001.
DOPPELGÄNGER.
Epifanía: una manifestación o fenómeno por el cual se revela algo.
—¡Por favor, Jungkookie! ¡En serio quiero ir a esa feria!—El azabache trata de no mirar los ojitos de Taehyung, de ninguna manera volvería a caer en sus chantajes.
—Oye, caramelito. No podemos, te digo la verdad. —Responde apretando sus mejillitas con suavidad, casi se puso a reír cuando notó el gesto enfadado de su pequeño noviecito. —Tenemos que desempacar, ¿Recuerdas?
—Pero es que..
Oh no, otra vez.
—No me hagas esos pucheros, mi amor. Juegas de manera sucia.
—¿Podemos ir, por favor? Hay muchos juegos y dulces. —Le suplica Taehyung con una expresión triste en su carita, Jungkook besó su naricita de manera tierna antes de responder.
—Mira, te prometo que podemos ir si me ayudas a desempacar.
El azabache rió victorioso al saber que su novio ni loco le ayudaría, no le gustaba acomodar cada prenda en su lugar.
—¡Hecho! ¡Te amo, te amo!—Le menciona depositando un montón de besitos con baba por toda su cara.
—Pero..—Protesta Jungkook impresionado mientras sostenía su manita para ir de vuelta a casa, ¿De verdad le ayudaría? Wow.
—¡Oye, Koo!
—¿Qué sucede?
—¿Puedes comprarme un helado?—Le cuestiona con suavidad, el mayor río por su actitud. Su novio era un bebé.
—Por supuesto, caramelito. Quédate en la banca. —Besó sus labios de manera corta antes de girarse y caminar a la heladería, Taehyung obedeció sentándose en la banca.
El rubiecito se acercó a las palomas que rondaban por el lugar entretenido en perseguirlas, soltaba una que otra risita siendo observado por dos ojos gélidos.
—Kim Taehyung.
—¡Koo bebé! ¿Tan rápido? ¿Y mi heladito de vainilla?—Se quejó con un puchero mientras lo observaba, Jungkook le miraba fijamente sin decir nada. —¿Cuándo te cambiaste la camisa? La otra era más bonita y combinaba con tus ojitos.
—Iré por tu helado. —Se limitó a decir el azabache observando sus movimientos una vez más, tuvo el instinto de tocarlo pero sólo se dió la vuelta desapareciendo del lugar.
Taehyung frunció sus cejitas en confusión pero le restó importancia a lo que acaba de suceder, sonrió enormemente jugando con las palomas de nuevo, unos cuantos minutos más pasaron y Jungkook volvió con dos helados.
—Toma tu helado, mi amor. Me tardé un poquito porque la señorita no encontraba el caramelo. —El mayor le tendió el helado dejando un besito en su frente y el rubio lo tomó de inmediato con anhelo en sus ojitos.
—¡Eres el mejor novio del mundo, koo hyungie!—Gritó Taehyung con mucho entusiasmo logrando que las mejillas del azabache se pusieran rosadas. —¡Oh, tu camisa! Déjate esa, combinan con tus ojitos.
Jungkook rió tiernamente sin entender a que se refería y abrazó a su pequeño novio por la cintura.
DOPPELGÄNGER.
Jungkook suspiró aliviado cuando notó que su novio había desaparecido para encaminarse al puesto de golosinas, si todo salía bien en ésa misma noche le propondría matrimonio. Una feria, ¿Qué mejor que en una feria? A su Taehyung le encantará. Una risa se posó en sus labios observando al pequeño rubiecito comprando dulces como un niño emocionado, sin duda no se arrepentiría jamás de compartir toda su vida con él. Kim Taehyung era su todo.
—Jeon Jungkook, te busqué por tanto tiempo.
El mencionado se giró para ver a la persona que lo llamaba, lo que no esperaba era ver a alguien sumamente idéntico a él. Su corazón se aceleró terriblemente a la par que el hombre con su mismo rostro se acercaba, tragó saliva intentando tranquilizarse pero era en vano.
—Taehyung...—Susurró muy apenas con la respiración terriblemente agitada, era una impresión muy grande.
El temor y el asombro se habían adueñado de él dejándolo en un estado de paralización, ¿Quién era ese tipo? ¿Y por qué era idéntico a él? Pero sobre todo, ¿Por qué le sonría de esa forma tan tétrica? Son preguntas que ni siquiera podía formular, miró al hombre que tenía una gran sonrisa en su rostro como si hubiera ganado algún premio importante.
—¿Taehyung? Tu Taehyung ahora es mío. Yo soy el único Jeon Jungkook.
Lo escuchó decir duramente, después de eso, Jungkook sólo susurra nuevamente el nombre de su novio antes de perderse en la inconsciencia.
—¡Jungkookie, Jungkookie ¡Te he conseguido las gomitas que tanto te gustan, bebé!
—¿Lo hiciste, pequeña dulzura? Te lo agradezco, eres un buen chico. —Le agradece mientras lo sostiene de manera posesiva por la cintura, Taehyung estuvo a punto de decir algo pero fue interrumpido por la boca de su novio besándole como si se le fuera la vida en ello.
—Mhm, no es...nada, Jungkookie hyung. —Balbuceó un poco sorprendido por la manera en que su novio le besaba, casi siempre solían darse dulces piquitos y nada más.
Jungkook gruñó cuando escuchó su nombre salir de los labios del pequeño rubiecito y sólo se atrevió a tomar su mano para caminar hacia otro lado con urgencia
—¿Ya nos vamos, Koo bebé?
—Nos vamos, dulzura.
—¡Pero aún no has ganado un peluche para mí!—Jungkook se detuvo un momento viéndole de reojo, esbozó una enorme sonrisa dulce antes de asentir.
—Es cierto, niño. Vamos por ese peluche que quieres. —Respondió soltándose del agarre de las manos entre ambos para posar su mano en la cadera del más bajito. —Tae, Taehyungie. ¿Te he dicho que hoy luces espectacularmente delicioso?
El pequeño rubiecito se sonrojó de la cabeza a los pies sintiéndose avergonzado por las atrevidas palabras, caminó con lentitud hacia al puesto de tiro al blanco
—Hyungie, no digas eso.
—Hablo en serio. Luces tan delicioso pero quiero que te pongas mi sudadera ahora, Taehyung. —Le ordena quitándose la sudadera para ponérsela alrededor de las caderas en un intento por tapar la vista de sus apretados jeans. —No quiero que vuelvas a vestirte así en público.
Taehyung abrió su ojitos sorprendido ante las palabras de su novio pero obedeció ante la mirada seria que poseía.
—¿Qué peluche es el que quieres?
Jungkook pagó por el juego y el encargado le tendió una escopeta con balas de goma, tenía que darle al menos a cuatro de las siete botellas para poder ganarse algo.
—El patito que está a la izquierda. —Le respondió Taehyung señalando al peluche amarillo, el azabache asintió y con la mirada fija en el blanco comenzó a disparar.
Uno, dos, tres, cuatro.
Cinco, seis, siete.
Jungkook le había atinado perfectamente a todos los objetivos sin pestañear, el rubio celebró aplaudiendo con sus manitas y le dió varios piquitos en los labios. Piquitos que Jungkook convirtió en largos y húmedos besos.
No sabía que sucedía pero Jungkook mirándole fijamente como justo ahora lo hacía le ponía terriblemente nervioso, por primera vez se sentía intimidado.
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