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XXVIII. Purple Rain in a blooming night

Importante escuchar:

🦋 Bohemian Rapsody by Queen

🦋 Black Swan by BTS

"El gatillo que impulsa al subconsciente tiene otra peculiaridades. Normalmente pensaríamos en una especie de mortífera pieza que desencadena el disparo en un alma como esa ráfaga de pólvora incandescente encargada de desprender el último fragmento cuerdo que nos ata a la humanidad.

¿Tienes miedo? Te cuento un pequeño secreto... los horrores más grandes tienen el rostro de un ángel."

La Resurrección del Subconsciente por Ellen Erza.

🦋
DOPPELGAÄNGER

Las palabras que acaban de ser pronunciadas por una voz espoleada por la euforia quedarían impresas en un cinta de audio que la policía de Nueva York catalogaría increíble días después. Viajar a contracorriente dentro de una espiral de sucesos puede ser todo un desafío.

Para los que asistieron al Rockefeller Center Imperial había muchas incógnitas rondando el atentado en el que el doctor Min fuera herido en el hombro izquierdo. Un hecho que para Park Jimin conseguía detener el tiempo de la forma más dolorosa posible.

Los ecos de su propia voz al darse cuenta de que el proyectil iba a su nombre y que el médico había predicho el movimiento solo le enterraban en la miseria y la culpabilidad. Como si fuera poco, el equipo de paramédicos apenas le permitió estar cerca de Yoongi en el traslado hacia el hospital y solo pudo quedarse con las salpicaduras de sangre que dejó la herida de bala sobre la chaqueta de su traje de gala.

Con ello y el terrible sabor metálico de su propia frustración mientras se mordía las uñas en el pasillo que daba acceso al décimo quinto nivel del Hospital Universitario de Columbia donde el médico era intervenido en esos precisos momentos.

Su drama personal solo se veía aliviado por el hecho de que Jeon Jungkook había conseguido la gorra del sospechoso número uno de aquel intento de homicidio. Eso, y una imagen difuminada de las cámaras de seguridad del hotel donde se confirmaba que el individuo no estaba solo.

Lo cual era compatible con la desaparición de Alie Ezra. La escritora alemana convocada para ofrecer una conferencia de prensa con motivo del lanzamiento de su aclamado libro La Resurrección del Subconsciente, nunca pensó encontrarse con aquel reflector incandescente sobre su rostro antes que su campo visual y el del resto de los asistentes fuera sometido a las sombras.

Como un truco de magia donde el ilusionista distrae al espectador, todos los presentes creyeron que era parte de la producción de la Bienal o algún fallo técnico, pero el terror verdadero llegó al escuchar el grito ahogado de la escritora antes de desaparecer del podio y dejar en su lugar una gigantesca mancha escarlata que el equipo pericial identificaba como pintura de aerosol.

—Nuevamente la mariposa escarlata. El jodido maniaco que hizo esto tiene algún tipo de fijación con el puñetero insecto.

Masculló Seok Jin siendo parte de la toma que se llevaba a cabo parar reconstruir la escena. Jeon Jungkook había tenido la previsión de seguir su instinto y revisar el sistema de calefacción, para descubrir de dónde había llegado la pintura escarlata y cómo habían utilizado un escape de gas para inutilizar a la escritora y a la audiencia mientras procedían a cometer el secuestro.

Dos personas, uno del sexo masculino que no sobrepasaba el metro setenta y ocho, cuya gorra seguía en manos del servicio de investigación de la oficina. La otra aún quedaba por identificar, pero evidentemente había mucho más que un plan detrás de bambalinas. Mientras tanto, un agitado Kim Kibum intentaba obtener permiso para iniciar la búsqueda de quien considera su propio ángel.

—¡Es increíble la pasividad de las autoridades en este país, una maldita calamidad! Mi representada no es cualquier persona, exijo una respuesta en veinticuatro horas como mínimo.

Kim Namjoon, quien había quedado en medio de la especie de huracán que arrasara una noche que ahora le sabía amarga, intentaba apaciguar a aquel hombre de rasgos muy semejantes a los de un astuto felino.

—Señor Kibum, entendemos su preocupación pero si es una tentativa de secuestro tendremos que esperar por las condiciones del perpetrador. Descuide, lo más probable es que lo hayan hecho por dinero.

Key estaba intentando calmarse. Sinceramente lo intentaba, pero la expresión parsimoniosa en el rostro del jefe del departamento policial de Nueva York solo le hacía hervir la sangre.

No lo pensó mucho antes de maldecir en su idioma natal y propinarle un fuerte derechazo al impertérrito moreno de los hoyuelos en las mejillas, ganándose la atención del resto de los asistentes a la escena del crimen.

¡Mit einem Dämon!*

Bramaba Key mientras era sujetado por algunos de los cadetes y Namjoon intentaba recuperarse del impacto, reconociendo la sangre en su mano procedente del tabique nasal. Sin duda le saldría un horrendo hematoma.

—Alguien que le ponga una orden de alejamiento a este loco. No sé por qué demonios pero todo lo que se relaciona con Min y sus parientes tiene ese estigma.

Aquel comentario hizo enarcar varios pares de cejas. Incluyendo a un atento Hoseok, al senador de Alabama y al Primer Jefe de Patología que ahora se dirigía a Key.

—Si viene a decirme esa mierda del protocolo sepa que aún me quedan otros buenos derechazos. Me vale madres lo que digan en su país.

Taemin no pudo evitar reír. No entendía por qué, pero aquel furibundo desconocido le inspiraba confianza de una primera impresión. Algo bastante extraño teniendo en cuenta el trabajo que desempeñaba.

—Hombre, faltara más. En realidad vengo a decirle que se calme y a felicitarle por ese golpe. Aquí entre nos, el jefe ya se lo merecía.

Key esbozó una expresión compungida que solo ensanchó la sonrisa del rubio. La vida es demasiado curiosa la mayoría de las veces.

—Un placer, Lee Taemin. Departamento de Patología y Toxicología de la UCH.

Ofreció el de ojos marrones. El de tez más pálida y ojos felinos arrugó la nariz antes de aceptar la mano con un ligero apretón.

—Kim Kibum, agente y protector de Alie Ezra.

Ambos hombres sellaron su presentación sin siquiera presentir que meses después se medirían como enemigos. Unidos por una misma persona que como todos los exponentes de su familia tendía a debatirse entre aguas en las que precariamente podría mantenerse a flote.

De vuelta a la sala de espera del Hospital Universitario de Columbia, Park Jimin no tenía alguna uña restante a la que torturar con sus dientes. Una y otra vez revivía la escena en la que Yoongi le sonreí antes de ser atravesado por la certera puntería de un francotirador.

Como si todas sus premoniciones se formularan más rápido de lo que podía imaginar. Como si todos sus miedos nacieran de la misma herida y las alas negras de su ser interior más repulsivo le quisieran asfixiar, había iniciado una serie de oraciones que no enarbolaba desde la dulce edad de los siete años, cuando le enseñaron el catecismo en Long Island y la necesidad de estar en buenos términos con Dios.

Hoy volvía a pedir perdón de la forma más desgarradora, deseando haber sido más prolijo y no equivocarse en lo que tenía nombre y apellidos.

—Hyung, solo pude llegar ahora. Jungkook y los demás están intentando analizar el material encontrado en la gorra del francotirador. Preguntar cómo estás sobra. Ten fe, Min no parece ser de los que cuelgan la toalla tan rápido.

Kim Taehyung había aparecido en el campo visual de un abatido detective que a duras penas asentía. Por irreal que pudiera sonarle, Park no había derramado una sola lágrima durante la trayectoria en la ambulancia hasta el hospital.

Ver cómo preparaban al amor de su vida mientras intentaba sostenerle inútilmente una gélida mano le había sumido en una especie de vacío mental, conectado al aquí y el ahora gracias a los movimientos repetitivos que podían permitirse sus músculos y terminaciones nerviosas.

"Si así se siente el mundo sin ti... yo no podría sobrevivir por mi cuenta. Por favor, Yoon, no vuelvas a asustarme de esta forma. Aun no cumples tu promesa."

Ese era su mantra mientras apretaba el dije con forma de mariposa tallada en ágata de un verde tan oscuro como el tono de los iris del doctor. Una copia exacta de la que le regalaran sus padres y del que el propio Yoongi había elegido para celebrar su cumpleaños, solo que la de Jimin era en lapislázuli.

"Estaremos juntos siempre, confía en mí."

Recordar aquellas palabras solo le angustiaba a sobre manera. Al punto de cerrar la asfixiante burbuja de tribulaciones y no percatarse que una tercera persona hacía su entrada en el inmaculado pasillo que servía de presentación al final de las puertas dobles que separaban el quirófano de la unidad de cuidados intensivos.

Haruna Min conocía a la perfección aquella estancia. Nadie le negaría ser la primera en ver a Yoongi después que finalizara la intervención y los efectos de la anestesia no fueran tan notorios. Un derecho ganado por años al lado del doctor y como una de las psicólogas más destacadas de dicho hospital.

Jimin sabía que estaba en terreno movedizo pero nunca pensó que aquella mujer careciera de vergüenza en grado casi patológico. Solo escuchar la voz de la esposa de Yoongi cuando una de las enfermeras que acababa de atravesar el codiciado umbral al que atribuía el poder de las noticias, fue como si encendieran algo en su interior.

Taehyung, que aún le consolaba, impartiendo pequeños roces en sus hombros, tampoco entendía nada al presenciar cómo el detective se levantaba casi bruscamente y a grandes zancadas alcanzaba a escuchar la parte en la cual la enfermera intervenía en dirección de quien aún llevaba el apellido de su razón de ser.

—Doctora Min, el señor Yoongi estará en cuidados intensivos dentro de unos minutos. La operación fue exitosa, solo tuvo un desgarro de la arteria braquial producto al impacto del proyectil, pero con un plan de rehabilitación adecuado no deben existir complicaciones.

—Gracias, Veronica... siempre es bueno tener en cuenta las complicaciones del postoperatorio.

Jimin creyó que le daría un ataque de ansiedad producto a la ira contenida. Escuchar aquel tono falso en la mujer le revolvía el estómago. Aun sin saber cómo le quedaba tanta paciencia se atrevió a cuestionar a la enfermera que casi se despedía directo a la zona de los ascensores.

—Disculpe señorita, pero... cuándo será posible que el doctor Min reciba visitas.

A pesar de la situación difícil en la que se encontraba, Jimin seguía siendo un hombre demasiado atractivo, al punto que un leve sonrojo se esparció en las mejillas de la joven enfermera antes de reconocer el rostro de la persona por la cual el doctor Min había decidido pasar de su esposa.

Todo el hospital conocía la historia a esas alturas y ahora la chica no sabía por qué decidirse. Si por lo tradicional del amor o por el hecho de encontrar la desesperación en las hermosas facciones del detective.

—Usted debe ser Park Jimin... es imposible olvidar ese nombre cuando el doctor Min no ha parado de llamarle. Creo que podrá verle después que el cirujano Minho le deje en la sala de cuidados intensivos. De hecho, nos ordenó casi a gritos que le dejáramos pasar. Al parecer quiere decirle algo importante.

Jimin no pudo evitar sonreír con algo de alivio. Sin dudas era Yoongi, su problemático favorito. Aun estando herido no perdía el tiempo para exigir requisitos absurdos.

—Esperaré entonces. Muchas gracias ¿señorita...?

Si la chica ya estaba algo sonrojada ahora su cara se coloreaba furiosamente.

—Veronica Summer, no hay de qué. Que mejore pronto, el hospital no sería lo mismo sin el doctor Min.

Con esas palabras concluyó aquella plática. La felicidad de Jimin duró muy poco al descubrir a Haruna apuñaleándolo con la mirada.

—Es ridículo que estés interpretando el papel del preferido cuando ambos sabemos que Yoongi solo está encaprichado contigo. Eres el amante, que no se te olvide.

Jimin chasqueó la lengua, su paciencia volvía a tensarse y de no ser por la súplica silenciosa de Kim Taehyung en el extremo opuesto del pasillo quizás le hubiera contestado.

Negó con una sonrisa irónica antes de hacer su camino de regreso a la banca donde se había torturado con infinidad de escenarios en los que Yoongi no cumplía su promesa, o eso pensaba cuando unas manos frías le apresaron por el codo. Los ojos castaños de Haruna Min resplandecieron de odio.

—Aun no termino de hablar contigo, pequeño maleducado.

Jimin abrió los ojos como platos al percibir como las uñas de la mujer le arañaban la piel. Recordó casi a la misma velocidad que sus pensamientos una marca similar en las muñecas de Yoongi y eso bastó para que el veneno se avivara dentro de sus venas.

—Sinceramente, no sé cómo Yoon pudo tener el estómago para terminar con un monstruo como tú. Eres repugnante, quizás ya te lo hayan dicho pero ahora lo reafirmo. Cuenta tus días y firma el jodido divorcio. Él nunca te ha pertenecido, princesa.

El tono despectivo solo afianzó la sonrisa desequilibrada en el rostro de la mujer. Para Taehyung aquello parecía una extraña danza de seducción donde ambos solo se acercaban más, cuando en realidad estaban intercambiando palabras puntiagudas.

—Solo firmaré cuando obtenga lo que deseo... pero quizás eso llegue antes de tiempo. Sabías que Yoongi tiene una hermosa familia en Alemania, su rasgo más notable es que todos son esquizofrénicos por naturaleza... Dime Jimin... ¿Ya te hizo saber todo lo que fantasea contigo? ¿Por casualidad ya han tenido sexo mientras te mutila la piel como en esos dibujos que guarda en su diario de sueños? ¿O sigues pensando que el hombre detrás de esas puertas puede ser salvado? Te enamoraste de un monstruo, ambos lo hicimos.

El siseo en la voz dulce que solía exhibir ella consiguió que la amargura subiera a la garganta del detective. Con un movimiento brusco levantó las manos de la mujer y casi le acorraló contra la pared. Respiración con respiración y Haruna Min se relamió los labios por acto reflejo.

A pesar de todo no podía negar que su competencia era admirable. Si tan solo su esposo no se hubiera obsesionado con él, quizás no le fuera tan molesto compartir.

—Escucha bien, alimaña. Lo que suceda entre él y yo a ti no te ha de importar. Sé que tuviste que ver directamente con lo de hoy. De hecho, ahora mucho de lo que ha estado sucediendo tiene sentido. También estoy seguro que en un inicio Yoongi era el líder de toda esta payasada para llegar a mí, pero sin dudas tú le superas. No sé cómo conseguiste atraer a Sung Woon de vuelta a mi vida, a quién manipulaste o que más hayas tramado con tu retorcida mente, solo recuerda estas palabras: El infierno será una especie de bendición para alguien tan podrido como tú. Estás acabada, Haruna.

Una cantarina risa proveniente de la de ojos castaños llenó el pasillo antes que el doctor Minho acompañara al equipo responsable del traslado del doctor Min a la Unidad de Cuidados Intensivos. Jimin perdió todo interés en la mujer para encontrar a un adormilado Yoongi, que a pesar de todo intentaba levantarse.

—Min, no cambiarás ni a palos. Te dije que aún no puedes incorporarte. Tendrás unas horribles náuseas, hombre.

Lejos de obedecer, el aludido balbuceó una maldición antes que Jimin pudiera estar al nivel de la camilla. Con las manos temblorosas el detective buscó el tacto del médico. Aun conectado a una vía y exhibiendo el cabestrillo, Yoongi sonrió.

—Bien lo dice el refrán: yerba mala nunca muere. No me he marchado Jim, aún queda mucho para que pase de nosotros.

—Cállate. No estamos solos.

Fue la ahogada respuesta de Jimin mientras la camilla reanudaba su viaje directo al ascensor. Haruna contempló todo el espectáculo en silencio. Yoongi aun cuando notó su presencia le ignoró.

Solo Kim Taehyung pudo registrar el paso de las emociones en el rostro de la fémina antes de que estas se volvieran a camuflajear bajo la máscara de la imperturbabilidad.

A cuatro horas en coche, en un edificio cuyas paredes habían sido derruidas, las primeras gotas de lluvia se filtraban hasta los cimientos de un sitio considerado maldito por los internos de Long Island Home.

Para Alie Ezra, acostumbrada a escuchar el piano desde la más tierna edad, las notas del Preludio en C Mayor de Bach parecían una dulce nana antes de conocer la verdadera naturaleza de la oscuridad.

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DOPPELGAÄNGER

"Los caminos de la mente humana son interminables cuerdas que confluyen en un nodo común. Muchos temen traspasar esa frontera que nos identifica con lo más primitivo de nuestro ser.

Otros han llegado a adquirir este conocimiento por una mera casualidad. Un accidente, una chispa que incide en tu vida, una persona... Puede ser cualquier situación o un recuerdo tan lejano como el primer anhelo de infancia.

Algunas veces, cuando muere un ángel, la lluvia púrpura inunda lugares desconocidos."

La Resurrección del Subconsciente por Ellen Erza.

Notas:

*Con un demonio (Traducción del idioma alemán)

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DOPPELGAÄNGER

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