10
—Oppa, ¿usted irá a la fiesta de Suran Noona? —Preguntó con una voz chillona.
—No. —Negó el alfa.
A él no le gustaban para nada las fiestas. Prefería quedarse en su casa escuchando música mientras se imaginaba que era un rapero exitoso con miles de fans, y que se presentaba en los premios americanos. Era algo muy estúpido, pero era lo más cerca que estaba de la felicidad.
—¿Por qué? —Hizo un puchero.
Yoongi hizo una mueca. —Simplemente no me gustan.
—Pero podríamos ir juntos, sé que conmigo se divertirá mucho. —Insistió con un tono sugerente.
—Tengo que estudiar mucho. —Mintió.
—Sólo está vez... Por favoooor. —La omega no se queria dar por vencida. Ella siempre obtenía lo que quería, y en esos momentos, ella quería a ese alfa sólo para ella.
Puede que el pálido no fuese muy atractivo, pero era lo más cerca que podría estar de los gemelos. Ya había intentado acercarse a esos dos hermosos alfas, pero nunca le hicieron caso, así que... ¿Por qué no intentarlo con el amigo de estos?.
Ese alfa pálido no era lo que un omega buscaba, pero era amigo de los chicos más populares, por lo tanto, le servía para jugar un rato.
—Ya te dijo que no, estúpida. —Se escuchó una voz molesta.
Yoongi y la chica voltearon la cabeza, buscando la voz que provenía a sus espaldas. Ambos se sorprendieron al ver a Jimin ahí; se miraba muy molesto, sus mejillas estaban de un color carmín suave. A Yoongi le pareció muy tierno.
—¿Disculpa? —Abrió la boca indignada— ¿A quién le dices estúpida, feo?
Yoongi rió en su interior a causa de las palabras de la omega. La chica debía de tener problemas en la vista; nadie en su sano juicio pensaría que Jimin era feo e incluso, estaba seguro que ese omega era la belleza andante.
Jimin por otra parte se sintió ofendido y le dolió un poco en su interior, él sabía que tal vez pudiera ser no muy atractivo, pero que una chica como ella garrapata viniera a decirle feo a él cuando ella parecía una un ratón disecado, Era simplemente inaceptable.
—A ti, bruja. —Su voz sonaba seca.
La chica indignada se levantó del asiento y se acercó al omega. Ella le daría una buena lección; nadie se tenía que meter con ella.
La omega quiso acercarse y jalar del cabello al omega rubio, pero alguien interrumpió su paso.
—No te acerques. —La chica se quedó paralizada en su lugar.
Yoongi se había puesto entre ambos omegas, intentando evitar una pelea.
Él estaba protegiendo a Jimin. Sabía que las intenciones de la omega no eran para nada buenas cuando la vio levantarse furiosa; Yoongi respetaba mucho a los omegas, pero simplemente reaccionó cuando vio que alguien podía dañar al omega que estaba detrás de él.
La chica seguía aún con la cabeza baja, sintiendo que pronto estaría en el suelo, sus piernas se sentían como gelatina. La voz de mando no era un juego y ella lo sabía muy bien, aunque le molestara el hecho de que el pálido defendiera a ese rubio.
—Pe-pero oppa, —Chilló con voz tenue— ese idiota me insultó.
—Tú también lo estás insultando.
Jimin que hasta ese momento se había mantenido al margen de la pequeña disputa que estaban teniendo esos dos, ladeo su cuerpo un poco para que la omega lo pudiese ver, y cuando logró que la chica lo viese, le sacó la lengua a modo de burla.
Yoongi lo estaba defendiendo.
El omega juraba que sus ojos tenían brillitos a causa de la felicidad que emanaba su cuerpo. A parte de sus dos amigos, Yoongi era el único que lo había defendido, con esta eran ya dos veces.
La omega furiosa, se largo de ahí, moviendo sus caderas y con pasos exageradamente grandes. Jimin sonrió victorioso por lograr que esa garrapata se fuera, aunque toda felicidad que sentía se evaporó al toparse con la intensa mirada del alfa frente a él.
—¿Qué fue eso? —Yoongi sentía mucha curiosidad ante la actitud del omega.
—¿De qué habla? —Tragó grueso.
El rubio se sintió nervioso ante la mirada tan penetrante que el alfa le estaba dedicando.
—¿Por qué estabas molesto y por qué la trataste de esa forma? —Cuestionó cruzándose de brazos.
—Sólo quise ayudar. —Se encogió en su sitio— Escuché que no lo dejaba en paz, y yo sólo... Lo siento.
Él no iba a admitir que había estado celoso. Iba hacia la dirección a dejar unos papeles, pero a lo lejos vio a una chica coqueteandole a su chico, y él no pensó, solo reaccionó.
Yoongi se deleitó ante la imagen que el omega le estaba dando, parecía tan indefenso, casi como un cachorrito pequeño. Su lobo aúllo en su interior queriendo proteger al omega aunque ahorita no hubiera ningún peligro.
—Está bien, pero no te pongas así. —Le dedicó una pequeña sonrisa, la cual Jimin correspondió.
—Yoongi hyung... —El omega dejó las palabras en el aire.
Desde que estuvieron en la biblioteca, una espinita está molestándolo en su pecho. Quería saber si parecía atractivo ante los ojos del mayor; no había parado de pensar en ello.
Le daba pena preguntar lo que su corazón tanto anhelaba saber a como diera lugar. No importaba si las palabras dolían, al menos no se quedaría con ninguna duda.
—Dime —susurró el alfa, no sabe en qué momento, pero su vista se encontraba posada en los jugosos labios rosados del omega.
—¿Usted piensa que soy feo? —Murmuró en tu tono suave y triste.
Yoongi frunció el ceño. —¿Por qué me preguntas eso?
Le había parecido muy extraña esa pregunta. ¿Por qué se la hacía justamente a él? No tenía un tacto sensible, por lo que podría decir cosas hirientes sin siquiera pensarlo, pero le pareció tierno el que lo hiciera, ya que no tenía ningún tipo de mal comentario respecto al físico del chico.
—Sólo responda, y por favor, sea sincero. —Agachó su cabeza. Lo necesitaba mucho, necesitaba saber si era un poco lindo para los ojos del mayor.
—Eres hermoso. —Dijo con honestidad, mientras daba un paso hacia adelante y con su mano agarró el mentón del menor, para que elevará su vista.
El omega se sorprendió ante la sinceridad con la que esas palabras se habían escuchado. —¿Qué?
—Tú querías saber la respuesta —murmuró—, me pediste que fuera sincero y lo fui —mordió su labio inferior—. Sé apreciar algo cuando es muy bonito.
Una calidez abrumadora se apoderó del pequeño cuerpo del omega. Su pecho empezaba a subir y bajar furiosamente, su respiración cortándose un poco y sus piernas temblando.
¡Yoongi le había dicho que era hermoso! Ese era un paso demasiado grande.
Miró por unos instantes los finos labios del pálido, preguntándose si sabían tan bien como se veían ante sus ojos, o si eran tan suaves. Quería probarlos y quitarse la duda.
Mientras tanto Yoongi estaba en un tipo de transe, pensando seriamente y regañándose por jamás haberle prestado atención al hermoso rubio frente a él, porque ahora que lo miraba más de cerca podía apreciar sus finas y delicadas facciones.
Sin ser conscientes, poco a poco los dos fueron acercando sus rostros; comenzaron a sentir la cálida respiración del contrario sobre sus labios y estos últimos estaban a punto de juntarse, pero...
—¿Qué están haciendo?
—¿Qué están haciendo?
Ambos chicos se sobresaltaron al escuchar una voz grave detrás de ellos.
Yoongi rápidamente se alejó de Jimin y giró para ver al maestro de música, viéndolos como si fuesen unos criminales. Mientras Jimin sólo quiso tirarse al piso y llorar por toda la eternidad. Le habían interrumpido el que pudo ser su primer beso y con el chico que le gusta.
—No-nosotros... —El alfa estaba muy avergonzado como para decir algo más.
—Estábamos a punto de besarnos y usted vino a interrumpir. —El omega no estaba pensando claramente. Estaba furioso con ese beta.
Su lobo aullaba enojado. No sabía que es lo que había pasado por la cabeza de Yoongi anteriormente, pero todo era bienvenido por parte de Jimin.
El maestro alzó una ceja ante las palabras del chico.
—Estamos en un colegio, no en un parque señorito. —Habló tosco— Además, ¿no estás muy joven para andar con novio?
Yoongi seguía en total silencio, ¿Jimin realmente lo quería besar?
Ahora estaba demasiado apenado como para ver siquiera al chico a los ojos. ¿Por qué había actuado de esa forma? Lo único que sabe es que por un momento todo a su alrededor se volvió borroso, y lo raro es que sólo podía visualizar los esponjosos labios del otro.
Obra de su lobo, sin duda.
—La vida se disfruta, no importa la edad, o al menos eso me dice mi papá —se quedó callado por un segundo—. Además ya tengo 17 años.
El beta estaba cansado, siempre era lo mismo. Cada día se encontraba con chicos hormonales besándose en los diferentes pasillo, salas, baños, etc. No estaba de humor para enviarlos a detención, así que a regañadientes les dio una mirada de advertencia y se fue de allí diciendo: —En mis tiempos, lo único que podía besar era la pared.
Cuando el beta dio vuelta en la esquina, Jimin rápidamente se acercó de nuevo al alfa; debía continuar con lo que habían estado a punto de comenzar.
Yoongi al ver las intenciones del omega se alejó. No podía creer que estuvo a punto de traicionar a sus amigos de esta forma. Es sólo que... Ese omega era la tentación andante.
—¿Yoongi hyung? —Preguntó el omega al darse cuenta de que el mayor se retiró de su lado.
Bajó la cabeza ante el pequeño rechazo. El momento había sido tan efímero, y a la misma vez tan deslumbrante.
Suspiró, no se tocaron ni los labios, y aún así para el omega había sido un poco suficiente.
—Yo lo-lo si-siento —carraspeó.
No podía creer que había estado a punto de cometer un grave error al haber estado muy cerca de probar los belfos rosados del chico al que sus amigos querían.
Jimin le vio confundido. —¿Por qué?
—Solo... Solo olvídalo. —Se dio la vuelta nerviosamente e intentó huir, pero el omega fue más rápido y lo abrazó por atrás.
Era Park Jimin, él no se iría de ahí hasta haber besado al pálido chico del cual tenía un enamoramiento desde la primera vez que lo vio. A él no le gustaban los gemelos, no quería probar otros labios que no fueran los finos del alfa.
Aunque estaba dispuesto a tomar un poco de tiempo, ya que aunque para él sea desesperante al conocer desde hacía meses al chico, Yoongi nunca había advertido su presencia.
—Vamos Yoongi hyung —susurró dulcemente—, solo un besito.
Yoongi se puso colorado. ¿Cómo ese omega podía ser tan atrevido?.
¿No se suponía que el alfa es el que debía de poner nervioso al omega y ser el que tomara la iniciativa? Eso es lo que, según los demás, debía ser.
El alfa por un momento pensó que estaba hambriento, puesto que sintio un tirón en su estómago, pero luego recordó que acababa de comer un pastelito. ¿Qué era eso?
Quizá la comida le cayó mal. Era posible debido a que el patelito lo había comprado en la calle.
—Y-Yo no sé be-besar. —Murmuró avergonzado.
Jimin sonrió ampliamente. —Yo le puedo enseñar.
—¿Ya has besado antes? —El pálido frunció el ceño. No sabe por qué, pero sintió a su alfa gruñir ante la imagen que creó en su mente de Jimin besándose con alguien más.
El omega jamás en su vida había dado un beso, pero si quería obtener el primero y de paso con la persona que le gusta, entonces debía de ingeniarse algo para lograr su cometido.
—No... —Negó algo avergonzado— Pero justamente por eso pienso que deberíamos de besarnos, es decir, usted no ha besado y yo tampoco, por lo tanto, ambos podemos aprender, ¿Y que mejor que practicar entre nosotros mismos?.
El rubio rió nerviosamente después de soltar semejantes estupideces. Aunque pensándolo bien no parecía tan mal.
El alfa se quedó pensando un momento... Bueno... No estaba mal, ¿o sí?
Se dio una cachetada mental por hacerse posibles opciones en su cabeza, se supone que debía de decir un rotundo no, pero el que estaba detrás de él no ayudaba en nada. Podía adivinar que justo en ese instante el omega debía de tener un puchero en sus labios.
No quería traicionar a sus amigos, sabía que podía perderlos si se llegasen a enterar, pero al mismo tiempo quería probar lo que era besar. Él a diario pensaba en que se iba a quedar virgen de todas las formas posibles, ya que no era muy bueno socializando y añadiendo el hecho de que nunca nadie se le acercaba o le habían coqueteando...
Yoongi giró para poder quedar frente a frente con el omega. Este último sonrió abiertamente, pero no dejó de abrazar al alfa.
—¿Entonces? —Preguntó impaciente. Quería que ese alfa lo acorralara contra la pared y lo besara con rudeza. De tan solo pensarlo se ponía más ansioso.
Desde la primera vez que había visto al pálido esos pensamientos y deseos se alojaron sin permiso en sus pecaminosos pensamientos. Y es que ver las facciones muy bien marcadas del rostro del alfa, con sus ojos tan penetrantes y sus labios en dos perfectas líneas rectas añadiendo a su voz ronca. No era bueno para la salud mental del chico.
Yoongi suspiró pesadamente, mordiéndose el labio inferior antes de agarrar sus mejillas y estampar sus labios contra los deliciosos, suaves y rosados de Jimin.
No quiso decir nada más, porque sabía que si seguía pensándolo, se iba a arrepentir; sin embargo al sentir los dulces y cálidos labios del menor, todo sentimiento de duda y culpabilidad desapareció, dejando solo una sensación abrasadora y tranquila.
Después tendría tiempo de sobra para regañarse por sus acciones tan precipitadas. Después iba a chillar por haber traicionado a sus amigos. Después podría sentirse como basura. Ahora sólo quería sentir las sensaciones tan hermosas que el primer beso le regalaba.
Jimin recibió gustosamente a los delgados labios del alfa. Era notable la falta de experiencia del contrario, ya que los movimientos eran algo torpes, pero para el omega era el paraíso completo. Aunque él quería un beso más intenso, la dulzura con la que el pálido le estaba besando, lo estaba llevando al cielo.
Suuave, delicado, tan problemático.
Apartó sus grandes manos de los cachetitos del omega para llevarlas a la pequeña cintura de éste, apretándola con vehemencia pero sin llegar a dañar, mientras que el rubio enrollaba ambas manos en el cuello del mayor.
Escuchando pequeños chasquidos gracias al choque de sus belfos, haciendo eco en el extenso pasillo.
Ambos estaban tan sumidos saboreando los labios del contrario, que no se percataron de la figura que estaba presenciando todo; con los ojos y boca abierta. —¡¿YOONGI?!
El hombre que se encontraba parado en medio del pasillo viendo la escena que esos dos jóvenes estaban montando, no cabia en su sorpresa . No podía creer que ese chico con cabeza de pollo estuviera casi tragándose a su bebé.
Yoongi al escuchar esa voz tan conocida, rápidamente se alejó de Jimin. Su cara se puso del color de un tomate y su vergüenza ascendió a límites inimaginables. De ahora en adelante iba a comenzar a recibir burlas y no lo dejarían en paz hasta que diera una buena explicación.
Jimin soltó un leve quejido al ser apartado de los labios del alfa.
—¿Papá? —el de cabellos grises tragó grueso— ¿Q-Qué haces a-aquí?
¿Por qué de todas la personas que podían encontrarlos tenía que ser su padre? Lo más importante, ¿cómo es que el alfa justamente esté ahí cuando estaba besando al rubio? Pareciera que el destino lo había mandado para que los interrumpiera, y tal vez así se diera cuenta de que estaba cometiendo un error.
El omega miró confundido al ver al alfa estaba más pálido de lo normal. Yoongi tenía una mueca, en sus ojos se notaba el terror que tenía, confundiéndole.
El hombre de cabellos castaños reaccionó ante la pregunta de su hijo.
—¿Qué está pasando aquí? —Preguntó perplejo.
—Papá... Este... Y-yo —estaba tan nervioso que no sabía que decir— Na-nada... No pasa nada.
Jimin esta vez si se puso rojo al ver bien al señor. Su futuro suegro estaba frente a él, y la situación en la que los encontró era muy penosa. Incluso Jimin sentía que su lengua estaba dormida, al parecer estaba cansada luego de jugar con la lengua de Yoongi.
—¿Nada? —preguntó burlesco— Este chico —señaló a Jimin— Casi te estaba tragando y yo no veía que tú te opusieras. Estás muy pequeño para andar haciendo este tipo de cosas, cariño.
La vergüenza de Yoongi se esfumó al escuchar las palabras dichas por su padre.
—¿Muy pequeño? —preguntó ofendido— Papá, tengo 17 años, además, tú a mi edad ya tenías a dos hijos.
El de cabellos castaños balbuceó, buscando algo para argumentar en contra de su hijo, pero este no decía más que la verdad.
Jimin abrió la boca sorprendido. Sus padres lo habían tenido hasta los 28 años, contando que era hijo único, y por esa razón su padre omega lo consentía demasiado.
El de cabellos castaños carraspeó. —Y cuéntame... ¿Quién es este omega tan hermoso? —El Señor quería evadir a toda costa el tema de su casamiento a temprana edad.
—No cambies de tema —el alfa también volvió a ponerse nervioso.
—No estoy cambiando de tema —mintió— sólo quiero saber el nombre de mi yerno.
Jimin sonrió. Le encantaba que ese hombre le llamara "yerno"
—Soy Park Jimin, y es un gusto conocerlo señor Min —el omega sonrió alegremente mientras se inclinaba ante su "suegro".
—Pero que muchacho más lindo —estaba encantando con el omega— ¿Cómo es que te fijaste en mi hijo? —preguntó importándole poco que su hijo estuviese presente— No te ofendas hijo —se dirigió esta vez a Yoongi— pero... La verdad es que pensaba que te quedarías soltero y virgen para toda la vida, digo, porque eres más vago que mi padre. Incluso algunas veces me pregunté si harías aunque sea el esfuerzo por buscar una pareja.
Jimin miró fijamente a Yoongi. Era cierto que siempre que hablaban de él alfa, nunca faltaba la palabra "vago", pero al omega no le importaba. Él quería a Yoongi sin importar lo que los demás dijeran. Jimin estaba dispuesto a conocerlo a fondo y a amarlo con cualquier "defecto" que el alfa tuviese.
Yoongi rodó los ojos cansinos. Estaba harto de que siempre le recordarán que era un holgazán y que era un bueno para nada.
Tal vez era cierto que solo pasaba durmiendo y le costaba hacer algún tipo de movimiento, pero era solo porque no le interesaba lo suficiente como para gastar un poco de su energía.
—¿Qué haces aquí, papá?
El hombre se rindió ante la indiferencia de su hijo. — Sólo venía a dejar unos papeles que necesita el director para poder tomar en cuenta el matricular a tu hermano —dijo—. La verdad es que pensaba venir hasta la hora en la que finalizan las clases y de paso recogerte, pero corría el riesgo de que te enojaras sólo porque ya no eres un niño pequeño.
Yoongi le miró confundido. —¿Eso no sería hasta el otro año?
—Sí, pero después de las fiestas no tenemos mucho tiempo, así que prefiero hacerlo desde ahora —explicó—. Además, sabes que éste colegio es uno de los mejores y los cupos limitados. No puedo arriesgarme.
—Bueno, entonces sigue tu camino —el alfa estaba ansioso para que su padre se fuera. Aunque eso significaría quedarse a solas con ese lindo omega, prefería eso a que su progenitor comenzara con sus anécdotas de un Yoongi de seis años con mocos en la nariz.
Jimin le dio un codazo en la costilla. No podía tratar a su padre así.
—Está bien, pero con la condición de que invites a tu novio a cenar ahora en la noche —el alfa estaba contento porque su hijo ya estuviese creciendo.
Esas palabras cayeron como un balde de agua fría sobre Yoongi. La culpabilidad invadió todo su ser al recordar que acaba de traicionar a sus amigos. Se sentía miserable por disfrutar ese beso, y se sentía mil veces peor porque le gustó tanto, que olvidó que sus amigos estaban enamorados de ese hermoso omega.
—Él no es nada mío papá —su voz sonó más gruesa de lo normal e incluso se escucho un poco de molestia en su voz— Solo fue un desliz.
Tragando saliva y abriendo sus ojos de par en par por la gran estupidez que había dicho, mientras su lobo le rasgulaba y gruñía violento.
Jimin sintió como su corazón se estrujaba furiosamente. Sintió que todo en su interior se desvanecía. Acababa de ser humillado por el chico que le gustaba, por el chico de sus sueños, y lo peor que fue frente a su padre.
El omega no quería quebrarse frente a ellos. Lo único que hizo fue correr, corrió lo más que sus cortas piernas le permitieron mientras las lágrimas salían como cascadas de sus ojos.
Ni siquiera llegaron a convivir mucho, y aún así, ese alfa hermoso lo había destrozado como nunca nadie lo había hecho, y con tan solo unas estúpidas palabras, pero Jimin era alguien tan frágil, que con tan solo una palabra, podía quedar con el corazón roto.
Yoongi sintió como su lobo rugia furiosamente en su interior, reclamándole para que fuese detrás de Jimin y le pidiera perdón de rodillas por ser tan idiota.
Sus emociones comenzaron a dispersarse desesperadamente por todo su ser, haciéndole sentir un dolor en su pecho
¿Qué le estaba pasando?... El jamás había sentido esa sensación por una persona.
—Uuhh, pobre chico —el castaño volteó a ver a su hijo— Nunca pensé que tuvieras tan pocos sentimientos. No me gusta para nada esto que voy a decir, pero... Estoy un poco decepcionado...
—Yo... Y-yo...
—Ve tras el cariño —le sonrió suavemente—, al parecer para él no fue un sólo un desliz.
—Pero-
—Prometo no molestarte con la situación en la que te encontré, ni contárselo a tu madre —suspiró—. No dejes que el miedo a las burlas nuble tus pensamientos y tome el control de tu lengua —le miró directamente a los ojos—. Se ve que es un buen chico.
Mordió su labio inferior. No era por el miedo a las burlas, bueno, en parte sí, pero las palabras salieron solas luego de recordar a los gemelos. Tampoco entendía el porqué Jimin se había ido llorando cuando se suponía que sólo era para practicar, o acaso él... No, Jimin no podía sentirse atraído por su persona, ¿cierto?
Todo era tan confuso, ¿cómo podría siquiera pensar en qué alguien tan lindo como Jimin podría fijarse en él? Era completamente irreal.
Su padre le dio una palmada en su hombro y se fue de allí.
Yoongi quiso llorar como un bebé.
¿Qué debía de hacer?
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