No voy a negar que esa fue la primera vez que probé un cigarrillo.

Y al solo hacerlo no pude evitar el toser y lanzar el cigarro mientras empezaba a maldecir todo.

-No puede ser –escuche decir de Leonardo.

-¿Qué pasa? ¿Tienes un problema? –active el modo rudo.

-No, no, no hay nada es solo que pensé que ya sabias fumar, enserio me mentiste.

-No sería mentira si te dijera que lo estaba probando.

-¿Es enserio? ¿Estás buscando una forma de no verte ridículo luego de ya haberlo hecho?

M*erda.

Rodee los ojos y me dispuse a entrar ignorando la reverenda carcajada que le dio a Leonardo.

Y supe en ese momento que al entrar en una pequeña conversación con él, prácticamente ya había entablado una especie de relación siendo Leonardo una goma pegado en el zapato.

No basto siquiera un Sábado y Domingo para olvidar –cuando yo ya lo había hecho – cuando él se me empezó a acercar con intenciones de hacerme preguntas de como estoy y como va mi día.

No puede ser, en que lio me metí.

-Veo que tú al menos hiciste algo bien, no como otros –miro a Guillermo con cara de decepción.

-Yo no sé qué hice mal, me presente, le conté chistes y me puse a hablar de la historia en la que mis tres gatos y cinco tortugas hicieron una guerra.

-Guillermo, yo los vi en la fiesta y tú lo estabas hostigando.

-En cuanto pueda le pediré perdón por ello, estaba muy nervioso y es más, ustedes saben que yo me pongo así cuando hablo con gente que apenas conozco ¿No se acuerdan la vez que los conocí por primera vez?

-Eso ya es justificable, eso se tiene que solucionar para que no te traiga problemas en el futuro –dijo Melissa.

Guillermo miro la hora diciendo que ya era hora de que entráramos. Íbamos subiendo cuando Melissa nos detuvo poniendo un dedo en sus labios en señal de silencio.

-No creo que pueda, ¿Qué tal si no lo acepta?

-Tonterías, tu solo debes actuar como siempre lo haces y así te aceptara, obviamente tendrás mi apoyo y mi respaldo para que esas cosas no se interpongan en tu camino.

-¿Tú crees?

-Shh no dudes.

Mire al Melissa para preguntarle que pensaba de aquella situación y como era de esperarse por la cara de seriedad que tenía, ella tenía que pelear.

-Ya regreso, ustedes adelántense.

Por como lo vi supuse que ella iría al baño para meditarlo mejor y pensar que hacer al tener mucha competencia. Yo supuse cuando la realidad es que ella bajo para acercarse a un grupo de chicas que estaban sentadas en la gradería del patio de la escuela.

Ellas al verla subir en dirección a ellas, detuvieron su conversación para verla con curiosidad.

-Hola –las saludo nerviosa.

Entre ellas se empezaron a susurrar cosas mientras la miraban aun con curiosidad.

-¿Qué quieres de nosotras? Si quieres hablar de parte Valeria y sus "amigas" –la chica hizo con sus dedos las comillas. –estas en el lado equivocado, nosotras no nos meteremos en ese pleito.

-Ya lo sé –dijo sonriente. –no estoy aquí por ellas, estoy aquí porque se dé algo que ustedes tienen.

Las chicas nuevamente se hablaron entre si haciéndose las tontas de no saber de qué hablaba.

Es entonces que otra chica de pechos grandes comenzó a dirigirle la palabra.

-No sabemos de qué habla, ya te dijimos, no nos metemos en esa línea ni formamos alianza de no ser que nos sea conveniente.

-Estoy hablando del cuaderno, quiero que me lo den hasta mañana.

Las chicas se pararon de la nada y apresuradas se alejaron de ella caminando a toda prisa en dirección al salón de clases.

Melissa no se opuso a ello más bien las miro como una depredadora hallando una forma de cazar a su presa.