-¡ISAAC! –voltee al escuchar a Guillermo ir detrás de mí.

-¿En verdad Kate te dijo eso? –fue lo primero que me dijo al estar frente mío.

Trague saliva.

-Sí, no hay nada extraño –no basto con solo mirarlo, yo mismo me di cuenta que lo ocultaba, mi tono de voz me delataba.

-Mira Isaac, si tienes problemas o es algo el cual te esta succionando el cerebro siéntete libre de decírmelo, yo estoy a tu lado.

Empecé a jugar con mi dedos mientas miraba a otro lado.

-Te lo agradezco, eres grande –tome un rumbo distiendo y el también.

Se notaba que no me creyó cuando dije lo que Kate me ha dicho en ese segundo de susurro.

No me importaría romper relación con ello pero la situación es cuando llegase a los oídos de mis padres, mi hermana ya tiene sus sospechas pero no me dice nada ya que una vez me vio mirándome el espejo desnudo mientras fingía ser una diva.

Agradezco tener una hermana que guarda eso y no se lo dice a nadie, pero hay veces en las que dudo si ella no me ve con asco o me ve como el hermano que siempre me ha visto, un pendejo.

Fui al baño con intenciones de distraerme con el celular –un remedio para mí para salir de la realidad aunque sea un momento –lo que parecía un momento para mí se vuelve uno extraño al escuchar una conversación.

Esta clase de sucesos casi nunca pasa en el baño de los chicos.

-¿Entonces te gusta la mina?

-No sería gustar si no la he conocido bien.

-¿Pero te gusta o que pue?

-Le tengo curiosidad.

-Naaa... que sensible hombre.

Como era de esperar la conversación era de Leonardo con alguien más de su grupo.

Ambos se fueron luego de lavarse las manos y salí del cubículo donde estaba para pensar en la situación.

A ver, analicemos bien, a Leonardo le llama la atención una chica no sabemos quién es porque habla con casi todas por la que tiene que ser alguien con quien al menos haya tenido roces.

Recordé la vez que el me invito a salir a la cual yo rechace y al recordarlo de inmediato me di un fuerte golpe con la puerta de un cubículo.

¡NO! ¡NO! ¡Y NO!

Isaac, recuerda que no te tienes que meter en esto, es la lucha de Melissa y de nadie más ¿Qué tiene que ver esto contigo?

Recordé los momentos en los que Leonardo me sonreía o me saludaba.

Mierda, creo que ya me había metido donde no debí de haberlo hecho.

Me gane un golpe con la puerta por imbécil.

En las demás horas me mantuve pensativo, por un lado tal vez tenía tiempo de no cruzar más por donde ya lo había hecho pero por otro estaba la situación de Melissa que por cierto mi corazón últimamente anduvo sensible, es como si se hubiera descongelado después de muchos pero muchos años.

Total que a las finales y sin llegar a pensarlo correctamente me acerque a él a la hora de salida.

-Oye –lo llame normal.

-¿Qué pasa? Es la primera vez que tú te acercas a mí desde la última vez –reí nervioso.

-Mira ¿Todo bien? ¿Yo que me alegro imbécil? Lo siento es... es compicacdo quise decir complictado ¡COMPLICADO! ¡ES COMPLICADO! –reí de la vergüenza que me tenía.

Me di media vuelta y me di un fuerte respiro y después una cachetada, al reponerme volví a la tierra.

-¿Intentas decirme algo no?

-Estoy libre el sábado –dije directo.

-¿Qué?

-Te estoy dando la oportunidad para salir, si no quieres normal no hay problema -¡POR FAVOR ACÉPTALO, ACÉPTALO!

Leonardo pareció pensárselo mientras que yo daba mis gritos internos.

-¿El sábado nos vemos? –saque mi celular del bolsillo.

Le pase mi celular diciéndole que escribiera su número, el me dio el suyo y ambos intercambiamos números.

Se despidió de mí con una gran sonrisa, juro que fue cáncer para mí.

Bueno es lo que puedo hacer ya que cruce la línea, al menos las cosas se volverán interesante ¿Verdad?