos volaban por los aires como los cojines. Inés trato de devolver el orden, pero todo lo que consiguió fue recibir el impacto de varios cojines. Uno de esos le quitó la peluca y esa imagen acabó con el juego.

Hasta ese momento todos pensaban ella tenía su cabello. Descubrir que no fue un duro golpe para todos.

-¿Qué están vendiendo? Levanten este desastre, montón de mocosos inmaduros- les dijo mientras Whiss levantaba la peluca para devolversela.

Nadie se movía. Nadie hablaba. De pronto Mary sintió la mirada de su abuela sobre de ella. Los ojos de la mujer la veían con cierto despecho y arrogancia. Tras una breve pausa la muchacha dijo:

-Hasta que por fin luces como la bruja que eres, vieja cascarrabias...

-Vieja, en silla de ruedas y calva, pero me casare con este bombón - le respondió la mujer tomando la mano de Whiss.

-Y yo con su fábrica- contestó Mary.

-Siempre tan ambiciosa primita- comentó Alan y el lío se armó otra vez.

Solo Tami se quedó ayudando a Sofi a limpiar después de que Inés se retirará a descansar y los demás huyeran. Mary aprovechó de darse un baño. Dai se quedó en la sala donde más tarde lo encontró Whiss al bajar por una jarra con agua.

-Linda familia con la que nos involucramos- comentó Whiss con un tono ambiguo.

-Todas las familias tienen sus peculiaridades. La nuestra tampoco podría definirse como convencional- respondió Dai.

-Cierto- admitió Whiss- Mary parece estimarte mucho, padre. Y te veo muy a gusto con ella.

-Es una mujer de naturaleza dual. A veces serena, a ratos como una tempestad. Dulce y ácida...

-Suena inestable- señaló Whiss.

-Ella fluye como el agua- lo corrigió su padre con un toque  señoral en su postura.

-Es difícil para mí imaginarte con una mujer así.

-Tiene muchas cualidades.

-Desde luego- murmuró Whiss viendo a otro lado.

-¿Quieres beber un café? Es una noche muy agradable para charlar- le dijo Dai buscando los ojos de su hijo.

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