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7

Capítulo

Entonces ¿Vienes conmigo, Eva?



Dorian quería reír  cuando vio a  Eva  correr por el bar.

Evidentemente pensaba que la perseguiría y así fue. Sólo que no de la forma que ella esperaba. Era estúpido que intentara abrirse camino por la multitud de gente que estaba bailando.

Eso implicaría dar empujones a las personas sudorosas y atravesadas y más de un hombre querría mostrar su masculinidad y no estaba para pendejadas, eso implicaría muchos heridos y quizás un par de muertos , tendría que dar explicaciones y no estaba para eso.

Era mucho más rápido rodear la pista de baile.

Vio que Eva se dirigía hacia la salida en el lado opuesto de la sala. Volviendo a subir las escaleras y unos cuantos pasos más llegó casi hasta la puerta armando mucho menos jaleo.

Se agarró a los pasamanos de la escalera y de dos enormes saltos aterrizó fácilmente en el suelo.

Eva acababa de desaparecer por la puerta. Probablemente esperaba que

estuviera justo detrás de ella. Le dio unos minutos para que recobrara la compostura y pensara. Ciertamente se daría cuenta de que no pretendía hacerle ningún daño.

Entre ellos nunca había habido malas intenciones.

Aunque le habían contratado para matarla, la había conocido antes siquiera de

que lo supiera.

Dorian vio una puerta unos metros más adelante que seguramente lo llevaría al mismo callejón  pero más adelante, salió del lugar cerrando la puerta tras él, amortiguando el estrépito de la música del bar y oyó a gente hablando en voz baja.

―Qué cosa tan bonita ―dijo un hombre con un poco de persuasión ― hermosa  Sólo quiero un beso estoy seguro que puedes dármelo.

―Solo deja que me vaya, por favor. ―Eva sonaba desesperada―. No quieres tener nada que ver conmigo, de verdad, acabarás mal. — y no mentía cuando decía que le podía ir mal.

―Es una presa muy arrogante―dijo un segundo hombre.

Dorian rodeó unas cajas con mucho cuidado.teniabque encontrar una buena  ubicación para poder ver cuántos hombres habían, por más que quisiera entrar disparando y rompiendo cuellos no lo haría, sería motivo suficiente para que Eva saliera corriendo del lugar. Y eso no era lo que él quería.

Si cerebro reaccionó más rápido que él optando por su profesión de asesino a sueldo, con actitud fría y calculadora.

Había conseguido una buena ubicación a unos metros de ellos junto a unas cajas las rodeó lentamente hasta obtener una vista lateral de la escena.

Vio las posiciones de los hombres y que uno de ellos tenía las manos sobre Eva. Si no actuaba de forma rápida e incruenta,

le harían daño. No iba a tolerarlo.

―Vamos ―dijo un hombre con un gemido en la voz―. Quiero meterle mano. Tiene unas buenas tetas.

―Por favor — rogó ella— dejen que me vaya. ― Eva a pesar de todo sonaba sorprendentemente tranquila― les prometo que no valgo la pena teniendo en cuenta los problemas que les causaré.

―No paras de decir lo mismo. ―El tercer hombre levantó las manos como si estuviera señalando lo obvio―. Pero todavía no ha pasado nada.

Dorian  apareció en escena como un fantasma. Camino un oar de pasos hasta uno de los hombres y con una agilidad impresionante le torció el cuello haciendo que cayera al suelo. Los otros dos hombres se dieron cuenta de lo sucedido cuando su compañero cayó al suelo.

Todo ocurría de una manera impresionante. Uno de los  hombres intentó apuntar a Dorian con una pistola, intento porque su estúpida azaña quedó frustrada cuando él agarró el cañón de la pistola y la desmontó en un ágil movimiento. La pistola se desarmó en las manos del hombre que estaba realmente asustado ¿Que mierda? No le dió siquiera tiempo de reaccionar, Dorian cogió de un tirón la pistola por la culata, que el hombre sostenía vacilante, y le golpeó en la cabeza.

El tercer hombre no era estúpido. Sostuvo a Eva contra su cuerpo, usándola como escudo.

―Más te vale que no te acerques más o le retuerzo el cuello.

Dorian se detuvo a evaluar la situación. Realmente no estaba acostumbrado a estar pendiente de una tercera persona en un enfrentamiento. Él era un sicario, no un puto guardaespaldas.

Entonces, Eva unió las manos para coger más fuerza y le dio un codazo en el estomago al hombre que la sostenía con tanta energía como pudo. La soltó mientras  boqueaba en busca de aire. Sin pensarlo siquiera, Dorian sin pensarlo mucho y con toda la malicia del mundo le dió un puñetazo que lo dejó inconsciente.

Eva soltó aire bruscamente y se llevó las manos a la cabeza y lo fulminó con la mirada.

―¿Es que me quiere matar todo el mundo?

―Esos tipos no dan la talla. 

Él hubiera esperado que ella estuviera alterada o algo después de lo que ha iba pasado pero sorprendente no era así más bien en su comentario se notaba cierto humor.

―Gracias ―dijo un poco aoenada— Supongo que salir  corriendo ha

sido una decisión estúpida.

Dorian se encogió de hombros.

―Es comprensible teniendo en cuenta las circunstancias.

―¿De verdad te contrataron para que me mataras? ―Frunció el ceño, aún le costaba creerle, era algo… loco.

El solo asintió con la cabeza.

―¿Antes o después de que nos conociéramos?

―Antes— eso ya se lo había explicado antes pero era obvio que no le había prestado la más mínima atención y lo podía comprender — pero cuando nos conocimos no sabía que eras tú el objetivo.

Eva se mordió el labio inferior.

―Y ahora, ¿qué?

―Bueno, el hombre que me ha contratado no se  va a detener simplemente porque yo me haya negado a hacer el trabajo. El Enviará a otra persona, y lo más probable es  para que nos mate a los dos. ― Pero Dorian pensaba ¿Realmente su padre sería capaz de enviar un sicario para que matara al único hijo que le quedaba? ―. Lo mejor que podemos hacer es movernos. — porque lo más probable era que su padre si sería capaz de matar a su propio hijo con tal de que se cumpliera con su misió, así que, tenian que moverse — Podemos buscar un vuelo en el aeropuerto más cercano  y saltar de ciudad en ciudad para poner distancia entre nosotros y la otra persona que reciba la misión

―Espera. ¿Quieres que nos vayamos de la ciudad? ¿Ahora mismo? ―Se

le abrieron los ojos como platos ¿Era enserio lo que decía?―. Pero… ¿Sin hacer la maleta ni decirle a nadie adónde voy?

―Eso estaría de más, ¿no crees? — le dijo alzando una ceja— Nos vamos para pasar inadvertidos.

―Ah, claro…

Dorian le dirigió una sonrisa para reconfortarla,

―Entonces ¿Vienes conmigo, Eva?

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