Capítulo 14: Grito
En la hora de la cena mamá no para de preguntarnos por qué teníamos los ojos hinchados, Adela le mintió diciendo que me había golpeado el dedo chiquito del pie con la mesa al intentar enseñarle un truco que vi en la Internet.
Mamá simplemente me llamo idiota y a Adela sensible.
Adela no paraba de molestarme como siempre en la mesa al punto de hacer enfadar a la Doña de la casa que si llegaba tarde a casa por el trabajo y más cuando solo se dedica a hablar de sus compañeras de trabajo de lo mal que hacen e hipócritas que son.
Me pareció que Adela se pensó mucho en lo que dije porque antes de dormir me dijo un "Te quiero", sería un gran paso y a la vez algo que tomaría tiempo el llegar a aceptarme.
¿Quién dijo que la persona lo aceptaría a la primera?
Eso sería imposible y para que cambie tomaría tiempo.
Me gustaría la idea de aferrarme a una falsa esperanza que seguir soportando el pan que cada día me dan.
En la madrugada de un domingo salí de casa, aún era noche y tenía miedo de que me asaltasen o me violen, camine lejos de casa guiándome por la luna que más parecía guiarme un camino hasta estar en el centro de una pista y con todas mis fuerza grite como nunca por aquellos años que yo mismo me encerraba.
Una vez Melissa me cito una la frase de su famoso Edgar Allan Poe: "Mi vida ha sido capricho, impulso, pasión, anhelo de soledad, mofa de las cosas de este mundo".
-Creo que sería mejor si leyese uno de sus libros.
Lo primero que leí ese día fue "El Cuervo", y juro que me desvele leyéndolo, pero no lo había terminado.
Es entonces que el lunes llego dándome un golpe de agua fría, apenas me acerque me sorprendí me manera exagerada al ver a Leonardo estando con Guillermo y Melissa.
-Isaaaaac... -me llamo en tono dulce Melissa.
Lo que menos quería esta mañana era ver a Leonardo en las primeras horas.
Me acerque a ellos fingiendo que Leonardo no estaba ahí pero maldita sea que todos me odian, que no sé qué bicho le pico que se acercó a mí y no quería gritarle por lo que tuve que aguantarme las enormes ganas que tenía.
Ya cuando Leonardo se fue yéndose a su grupo, es ahí que Melissa tenía ganas de sacarme información.
-Isaac, Leonardo me dijo que anteayer salieron ¿Cómo les fue?
-De maravilla –suspire cansado.
-Si lo pensamos bien podría ser una oportunidad para salir todos juntos –hablo Guillermo mientras esos dos miraban a Leonardo mientras yo deseaba morir.
-Esta vez yo daré el primer paso –dijo segura Melissa. –creo que es momento de hablar más fluido con él, primero nos hacemos amigos y luego ya cuando sea el momento ¡Booom! Me confieso y que sea lo que Dios quiera.
-¿No se supones que tengas que decir "y nos hacemos enamorados"? –le pregunte a Melissa confuso.
-¿Y qué pasa si solo me manda a la Friendzone? Primero pies descalzos que pies con zapatos.
-Creo que eso está bien supongo –dijo Guillermo que sin darse cuenta lo vi como el festejaba.
Creo no fue mala idea el meterme por completo en esto.
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