14
—¡Jiminnie!, ¡Jiminnie!, ¡PARK JIMIN, DETENTE AHORA MISMO! —Gritó mientras corría detrás del omega de cabellos rubios.
—NO. —gritó también el mencionado. Jimin no se detendría por nada del mundo. Ya estaba cansado de ese estúpido alfa. Estaba enamorado de él, sí, pero no podía hacer nada si ese alfa se comportaba de esa forma.
Yoongi llevaba siguiéndolo como por 5 minutos. Después de que le llamase gordo en la heladería, no quería saber nada de él, pero el alfa estaba siendo insistente.
El omega comenzó a acelerar la velocidad con la que iba, pero él era Park Jimin, y por eso terminó en el suelo.
Yoongi se detuvo rápidamente al ver que el omega se había caído de panza sobre la acera, y sin pensarlo, fue en su ayuda.
—Déjame ayudarte —le dijo amablemente mientras le tendía una mano.
Jimin estaba furioso. Su orgullo acababa de ser doblemente herido, pero él no aceptaría ninguna mano de ese alfa. Prefería mil veces quedarse en el suelo a recibir ayuda del que le llamó gordo.
—No necesito su ayuda —gruñó, para luego golpear la mano que el alfa le estaba ofreciendo.
Yoongi rodó los ojos. —Vamos, no seas orgulloso. Se ve que la caída fue fuerte.
Jimin se molesto aun más. Acababa de caerse frente a su enamorado, y lo peor es que a este se le formó una sonrisa burlesca en su apetecible boca.
Se pegó una cachetada mental, aún en estas circunstancias estaba pensando en lo hermoso e idiota que era Min.
El omega suspiró fuertemente, y de un saltó se levantó. —No me dolió. —Mintió, si le había dolido, y mucho— Ahora, si me permite, me voy.
El rubio dio la vuelta seguro de sí mismo, y estuvo a punto de comenzar a caminar, pero unos brazos en la cintura detuvieron su acción.
Cuando el alfa se dio cuenta de que su oportunidad para arreglar las cosas con el omega estaban a punto de irse por un caño. Por inercia, apresó la cintura del omega con ambos brazos.
—NO, tú no te vas hasta que aclaremos las cosas.
Jimin, quien era un pervertido por naturaleza, se sonrojo furiosamente al sentir el fuerte agarre de las manos del alfa en su cintura, y porque su trasero chocaba con la cosita del mayor.
Calmate, Jimin. Se repetía en su cabeza.
Por otro lado, Yoongi no tuvo ningún pensamiento sucio. Lo único en que pensó, fue en el delicioso aroma que desprendía el menor.
—No fue mi intención el hacerte sentir mal —comenzó a decir, aun sin soltarlo—. Me refería a que parecías alguien con antojos de embarazado, no que tu físico era el de uno. Así que...
¿Me perdonas?
—N-no.
—¿No? —puchereó, aunque el omega no le pudiera ver—. Sé que fui muy idiota. Es algo en lo que debo de trabajar mucho, ya que siempre hablo sin antes pensar —susurró con su tono ronco sobre el oido del menor—. Por favor, perdóname. Puedes desquitarte pegándome una cachetada si gustas —suspiró.
El rubio estaba más enfrascado en no pensar en la posición tan "comprometedora" en la que estaban, que decidió asentir rápidamente. Ahora mismo no le importaban las palabras que él alfa le había dicho. Ya no estaba enojado.
El peli gris vio como el rubio asintió, así que poco a poco fue soltando sus manos de la cintura del omega. Cuando se apartó, hizo girar al omega. Quiso reírse al ver la cara del rubio; estaba con sus mejillas muy rojas, y parecía que le costaba respirar, mientras tenía sus ojos muy abiertos.
—¿Por qué tienes esa cara? —se burló el alfa— ¿Qué te pasa?
¿Qué me pasa?, pasa que quiero que me besé de forma sucia en este mismo instante. Pensó el omega.
Jimin respiro profundamente. —Na-Nada, Hyung —habló como pudo.
Yoongi alzó una ceja. No sabía que tenía el omega, pero si sabía que el omega le estaba mintiendo.
—Ahora... ¿Quieres ir por un algodón de azúcar? —preguntó ilusionado, haciendo un puchero sin ser consciente.
El corazón de Jimin explotó. Su hyung estaba siendo muy adorable, y no pudo evitar posar su mirada en los deliciosos labios del alfa. Recordó la última vez que se besaron, y con eso último no pudo más; Lo besó.
Los gruesos labios de Jimin chocaron furiosamente con los delgados y rosados labios de Yoongi. El omega se pegó lo más que pudo al cuerpo del alfa, mientras pasaba enrollaba sus brazos en el cuello del mayor.
Yoongi al principio se quedó inmóvil por unos segundos, pero el demandante beso que el omega le estaba dando, lo hizo reaccionar. Sin pensarlo dos veces, lo beso con la misma intensidad, para luego posar sus manos en la cintura del menor.
La intensidad del beso fue subiendo cada vez más, hasta el punto de llegar al juego de lenguas, pero saboreando y disfrutando el choque de labios.
Ambos querían más.
Jimin se sentía en las nubes. No le importaba el que las personas que transitaban por esa acera, les viesen sorprendidos. Lo único que importaba era el disfrutar del momento.
No importaba cuan idiota fuese Yoongi. No importaban las veces en las que el alfa lo hiriera sin intención alguna. Él sabía que estaba jodido por haberse enamorado de ese alfa perezoso; sabía que haría lo que fuera para que ese alfa se fijará en él.
...
—Mocosos, consigan una habitación —gruñó la señora de cabellos blancos que iba pasando por la misma acera en la que Jimin y Yoongi se estaban besando.
Yoongi y Jimin ni siquiera le tomaron importancia. Estaban tan sumidos en los labios del otro, que no se dieron cuenta de la presencia de la pequeña señora, la cual se enojo al ser ignorada. La anciana, con su bolso de piel de cocodrilo que llevaba en su mano izquierda, lo alzó y golpeó fuertemente la espalda de Yoongi.
Ambos chicos se separaron rápidamente, ya que el golpe hizo que Yoongi se moviera hacia adelante e hizo que Jimin diera dos pasos hacia atrás. Ambos chicos voltearon a ver incrédulos hacia la pequeña señora de ojos cafés y cabello canoso. Esta tenía su ceño fruncido y sus mejillas rojas por el enojo.
—No deberían de montar estas escenas asquerosas delante de los demás —habló rápidamente, mientras soltaba feromonas llenas de furia. Los dos chicos se dieron cuenta que por el olor agrio, la señora era una alfa—. Hay niños aquí.
—Sí, por ejemplo yo. —El hombre que vendía periódicos en la esquina habló mientras tomaba asiento en un banco color café, para luego volver a su deber, y comenzar a vender sus periódicos.
—No te metas, Heechul —le gritó la señora al hombre—. De seguro eres mayor que yo.
Jimin y Yoongi continuaron en silencio mientras miraban como la señora dejaba de prestarles atención a ellos para comenzar a discutir con él hombre de los periódicos. La
situación era muy extraña, por esa razón, el pálido agarró la mano del omega y comenzó a jalarlo para que caminara.
—Eso fue extraño.
Yoongi asintió. —Y mucho.
Cuando estuvieron lejos del lugar, Yoongi comenzó a caminar más despacio, pero sin soltar la mano de Jimin. El alfa era tan despistado, que ni siquiera se dio cuenta. Por otro lado, Jimin si que se fijó en ese pequeño detalle, pero decidió que no diría nada. Porque caminar de la mano con Yoongi, no era cosa de todos los días.
Ambos chicos comenzaron a vagar sin rumbo alguno, en un silencio cómodo, cada uno sumergido en sus pensamientos.
El alfa no dejaba de pensar en lo sucedido hace apenas algunos minutos. Sus labios todavía estaban un poco hinchados y rojos, mientras que su lengua estaba algo dormida. Pensaba en la relación tan extraña que tenía con el chico rubio que iba a su lado. Es decir, se han besado tres veces, pero jamás han llegado a conocerse perfectamente. Todavía no ha tenido la oportunidad de saber sobre los gustos personales del omega, o sobre su vida, y eso le frustraba; sin embargo, le frustraba más el hecho de estar traicionando a sus amigos, pero es que Park era adictivo. Cuando estaba con Jimin, había algo que le hacía sentir que ya conocía de toda la vida al pequeño omega, pero eso era algo ridículo. Apenas este año habían comenzado a hablarse.
Luego de cinco minutos caminando, ambos llegaron a un pequeño parque. Jimin fue el primero en recomendar sentarse un momento en el verde y fresco pasto. Le gustaba el ambiente que se sentía allí. No estaba muy lleno, y el sonido de los pájaros y niños riendo sumando la brisa fresca, hicieron que su corazón se sintiera en paz. Caminaron hacia el lugar más solo, y el primero en llegar fue Jimin, quien se sentó en forma de indio, seguido de Yoongi el cual solo se sentó a la izquierda del omega con sus piernas estiradas.
—Este lugar es hermoso.
—Sí... Hermoso —susurró con la mente en otro lugar el alfa.
Jimin dedujo que el alfa estaba pensando en algo muy importante, porque a pesar de que su semblante parecía tranquilo, la verdad es que el rubio se dio cuenta de la pequeña mueca que se formaba en los labios de su mayor. El omega no quería que se creará un momento incómodo, por lo tanto, una idea surgió en su pequeña cabecita.
—Hyung, ¿podemos continuar en lo que estábamos antes de que esa señora nos interrumpiera? —preguntó ansioso por volver a besar al pálido.
Yoongi, quien en ese momento, estaba pensando en cómo explicarle a sus amigos lo que había sucedido entre Jimin y él, volteó a verlo rápidamente.
—¿No crees que se está haciendo algo común el que nos besemos? —cuestionó con un leve sonrojo en sus pálidas mejillas.
El contrario sonrió ampliamente al ver el pequeño rubor pintado en las mejillas del peli gris. Su lobo aulló con orgullo por lograr eso, porque no era algo común el que un omega hiciera sonrojar a un alfa, y más a uno de la talla de Min Yoongi. Porque sí, para Jimin, ese alfa pálido era el mejor de su clase. No importaba que los demás pensaran lo contrario, para él, su hyung era perfecto.
—No, no nos hemos besado lo suficiente para que se haga algo común.
El sonrojo de Yoongi se hizo más potente.
—Pero podemos convertirlo en algo común, hyung —continuó diciendo con una sonrisa—
¿Se atreve?
—Esto está mal Jimin.
—¿Por qué, hyung?
—Deja de llamarme hyung.
—¿Eh? ¿Por qué, hyung?
Yoongi suspiró. Podía sonar muy extraño, pero por alguna razón que el desconocía, no le gustaba que el omega le llamase de esa forma porque se sentía como un hermano mayor... un hermano mayor que se besaba con su hermano menor. Escalofriante, sí.
—Sólo... Sólo dime Yoongi.
—Esta bien, hyung.
Yoongi se pegó una palmada en su frente. Ese chico no tenía remedio, y su paciencia se estaba agotando.
—Yoongi, ¿Puedo tutearlo? —preguntó con un brillo extraño en sus ojos.
—Sí, puedes hacerlo.
Jimin quiso hacer su baile de la victoria ahí mismo, pero no quería asustar al pálido. Estaba que estallaba de la alegría. El que Yoongi le diera permiso para tutearlo era un grandisimo avance, incluso comenzó a imaginarse con un traje blanco, en el altar y a Yoongi a su lado mientras decía un "sí, acepto". El chico sabía se estaba ilusionando demasiado, pero soñar no cuesta nada.
—Entonces, volviendo al tema... ¿Podemos volver a besarnos? —insistió haciendo un puchero, el cual hizo que el corazón de Yoongi se acelerará.
—No —negó, haciendo que la sonrisa de Jimin desapareciera—. No podemos seguir haciendo esto, Jimin —suspiró profundamente—. No cuando sé que voy a lastimar a lastimar a mis amigos.
—Pero Yoongi, ya te dije que ellos no me interesan. No son mi tipo.
—¿Qué quiere decir eso? —preguntó alzando una ceja— ¿Yo soy tu tipo?
Las mejillas del rubio se calentaron después de la pregunta del mayor. La verdad no entendía la extraña... ¿relación? que ellos tenían, es decir, se habían besado varias veces, pero jamás se detuvieron a hablar sobre ello. El omega estaba muy confundido, aunque sentía alegría, porque si Yoongi correspondió a sus besos quiere decir que siente algo por él, ¿cierto?
—Podría decirse que sí —murmuró apenas. Aún no se sentía con el valor necesario como para decirle al pálido que estaba enamorado de él.
Yoongi asintió analizando la situación.
—Jiminnie... ¿Por qué te gusta besarme?
El omega abrió sus ojos sorprendido. No podía ser sincero con él mayor, porque no se sentía listo para obtener un rechazo por parte del chico. Sabía que Yoongi sólo lo besaba porque "iban a practicar", no por algo más.
—Olvídalo —habló luego de ver que el menor se quedaba en silencio—, esto se está poniendo incómodo.
Jimin agradeció internamente. — Entonces... ¿Qué pasará con los gemelos?
—No lo sé —chasqueó la lengua—. Algo se me ocurrirá, pero tengo que contarles todo lo que ha pasado entre nosotros antes de que sea demasiado tarde.
El rubio asintió de acuerdo. Por una parte comprendía al mayor, el también haría todo para no lastimar a Hoseok y Namjoon.
—Entonces... ¿Si podemos besarnos de nuevo?
Yoongi negó con diversión. Ese chico era muy especial.
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