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Capítulo 24

Capítulo 24

Si les sale primero este cap, vuelvan hacia atras.

Pd: Publique tres capitulos nuevos en Loca, sexy y pelirroja. Los cuales complemtan esta historia.

Brandon.

Miraba incrédulo a Ariel. Sabía porque me pegaba. Pero no proceso lo que acaba de suceder.

Siento un sabor metálico en la boca. Llevo mi dedo a mis labios, efectivamente estoy sangrando.

-Demasiado tarde para pedir perdón.- Murmura con furia.

En ese mismo ínstate, mi mama y mi tía entran por las puertas. Ambas se sorprenden al vernos todos reunidos.

-¡Hija! ¿Qué paso?-Pregunta mi tía corriendo hasta Ornella. Quien tiene el labio partido y un corte un poco profundo a la altura de la ceja. Se pondría bien.

-Fue una caída nada más.-Responde ella.

-¿Qué pasa aquí?-pregunta mi mama mirando a Ariel. Quien sigue atrapada en los brazos de Carlos. Alexander se había parado para calmarlo.

-¿Acaso te harás la que no sabes nada?-Pregunta con ira Ariel.

Niego con la cabeza, esto se fue de las manos. El secreto de Ariel solo lo sabía papa. Al cual aparentemente se le escapo.

-No Ariel. Tú mama no sabe nada.- Lo saca de dudas Carlos.

Ariel con fuerza bruta, sale de los brazos de mi papa.

-Ni si te ocurra decir una sola palabra.-Amenaza apuntándolo con el dedo.

Todos nos quedamos sorprendidos. Ariel nunca le falto el respeto o le grito a alguien. Parecía otro, se veía triste y enfadado. Y como no, lo había traicionada, él me dijo que nunca dijera nada. Luego su mirada se dirigió hacia mí, solo veía odio en sus ojos azules.

-Y tú, ya no eres mi hermano.-Dice empujando me. No vi venir el empujón y me caí de culo encima de la mesa de vidrio. La cual se hizo añicos. Sentí que mis palmas ardían, pero no le di importancia. Estaba en un estado de shock.

Se estucharon gritos de sorpresa, pero no supe distinguir de quien era o de quienes.

-¡Por Dios!-Grito mi mama.- ¿Qué pasa aquí? ¿Qué es lo que no quieres que sepa?-Pregunta con lágrimas en los ojos mi madre. Intenta acercarse a Ariel, este la esquiva de mala forma.- ¿Sabes algo?-Le pregunta a Alex. Este mira a mi mama y niega con la cabeza.

-Hijo...

-No déjenme solo.-Ordena Ariel. El sube las escaleras y escuchamos un portazo.

No tardo ni diez segundo en bajar con sus cosas en la mano.

-¿A dónde vas?-Pregunta mi mama.

-A mi casa.-Respondió sin más y salió por la puerta. Mi padrino salió corriendo en su dirección.

Me dolía el pecho, sabía que había cometido un error en contar que Ariel es gay.

Soy un idiota, ahora mi hermano me odia.

-Ven hijito arriba.-Dice mi mama, ayudándome a levantarme.

Miro mis manos están manchadas con sangre. Pero no me importa, solo podía mirar a mi papa.

-¿Cómo?-Pregunto confundido. Mi papa no era una persona chismosa que iba contando todo lo que uno le confiaba.

-Se me escapo.-Responde.

-¿Alguien me puede decir que paso?¿Porque Ariel te pego?-Pregunta mi mama alterada.

-Yo...-Empecé pero fui interrumpido por Ornella.

-Creo que es mejor que Brandon se valla a limpiar. Y de pues hablamos más calmados.

-Si lo que ella dijo. Voy al baño.-Digo corriendo escaleras arriba.

Me sentía atrapado, sin aire. Como fui tan tonto, no quiero enojarme con mi papa. Pero también tiene algo de culpa- ¿Cómo va a ser tan despistado?

Dios ¿Y si Ariel nunca me perdona? Nunca voy a olvidar la mirada de odio que me dio. La cague.

Entro al baño, sin ningún cuidado meto mis manos al agua. Con jabón blanco empiezo a refregar mis manos, ardió un poco pero el dolor es soportable. Los cortes no eran muy profundos, ya dejaron de sangrar.

Por ultimo limpio mi cara sacando todo rastro de sangre de ella.

Escucho como discuten abajo. No tengo cabeza para hablar con ellos, y confió que mi padre ya no abrir tanto la boca.

Con cuidado camino hasta la que sería mi habitación y me acuesto. Miro al techo, siento que estoy a punto de llorar por la rabia.

Mi celular vibra en mi bolsillo. Me había olvidado por completo que tenía el celular allí. Espero que no esté muy roto.

Por suerte solo tiene una línea cruzando la pantalla (en el vidrio templado). Miro y veo que tengo varios mensajes en WhatsApp de un número desconocido. Desbloqueo el celular y entro a la aplicación.

Mi corazón se detiene unos segundos al ver la foto de perfil. Es Reina, la foto mostraba su vientre algo abultado .El cual lucia en un lindo vestido celeste, tenía una hermosa sonrisa en el rostro.

Mi corazón se oprimió más al recordarla. ¿Por qué todo me tenía que salir mal?

Entro al chat.

Desconocido: Hola Brandon, soy Reina este es mi número nuevo.

Sé que tu madre me pidió que no te buscara, que me alejara de ti. Que ya tenías bastantes problemas por mi culpa.

Yo la entiendo, haría todo por mi hijo. Hasta incluso quedarme con el hombre equivocado.

Pero soy demasiado egoísta como para dejarte ir.

Necesitó verte, si vos también quieres. Nos veamos.

Con amor Reina.

Mi corazón latía con fuerza. Releí de vuelta el mensaje, una vez, dos, tres... Siete.

No logro entender de todo ¿Cuándo hablo mi mama con Reina? ¿Por qué le dijo que se alejara de mí?

En mi mente cruzaron varias hipótesis, pero ninguna justificada lo que ella hizo.

Yo: Si Reina nos veamos.

También necesito verte.

Una vez que envíe el mensaje, deje el celular sobre la cama. Salí hecho una furia de la habitación.

- Eres un idiota. Ni de tu hija puedes cuidar.-Escucho la voz de mi madrina salir de la habitación continua a la mía.

Al parecer no soy el único con ramas. Decido no intervenir en esa discusión a puerta cerrada. Ya que tenía que encargarme de lo que sea que haya dicho o hecho mi mama.

Bajo las escaleras y encuentra a mi mama con mis primos. Sentados en la sala viendo la tele.

-¿Qué cosa le dijiste a Reina?-Pregunto casi gritando.

Todos los allí presentes se dan vuelta para mirarme. Mi mama se para con rapidez y me mira con ojos de borrego a medio morir.

- ¿Qué?-Pregunto aturdida.

-Lo que escuchaste. ¿Qué le dijiste a Reina?- Volví a preguntar de forma brusca.

Sé que no le debo hablar a mi madre así, pero en estos momentos el enojo me sobrepasa.

- Lo que toda madre que se preocupa por su hijo debe hacer. Le dije que se alejara, ella tiene un esposo y espera un hijo de él. ¿Cómo puede venir a buscarte y confundirte más? ¿Sabías que era su esposo el que hizo que no pudieras encontrar trabajo?- Me explico.

-Ya lo sabía mama. Pero no tenías derecho a alejarla de mí. Yo la amo, al único que le concierne esa decisión es a mí.

Me sentía traicionado por mi madre. Era injusto que ella creyera saber que era lo mejor para mí. El único que lo sabe soy yo.

- ¿Cómo puedes amarla si te hace tanto daño? ¿O te olvidas que llegaste llorando a nuestra puerta? –Pregunta poniendo sus manos en mis hombros. Sus ojos estaban llenos de lágrimas. – No me pidas que te deje estar cerca de alguien que te lastimo. No me pase nueve meses haciendo tu corazón, para que una bruja venga y lo rompa en dos segundos.

Sus palabras me destrozaron. En el fondo sabía que tiene razón, ella no está conmigo porque no tengo el dinero y la posición que ella quiere.

Pero me ama y yo la amo a ella. Eso es lo que importa.

-¿Quién te crees para elegir quien puede romper o no mi corazón? –La forma en la que lo dije, fue dura y brusca. No tuve que sacar sus manos de mis hombros, ya que ella lo hizo.

Me miro como si no me conociera.

-Soy tu madre. La persona que te conoce de pies a cabeza. La que sabe que te mereces mucho más que ser el otro o el amante. –Su voz erra casi un susurro.

Niego con la cabeza repetidas veces. No puede ser, ella no sabe que siento o como son las cosas.

-No sabes nada. No entiendes que es lo que siento yo o lo que siente ella.- Mi voz era un susurro, sabía que si seguía hablando me iba a quebrar. Y lo que menos quería era mostrarle que ella tenía razón, el orgullo no me dejaba.

- Capaz que no sepa que siente ella. Pero te vi llorando cada noche por esa mujer. Y no sabes el dolor que es para una madre, ver a su hijo con el corazón roto y no poder arreglarlo.

Antes de poder siquiera responderle. Unos gritos más fuertes que los nuestros se escucharon abajando por la escalera.

- ¿Acaso escuchas lo que dices?-Grito Alexander a Julieta de forma escéptica

-Sí. –Responde esta de forma mordaz.

Ella nos mira a todos. Pero su vista esta fija en sus hijos.

Miro a mi pequeña prima, quien tiene los ojos llorosos. Pablo esta igual o peor que ella.

-Amores.-Dice mi madrina corriendo abrazarlos.- Me quedare con su tía Ada unas semanas.

-¿Semanas?- Pregunta Ornella.

-Sí. Esto no es por ustedes, son problemas nuestros. Nada de esto tiene que ver con ustedes. Quiero que los sepan.- Dice mientras lo vuelve a abrazar.-Sepan que son lo más importante que tengo en la vida. Son mi fuerza.

Miro a mi padrino, el cual estaba tirado en el último escalón. Con las manos en la cabeza, veía sus hombros subir y bajar. Estaba llorando.

¿En qué momento se fue todo a la mierda?

En ese momento Cate y Marco entran por la puerta. Miro a mi hermana menor.

-Cate me quedare unos días en su casa. Espero que no sea molestia.-Digo mirándolos a ambos. Ellos se miran sorprendidos.

-Si está bien ¿Qué paso?-Dice ella.

-¿Qué?-Pregunta mama enojada.

-Me voy, no puedo estar en la casa de alguien que no me apoya. Y que hace cosas a mi espalda, sin pensar en las consecuencias.

Mi mama me mira desilusionada. No es la primera vez en el día que alguien me mira así. Pero no puedo aguantar la mierda de todos, suficiente tengo con la mía.

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