El final de un mes ya se acercaba y con ello venia Junio.

Como siempre las actividades escolares no acababan y al ser la Promoción de este año nos tocaba hablar como del año pasado del día más esperado de toda Latinoamérica unida.

El día del no fumador.

Básicamente los grados llamados están obligados a bajar para escuchar una aburrida charla que es hablada por Guillermo y con 3 chicos más que fueron elegidos por el salón.

Apenas estábamos en medio de la clase de mate cuando nos llamaron, bajamos junto al salón de 5 grado y nos sentamos en las graderías manteniendo una distancia con el otro salón.

-Júntense –nos dijo la Directora que a regañadientes nos juntamos con los del otro salón.

-¿Por qué eligieron a Guillermo? ¿No que es tímido como ustedes? –le pregunto Leonardo a Melissa que estaba sentado al lado suyo.

-Espera y veras –le respondí con seguridad.

Leonardo miro a Melissa y esta asintió sintiéndose orgullosa como una madre con su hijo cuando hizo algo alabador.

Cuando empezaron a Hablar Leonardo se dio cuenta del porqué, Guillermo tendrá dificultades para hablar con otras personas, pero cuando se trata de exponer algo, lo hace con tanta seguridad que pareciera como si no fuera el quien hablase.

No por gusto fue elegido al tener un rostro simpático y llamativo.

Mientras ellos hablaban Leonardo me miro y sin dudarlo junto su mano con la suya.

Mire mi mano y al ver que las junto trate de separarlo siendo algo imposible, él no quería separarlas.

-¡Leonardo, suelta mi mano! –susurre reclamándolo viendo de que los maestros no me llamasen la atención.

-Dime "Por favor Leonardo, suelta mi mano" –lo mire con rencor.

- Por favor Leonardo, suelta mi mano.

Leonardo soltó mi mano mirándome con más ganas de molestarme, aguarde distancia aun mirándolo con desprecio.

Ya cuando acabo, mantuve distancia con él; de todos modos tenia a Melissa.

Al entrar a clase me senté a mi lugar y junto a mi Leonardo.

-Levántate, ese es el lugar de Guillermo.

-Ya lo sé solo estaré aquí por un momento –miro mi mano y yo de inmediato me lo puse en el bolsillo de la casaca.

-¡CHICOS! –grito Valeria.

Todos voltearon a verla y esta se aclaró la garganta.

-¿Dónde está Guillermo? –pregunto.

-¡Yo estoy aquí! –grito Guillermo estando este detrás mío.

Juro que casi me da un paro.

-Bien, chicos para el día de mañana todos saldremos como la promoción que somos...

-Melissa –la lame en voz baja. Ella volteo atrás ya que estaba sentada delante de mí. -¿Le dijiste a Leonardo para salir?

-Sí, si lo hice ¿Qué debería importarnos? Obviamente no saldremos con ellos –asentí.

-..Y ustedes – nos señaló Valeria a Melissa, Guillermo y a mí. –no crean que no van a ir, están obligados.

-Pero tenemos planes para el viernes –dijo Guillermo.

-No le veo el problema, van a poder salir dos días ¿O hay algo que tienen que hacer ustedes el sábado?

-La tarea –dijimos los tres al mismo tiempo.

-Para eso está el domingo, ya pué somos un equipo –dijo suplicante.

Guillermo y yo miramos a Melissa esperando a que respondiera por nosotros, Melissa al ver que esperábamos a que respondiera por nosotros suspiro y asintió.

-Sí, si saldremos para el sábado.

-Bien, ahora para mañana todos tienen...

-Ni bien terminemos la salida del viernes me pondré de amanecida para no hacer nada el domingo.

-Yo también –dijimos Melissa y yo.

Los tres nos dimos los cinco y sin darnos cuenta Leonardo nos miraba curioso.

-¿Así son ustedes todos los días? –pregunto.

-Bienvenido al grupo de la gorda, el serio y el tímido; el pase es libre –dijo Melissa.

Leonardo sonrió y al ver que mi mano estaba libre de inmediato junto la suya con la mía.

-¡ME CAGO EN TODO M*ERDA! –grite furioso agitando la mano con fuerza librándome por fin de esta.

-¿Pasa algo? –me pregunto Valeria.

-¡SI! –grite. –¡ME VOY A MEAR!

Salí de salón ignorando a todos y ellos a mí, al entrar al baño no hice más que recordar esa escena sintiendo vergüenza a mí mismo por hacer un escándalo.