Al día siguiente Melissa regreso y pedí al cielo las gracias por volverla a ver, casi no aguantaba a Guillermo pero ella parecía distante y casi no se acercaba a nosotros. Paso eso en las primeras horas por lo que tuve que ir a ella en la hora de almuerzo, Melissa intento alejarse al vernos pero por suerte Guillermo la detuvo impidiéndole el camino.

Claro ella vio por el barandal la altura pero se dio una cachetada siendo consciente de la realidad y de la ficción más que todo cuando estábamos en el tercer piso.

-Ya basta de huidas, si quieres dejar de ser nuestra amiga solo nos tienes que decir y ya, deja de ser cobarde que no somos nosotros los cobardes.

-¡ESO! –miramos con cara de pocos amigos a Guillermo al quitarle la seriedad del asunto.

-Vengan, siéntense.

Nos acercamos a Melissa y nos sentamos junto a ella viendo al grupo de chicas que me hablo ella la última vez.

-Perdona si no les di explicación desde la mañana, pero simplemente quería alejarme para pensar mejor del asunto.

-¿Por eso los días ausentes? –Melissa miro a Guillermo y asintió.

Mire a Kate que estaba con ellas y después a Melissa que también veía a Kate.

-Kate tiene un cuaderno que lo necesito y necesito de vuestra ayuda.

-Solo por preguntar –levanto la mano Guillermo aun cuando no estábamos en salón de clase. –no preguntare que es ese "cuaderno" pero para los fines que vas a usar ¿Son para algo bueno o algo malo?

-¿Es malo si quiero saber quién va a ser mi competencia? –Guillermo se quedó en silencio.

-Bien si va a ser así, para que no te compliques la vida te voy a decir quien es tu competencia.

-¿Enserio sabes? –lo dijimos al mismo tiempo.

-Bueno, técnicamente yo no, pero alguien sí.

Guillermo se levantó y corrió para abajo en dirección al grupo de chicas del cuaderno.

-¡¿Qué m*erda hace?! ¡El no pue...!

-Déjalo, que parece que si sabe, está bien que sea un idiota pero él también tiene conocimientos.

-Si dices eso me haces sentir mal, tu solo llegaste aquí dese el primer año de Secundaria y yo estuve con él desde los 8 años.

-Pues... hay tantas cosas que te puede sorprender.

Melissa apoyo su cabeza en mi hombro y me dedique a acariciarle la cabeza.

Por otra parte Guillermo hablaba con las chicas y del bolsillo del pantalón de su buzo saco un billete de 10 soles.

Kate acepto el billete y fue con él al piso donde estábamos.

-Miren quien está aquí ¿Ahora quién es el estúpido?

-Sigues siendo tú pero con cinco neuronas –dijo Melissa mientras se levanta obligándome a hacerlo yo también porque parece que se le hizo adicto el que le siguiese acariciando la cabeza.

-Melissa ¿eh? –Kate miro de pies a cabeza a Melissa como inspeccionándola. –otra también arrastrada por alguien que no valdrá la pena.

Huy, eso me pareció profundo.

-Sí, sí mucho bla bla bla ya escúpelo todo.

-Ya pues causa... quiero hacerme la interesante –se rió descontroladamente haciendo algunos sonidos de cerdo.

Se aclaró la garganta solo para hacer la imitación de un fantasma.

-Oye, no tenemos mucho tiempo y ya va a hacer hora de volver al salón –dijo fastidiada Melissa.

-¡Ay! Que aburridos, está bien aquí voy –se aclaró la garganta. –de las chicas del grupo de Valeria solo hay dos que son Lizzy y Luna; de las de nuestro grupo solo hay tres que son Miranda, Camila y Teresa; de los del grupo de Leonardo, de las tres chicas solo una que es Karol y de este grupo tu –eso ultimo dijo mirándome a mí y nuevamente a Melissa.

Al terminar ella fue directo a mí y acercándome su oído al mío hizo que mi corazón latiera con fuerza.

-Se tu secreto, tu sucio, sucio secreto –al terminar me dio un beso en la frente y se fue no sin antes lanzarnos un beso.

-¿Qué te dijo? –pregunto curioso Guillermo.

-Emmm... ella le desea suerte a Melissa.

-Ah... okay –dijo Melissa