Capítulo 34.
Capítulo 34.
Brandon
— Sé que dijimos que te íbamos a ayudar. Pero ¿Cuántas cosas más tenemos que llevar? — pregunta cansado Pablo.
— Esta es la última tanda — respondo. Tomo una de las últimas cajas para llevarla al auto. — Aparte solo quedan las cajas con las cosas de la cocina.
— Si, pero íbamos a ayudarte a pintar — vuelve a quejarse. Ruedo los ojos.
Bufo por lo bajo. Dejo la caja al lado de Ornella, quien estaba escribiéndose con alguien por mensaje.
— ¿Es oficial o solo es un chongo más? — pregunte chocando su hombro de forma juguetona.
Ella me mira y me muestra su dedo del medio.
— Queti.
— Que mala persona — lloriqueo. Ella rueda los ojos para seguir con lo suyo. Vuelvo al garaje de mis padres para cerrarlo.
Listo por fin tengo todas mis cosas. Hace más o menos una hora el sol se había escondido, la noche se había puesto fresca y mi estómago gruñía. Miro a mis primos quienes estaban adentro del auto, seguro cansados de transportar tantas cajas durante toda la tarde.
Cuando me acerco a mi auto, visualizo el auto de mis padres acercándose. Intento ser lo más rápido posible, para meterme al mío y marcharme sin tener que hablar con mi mama.
Pero al parecer mi mama. Anticipo mi movimiento ya que sentía sus gritos acercándose.
— ¡Brandon! — escalmo desde la ventana del auto. Vi como papa freno en seco el auto, porque mi mama salió disparada por la puerta, para correr hacia mí.
Con agilidad me deslizo dentro del auto y cierro la puerta. Pero antes de poder trabarla, la mujer que me dio la vida me la abre de golpe.
¡Vieja, el auto no es mío! Me queje internamente.
— ¿No escuchas que te llame? — pregunta agitada. Se dobla poniendo sus manos en sus rodillas.
— No.
Respondí seco. Hice el amague para cerrar la puerta de vuelta, pero ella se puso en medio y negó con la mano. Enojado cruce mis brazos sobre mi pecho, La mire molesto.
— No actúes como un niño Brandon. — me regaño. Ella miro a mis primos y puso una sonrisa. — Hola amores, perdonen la escena. Pero en vez de un hijo tuve a la mismísima Mari mar.
Mis malditos, y ahora des heredados, primos. Empezaron a reírse de forma escandalosa.
— Los iba a llevar a comer a Mc Donalds. Ahora coman aca, giles— dije en tono de brula. Ellos dejaron de reír.
— Pague un colegio privado, pata que termines hablando así — me reprendió mama. —, sal de auto. Tenemos que hablar.
— ¿De qué? ¿Acaso volviste a intentar arreglar mi vida de vuelta? — pregunte cínico.
— Mas respeto a tu madre. No importa si sos más alto que yo, o si ya te mantienes solo. Yo soy tu mama, y tenés que respetarme como tal.
La forma tan enojada y autoritaria como lo dijo, me dejo boquiabierto. Sé que le hable mal, me sentí culpable cundo la mire sus ojos verdes, iguales a los míos, estaban llorosos.
Salí del auto y cerré la puerta, caminamos juntos a la entrada de la casa. Él se sentó en el inicio de la escalera de entrada y me miro.
— Sé que no debí meterme en tu vida amorosa, perdón.
La mire incrédulo, para decir lo obvio era mejor no decir nada.
— No mama, no debiste.
— Pero como ya lo hice.... — dice ella encogiéndose de hombros. — Solo quiero decirte, que fue para protegerte. Siempre te veré como mi bebe.
Un bebe que va a tener un bebe, pensé.
— Aunque haya sido con la mejor intención del mundo. Si me alejaba de ella o no, era decisión mía. No tuya mama.
Ella me miro por unos instantes y luego fijo su vista al frente. No sé en que estará pensando, pero si me pusiera en su lugar. No haría lo que hizo ella, nunca me metería en la relación de mis hijos.
— Te contare una historia. Había una vez una chica de dieciocho años que se había enamorado como nunca. Tanto que dio todo por el chico, pero nunca le dijo a nadie. Ni siquiera a su muy querida abuela.
"Pero el chico un día le daño el corazón, se lo hizo añicos.
Sintió un dolor como nunca antes, ese dolor que casi no tiene explicación, el cual pensó que la terminaría dejando lastimada por siempre. Valla que era dramática en ese entonces — Ella suspiro y puso su cálida mano sobre la mía. — Pero el dolor se hizo aún más grande, cuando se dio cuenta de que nunca la apoyarían. Y que nadie defendería su corazón roto, que nadie iba a estar para ella.
Si, fui impulsiva. Al buscar a Reina y pedirle que se alejara de ti. Pero hice lo que me gustaría que hubieran hecho por mí. Defenderme."
Me quede callado. No sabía que decir.
Tengo un nudo en la garganta. No me podía imaginar cómo debe estar sintiéndose mi mama.
El sentimiento de culpa y enojo, por haberla tratado mal. Se hacen presentes, me siento un hijo terrible.
— Perdón mama.
La abrace con fuerza, ella me correspondió el abrazo con el mismo ímpetu.
Ahora entiendo porque hizo lo que hizo. Y me duele saber que mis abuelos no la apoyaron igual cuando ella estaba así de mal. Mi mama describió a la perfección el dolor que sentí yo, y me duele saber que ella no tuvo ni hermanos y padres que la contuvieran.
— Al fin se arreglaron, ya no sabía de qué lado ponerme. Si el de mi hijo o el de mi esposa— dijo aliviado mi padre.
Quien se tiro encima nuestro y nos abrazó con fuerza.
— ¿Fraternizabas con el enemigo? — Pregunto mama mirándolo con una sonrisa que asustaba.
Papa la miro levantado sus manos en el aire.
— Que no se te olvide, que casi voy a la cárcel por ti— se defendió.
¿Cárcel? Niego con la cabeza.
— Mejor me iré... — no quiero estar presente cuando mis padres empiecen a hacer cositas. Ya me han traumado lo suficiente.
— ¿Así que te mudas? — pregunta papa.
Me doy vuelta para mirarlo. Seguíamos sentados en el escalón.
— Si, el sillón de Cate ya me hacía doler el cuello.
— ¿A dónde vas a vivir? — Pregunto mi mama.
— En el mismo edificio que Cate. Encontré un lugar lindo y barato— Les comento feliz. Me gustaba poder estar hablando con ellos como antes- — Los estuve haciendo trabajar toda la tarde a los chicos.
— Hijo, no explotes a tus primos. — reprende mi mama. Pero lo dice con una sonrisa.
¿Debería decirles lo de Reina?
No quisiera hacerlo, ya que estamos en armonía y paz. Pero es mejor que se entere ahora y no cuando nazca la bebe.
— Hay algo más.
— ¿Qué cosa campeón? — pregunta papa, quien pasa el brazo por los hombros de mama y la atrae a su pecho. Ese gesto fue tan íntimo y dulce.
— Primero que nada, mama no te pongas loca y papa abrázala fuerte— Ellos comparten una mirada extrañada. Pero asienten.
Les cuento todo, sin omitir detalles.
Ellos se quedaron mudos. Mama nos sabía que decir y papa estaba en shock. Yo tampoco sabía que más agregar.
— Yo... Em... — tartamudeo mama sin poder decir nada.
Por lo menos no me está gritando. Y eso es bueno.
— Bran, sé que estaba hablando. Pero mama está preocupada por nosotros y tenemos que volver— La voz cálida de mi prima nos sacó a todos del incomodo silencio. Ella vio las caras de mis padres y me miro preguntado en voz baja "¿Les dijiste?"
Asiento con la cabeza ella se lleva las manos a la boca. Y susurra "Estas frito"
— Díganle a su madre, que se quedan a comer conmigo. Tenemos que hablar mucho— dice mama mirando a Orne. —, creo que tu también sabes sobre el nuevo integrante.
— ¿Cuál de los dos? — pregunta confundida la pelirroja.
¿Dos? ¿Quién más va a tener un bebe? ¿Mi mama? ¡Pero si ya es vieja!
— ¿Qué? — pregunte confundido.
— Si mejor entremos— dice mama. — Hablaremos de todo.
— Claro tía, ahora traigo a Pablo y le aviso a mama. — Orne se va corriendo a buscar su mellizo.
Yo me quedo mirando mis padres.
— ¿Voy a tener un hermanito? — pregunto anonadado.
Mis padres e miran entre si y se ríen.
— Claro que no— Responde mama con una sonrisa. — Me ligues las trompas, después de tener a Catherine.
— Y yo me hice la vasectomía al mismo tiempo. — comenta papa. — Así que no vas a tener hermanitos.
— ¡Gracias a Dios!
Ellos me miran y se ríen.
— Pero tú, nos vas a hacer abuelos...
Sabía que sería un tema delicado. Pero teníamos una cena y unas horas para aclarar todo. Lo único positivo es que mi madre no puso el grito en el cielo, eso es bueno.
Reina
Suspire frustrada, no podía llevarme todas mis cosas.
Seguramente no tendríamos lugar para nada. Solo espero que el lugar que consiguió Brandon no sea una pocilga.
Tomo mi abultado vientre "Es por ti princesita".
Todo esto es por ella, por mi bebe hermosa. Ella merece un amor paternal puro y sincero. Sé que Martin descubriría enseguida que ella no es su hija, no es porque los números no cuadran. Sino por la prueba de ADN que yo misma mande a hacer.
La verdad me daba igual si el me golpeaba, solo lo hacía cuando se enteraba de alguno de mis amoríos. Pero no tengo la culpa de que él no logre llenarme en la cama. Y tampoco es mi culpa que le guste a sus empleados.
Pensé que nunca se iba a enterar de lo mío con Brandon. Pero el muy idiota instalo cámaras en todos lados.
Que descuidada fui. Pero lo convencí con tener un hijo, un heredero.
Juro que me pase todo un mes teniendo sexo con él. Para quedar embarazada, pero una no puede quedar en cinta. Si ya lo estaba con anterioridad.
Lo malo es que no sabía de quien era, si mi esposo, Brandon o Daniel.
Pero al descubrí que el padre era Brandon lo fui a buscar a la casa de sus padres. Pero si no hubiera sido por la perra loca de su madre, ese mismo día lo volvía a tener en mis manos.
Tuve que usar la carta de la pobre mujer golpeada para comprobar que él estaba loco por mí. Y eso era lo que necesitaba que el estuviera loco por mí, a tal punto de cuando yo lo buscara el dejara todo por mí.
Suspiro, debería haberlo pensando mejor...
Seguro tendremos una casa con cocina y comed juntos, un horror. Pero con el dinero que le sacare a Martin tras el divorcio, podre irme y comenzar de nuevo.
Dejare a la niña con Brando. Yo nunca quise ser madre, pero era lo que necesitaba para seguir con mi vida de lujos.
Aunque me da un poco de pena, el abandonar a Brandon. Sé que el hará lo mejor para la niña, capaz hasta se la da la bruja de su madre para que la crie.
El plan era simple.
Primero decirle a Martin que la bebe murió y pedirle el divorcio. Inventarle algo de que me fui para buscar paz mental a alguna isla rara.
Segundo cuando logre divorciarme, decirle a Brandon que me iré por unos días. Y no volver.
No me duele dejar a mi hija, ya que yo no le podría dar todo el amor que ella necesita. No puedo ser una madre que la anime, le haga trenzas o la bese. Yo no nací para esa vida, pero seguro Brandon cumplirá muy bien el rol de padre.
Por eso me iré con él.
— Algún día cuando seas grande hija, sabrás porque mami hizo esto.
Acaricio mi panza con delicadez, hago todo por ti. Te daré un padre que te amé mucho.
Hola....
la verdad ya no se que pensar de Reina ...
(Inserten aqui lo que piensan de ella)
(Inserten aqui quienes amen a Ada)
los amo, gracias por leer.
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